Maria Elena Álvarez Ponce
Granma
La Habana.— La lealtad, la dignidad, el valor, la moral no son abstracciones, existen, viven en nosotros, nos alientan y mueven a hacer el bien y a ser mejores, afirmó ayer el Héroe de la República de Cuba, René González Sehwerert.
El luchador antiterrorista, primero de los cinco cubanos injustamente condenados en EE.UU. que regresa a la Patria, tras cumplir 13 años y un mes en prisión, y año y medio de libertad supervisada, dialogó con estudiantes y trabajadores del Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría (Cujae).
Con gripe y con fiebre, pero aquí estoy, feliz y agradecido, saludó René, al llegar junto a su esposa, Olga Salanueva, al área techada —espaciosa y colmada— donde aconteció una peña cultural en apoyo a Los Cinco, la número 46 de las celebradas cada mes en esa casa de altos estudios desde 2009. Un fuerte activismo y, sobre todo, la Red de Universidades en Solidaridad con esos valerosos hombres —nacida en la CUJAE y ya con más de seis mil profesionales, instituciones y estudiantes de 81 países inscritos— han hecho de la mayor universidad politécnica de Cuba La Casa de Los Cinco.
En nombre de sus hermanos de lucha —Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Fernando González y Antonio Guerrero—, René agradeció las muestras de cariño y el gran respaldo en todos estos años, y exhortó a multiplicar la lucha para liberar y traer de vuelta, lo más pronto posible, a sus compañeros.
Si hemos recibido su apoyo y el de tantas personas honestas en el mundo, es porque llegado el momento, cuando fuimos puestos a prueba, decidimos no claudicar, convencidos de que la dignidad humana no tiene precio y no puede ser quebrada, por grande que sea el poder del enemigo, aseveró.
Los Cinco hicimos, ni más ni menos, lo que en nuestro lugar haría cualquier cubano digno, lo que nos ha enseñado este pueblo de gigantes con su extraordinario ejemplo y capacidad de lucha y resistencia, recalcó González Sehwerert, y con absoluta convicción dijo creer en la virtud y en los valores. Cuando ayudamos a "tirar" la placa de la casa de un vecino, qué es sino una muestra concreta de solidaridad, nobleza y desinterés, y cuán a menudo ocurren cosas así, tan hermosas, en cualquier barrio y lugar de este país, se preguntó René, y afirmó sentirse feliz, honrado, orgulloso y privilegiado de ser cubano.
Una multitud de estudiantes y trabajadores de la CUJAE —no pocos acompañados de sus hijos y otros familiares— y pioneros de la cercana escuela primaria José de la Luz y Caballero, "bombardearon" con preguntas al Héroe, que les habló de la misión que lo llevó a EE.UU., del largo cautiverio y del regreso.
La reinserción a la vida normal no se ha producido y, para ser sincero, no sé que es vida normal, pero —como se dice—, estamos trabajando en esa dirección, bromeó René, y entre risas confesó que todavía están analizando en la familia cómo ir juntos a un cine o a Coppelia, sin llamar mucho la atención.
En junio del 2004, cada uno de Los Cinco fue proclamado en la CUJAE Joven VIII Congreso de la UJC, en presencia de sus familiares, a quienes se pidió dejar bajo custodia del centro los diplomas, hasta poder entregarlos a sus destinatarios, una vez liberados, y para González Sehwerert la espera acabó ayer. (AIN)
La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
sábado, 29 de junio de 2013
Hay esperanzas: un niño con mayor coeficiente intelectual que Obama y Cameron
Que sí, que sí los hay. Me refiero a gente inteligente. Digamos, por ejemplo, gente que pueda identificar un hipopótamo en su contexto natural y no se confunda de animal si lo ve en una calle de New York. Que pueda identificar a un terrorista, aún siendo de ojos azules, aún cuando no viva en el Medio Oriente y viva, por ejemplo, en Miami o trabaje en Langley. Que sepa que la tortura es mala, lo mismo si la practican otros, que si la practica él. Y que no puede acusar a otros de "espías" porque tratan de defenderse, mientras llena el mundo de espías. En fin, hay esperanzas. Si no lo cree, lea esta noticia.
EL NIÑO DE DOS AÑOS QUE TIENE UN COEFICIENTE INTELECTUAL SUPERIOR AL DE OBAMA
ABC
Con solo dos años de edad, el pequeño Adam Kirby se ha convertido en el miembro más joven de la asociación internacional de superdotados Mensa, tras haber obtenido una puntuación de 141 en el test de coeficiencia intelectual Stanford-Binet, superior a la de personalidades como el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, o el primer ministro británico, David Cameron.
El pequeño Adam es capaz de deletrear cien palabras, domina las tablas de multiplicar hasta la del diez, conoce la tabla periódica y ha conseguido montar puzzle diseñado para adultos. Además, confiesa que le encanta leer libros recomendados para niños de siete años de edad y aprender vocabulario francés, según el diario británico «Daily Mail».
Los padres de Kirby, también miembros de Mensa, explican que «Mientras que la mayoría de los niños simplemente estaban aprendiendo a ponerse de pie o a gatear, Adam estaba leyendo libros. Su desarrollo ha sido increíblemente rápido». «Solíamos mostrarle cartas con palabras como 'hipopótamo' y 'rinoceronte' en ellas y podía identificar los animales correctamente la mayoría de las veces».
EL NIÑO DE DOS AÑOS QUE TIENE UN COEFICIENTE INTELECTUAL SUPERIOR AL DE OBAMA
ABC
Con solo dos años de edad, el pequeño Adam Kirby se ha convertido en el miembro más joven de la asociación internacional de superdotados Mensa, tras haber obtenido una puntuación de 141 en el test de coeficiencia intelectual Stanford-Binet, superior a la de personalidades como el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, o el primer ministro británico, David Cameron.
El pequeño Adam es capaz de deletrear cien palabras, domina las tablas de multiplicar hasta la del diez, conoce la tabla periódica y ha conseguido montar puzzle diseñado para adultos. Además, confiesa que le encanta leer libros recomendados para niños de siete años de edad y aprender vocabulario francés, según el diario británico «Daily Mail».
Los padres de Kirby, también miembros de Mensa, explican que «Mientras que la mayoría de los niños simplemente estaban aprendiendo a ponerse de pie o a gatear, Adam estaba leyendo libros. Su desarrollo ha sido increíblemente rápido». «Solíamos mostrarle cartas con palabras como 'hipopótamo' y 'rinoceronte' en ellas y podía identificar los animales correctamente la mayoría de las veces».
viernes, 28 de junio de 2013
Atilio A. Borón obtiene el Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2012
28 Jun. 2013.- El título América Latina en la geopolítica del imperialismo, del argentino Atilio Borón, fue la obra ganadora del 8vo Premio Libertador al Pensamiento Crítico.
El jurado, integrado por el uruguayo de Antonio Elías, el español Pascual Serrano, los venezolanos Laura Antillano y Miguel Angel Contreras, y el cubano Pablo Guadarrama, destacó el análisis acertado de la situación geopolítica del continente.
Al ganador se le otorgan 150 mil dólares y un diploma, además, su obra será publicada y distribuida en Venezuela.
El acto de entrega del premio se espera realizar aproximadamente dentro de un mes.
El ministro del Poder Popular para la Cultura, Fidel Barbarito, apuntó que este premio, creado por el lider de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, convoca la obra de autores que trabajan para posicionar y compartir ideas contrapuestas a la hegemonía cultural.
"Es un esfuerzo de la Revolución Bolivariana para un modelo cultural distinto", apuntó.
jueves, 27 de junio de 2013
Brasil, lecciones para la izquierda y...
Juntos. Dilma y uno de sus ministros ayer en Brasilia, con tres representantes del Movimiento Pase Libre. /AP
Ángel Guerra Cabrera
La presidenta Dilma Rouseff mostró la madera de que está
hecha con la firme voluntad rectificadora expresada ante las grandes protestas
de las últimas semanas. Dialogó con el
Movimiento Pase Libre, lo que ningún gobernante ha hecho con sus indignados, llámese Piñera, Obama, Zapatero o Rajoy. Mandó la pelota al lado del parlamento
al proponer iniciativas en respuesta a varias de las demandas de las
insubordinadas calles a las que los legisladores tendrán que responde por su
aprobación. Con esa audaz jugada podría muy bien recuperar la iniciativa
política.
Es muy importante la propuesta de reforma política, que
regularía y reduciría sustancialmente los exorbitantes gastos de campaña de los
candidatos, financiados por empresarios a cambio de favores inconfesables. Igual
que las medidas para mejorar la educación, la salud y el trasporte público
busca dar respuesta a las protestas.
La ex guerrillera forma parte de una hornada de líderes
latinoamericanos de raíz popular que contrasta con la grisura, pusilanimidad y
sometimiento incondicional al capital financiero de una mayoría de sus pares en
el mundo actual.
Aunque las protestas evidencian errores de conducción de
los gobiernos de Lula y Dilma, en la explosividad social subyacen profundas, complejas y
multifacéticas causas, no todas imputables a la gestión de los últimos once
años. Paradójicamente, una parte importante de quienes protestan fue sacada de
la marginalidad precisamente por las políticas incluyentes de ese periodo. No
es la primera vez que ocurre en la historia de las rebeliones sociales pero es
un dato importante para el debate.
Brasil es un espejo en el que deben mirarse otros países
latinoamericanos. En el análisis de las causas del reciente estallido realizado
por el líder del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra Joao Pedro
Stédile(La Jornada, 25 de julio), destaca una crisis urbana provocada por el
capitalismo financiero con una enorme especulación inmobiliaria, venta
incontrolada de automóviles, caos vehicular y una década sin invertir en el
trasporte público. Añadiría que un
ingrediente básico de esa crisis es la aplicación de las llamadas políticas de
modernización agrícola, expulsoras de millones a las ciudades y, en el caso de
México, también a Estados Unidos.
Otra necesidad urgente de Brasil es una profunda reforma
agraria. La brutal represión de las policías estaduales controladas por
gobernadores de oposición ha añadido mucha indignación pero nadie la para.
Para los gobiernos
anti Consenso de Washington y para las formaciones populares que aspiran a
gobernar queda claro el imperativo de impulsar extensamente el transporte
público gratuito o a muy bajo costo. Buscando de una vez los sistemas menos
contaminantes y desestimulando todo lo posible el uso del ecológica y
culturalmente dañino automóvil.
Después de la rebelión brasileña nadie debería tener
dudas sobre el deber de los estados de garantizar gratuitamente la educación y
la salud integrales como derechos humanos primordiales, universales e
inalienables. Cuba demuestra hace muchos años la enorme cohesión social y
política y la cultura solidaria que genera el asegurar esos derechos.
Pero la solución de graves y grandes problemas sociales
no sólo deriva apoyo y consenso social. También diversidad sociológica y nuevas
culturas, apetencias y aspiraciones. Nuevas contradicciones sociales y políticas
en fin. Por eso para los gobiernos de orientación popular cada meta es un nuevo
punto de partida.
Cuando crece el empleo y el poder adquisitivo de la
población es indispensable estimular una gran elevación del nivel cultural y
del espíritu asociativo pues solo así es
posible dotar al individuo de las herramientas para cribar el barraje mediático
consumista e individualista.
Las protestas han demostrado el hartazgo de la gente con
los partidos políticos, incluyendo al PT. Por eso Dilma hizo tabla rasa al
convocar al debate público y al plebiscito, propiciando a la protesta callejera
una solución institucional a sus demandas. En las protestas no han intervenido
hasta ahora la clase obrera y otros sectores de trabajadores, los sin tierra,
los indígenas y los quilombolas, integrantes fundamentales del pueblo
brasileño.
Es indispensable que ellos participen del debate ya,
única forma de evitar el riesgo de una deriva antipopular del movimiento. Justo
lo que buscan Washington, la derecha y la corrupta mafia mediática, locos por
hacerse del gobierno en 2014.
miércoles, 26 de junio de 2013
Cubano 1er plano es un bloguero valiente
"Epigramas del bloguero valiente"
El lector que quiera enterarse del contenido de este post, que haga click sobre su título.
