Juan Villoro
¿Qué hicimos para merecer esto? La Selección dio un partidazo hasta que se asustó de su propio poderío y se refugió en su área como en el regazo materno. Giovani, que había sido un fantasma, tuvo su domingo de resurrección. Su gol confirmó la capacidad del equipo para decidir jugadas de media distancia. Pero también tuvo un efecto emocional atroz. A partir de ese momento, el Tri ya no parecía entrenado por el enjundioso Herrera, sino por un Sófocles de barrio que propiciaba una tragedia.
En ese lapso de angustia, cada vez que Robben tomaba la pelota daban ganas de que el árbitro decretara una pausa de hidratación. El equipo de Orange jugó a la temperatura en que crecen las naranjas. El estadio de Fortaleza parecía estar en Martínez de la Torre, Veracruz. Van Persie salió del campo, derrotado por la marca y el calor. El clima