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Brasil: la gran oportunidad
Boaventura de Sousa Santos
Público. es
La historia enseña y la actualidad confirma que no es en los periodos de crisis más aguda o privación cuando los ciudadanos se revuelven contra un estado injusto obligando a las instituciones y al poder político a realizar cambios decisivos en el Gobierno. Siendo siempre complicadas las comparaciones, sería de esperar que los jóvenes griegos, portugueses y españoles, gobernados por gobiernos conservadores que les están secuestrando el futuro, tanto en el empleo como en lo que a salud y educación se refiere, se revolvieran en las calles más intensamente que los jóvenes brasileños, gobernados por un gobierno progresista que ha promovido políticas de inclusión social, aunque minado por la corrupción y, a veces, equivocado con respecto a la prioridad relativa del poder económico sobre los derechos de ciudadanía. Siendo ésta la realidad, sería igualmente de esperar que las fuerzas de izquierda de Brasil no se hubiesen dejado sorprender por la explosión de un malestar que se ha venido acumulando, y que sus congéneres del sur de Europa se estuviesen preparando para los tiempos de contestación que pueden surgir en cualquier momento. Infelizmente, no ha sido así antes, ni lo es ahora. Por un lado, hay una izquierda en el Gobierno fascinada por la ostentación internacional y por el boom de los recurso naturales; por otro, una izquierda acéfala en la oposición, paralizada entre entre el centrismo maloliente de un Partido Socialista ávido de poder a cualquier precio y el inmovilismo embalsamado del Partido Comunista. El Bloco de Esquerda (Bloque de Izquierda) es el único interesado en buscar soluciones integrales, pero sabe que solo no conseguirá nada.
Pero la semejanza entre las izquierdas de los dos lados del Atlántico termina aquí. La de Brasil está en condiciones de transformar su fracaso en una gran oportunidad. Si la aprovechará o no es una pregunta aún sin respuesta, pero las señales son esperanzadoras. He aquí, las principales:
Primero, la presidenta Dilma Rousseff reconoció la energía democrática proveniente de calles y plazas, prometió dar máxima atención a los manifestantes y, finalmente, se mostró dispuesta a reunirse con representantes de los movimientos y organizaciones sociales, algo que había rehusado hacer desde el inicio de su mandato. Falta por saber si en este reconocimiento se incluyen los movimientos indígenas que más directamente han salido perjudicados del modelo de desarrollo asentado en la extracción de recursos naturales a cualquier precio y han sido víctimas constantes de la violencia estatal y para-estatal y de groseras violaciones del derecho internacional (consulta previa, inviolabilidad de territorios, etc.).
Segundo, en muchas ciudades se anularon los aumentos de precio del transporte público y, en algunos casos, incluso se prometió la gratuitad de los mismos para los estudiantes. Una señal de justicia para las reivindicaciones del Movimento Passe Livre (MPL). Además, para enfrentar los problemas estructurales en este sector, la presidenta prometió un plan nacional de movilidad urbana. Tales problemas no serán resueltos sin una reforma política profunda, ya que las concesionarias de transportes son fuertes financiadoras de las campañas electorales. Aun así, la presidenta, consciente de ello y de los hilos que mueve la corrupción, se ha decidido a promover tal reforma, garantizando mayor participación y control ciudadano, y más transparencia y control a las instituciones. Y aquí está la tercera señal. Creo, no obstante, que la presidenta sólo se meterá en tal reforma bajo mucha presión. En vísperas de elecciones, y a lo largo de su mandato, convivió mejor con la bancada parlamentaria ruralista (con un poder político infinitamente superior al peso poblacional que representa) y con sus agendas del latifundio y de la agro-industria de la que comen los sectores en lucha contra los agrotóxicos y en defensa de la economía familiar, la reforma agraria, los territorios indígenas y quilombolas, etc. La reforma del sistema político tendrá que incluir un proceso constituyente, y en eso se deberán implicar a los sectores políticos de la izquierda institucional y los movimientos y organizaciones sociales más lúcidos.
La cuarta señal reside en la vehemencia con que los movimientos sociales que han estado luchando por la inclusión social y que han sido el ancla del Foro Social Mundial en Brasil se han distanciado de los grupos fascistoides y violentos infiltrados en las protestas y también de las fuerzas políticas conservadoras -que tienen a su servicio a los grandes medios de comunicación-, empeñadas en dividir a la clase popular. Volver a las clases populares contra el partido y los gobiernos que, en el balance general, más han hecho por la promoción social de las mismas, era la gran maniobra de la derecha. Pero parece que ha fracasado. A ello ayudó también la promesa de la presidenta de destinar el 100% de lo recaudado por los derechos de explotación del petróleo a educación (Angola y Mozambique, despierten mientras estén a tiempo) y sanidad (llevando a miles de médicos estranjeros para el Serviço Unificado de Saúde -el SUS, similar al Sistema Nacional de Salud portugués y español-).
En estas señales reside la gran oportunidad de las fuerzas progresistas en el gobierno y en la oposición para aprovechar el momento extrainstitucional que vive el país y hacer de él el motor de la profundización democrática del nuevo ciclo político que se aproxima. Si no lo hacen, la derecha hará todo cuanto sea posible para que el nuevo ciclo sea tan excluyente como los viejos ciclos que durante tantas décadas protagonizó. Y no olvidemos que tendrá a su lado al big brother ("gran hermano") del Norte, a quien no le conviene un gobierno de izquierda estable en ninguna parte del mundo, y mucho menos uno de los trozos de tierra que aún considera suyo.
* BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS es doctor en Sociología del Derecho por la Universidad de Yale y catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra.
martes, 25 de junio de 2013
Un Zardoya (sin s) y una visión de Martí
E. U. G.
Hay familias de abolengo. Nada que ver con riquezas o títulos inexistentes. De alguna manera, con humildad y persistencia, están unidas a la creación. Eso sucede con los Zardoya. Profesores universitarios, ensayistas, arquitectos, médicos, artistas de la plástica. Rubén, es mi compañero de mil batallas, desde los años de la Escuela Lenin, cuando ganaba concursos nacionales de poesía y componía canciones. Juntos fundamos en los noventa la revista Contracorriente. Su sobrino, Ramirito (el diminutivo es intencional, aunque su firma artística es Zardoyas, así, "en plural"), es el principal ilustrador de La Calle del Medio y el encargado de La Ubre, su sección de humor gráfico. Su padre, Ramiro, es un destacado pintor. Y hoy asistimos a la donación de "su" Martí, a la Biblioteca Nacional.
Fotos de Yuliat Danay Acosta
Hay familias de abolengo. Nada que ver con riquezas o títulos inexistentes. De alguna manera, con humildad y persistencia, están unidas a la creación. Eso sucede con los Zardoya. Profesores universitarios, ensayistas, arquitectos, médicos, artistas de la plástica. Rubén, es mi compañero de mil batallas, desde los años de la Escuela Lenin, cuando ganaba concursos nacionales de poesía y componía canciones. Juntos fundamos en los noventa la revista Contracorriente. Su sobrino, Ramirito (el diminutivo es intencional, aunque su firma artística es Zardoyas, así, "en plural"), es el principal ilustrador de La Calle del Medio y el encargado de La Ubre, su sección de humor gráfico. Su padre, Ramiro, es un destacado pintor. Y hoy asistimos a la donación de "su" Martí, a la Biblioteca Nacional.
Fotos de Yuliat Danay Acosta
Caballos marinos con huéspedes felinos
Las obras escultóricas, una vez que se "dejan" en el espacio público, cumplen funciones diferentes. A veces, el propósito es provocar la interacción con el espectador ocasional, y a veces la interacción se produce de forma imprevista. A la salida de la Residencia Estudiantil de las Escuelas de Arte de La Habana, en Zanja y Aramburo, ha sido ubicada la escultura "Caballos marinos" de Dagoberto Jaquinet, una obra de grandes dimensiones, construida de acero revestido con alambrón. Nos la mostraba la vicedirectora de esta institución, cuando descubrimos a un inquilino. Frank Carlos tomó las fotos de constancia.
lunes, 24 de junio de 2013
La República bajo la pluma sagaz de Rolando Rodríguez
Palabras de presentación del libro República Rigurosamente Vigilada, de Rolando Rodríguez.
Casa del Alba, 18 de junio de 2013
Elier Ramírez Cañedo
Tomado de La Jiribilla
Con República Rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas (en dos tomos), del sello editorial Ciencias Sociales, el reconocido historiador Rolando Rodríguez vuelve a regalarnos una obra monumental e imprescindible para la historiografía cubana. Es verdaderamente sorprendente la capacidad de trabajo investigativo de Rolando, cuyos resultados se hacen cada día más palpables. Una visión totalizadora de la historia, como la que vemos en los libros de este autor, es muy poco común en el gremio de los historiadores, pues generalmente esos empeños tan abarcadores son asumidos por colectivos de autores. Es fácil advertir que este libro es continuación cronológica y analítica de obras anteriores del autor como: Cuba: La Forja de una nación, premio de la crítica científico-técnica en 1999, Cuba: las Máscaras y las Sombras y República de Corcho. Esta última también merecedora del premio de la crítica científico-técnica, lo que dice mucho de la calidad y los innumerables aportes a la ciencia histórica cubana que podemos hallar en los libros de Rodríguez García. En total, sumando la obra que hoy presentamos son ya 9 tomos de Historia de Cuba, que abarcan desde finales del XVIII hasta la segunda década del siglo XX. Les adelanto que pronto serán 14 tomos, pues el próximo año, saldrán tres que comprenden el período de Gerardo Machado (1925-1933) y luego dos más de la etapa conocida como “Gobierno de los Cien Días”, aunque realmente fueron 127. Sobran entonces las razones para que celebremos el hecho de que sea el también premio Nacional de Ciencias Sociales y de Historia uno de los homenajeados en la próxima feria internacional del libro de La Habana.
En República Rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas se abandona todo criterio reduccionista o superficial. Rolando rechaza los análisis epidérmicos y se adentra en las complejidades y contradicciones del período republicano. Para hacerlo se vale de una copiosa información documental, bibliográfica y periodística, tanto de los archivos cubanos como norteamericanos. Al terminar de leer esta obra se comprende inmediatamente que constituye referente obligatorio para los investigadores y pedagogos cubanos. De ella se podrán elaborar mejores síntesis para libros de textos en la educación y para otras investigaciones que permitan una mayor divulgación de los conocimientos aportados.
El primer tomo se adentra en el examen de los dos mandatos presidenciales del General Mario García Menocal. A esta etapa se le dedican 9 capítulos, en un total de 500 páginas. No conozco antecedente de tal profundidad de estudio en la historiografía cubana. En estos capítulos se refleja como El Mayoral fue un excelente administrador de los intereses yanquis, con los cuales tenía estrechos vínculos. “Estados Unidos encontraría en él un aliado hasta las heces”, señala Rodríguez. Fue en esos años que se produjo el verdadero asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, la cual aprovechó muy bien el crack bancario de 1920 para desplazar en la Isla a los bancos cubanos y españoles y apoderarse de numerosos ingenios, tierras y otras riquezas. Como señala Rolando, el dominio de Estados Unidos sobre Cuba se hizo casi absoluto, los márgenes que quedaron para hacer piruetas en el poder fueron cada vez más limitados. El libro describe con lujo de detalles ese proceso, así como el del tránsito de la llamada etapa de la Danza de los Millones o Vacas Gordas –que lo fue solo para la burguesía- a las Vacas Flacas. También se dedican numerosas páginas a la llamada Revolución de Febrero o insurrección de La Chambelona, luego de que Menocal, usando la fuerza y el fraude, se impusiera para un segundo mandato en las elecciones de noviembre de 1916, apoyado por el gobierno de los Estados Unidos, quien nuevamente desembarcó sus marines en la Isla.
El segundo tomo, con 10 capítulos, incursiona en el periodo presidencial de Alfredo Zayas (1921-1925). Se explicita en ellos como entró en crisis todo el sistema neocolonial instaurado en Cuba, al tiempo que se producía un reverdecer de la conciencia nacional y de las luchas sociales. A la altura de hoy, causa todavía ira conocer el nivel de injerencia de los Estados Unidos en Cuba en aplicación de la llamada “política preventiva”. También saber el nivel de corrupción y nepotismo que caracterizaron a esta administración. La figura de Enoch Crowder, general enviado a Cuba como representante personal del presidente estadounidense, se hizo nefasta para los cubanos por su intervencionismo arrogante y sistemático en los asuntos de la Isla. Zayas trataba de quitarse de arriba a tan desagradable visitante y de esquivar sus exigencias, pero en la mayoría de las ocasiones tenía que ceder, pues todos los resortes económicos y políticos de la República los dominaba Estados Unidos. Muy documentados e interesantes son los acápites dedicados al movimiento estudiantil universitario y a su figura más descollante: Julio Antonio Mella. También los que abordan la historia del movimiento de Veteranos y Patriotas, “la última farsa de los políticos y patrioteros”, al decir de Mella.
Me parece importante resaltar que este libro contribuye a desbancar el criterio simplista que ha prevalecido durante mucho tiempo de que todos los presidentes de la República fueron simples “títeres” y “lacayos” complacientes y pasivos al servicio de los intereses de Washington. La obra de Rolando demuestra que también hubo contradicciones y forcejeo diplomático y político. Menocal, por ejemplo, aunque fue de los presidentes más serviles al gobierno estadounidense, no por eso dejó de encarar a los gringos en varias ocasiones, sobre todo, cuando se trataba de aspectos que pudieran afectar su peculio personal o la sobrevivencia de su gobierno. Durante su mandato la pugna por los precios del azúcar fue un ejemplo donde las contradicciones con los Estados Unidos salieron a flote. Al punto de que Washington se vio obligado en varias oportunidades a aplicar la presión económica contra la Isla para lograr subyugar al Mayoral. “Resultaba evidente que El Mayoral tenía rachas en que servía a la burguesía financiera del Norte, pero la mayoría de las veces jugaba en su propio favor como hacendado criollo y de sus congéneres”, destaca Rodríguez. Zayas tuvo frecuentes enfrentamientos con el general Crowder, cuando la injerencia de Washington en los asuntos cubanos llegó a niveles inverosímiles. No obstante, es cierto que en muchas ocasiones la adulonería y acatamiento sumiso de las orientaciones de las autoridades estadounidenses estuvo presente y que cada vez que necesitaron el favor de estas para legitimar sus intereses políticos echaban al lado su falso patriotismo y no dudaban en solicitar la injerencia o intervención, pero el asunto es mucho más complejo, como se explica a lo largo de esta obra. Al respecto ha señalado la Dr. Francisca López Civeira en un interesante artículo: “No se trata de poner etiquetas a partir de un fenómeno innegable: el sistema de dominación neocolonial permeaba todo el acontecer cubano; pero también existían intereses domésticos en cuanto al ejercicio del poder, que no siempre eran coincidentes con los de los Estados Unidos, aunque no fueran antagónicos. Por tanto, esas relaciones de dependencia eran más complejas que el simple asentimiento”.
Uno de las grandes virtudes que le veo al libro de manera general es que incluye pasajes muy interesantes de la vida social y cultural republicana en su cotidianidad, valiéndose fundamentalmente del testimonio de la prensa. De esta manera el lector logra captar el espíritu y el ambiente de la época. Se ofrece información, por solo mencionar algunos ejemplos, sobre los graves problemas de la sanidad pública y la educación, de las enfermedades y epidemias, así como de los remedios que se empleaban. También sobre las obras de teatro, la música, la literatura, la industria cinematográfica, el transporte, el vestir, el deporte y la arquitectura. Asimismo, el lector no dejará de asomarse a historias totalmente desconocidas como la del famoso bandolero Arroyito, que se convirtió en una especie de Robin Hood para los cubanos, dando pie con sus acciones a innumerables leyendas.
Disfruto mucho cada libro de Rolando sobre la República, como seguro lo harán ustedes, pues cada uno de ellos constituye un rotundo martillazo sobre las cabezas de los que con labios prostituidos siguen abogando por una Cuba muy similar a la anterior al 1ro de enero de 1959. Para esos nuevos anexionistas, la República cubana no nació en Guáimaro en 1869, sino el 20 de mayo de 1902. Gracias Rolando, por hacernos más conscientes, sobre todo a los que no conocimos aquella República, de la necesidad y grandeza de la Revolución Cubana.
Notas
i Rolando Rodríguez, República rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p.8.
ii Ibídem, p.447
iii Francisca López Civeira, “Mirar el Siglo XX”, en: La Gaceta de Cuba, Mayo-Junio 3, 2009, p.41.
Casa del Alba, 18 de junio de 2013
Elier Ramírez Cañedo
Tomado de La Jiribilla
Con República Rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas (en dos tomos), del sello editorial Ciencias Sociales, el reconocido historiador Rolando Rodríguez vuelve a regalarnos una obra monumental e imprescindible para la historiografía cubana. Es verdaderamente sorprendente la capacidad de trabajo investigativo de Rolando, cuyos resultados se hacen cada día más palpables. Una visión totalizadora de la historia, como la que vemos en los libros de este autor, es muy poco común en el gremio de los historiadores, pues generalmente esos empeños tan abarcadores son asumidos por colectivos de autores. Es fácil advertir que este libro es continuación cronológica y analítica de obras anteriores del autor como: Cuba: La Forja de una nación, premio de la crítica científico-técnica en 1999, Cuba: las Máscaras y las Sombras y República de Corcho. Esta última también merecedora del premio de la crítica científico-técnica, lo que dice mucho de la calidad y los innumerables aportes a la ciencia histórica cubana que podemos hallar en los libros de Rodríguez García. En total, sumando la obra que hoy presentamos son ya 9 tomos de Historia de Cuba, que abarcan desde finales del XVIII hasta la segunda década del siglo XX. Les adelanto que pronto serán 14 tomos, pues el próximo año, saldrán tres que comprenden el período de Gerardo Machado (1925-1933) y luego dos más de la etapa conocida como “Gobierno de los Cien Días”, aunque realmente fueron 127. Sobran entonces las razones para que celebremos el hecho de que sea el también premio Nacional de Ciencias Sociales y de Historia uno de los homenajeados en la próxima feria internacional del libro de La Habana.
En República Rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas se abandona todo criterio reduccionista o superficial. Rolando rechaza los análisis epidérmicos y se adentra en las complejidades y contradicciones del período republicano. Para hacerlo se vale de una copiosa información documental, bibliográfica y periodística, tanto de los archivos cubanos como norteamericanos. Al terminar de leer esta obra se comprende inmediatamente que constituye referente obligatorio para los investigadores y pedagogos cubanos. De ella se podrán elaborar mejores síntesis para libros de textos en la educación y para otras investigaciones que permitan una mayor divulgación de los conocimientos aportados.
El primer tomo se adentra en el examen de los dos mandatos presidenciales del General Mario García Menocal. A esta etapa se le dedican 9 capítulos, en un total de 500 páginas. No conozco antecedente de tal profundidad de estudio en la historiografía cubana. En estos capítulos se refleja como El Mayoral fue un excelente administrador de los intereses yanquis, con los cuales tenía estrechos vínculos. “Estados Unidos encontraría en él un aliado hasta las heces”, señala Rodríguez. Fue en esos años que se produjo el verdadero asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui, la cual aprovechó muy bien el crack bancario de 1920 para desplazar en la Isla a los bancos cubanos y españoles y apoderarse de numerosos ingenios, tierras y otras riquezas. Como señala Rolando, el dominio de Estados Unidos sobre Cuba se hizo casi absoluto, los márgenes que quedaron para hacer piruetas en el poder fueron cada vez más limitados. El libro describe con lujo de detalles ese proceso, así como el del tránsito de la llamada etapa de la Danza de los Millones o Vacas Gordas –que lo fue solo para la burguesía- a las Vacas Flacas. También se dedican numerosas páginas a la llamada Revolución de Febrero o insurrección de La Chambelona, luego de que Menocal, usando la fuerza y el fraude, se impusiera para un segundo mandato en las elecciones de noviembre de 1916, apoyado por el gobierno de los Estados Unidos, quien nuevamente desembarcó sus marines en la Isla.
El segundo tomo, con 10 capítulos, incursiona en el periodo presidencial de Alfredo Zayas (1921-1925). Se explicita en ellos como entró en crisis todo el sistema neocolonial instaurado en Cuba, al tiempo que se producía un reverdecer de la conciencia nacional y de las luchas sociales. A la altura de hoy, causa todavía ira conocer el nivel de injerencia de los Estados Unidos en Cuba en aplicación de la llamada “política preventiva”. También saber el nivel de corrupción y nepotismo que caracterizaron a esta administración. La figura de Enoch Crowder, general enviado a Cuba como representante personal del presidente estadounidense, se hizo nefasta para los cubanos por su intervencionismo arrogante y sistemático en los asuntos de la Isla. Zayas trataba de quitarse de arriba a tan desagradable visitante y de esquivar sus exigencias, pero en la mayoría de las ocasiones tenía que ceder, pues todos los resortes económicos y políticos de la República los dominaba Estados Unidos. Muy documentados e interesantes son los acápites dedicados al movimiento estudiantil universitario y a su figura más descollante: Julio Antonio Mella. También los que abordan la historia del movimiento de Veteranos y Patriotas, “la última farsa de los políticos y patrioteros”, al decir de Mella.
Me parece importante resaltar que este libro contribuye a desbancar el criterio simplista que ha prevalecido durante mucho tiempo de que todos los presidentes de la República fueron simples “títeres” y “lacayos” complacientes y pasivos al servicio de los intereses de Washington. La obra de Rolando demuestra que también hubo contradicciones y forcejeo diplomático y político. Menocal, por ejemplo, aunque fue de los presidentes más serviles al gobierno estadounidense, no por eso dejó de encarar a los gringos en varias ocasiones, sobre todo, cuando se trataba de aspectos que pudieran afectar su peculio personal o la sobrevivencia de su gobierno. Durante su mandato la pugna por los precios del azúcar fue un ejemplo donde las contradicciones con los Estados Unidos salieron a flote. Al punto de que Washington se vio obligado en varias oportunidades a aplicar la presión económica contra la Isla para lograr subyugar al Mayoral. “Resultaba evidente que El Mayoral tenía rachas en que servía a la burguesía financiera del Norte, pero la mayoría de las veces jugaba en su propio favor como hacendado criollo y de sus congéneres”, destaca Rodríguez. Zayas tuvo frecuentes enfrentamientos con el general Crowder, cuando la injerencia de Washington en los asuntos cubanos llegó a niveles inverosímiles. No obstante, es cierto que en muchas ocasiones la adulonería y acatamiento sumiso de las orientaciones de las autoridades estadounidenses estuvo presente y que cada vez que necesitaron el favor de estas para legitimar sus intereses políticos echaban al lado su falso patriotismo y no dudaban en solicitar la injerencia o intervención, pero el asunto es mucho más complejo, como se explica a lo largo de esta obra. Al respecto ha señalado la Dr. Francisca López Civeira en un interesante artículo: “No se trata de poner etiquetas a partir de un fenómeno innegable: el sistema de dominación neocolonial permeaba todo el acontecer cubano; pero también existían intereses domésticos en cuanto al ejercicio del poder, que no siempre eran coincidentes con los de los Estados Unidos, aunque no fueran antagónicos. Por tanto, esas relaciones de dependencia eran más complejas que el simple asentimiento”.
Uno de las grandes virtudes que le veo al libro de manera general es que incluye pasajes muy interesantes de la vida social y cultural republicana en su cotidianidad, valiéndose fundamentalmente del testimonio de la prensa. De esta manera el lector logra captar el espíritu y el ambiente de la época. Se ofrece información, por solo mencionar algunos ejemplos, sobre los graves problemas de la sanidad pública y la educación, de las enfermedades y epidemias, así como de los remedios que se empleaban. También sobre las obras de teatro, la música, la literatura, la industria cinematográfica, el transporte, el vestir, el deporte y la arquitectura. Asimismo, el lector no dejará de asomarse a historias totalmente desconocidas como la del famoso bandolero Arroyito, que se convirtió en una especie de Robin Hood para los cubanos, dando pie con sus acciones a innumerables leyendas.
Disfruto mucho cada libro de Rolando sobre la República, como seguro lo harán ustedes, pues cada uno de ellos constituye un rotundo martillazo sobre las cabezas de los que con labios prostituidos siguen abogando por una Cuba muy similar a la anterior al 1ro de enero de 1959. Para esos nuevos anexionistas, la República cubana no nació en Guáimaro en 1869, sino el 20 de mayo de 1902. Gracias Rolando, por hacernos más conscientes, sobre todo a los que no conocimos aquella República, de la necesidad y grandeza de la Revolución Cubana.
Notas
i Rolando Rodríguez, República rigurosamente Vigilada. De Menocal a Zayas, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012, p.8.
ii Ibídem, p.447
iii Francisca López Civeira, “Mirar el Siglo XX”, en: La Gaceta de Cuba, Mayo-Junio 3, 2009, p.41.
domingo, 23 de junio de 2013
Un nuevo comienzo
Atilio A. Borón
Las grandes manifestaciones populares de protesta en Brasil demolieron en la práctica una premisa cultivada por la derecha, y asumida también por diversas formaciones de izquierda, comenzando por el PT y siguiendo por sus aliados. Si se garantizaba “pan y circo”, el pueblo –desorganizado, despolitizado, desmoralizado– aceptaría mansamente que la alianza entre las viejas y las nuevas oligarquías prosiguieran gobernando el país sin mayores sobresaltos. La continuidad y eficacia del programa Bolsa Familia aseguraba el pan, y la Copa del Mundo y su preludio, la Copa Confederaciones, y luego los Juegos Olímpicos, aportarían el circo necesario para consolidar la pasividad política de los brasileños. Esta visión, no sólo equivocada sino profundamente reaccionaria (y casi siempre racista), quedó hecha añicos esta semana, lo que revela la corta memoria histórica de la clase dominante y sus representantes, a los que se les olvidaron las grandes movilizaciones populares exigiendo la elección directa del presidente a comienzos de los ochenta; las que precipitaron la renuncia de Collor de Mello en 1992; y la ola ascendente de luchas populares que hicieron posible el triunfo de Lula en el 2002. Del olvido brota la sorpresa, que enmudeció a una dirigencia política de discurso fácil y efectista, que no podía comprender –y mucho menos contener– el tsunami político que irrumpía nada menos que en los fastos futboleros de la Copa Confederaciones. Fue notable la falta de respuesta gubernamental, desde las intendencias municipales hasta los gobiernos estaduales y el propio gobierno federal.
Opinólogos y analistas adscriptos al gobierno insisten ahora en colocar bajo la lupa estas manifestaciones, señalando su carácter caótico, su falta de liderazgo, la ausencia de un proyecto político de recambio. Harían mejor en dirigir su mirada hacia los déficit de la gestión gubernativa en todos sus niveles, desde el municipio hasta Brasilia. Plantear que todo esto tiene que ver con el aumento de 20 centavos de real en el transporte público de San Pablo es lo mismo que, salvando las distancias, suponer que la Revolución Francesa se produjo porque algunas panaderías de la zona de la Bastilla habían aumentado en unos centavos el precio del pan. Confunden el detonante con las causas profundas de la rebelión popular, que dicen relacionar con la enorme deuda social de la democracia brasileña, apenas atenuada en los últimos años del gobierno de Lula. Temas tales como la pésima situación de los servicios de salud pública; el sesgo clasista del acceso a la educación; la corrupción gubernamental (un indicador: la presidenta Dilma Rousseff ha echado a varios ministros por esta causa); la ferocidad represiva impropia de un Estado que se reclama como democrático; y la arrogancia tecnocrática de los gobernantes, en todos sus niveles, ante las demandas populares. ¿Cómo exigirles claridad ideológica y política a los manifestantes (hasta hace poco llamados “¡vándalos!”) cuando tal cosa brilla por su ausencia en el partido gobernante?, se preguntaba días atrás el analista Carlos Eduardo Martins. Y seguía: ¿qué pasó con la reforma agraria, congelada por la alianza con el agronegocio?; ¿por qué no se escuchan los reclamos de los pueblos originarios?; ¿qué se está haciendo ante la bomba de tiempo de la deuda pública, para cuyo pago se sacrifican las políticas sociales que deberían ser la seña de identidad de un Estado realmente democrático? Martins afirma con razón que mal podría el pueblo brasileño deslumbrarse ante los 20.000 millones de reales del programa Bolsa Familia cuando el pago de sólo los intereses de la deuda pública asciende 240.000 millones de reales. No se trata de disminuir la importancia del primero, sino de poner fin a la sangría originada por una deuda pública –ilegítima hasta la médula– que ha hecho de los banqueros y especuladores financieros los principales beneficiarios de la democracia brasileña o, más precisamente, de la plutocracia reinante en el Brasil.
Es imposible prever cual será el futuro de estas manifestaciones, pero de algo estamos seguros. El “¡que se vayan todos!” de la Argentina del 2001-2002 no pudo constituirse como una alternativa de poder, pero por lo menos señaló los límites que ningún gobierno podría volver a traspasar. Más aún, como ocurrió con las grandes movilizaciones populares en Bolivia y Ecuador, demostró que sus flaquezas y su inorganicidad, como las que hoy hay en Brasil, no les impedían tumbar a gobernantes que sólo gobernaban para los ricos. Las masas que salieron a la calle en más de cien ciudades brasileñas pueden tal vez no saber adónde van, pero en su marcha pueden acabar con un gobierno que claramente eligió ponerse al servicio del capital. Brasilia haría muy bien en mirar lo ocurrido en los países vecinos y tomar nota de esta lección. Porque, tal vez, un nuevo ciclo de ascenso de las luchas populares esté dando comienzo en el gigante sudamericano. Si así fuera, sería una gran noticia para la causa de la emancipación de nuestra América.
Las grandes manifestaciones populares de protesta en Brasil demolieron en la práctica una premisa cultivada por la derecha, y asumida también por diversas formaciones de izquierda, comenzando por el PT y siguiendo por sus aliados. Si se garantizaba “pan y circo”, el pueblo –desorganizado, despolitizado, desmoralizado– aceptaría mansamente que la alianza entre las viejas y las nuevas oligarquías prosiguieran gobernando el país sin mayores sobresaltos. La continuidad y eficacia del programa Bolsa Familia aseguraba el pan, y la Copa del Mundo y su preludio, la Copa Confederaciones, y luego los Juegos Olímpicos, aportarían el circo necesario para consolidar la pasividad política de los brasileños. Esta visión, no sólo equivocada sino profundamente reaccionaria (y casi siempre racista), quedó hecha añicos esta semana, lo que revela la corta memoria histórica de la clase dominante y sus representantes, a los que se les olvidaron las grandes movilizaciones populares exigiendo la elección directa del presidente a comienzos de los ochenta; las que precipitaron la renuncia de Collor de Mello en 1992; y la ola ascendente de luchas populares que hicieron posible el triunfo de Lula en el 2002. Del olvido brota la sorpresa, que enmudeció a una dirigencia política de discurso fácil y efectista, que no podía comprender –y mucho menos contener– el tsunami político que irrumpía nada menos que en los fastos futboleros de la Copa Confederaciones. Fue notable la falta de respuesta gubernamental, desde las intendencias municipales hasta los gobiernos estaduales y el propio gobierno federal.
Opinólogos y analistas adscriptos al gobierno insisten ahora en colocar bajo la lupa estas manifestaciones, señalando su carácter caótico, su falta de liderazgo, la ausencia de un proyecto político de recambio. Harían mejor en dirigir su mirada hacia los déficit de la gestión gubernativa en todos sus niveles, desde el municipio hasta Brasilia. Plantear que todo esto tiene que ver con el aumento de 20 centavos de real en el transporte público de San Pablo es lo mismo que, salvando las distancias, suponer que la Revolución Francesa se produjo porque algunas panaderías de la zona de la Bastilla habían aumentado en unos centavos el precio del pan. Confunden el detonante con las causas profundas de la rebelión popular, que dicen relacionar con la enorme deuda social de la democracia brasileña, apenas atenuada en los últimos años del gobierno de Lula. Temas tales como la pésima situación de los servicios de salud pública; el sesgo clasista del acceso a la educación; la corrupción gubernamental (un indicador: la presidenta Dilma Rousseff ha echado a varios ministros por esta causa); la ferocidad represiva impropia de un Estado que se reclama como democrático; y la arrogancia tecnocrática de los gobernantes, en todos sus niveles, ante las demandas populares. ¿Cómo exigirles claridad ideológica y política a los manifestantes (hasta hace poco llamados “¡vándalos!”) cuando tal cosa brilla por su ausencia en el partido gobernante?, se preguntaba días atrás el analista Carlos Eduardo Martins. Y seguía: ¿qué pasó con la reforma agraria, congelada por la alianza con el agronegocio?; ¿por qué no se escuchan los reclamos de los pueblos originarios?; ¿qué se está haciendo ante la bomba de tiempo de la deuda pública, para cuyo pago se sacrifican las políticas sociales que deberían ser la seña de identidad de un Estado realmente democrático? Martins afirma con razón que mal podría el pueblo brasileño deslumbrarse ante los 20.000 millones de reales del programa Bolsa Familia cuando el pago de sólo los intereses de la deuda pública asciende 240.000 millones de reales. No se trata de disminuir la importancia del primero, sino de poner fin a la sangría originada por una deuda pública –ilegítima hasta la médula– que ha hecho de los banqueros y especuladores financieros los principales beneficiarios de la democracia brasileña o, más precisamente, de la plutocracia reinante en el Brasil.
Es imposible prever cual será el futuro de estas manifestaciones, pero de algo estamos seguros. El “¡que se vayan todos!” de la Argentina del 2001-2002 no pudo constituirse como una alternativa de poder, pero por lo menos señaló los límites que ningún gobierno podría volver a traspasar. Más aún, como ocurrió con las grandes movilizaciones populares en Bolivia y Ecuador, demostró que sus flaquezas y su inorganicidad, como las que hoy hay en Brasil, no les impedían tumbar a gobernantes que sólo gobernaban para los ricos. Las masas que salieron a la calle en más de cien ciudades brasileñas pueden tal vez no saber adónde van, pero en su marcha pueden acabar con un gobierno que claramente eligió ponerse al servicio del capital. Brasilia haría muy bien en mirar lo ocurrido en los países vecinos y tomar nota de esta lección. Porque, tal vez, un nuevo ciclo de ascenso de las luchas populares esté dando comienzo en el gigante sudamericano. Si así fuera, sería una gran noticia para la causa de la emancipación de nuestra América.
sábado, 22 de junio de 2013
Los megaricos
Enrique Ubieta Gómez
Tomado de La Jiribilla No. 633
Los hebreos israelitas y los ricos musulmanes sauditas son amigos de Washington y de los buenos negocios. La realeza de Arabia Saudita puede producir a un descarriado Bin Laden —correctísimo cuando combatía a los soviéticos, y fatal en su proyección posterior—, pero nadie duda de su capacidad para escoger a sus aliados. Sabe, por ejemplo, que la Primavera árabe florece allí donde los gobiernos no satisfacen los intereses de Occidente. La realeza saudita es aliada de Occidente. Combate las tiranías de Siria y de Irán. Y se permite algunas extravagancias en tiempos de crisis. Por algo son los primeros exportadores de petróleo en el mundo; me refiero a ellos, claro, porque el petróleo que ellos comparten con los otros, los de Occidente, es privado, de ellos. El Príncipe Al-Waleed Bin Talal es un hombre moderno. Su esposa defiende el derecho de las mujeres a conducir un auto. Es un derecho no reconocido en Arabia Saudita, y él tiene muchos autos sin usar. Vive a ratos en un palacio de mármol con 420 habitaciones ubicado en Riad. Sabrá él para qué necesita tantas. De hecho, no son suficientes, porque es dueño de un complejo de más de 400 000 metros cuadrados muy cerca de la capital saudí, donde hay cinco casas, cinco lagos artificiales y un mini Gran Cañón. Uno de sus tres aviones privados es un “pequeño” Boeing 747, y en él ha instalado un trono de oro. Pero casi terminan ya las remodelaciones interiores y exteriores que ordenó para su Airbus A380, el mayor avión de pasajeros que existe en el mundo, revestido de oro y adaptado a sus gustos extravagantes. Pero, ¿por qué los medios encargados de reproducir los valores del sistema han sido en estos días tan prolijos en la enumeración de sus excesos materiales? El asunto es que el Príncipe ha demandado en los tribunales de Londres a la revista Forbes, que en la lista de los más ricos del 2013 lo ubica en el lugar 26, con 20 mil millones de dólares. Alega que ha sido difamado, ya que su fortuna personal cuenta con 9 600 millones de dólares más.
Aunque su caso parezca patológico, Al-Waleed se comporta de manera coherente con los valores de la cultura del tener, que son los que definen al capitalismo (es irrelevante su título de Príncipe). Si las personas valen por lo que tienen, no por lo que son —no importa si el poseedor es un ladrón o un narcotraficante, si es un vago inútil que heredó una fortuna, un jugador con suerte o una Cenicienta que embaucó al Príncipe de las finanzas—, es importante que todos sepan lo que se tiene. Ser y parecer, la vieja fórmula, se ajusta a los nuevos requerimientos: tener y parecer. El exhibicionismo —o la especulación, según el habla popular de Cuba—, es un rasgo de coherencia: si nadie sabe lo que tengo, ¿cómo saben lo que valgo? No es lo mismo, en términos netos, usar de forma visible un grueso collar de oro, que viajar en un super avión particular que ha sido enchapado en oro; pero en su intención social, ambos gestos se equiparan. Y mientras más nuevo es el rico, mientras menos legitimidad social crea poseer, por razones múltiples, más necesario le parece el collar o el trono de oro.
La página web Mega Ricos es obsesiva con los listados y los precios. Los estadistas no suelen ser los más ricos, sino sus representantes, pero entre los diez que más dinero tienen hay algunos del África musulmana y del Medio Oriente (Marruecos, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Brunei, Qatar, Pakistán), y curiosamente, ninguno de ellos ha tenido que enfrentar la hostilidad mediática y militar de coaliciones “democratizadoras”. Todos son amigos (y socios) de Occidente. También hay dos europeos, el Príncipe Alberto II de Mónaco y el Príncipe Hans-Adam de Liechtenstein. Y un latinoamericano… el chileno Sebastián Piñera, que es el gobernante modélico de Washington para la región, aunque no para los estudiantes de ese país que reclaman la creación de un sistema de enseñanza pública. Los post de esta publicación digital son emblemáticos: “Las 12 mansiones más caras del mundo” (siete están en los EE.UU., tres en Gran Bretaña, una en Francia y una en la India), “Los diez automóviles más caros del mundo”, “Los diez yates de lujo más caros del mundo”, de los que omito particularidades, pero cuyos dueños son estadounidenses, británicos, rusos, árabes. Nótese que no dice, “los más cómodos”, “los más fuertes”, o qué sé yo, quizá “los más bellos”; son sencillamente los más caros, lo demás no importa. En el sitio también puede ubicarse el esmalte de uñas más caro del mundo (con diamantes negros) y el ajustador —sostén— de mujer más caro (con diamantes y oro, supongo que para mujeres poco favorecidas por la naturaleza). Y como para gustos o excentricidades, colores, el sitio informa que Sheyla Hershey pagó 250 000 dólares —22 cirugías estéticas mediante— para tener los senos más grandes del mundo. En fin, todo lo que su imaginación no concibe aún.
Dicen los viejos diplomáticos que en el Medio Oriente los megaricos se enfrentan, a veces, en las más insólitas guerras religiosas o étnicas, pero si se sientan en la mesa de los meganegocios, de inmediato se ponen de acuerdo. En realidad, las guerras más destructivas son las que desata la codicia, el interés de los más poderosos. Una vieja amistad —fundada naturalmente en viejos negocios compartidos—, une a la familia real saudí con la familia Bush. No importa que Bin Laden haya sido parte de ella. Es cierto que la compleja trama de culturas y religiones divide peligrosamente a la Humanidad. En África, es el resultado de una caprichosa división de fronteras heredadas del colonialismo. Pero aún sigue vigente la mayor de todas las contradicciones: la de clases. La llamada guerra de civilizaciones, esconde o solapa la guerra de clases. En todo caso, me atrevo a reivindicar la guerra contra la civilización capitalista, llena de pequeñas-grandes guerras parciales, como la igualdad de la mujer o la definitiva liquidación del racismo, no desde los espacios culturales previos, que el capitalismo sabe refuncionalizar —los príncipes árabes y los europeos son empresarios capitalistas, y los indígenas del Amazonas o de Chiapas toman Coca Cola—, sino desde los espacios futuros, aquellos que soñamos y construimos hoy.
Tomado de La Jiribilla No. 633
Los hebreos israelitas y los ricos musulmanes sauditas son amigos de Washington y de los buenos negocios. La realeza de Arabia Saudita puede producir a un descarriado Bin Laden —correctísimo cuando combatía a los soviéticos, y fatal en su proyección posterior—, pero nadie duda de su capacidad para escoger a sus aliados. Sabe, por ejemplo, que la Primavera árabe florece allí donde los gobiernos no satisfacen los intereses de Occidente. La realeza saudita es aliada de Occidente. Combate las tiranías de Siria y de Irán. Y se permite algunas extravagancias en tiempos de crisis. Por algo son los primeros exportadores de petróleo en el mundo; me refiero a ellos, claro, porque el petróleo que ellos comparten con los otros, los de Occidente, es privado, de ellos. El Príncipe Al-Waleed Bin Talal es un hombre moderno. Su esposa defiende el derecho de las mujeres a conducir un auto. Es un derecho no reconocido en Arabia Saudita, y él tiene muchos autos sin usar. Vive a ratos en un palacio de mármol con 420 habitaciones ubicado en Riad. Sabrá él para qué necesita tantas. De hecho, no son suficientes, porque es dueño de un complejo de más de 400 000 metros cuadrados muy cerca de la capital saudí, donde hay cinco casas, cinco lagos artificiales y un mini Gran Cañón. Uno de sus tres aviones privados es un “pequeño” Boeing 747, y en él ha instalado un trono de oro. Pero casi terminan ya las remodelaciones interiores y exteriores que ordenó para su Airbus A380, el mayor avión de pasajeros que existe en el mundo, revestido de oro y adaptado a sus gustos extravagantes. Pero, ¿por qué los medios encargados de reproducir los valores del sistema han sido en estos días tan prolijos en la enumeración de sus excesos materiales? El asunto es que el Príncipe ha demandado en los tribunales de Londres a la revista Forbes, que en la lista de los más ricos del 2013 lo ubica en el lugar 26, con 20 mil millones de dólares. Alega que ha sido difamado, ya que su fortuna personal cuenta con 9 600 millones de dólares más.
Aunque su caso parezca patológico, Al-Waleed se comporta de manera coherente con los valores de la cultura del tener, que son los que definen al capitalismo (es irrelevante su título de Príncipe). Si las personas valen por lo que tienen, no por lo que son —no importa si el poseedor es un ladrón o un narcotraficante, si es un vago inútil que heredó una fortuna, un jugador con suerte o una Cenicienta que embaucó al Príncipe de las finanzas—, es importante que todos sepan lo que se tiene. Ser y parecer, la vieja fórmula, se ajusta a los nuevos requerimientos: tener y parecer. El exhibicionismo —o la especulación, según el habla popular de Cuba—, es un rasgo de coherencia: si nadie sabe lo que tengo, ¿cómo saben lo que valgo? No es lo mismo, en términos netos, usar de forma visible un grueso collar de oro, que viajar en un super avión particular que ha sido enchapado en oro; pero en su intención social, ambos gestos se equiparan. Y mientras más nuevo es el rico, mientras menos legitimidad social crea poseer, por razones múltiples, más necesario le parece el collar o el trono de oro.
La página web Mega Ricos es obsesiva con los listados y los precios. Los estadistas no suelen ser los más ricos, sino sus representantes, pero entre los diez que más dinero tienen hay algunos del África musulmana y del Medio Oriente (Marruecos, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Brunei, Qatar, Pakistán), y curiosamente, ninguno de ellos ha tenido que enfrentar la hostilidad mediática y militar de coaliciones “democratizadoras”. Todos son amigos (y socios) de Occidente. También hay dos europeos, el Príncipe Alberto II de Mónaco y el Príncipe Hans-Adam de Liechtenstein. Y un latinoamericano… el chileno Sebastián Piñera, que es el gobernante modélico de Washington para la región, aunque no para los estudiantes de ese país que reclaman la creación de un sistema de enseñanza pública. Los post de esta publicación digital son emblemáticos: “Las 12 mansiones más caras del mundo” (siete están en los EE.UU., tres en Gran Bretaña, una en Francia y una en la India), “Los diez automóviles más caros del mundo”, “Los diez yates de lujo más caros del mundo”, de los que omito particularidades, pero cuyos dueños son estadounidenses, británicos, rusos, árabes. Nótese que no dice, “los más cómodos”, “los más fuertes”, o qué sé yo, quizá “los más bellos”; son sencillamente los más caros, lo demás no importa. En el sitio también puede ubicarse el esmalte de uñas más caro del mundo (con diamantes negros) y el ajustador —sostén— de mujer más caro (con diamantes y oro, supongo que para mujeres poco favorecidas por la naturaleza). Y como para gustos o excentricidades, colores, el sitio informa que Sheyla Hershey pagó 250 000 dólares —22 cirugías estéticas mediante— para tener los senos más grandes del mundo. En fin, todo lo que su imaginación no concibe aún.
Dicen los viejos diplomáticos que en el Medio Oriente los megaricos se enfrentan, a veces, en las más insólitas guerras religiosas o étnicas, pero si se sientan en la mesa de los meganegocios, de inmediato se ponen de acuerdo. En realidad, las guerras más destructivas son las que desata la codicia, el interés de los más poderosos. Una vieja amistad —fundada naturalmente en viejos negocios compartidos—, une a la familia real saudí con la familia Bush. No importa que Bin Laden haya sido parte de ella. Es cierto que la compleja trama de culturas y religiones divide peligrosamente a la Humanidad. En África, es el resultado de una caprichosa división de fronteras heredadas del colonialismo. Pero aún sigue vigente la mayor de todas las contradicciones: la de clases. La llamada guerra de civilizaciones, esconde o solapa la guerra de clases. En todo caso, me atrevo a reivindicar la guerra contra la civilización capitalista, llena de pequeñas-grandes guerras parciales, como la igualdad de la mujer o la definitiva liquidación del racismo, no desde los espacios culturales previos, que el capitalismo sabe refuncionalizar —los príncipes árabes y los europeos son empresarios capitalistas, y los indígenas del Amazonas o de Chiapas toman Coca Cola—, sino desde los espacios futuros, aquellos que soñamos y construimos hoy.
viernes, 21 de junio de 2013
Brasil, ¿caminos sin horizontes?
Enrique Ubieta Gómez
Brasil
arde, dicen con fruición los noticieros burgueses. Nada más conveniente para el
imperialismo estadounidense, para la derecha continental y para la brasileña.
Pero es peligroso e inoperante que nos quedemos varados en esa certeza,
absolutamente cierta, que nada explica. A diferencia de lo sucedido en Chile,
donde los carabineros salen a reprimir a los estudiantes, en Brasil la
presidenta les ha dado el derecho, y la razón. Hay algo perverso en el regodeo
mediático con que se asume la noticia. Pero el origen de esas protestas,
paradójicamente, es el modelo capitalista. O la invisibilidad, la indefinición de
un horizonte alternativo.
Los
ideólogos de la derecha están detrás de la barrera, pero su función no es
explicar, sino abrir zanjas para, donde aparezca, desviar el torrente humano de
vuelta a casa. A la casa del modelo en crisis. Se habla de la crisis mundial de
los partidos políticos históricos, entre los que aparece el comunista, a pesar
de que su existencia en el sistema que ahora se hunde es casi fantasmal –en
parte, el precio de su derrota en el siglo XX, y de su pérdida de caminos y sus
incongruencias vergonzantes en el XXI–, y la socialdemocracia, que dejó de ser
la “alternativa” sistémica que se oponía al comunismo, para ser la variante
populista del neoliberalismo; y no de la crisis del multipartidismo burgués, de
una democracia “representativa” que no representa más que a un selecto grupo de
privilegiados.
Claro
que hay muchos indignados en el mundo. La preocupación de la derecha se
presenta como una constatación: “los indignados no buscan un orden social
superior”, “no quieren destruir el orden injusto”, “no enarbolan una doctrina, o
una guía para el pensamiento o un método para la acción”, “no se afilian a una
ideología”. Simplemente están hartos, y no creen. Así describe Fernando Mires,
ideólogo de la derecha, el best seller de Sthefane Hessel con que el mercado,
una vez más, proveyó a quienes luchaban contra sus dictados. Y sí, en parte
tiene razón: desde hace algunos años han salido todos a la calle, muchos por
primera vez, gente descreída y harta, que no comparte los problemas, sino la
ira. Pero la constatación es un exorcismo. La derecha necesita exorcizar la
predecible radicalización del movimiento. Y los intelectuales progres, tan
abundantes, se atacan de los nervios cuando el sistema anuncia el instante
fundacional de algo nuevo. ¿Será que no son lo suficientemente inteligentes o
profundos para verlo?, ¿cómo afrontarían la vergüenza de haber vivido la época
del gran nacimiento sin percibirlo? Creen que ser de izquierda es una opción
teórica y no una toma de posición ética, a favor de la justicia. Desde Chile,
el país de origen de Mires, que vive en Alemania, la joven Camila Vallejo, una
de las líderes más reconocidas de las protestas estudiantiles, toma distancia
de la interpretación burguesa de “los indignados”. Porque sí, en América
Latina, la izquierda –no la de gabinete–, ha abierto caminos. El modelo
multipartidista burgués –que en su cabal funcionamiento no deja la menor brecha
para el triunfo de una opción anti-modelo–, quebró en países como Venezuela o
Bolivia, en el instante en que aparecían líderes carismáticos y, algo raro, consecuentes.
Líderes populares, como Chávez o Evo. Los proyectos burgueses nacionales de
Argentina y de Brasil se reconstruyeron frente a la hegemonía imperialista, y
desacatan las órdenes que emanan de la primera línea del Poder real.
La
situación llega al absurdo. La crisis económica del capitalismo usufructúa su
propia crisis cultural, ante la ausencia o la indefinición de un proyecto
cultural alternativo. Allí donde le conviene, el imperialismo atiza las
contradicciones que él mismo engendra. La cultura del tener, la del
capitalismo, se hunde, pero los ciudadanos reclaman “el tener” prometido. El
mundo simbólico del capitalismo se resquebraja y los indignados, supuestamente,
reclaman que esos símbolos dejen de ser una ficción, quieren su cuota prometida
de capital, quieren un capitalismo en el que las palabras y los hechos
coincidan: que la democracia representativa sea realmente representativa, que
la libertad de información y de palabra sean realmente plenas y compartidas por
todos, que todos puedan ser ricos, y viajar y tener. Si no existe un modelo
alternativo, el pobre que ahora tiene algo, querrá tener más, y el que ya tiene
más, ser rico. Si la cultura sigue siendo la misma, si los problemas sociales
se atenúan desde el asistencialismo burgués, y los medios convierten en héroes
a los mega ricos, a los que tienen, y no a los que son, a los que más consumen
y no a los que aportan más, entonces el horizonte personal de cada ciudadano
será tener más. Todos los analistas
burgueses repiten una y otra vez que los actuales movimientos sociales nada
tienen que ver con los del 68 del pasado siglo, es un exorcismo rutinario: “¿Quieren
lo imposible? No. Al revés de los movimientos del 68, que querían cambiar el
mundo, los brasileños insatisfechos con lo ya alcanzado quieren que los
servicios públicos sean como los del primer mundo. Quieren un Brasil mejor.
Nada más”. Esto lo dice un periodista español en El País, pero ¿de qué primer
mundo habla?, ¿los brasileños querrán ser como los españoles, que ahora emigran
hacia América Latina? Ese mismo autor, entre muchos “ellos quieren” acertados,
desliza un extraño querer: “quieren una universidad no politizada, ideologizada
o burocrática. La quieren moderna, viva, que les prepare para el trabajo futuro”.
Tampoco yo la quiero burocratizada, pero ¿desideologizada?
El
problema es que casi todas las demandas de los brasileños son justas. Lo sabe
Dilma, lo sabe Lula, lo sabe el PT. El problema mayor es que las consignas del
imaginario simbólico capitalista, desde hace mucho tiempo –siglos incluso–, son
irrealizables dentro de ese sistema. Son tan irrealizables como la vieja
equivalencia del dólar y el oro. Desideologizar las protestas y reciclarlas
dentro del sistema, es la primera alternativa de la derecha; porque la
izquierda, ciertamente, va en apariencia por lo poco: la imprescindible gobernabilidad
para la disminución de la pobreza, el enfrentamiento directo al imperialismo
estadounidense y la construcción de la unidad latinoamericana en un bloque de
economías complementarias, lo que no es poco, porque es el principio del todo.
Envalentonado con la muerte de Chávez y la colaboración de las fuerzas de
derecha en cada país (y a veces, también, con la colaboración de la extrema
izquierda), el imperialismo proyecta la desestabilización del bloque de las
izquierdas y los nacionalismos en su traspatio. A pesar de ello, o por ello, es
urgente que metamos la cabeza bajo el agua, y buceemos en nuestros anhelos más
profundos. Si no hay una propuesta cultural alternativa, si no superamos las
buenas intenciones del asistencialismo y del desarrollismo burgués, la gente
volverá a la calle. Volver a ideologizar las protestas y conducirlas hacia la
victoria del fascismo, es la segunda alternativa por la que optaría el
imperialismo. La izquierda latinoamericana ha abierto caminos en un mundo donde
casi nadie los encuentra. Ahora será imprescindible abrir horizontes.
jueves, 20 de junio de 2013
La sorpresa brasileña
Ángel Guerra Cabrera
¿Quién lo hubiera imaginado en Brasil? El gigante latinoamericano, con extraordinarios logros de los gobiernos Lula/Dilma en crecimiento económico, disminución de la pobreza y la marginación e inclusión de millones de personas en la educación y la salud, estremecido por multitudinarias protestas. Extendidas en las últimas jornadas de San Pablo a Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia y a otras grandes ciudades y capitales estaduales, el 17 de junio se calculaba una participación en ellas de más de 200 mil personas.
Nadie las esperaba cuando hace dos semanas unos centenares convocados vía internet por el Movimiento Pase Libre(MPL) se manifestaron en San Pablo contra el aumento de diez centavos de dólar en el precio del transporte público. Demasiado caro, llega ya a 1.50 de dólar. Ese fue el detonador pero en modo alguno el combustible principal de una caldera social en la que evidentemente se acumulan indignación, aspiraciones y demandas, muy añejas y también recientes. Nacido en las universidades, el MPL aboga por la gratuidad del trasporte público.
Hagamos historia. El gobierno neoliberal de Fernando Enrique Cardoso dejó al de Lula una honda crisis económica, inflación desbocada, astronómica deuda pública, desgarramiento del tejido social, desarticulación del Estado y profundización de las desigualdades abismales que padece el país hace siglos; una, la injusta distribución de la tierra. Para el sindicalista fue muy difícil gobernar. A diferencia de Chávez, Evo, Correa y Kirchner, que habían llegado a la presidencia en la cresta de la ola popular, Lula lo hizo en situación de reflujo y eso impidió que contara con mayoría parlamentaria. Para hacer avanzar su agenda social debió aliarse y conciliar con sectores y partidos burgueses y convenencieros y en esas condiciones enfrentar una embestida feroz de la derecha y la gran prensa oligárquica que lo quiso desaforar en 2005. Así y todo su gestión le ganó la reelección y propició la clara victoria de Dilma.
De acuerdo con datos de la Cepal, Brasil, con casi doscientos millones de habitantes redujo en la última década la pobreza de 37.5 por ciento a 20.9. La indigencia cayó de 13.2 a 6.1. Veintisiete millones de personas dejaron la pobreza en años recientes y es debido a que en el último quinquenio el ingreso del 10 % más pobre subió 50 %, mientras que el ingreso del 10 % más rico subió un 7 %. En el gobierno de Dilma los programas contra la pobreza llegan a casi 50 millones de brasileños y cuentan con un presupuesto de 11.5 millones de dólares, 60 por ciento más que al final del gobierno de Lula, en 2010. Brasil tiene en este momento la tasa de desempleo más baja de su historia. Datos que hablan por sí solos.
Lula, junto a Dilma, es y sigue siendo una figura emblemática de la América Latina que derrotó al Alca y creó inéditos instrumentos de independencia, unidad e integración. Unasur, el Mercosur posneoliberal y la Celac no habrían sido posibles sin su concurso. Con sus gobiernos la autoestima de los brasileños ha crecido como nunca y el orgullo evidenciado en las protestas así lo evidencia. Pero aquí la cuestión es cuánto falta por trasformar en un panorama social tan dramático como el heredado por el PT y qué errores propios debe rectificar.
Las calles del país más amante del fútbol rechazan el descomunal gasto público en las obras para la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol y sugieren que esos fondos se dediquen a la educación y la salud, donde sigue habiendo grandes carencias. También censuran la corrupción, un mal endémico, que precisamente ahora genera la mayor indignación. Dilma ha echado a ocho ministros por sospechas de corrupción, lo que no hizo ningún presidente anterior. En realidad es muy pronto y los hechos han trascurrido muy veloces como para poder hacerse una idea de la envergadura y de todas las demandas del movimiento.
El capitalismo vive su crisis más profunda y no tiene soluciones para los pueblos. Golpea sin piedad a los jóvenes, que hoy acceden a un veloz flujo de información(y desinformación) antes impensable. Brasil padece una mafia mediáticas monopolizada y muy reaccionaria, que ya intenta manipular las protestas pero apenas cuenta con medios alternativos que den voz al pueblo y encausen el indispensable debate. El peligro es que un movimiento social con razones pero sin rumbo abra el paso al regreso de la derecha en 2014, una verdadera catástrofe. Es el momento de la unidad, y la humildad, de la izquierda
¿Quién lo hubiera imaginado en Brasil? El gigante latinoamericano, con extraordinarios logros de los gobiernos Lula/Dilma en crecimiento económico, disminución de la pobreza y la marginación e inclusión de millones de personas en la educación y la salud, estremecido por multitudinarias protestas. Extendidas en las últimas jornadas de San Pablo a Río de Janeiro, Belo Horizonte, Brasilia y a otras grandes ciudades y capitales estaduales, el 17 de junio se calculaba una participación en ellas de más de 200 mil personas.
Nadie las esperaba cuando hace dos semanas unos centenares convocados vía internet por el Movimiento Pase Libre(MPL) se manifestaron en San Pablo contra el aumento de diez centavos de dólar en el precio del transporte público. Demasiado caro, llega ya a 1.50 de dólar. Ese fue el detonador pero en modo alguno el combustible principal de una caldera social en la que evidentemente se acumulan indignación, aspiraciones y demandas, muy añejas y también recientes. Nacido en las universidades, el MPL aboga por la gratuidad del trasporte público.
Hagamos historia. El gobierno neoliberal de Fernando Enrique Cardoso dejó al de Lula una honda crisis económica, inflación desbocada, astronómica deuda pública, desgarramiento del tejido social, desarticulación del Estado y profundización de las desigualdades abismales que padece el país hace siglos; una, la injusta distribución de la tierra. Para el sindicalista fue muy difícil gobernar. A diferencia de Chávez, Evo, Correa y Kirchner, que habían llegado a la presidencia en la cresta de la ola popular, Lula lo hizo en situación de reflujo y eso impidió que contara con mayoría parlamentaria. Para hacer avanzar su agenda social debió aliarse y conciliar con sectores y partidos burgueses y convenencieros y en esas condiciones enfrentar una embestida feroz de la derecha y la gran prensa oligárquica que lo quiso desaforar en 2005. Así y todo su gestión le ganó la reelección y propició la clara victoria de Dilma.
De acuerdo con datos de la Cepal, Brasil, con casi doscientos millones de habitantes redujo en la última década la pobreza de 37.5 por ciento a 20.9. La indigencia cayó de 13.2 a 6.1. Veintisiete millones de personas dejaron la pobreza en años recientes y es debido a que en el último quinquenio el ingreso del 10 % más pobre subió 50 %, mientras que el ingreso del 10 % más rico subió un 7 %. En el gobierno de Dilma los programas contra la pobreza llegan a casi 50 millones de brasileños y cuentan con un presupuesto de 11.5 millones de dólares, 60 por ciento más que al final del gobierno de Lula, en 2010. Brasil tiene en este momento la tasa de desempleo más baja de su historia. Datos que hablan por sí solos.
Lula, junto a Dilma, es y sigue siendo una figura emblemática de la América Latina que derrotó al Alca y creó inéditos instrumentos de independencia, unidad e integración. Unasur, el Mercosur posneoliberal y la Celac no habrían sido posibles sin su concurso. Con sus gobiernos la autoestima de los brasileños ha crecido como nunca y el orgullo evidenciado en las protestas así lo evidencia. Pero aquí la cuestión es cuánto falta por trasformar en un panorama social tan dramático como el heredado por el PT y qué errores propios debe rectificar.
Las calles del país más amante del fútbol rechazan el descomunal gasto público en las obras para la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol y sugieren que esos fondos se dediquen a la educación y la salud, donde sigue habiendo grandes carencias. También censuran la corrupción, un mal endémico, que precisamente ahora genera la mayor indignación. Dilma ha echado a ocho ministros por sospechas de corrupción, lo que no hizo ningún presidente anterior. En realidad es muy pronto y los hechos han trascurrido muy veloces como para poder hacerse una idea de la envergadura y de todas las demandas del movimiento.
El capitalismo vive su crisis más profunda y no tiene soluciones para los pueblos. Golpea sin piedad a los jóvenes, que hoy acceden a un veloz flujo de información(y desinformación) antes impensable. Brasil padece una mafia mediáticas monopolizada y muy reaccionaria, que ya intenta manipular las protestas pero apenas cuenta con medios alternativos que den voz al pueblo y encausen el indispensable debate. El peligro es que un movimiento social con razones pero sin rumbo abra el paso al regreso de la derecha en 2014, una verdadera catástrofe. Es el momento de la unidad, y la humildad, de la izquierda
miércoles, 19 de junio de 2013
Intervención de Héctor Pesquera sobre el caso de Puerto Rico en el Comité de Descolonización de la ONU
Movimiento Independentista Nacional Hostosiano
Comité Especial de Descolonización de la ONU
Sr. Presidente del Comité de Descolonización; embajadores y embajadoras integrantes de este Comité; delegados visitantes: se dirige a ustedes Héctor L. Pesquera Sevillano, Copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico.
Saludamos y agradecemos en todo lo que vale la iniciativa de este Comité de celebrar recientemente el Seminario Regional del Caribe del Comité de Descolonización, llevado a cabo en Quito, Ecuador. En dicho Seminario, la compañera Wilma Reverón Collazo tuvo la oportunidad de exponer ampliamente nuestro caso como experta en el tema de Puerto Rico.
Es nuestro deseo que la presente sesión de trabajo, dedicada a los casos de Las Malvinas, el Sahara Occidental y Puerto Rico, sea de la mayor utilidad en el objetivo de erradicar el colonialismo de la faz de la tierra.
Han transcurrido 115 años desde que Puerto Rico fue invadido y ocupado militarmente por Estados Unidos, y han pasado 62 años desde que se configuró el llamado Estado Libre Asociado, cuyo propósito fue encubrir la relación colonial existente y que Estados Unidos pudiera alegar ante la comunidad internacional que ya Puerto Rico contaba con gobierno propio y que por tanto debía ser excluido de la lista de territorios coloniales. Según la ONU, hoy día son 16 los territorios que aun viven bajo el colonialismo, dejando fuera de esa lista a Puerto Rico. Ya es hora que se revierta aquel engaño y se rectifique el error. Por eso estamos aquí en el día de hoy.
En el plebiscito celebrado en noviembre pasado, el 54% de los electores de Puerto Rico rechazó la continuación del actual status territorial. Como respuesta, el Presidente de Estados Unidos Barak Obama, ha propuesto que el gobierno de Puerto Rico celebre un nuevo plebiscito, en el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos se limitaría a examinar la constitucionalidad de las alternativas de status que sean acordadas en la Isla. La respuesta del gobierno de Obama confirma que aquel fue otro ejercicio inútil para el pueblo de Puerto Rico. Estados Unidos ha vuelto a hacer claro que no tiene intención alguna de permitir un verdadero ejercicio de libre determinación en Puerto Rico, como sería una asamblea constitucional de estatus.
El Presidente Obama se niega además a reconocer la naturaleza colonial de la relación política de la Isla, ni aceptar la supervisión de la comunidad internacional, ni aplicar los principios sustantivos y procesales del derecho internacional. El nuevo plebiscito de Obama no es vinculante y no provee para la participación de la mayoría de los puertorriqueños y puertorriqueñas, quienes viven en Estados Unidos.
Como un ejemplo devastador del colonialismo imperante en Puerto Rico, denunciamos en esta oportunidad, el encubrimiento por parte del gobierno de Estados Unidos, de los responsables del asesinato de Santiago Mari Pesquera, hijo del dirigente independentista Juan Mari Bras. Amparándose en el Freedom of Information Act (FOIA), en diciembre de 2009, se le hizo un requerimiento formal a una docena de agencias policíacas y represivas de Estados Unidos para que entregaran toda la información que tienen sobre este asesinato político, ocurrido el 24 de marzo de 1976.
Dos años después, en enero de 2011, se recibió respuesta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), alegando que desde 1976 estaba vigente una Orden Ejecutiva que prohibía revelar información o documento alguno sobre ese tema. Por orden presidencial, el caso de Santiago Mari Pesquera fue excluido del Freedom of Information Act.
Crasa obstrucción a la justicia y detestable imposición imperial que retrata claramente la condición colonial de Puerto Rico. Denunciamos hoy ante este Comité el encubrimiento que han montado desde Washington para que no se conozca la verdad de lo que ocurre en la colonia. Desde estas vistas del Comité de Descolonización, le requerimos al Presidente Barak Obama que levante esta prohibición de inmediato y ordene a la CIA, al FBI y a todas las agencia policíacas del imperio que entreguen toda la información relacionada al asesinato de Santiago Mari Pesquera.
El caso colonial de Puerto Rico no es un asunto “interno” de Estados Unidos, como quiere hacer ver y alega el Departamento de Estado de ese País. La mera comparecencia a estas vistas del anexionista Partido Nuevo Progresista, independientemente de sus planteamientos colonialistas, es un claro reconocimiento a la jurisdicción del Comité de Descolonización y de la comunidad internacional en el caso de Puerto Rico. De la misma forma en que el maltrato conyugal no es un simple asunto doméstico, el colonialismo es un delito internacional que amerita y necesita de la intervención de todos los países defensores de la libertad y de la libre determinación de los pueblos.
De la misma forma en que Argentina está incompleta sin Las Malvinas, Latinoamérica estaría mutilada sin Puerto Rico. En ese sentido, aplaudimos la posición asumida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que declara que Puerto Rico es un asunto de interés para los países miembros de dicha organización, en la que convergen todas las naciones libres de la región.
No puedo concluir esta breve intervención sin mencionar la violación a los derechos civiles y humanos de que ha sido objeto el patriota puertorriqueño Oscar López Rivera, quien acaba de cumplir 32 años en prisiones de Estados Unidos, acusado de conspiración sediciosa, es decir, por conspirar para acabar con el colonialismo en Puerto Rico. El pueblo de Puerto Rico, fuera de líneas partidistas o ideológicas, desde el Gobernador Alejandro García Padilla, el Comisionado Residente Pedro Pierluisi, la legislatura, alcaldes, la alta jerarquía religiosa, organizaciones de la sociedad civil, el pueblo en todas sus manifestaciones incluyendo la diáspora, se han expresado contundentemente en contra de esta ignominiosa y abusiva injusticia. Oscar López Rivera ha logrado algo muy difícil en la historia de Puerto Rico: unir a todos los boricuas y al mundo en un reclamo de justicia y defensa de derechos humanos.
Por ser un combatiente anticolonial, la comunidad internacional tiene el deber de ejercer presión para lograr el indulto de Oscar López, que en estos momentos sólo puede otorgar el Presidente Barak Obama. Si Estados Unidos desea mejorar, como ha expresado, sus relaciones con sus vecinos de Latinoamérica y el Caribe, debe otorgar la inmediata e incondicional libertad a Oscar López Rivera como un gesto de buena voluntad.
Finalmente, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano respalda sin reservas la resolución que se ha de presentar este año en el Comité de Descolonización y reiteramos nuestro agradecimiento por la labor realizada. Esperamos que el caso de Puerto Rico, ocupado militarmente por Estados Unidos, así como el del Sahara Occidental ocupado por Marruecos y el de Las Malvinas, aun en posesión de Inglaterra, adelanten en su camino a la descolonización.
Muchas gracias.
17 de junio de 2013
Comité Especial de Descolonización de la ONU
Sr. Presidente del Comité de Descolonización; embajadores y embajadoras integrantes de este Comité; delegados visitantes: se dirige a ustedes Héctor L. Pesquera Sevillano, Copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico.
Saludamos y agradecemos en todo lo que vale la iniciativa de este Comité de celebrar recientemente el Seminario Regional del Caribe del Comité de Descolonización, llevado a cabo en Quito, Ecuador. En dicho Seminario, la compañera Wilma Reverón Collazo tuvo la oportunidad de exponer ampliamente nuestro caso como experta en el tema de Puerto Rico.
Es nuestro deseo que la presente sesión de trabajo, dedicada a los casos de Las Malvinas, el Sahara Occidental y Puerto Rico, sea de la mayor utilidad en el objetivo de erradicar el colonialismo de la faz de la tierra.
Han transcurrido 115 años desde que Puerto Rico fue invadido y ocupado militarmente por Estados Unidos, y han pasado 62 años desde que se configuró el llamado Estado Libre Asociado, cuyo propósito fue encubrir la relación colonial existente y que Estados Unidos pudiera alegar ante la comunidad internacional que ya Puerto Rico contaba con gobierno propio y que por tanto debía ser excluido de la lista de territorios coloniales. Según la ONU, hoy día son 16 los territorios que aun viven bajo el colonialismo, dejando fuera de esa lista a Puerto Rico. Ya es hora que se revierta aquel engaño y se rectifique el error. Por eso estamos aquí en el día de hoy.
En el plebiscito celebrado en noviembre pasado, el 54% de los electores de Puerto Rico rechazó la continuación del actual status territorial. Como respuesta, el Presidente de Estados Unidos Barak Obama, ha propuesto que el gobierno de Puerto Rico celebre un nuevo plebiscito, en el que el Departamento de Justicia de Estados Unidos se limitaría a examinar la constitucionalidad de las alternativas de status que sean acordadas en la Isla. La respuesta del gobierno de Obama confirma que aquel fue otro ejercicio inútil para el pueblo de Puerto Rico. Estados Unidos ha vuelto a hacer claro que no tiene intención alguna de permitir un verdadero ejercicio de libre determinación en Puerto Rico, como sería una asamblea constitucional de estatus.
El Presidente Obama se niega además a reconocer la naturaleza colonial de la relación política de la Isla, ni aceptar la supervisión de la comunidad internacional, ni aplicar los principios sustantivos y procesales del derecho internacional. El nuevo plebiscito de Obama no es vinculante y no provee para la participación de la mayoría de los puertorriqueños y puertorriqueñas, quienes viven en Estados Unidos.
Como un ejemplo devastador del colonialismo imperante en Puerto Rico, denunciamos en esta oportunidad, el encubrimiento por parte del gobierno de Estados Unidos, de los responsables del asesinato de Santiago Mari Pesquera, hijo del dirigente independentista Juan Mari Bras. Amparándose en el Freedom of Information Act (FOIA), en diciembre de 2009, se le hizo un requerimiento formal a una docena de agencias policíacas y represivas de Estados Unidos para que entregaran toda la información que tienen sobre este asesinato político, ocurrido el 24 de marzo de 1976.
Dos años después, en enero de 2011, se recibió respuesta de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), alegando que desde 1976 estaba vigente una Orden Ejecutiva que prohibía revelar información o documento alguno sobre ese tema. Por orden presidencial, el caso de Santiago Mari Pesquera fue excluido del Freedom of Information Act.
Crasa obstrucción a la justicia y detestable imposición imperial que retrata claramente la condición colonial de Puerto Rico. Denunciamos hoy ante este Comité el encubrimiento que han montado desde Washington para que no se conozca la verdad de lo que ocurre en la colonia. Desde estas vistas del Comité de Descolonización, le requerimos al Presidente Barak Obama que levante esta prohibición de inmediato y ordene a la CIA, al FBI y a todas las agencia policíacas del imperio que entreguen toda la información relacionada al asesinato de Santiago Mari Pesquera.
El caso colonial de Puerto Rico no es un asunto “interno” de Estados Unidos, como quiere hacer ver y alega el Departamento de Estado de ese País. La mera comparecencia a estas vistas del anexionista Partido Nuevo Progresista, independientemente de sus planteamientos colonialistas, es un claro reconocimiento a la jurisdicción del Comité de Descolonización y de la comunidad internacional en el caso de Puerto Rico. De la misma forma en que el maltrato conyugal no es un simple asunto doméstico, el colonialismo es un delito internacional que amerita y necesita de la intervención de todos los países defensores de la libertad y de la libre determinación de los pueblos.
De la misma forma en que Argentina está incompleta sin Las Malvinas, Latinoamérica estaría mutilada sin Puerto Rico. En ese sentido, aplaudimos la posición asumida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que declara que Puerto Rico es un asunto de interés para los países miembros de dicha organización, en la que convergen todas las naciones libres de la región.
No puedo concluir esta breve intervención sin mencionar la violación a los derechos civiles y humanos de que ha sido objeto el patriota puertorriqueño Oscar López Rivera, quien acaba de cumplir 32 años en prisiones de Estados Unidos, acusado de conspiración sediciosa, es decir, por conspirar para acabar con el colonialismo en Puerto Rico. El pueblo de Puerto Rico, fuera de líneas partidistas o ideológicas, desde el Gobernador Alejandro García Padilla, el Comisionado Residente Pedro Pierluisi, la legislatura, alcaldes, la alta jerarquía religiosa, organizaciones de la sociedad civil, el pueblo en todas sus manifestaciones incluyendo la diáspora, se han expresado contundentemente en contra de esta ignominiosa y abusiva injusticia. Oscar López Rivera ha logrado algo muy difícil en la historia de Puerto Rico: unir a todos los boricuas y al mundo en un reclamo de justicia y defensa de derechos humanos.
Por ser un combatiente anticolonial, la comunidad internacional tiene el deber de ejercer presión para lograr el indulto de Oscar López, que en estos momentos sólo puede otorgar el Presidente Barak Obama. Si Estados Unidos desea mejorar, como ha expresado, sus relaciones con sus vecinos de Latinoamérica y el Caribe, debe otorgar la inmediata e incondicional libertad a Oscar López Rivera como un gesto de buena voluntad.
Finalmente, el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano respalda sin reservas la resolución que se ha de presentar este año en el Comité de Descolonización y reiteramos nuestro agradecimiento por la labor realizada. Esperamos que el caso de Puerto Rico, ocupado militarmente por Estados Unidos, así como el del Sahara Occidental ocupado por Marruecos y el de Las Malvinas, aun en posesión de Inglaterra, adelanten en su camino a la descolonización.
Muchas gracias.
17 de junio de 2013
Villa Clara: motivaciones decisivas
Enrique Ubieta Gómez
Esas cosas tiene la vida. El encontronazo entre el ejército de Villa Clara y la guerrilla de Matanzas fue favorable al primero, que no se conformó con su armamento convencional y puso el corazón desnudo en el terreno. Un ejército con espíritu guerrillero. Había una diferencia en las motivaciones, y eso a veces es decisivo: Matanzas no tenía cuentas pendientes con Villa Clara, pero ésta sí las tenía, con su público y en parte, con su ex manager. Perder la serie y el torneo, frente al ex manager que llegaba con un equipo teóricamente más débil, podía interpretarse como la confirmación de que un virus de inmunodeficiencia hereditaria se había apoderado de las provincias centrales. Como Sancti Spíritus, tan lleno de estrellas y tan sin luz. ¿Qué decir de Pestano? Melodrama del bueno, Hollywood querrá comprar la historia. ¿Por qué el ICAIC no se adelanta y la filma?
Hay oportunidades que se toman, o se lloran. Pestano tiene nervios de atleta, no es de números al bate, es de gradas. Y la tomó. Antes, le quitaron una carrera a Matanzas, cuando el corredor burló al mejor receptor del país y sin embargo, el juez decretó el out. Una decisión arbitral pésima, una más. Pero la pifia no decidió el juego, lo hizo el propio receptor burlado, con su enorme jonrón de bases llenas. La venganza es dulce, dicen, y Pestano se la bebió a sorbos, enfebrecido.
No soy de los detractores implacables de Víctor. Respaldé su derecho a conformar como manager el equipo que mejor se ajustaba a su visión. Pestano y Víctor se parecen mucho. Son dos cabezones. Y en un equipo a veces solo cabe uno. También son grandes los dos. Si Víctor hubiese estado al bate, con las bases llenas, quizás la habría sacado del parque. Pero los "hubiese" y los "quizás" no valen. Víctor ya no sale al terreno como jugador, tiene que esperar por los otros. Matanzas reaccionó, pese a todo, frente a un Jonder Martínez inmenso que necesitaba el corrientazo de una puja de honor, para volver a ser él. Y el juego se cerró. Pero la maquinaria naranja ya era imparable, y la ventaja, con su puntillazo, fue definitiva.
Júbilo en el Sandino, en Villa Clara, después de 18 años de espera, justo un 18 de junio. Matanzas, que el año pasado saltó de posiciones sotaneras al tercer escaño, esta vez obtuvo el subcampeonato. El final no pudo ser más emotivo: René González, el héroe de todos los cubanos, en representación de los Cinco, con su pulóver villaclareño de campeón –con su cubana sonrisa de campeón–, entregó el trofeo a los ganadores. Villa Clara será Cuba en la próxima Serie del Caribe. Y si juegan así, como jugaron esta vez, pueden llevarse el triunfo que todos anhelamos.
Esas cosas tiene la vida. El encontronazo entre el ejército de Villa Clara y la guerrilla de Matanzas fue favorable al primero, que no se conformó con su armamento convencional y puso el corazón desnudo en el terreno. Un ejército con espíritu guerrillero. Había una diferencia en las motivaciones, y eso a veces es decisivo: Matanzas no tenía cuentas pendientes con Villa Clara, pero ésta sí las tenía, con su público y en parte, con su ex manager. Perder la serie y el torneo, frente al ex manager que llegaba con un equipo teóricamente más débil, podía interpretarse como la confirmación de que un virus de inmunodeficiencia hereditaria se había apoderado de las provincias centrales. Como Sancti Spíritus, tan lleno de estrellas y tan sin luz. ¿Qué decir de Pestano? Melodrama del bueno, Hollywood querrá comprar la historia. ¿Por qué el ICAIC no se adelanta y la filma?
Hay oportunidades que se toman, o se lloran. Pestano tiene nervios de atleta, no es de números al bate, es de gradas. Y la tomó. Antes, le quitaron una carrera a Matanzas, cuando el corredor burló al mejor receptor del país y sin embargo, el juez decretó el out. Una decisión arbitral pésima, una más. Pero la pifia no decidió el juego, lo hizo el propio receptor burlado, con su enorme jonrón de bases llenas. La venganza es dulce, dicen, y Pestano se la bebió a sorbos, enfebrecido.
No soy de los detractores implacables de Víctor. Respaldé su derecho a conformar como manager el equipo que mejor se ajustaba a su visión. Pestano y Víctor se parecen mucho. Son dos cabezones. Y en un equipo a veces solo cabe uno. También son grandes los dos. Si Víctor hubiese estado al bate, con las bases llenas, quizás la habría sacado del parque. Pero los "hubiese" y los "quizás" no valen. Víctor ya no sale al terreno como jugador, tiene que esperar por los otros. Matanzas reaccionó, pese a todo, frente a un Jonder Martínez inmenso que necesitaba el corrientazo de una puja de honor, para volver a ser él. Y el juego se cerró. Pero la maquinaria naranja ya era imparable, y la ventaja, con su puntillazo, fue definitiva.
Júbilo en el Sandino, en Villa Clara, después de 18 años de espera, justo un 18 de junio. Matanzas, que el año pasado saltó de posiciones sotaneras al tercer escaño, esta vez obtuvo el subcampeonato. El final no pudo ser más emotivo: René González, el héroe de todos los cubanos, en representación de los Cinco, con su pulóver villaclareño de campeón –con su cubana sonrisa de campeón–, entregó el trofeo a los ganadores. Villa Clara será Cuba en la próxima Serie del Caribe. Y si juegan así, como jugaron esta vez, pueden llevarse el triunfo que todos anhelamos.
martes, 18 de junio de 2013
Unesco inscribe manuscritos del Che en Memoria del Mundo
La colección de manuscritos originales del comandante Ernesto Che Guevara fue inscrita hoy en el Registro Memoria del Mundo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Irina Bokova, directora general de la organización, aprobó la propuesta presentada por Cuba y Bolivia para incluir en el registro los documentos del Che, que comprenden desde los escritos de su adolescencia y juventud hasta el diario de campaña en Bolivia
recomendadas por el Comité Consultativo Internacional del Programa Memoria del Mundo, que se reúne del 18 al 21 de junio en Gwuangju, República de Corea.
Entre las nuevas adhesiones figuran también el archivo del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, con más de ocho mil 900 bocetos, álbumes y dibujos técnicos de un artista que transformó la arquitectura del siglo XX.
Colecciones de poesía popular chilena impresa, el diario del primer viaje de Vasco de Gama a la India, el descubrimiento de la insulina y su impacto en el mundo, el legado del festival de jazz de Montreaux y la colección de manuscritos mamelucos del Corán, figuran también en la lista.
Con estas nuevas adhesiones el Registro suma 299 documentos y colecciones documentales procedentes de los cinco continentes, conservadas en todo tipo de soportes, desde la piedra hasta el celuloide, el pergamino y las grabaciones audiovisuales.
Creada en 1997, Memoria del Mundo busca proteger elementos importantes del patrimonio documental de carácter político, filosófico, literario y musical en diferentes formatos, como texto, gráfica o audiovisual.
Irina Bokova, directora general de la organización, aprobó la propuesta presentada por Cuba y Bolivia para incluir en el registro los documentos del Che, que comprenden desde los escritos de su adolescencia y juventud hasta el diario de campaña en Bolivia
recomendadas por el Comité Consultativo Internacional del Programa Memoria del Mundo, que se reúne del 18 al 21 de junio en Gwuangju, República de Corea.
Entre las nuevas adhesiones figuran también el archivo del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, con más de ocho mil 900 bocetos, álbumes y dibujos técnicos de un artista que transformó la arquitectura del siglo XX.
Colecciones de poesía popular chilena impresa, el diario del primer viaje de Vasco de Gama a la India, el descubrimiento de la insulina y su impacto en el mundo, el legado del festival de jazz de Montreaux y la colección de manuscritos mamelucos del Corán, figuran también en la lista.
Con estas nuevas adhesiones el Registro suma 299 documentos y colecciones documentales procedentes de los cinco continentes, conservadas en todo tipo de soportes, desde la piedra hasta el celuloide, el pergamino y las grabaciones audiovisuales.
Creada en 1997, Memoria del Mundo busca proteger elementos importantes del patrimonio documental de carácter político, filosófico, literario y musical en diferentes formatos, como texto, gráfica o audiovisual.
Gigantografía del número 1 de La Calle del Medio (FOTO)
Este es el pequeño equipo que trabaja de forma profesional en La Calle del Medio: de izquierda a derecha, Sheyla Valladares, Margarita Canda, Enrique Ubieta y Yuliat Danay Acosta (falta en la foto la técnico en informática Dayana Pérez, que prepara el sitio web de la revista, que aparecerá próximamente en el ciberespacio). Además, son contratados permanentes el diseñador Diezcabezas, la correctora Ana Rosa Gort y los dibujantes e ilustradores Ares y Zardoyas. Entre los colaboradores, hay algunos que tienen sus columnas permanentes, como Jorge Wejebe Cobo, el español Santiago Alba Rico, Madelaine Vázquez Gálvez, H. Romo Sigler, Alpidio Alonso-Grau, Ailer Pérez y Carmen Souto. La gigantografía de lona fue un regalo que recibió la revista en su quinto aniversario.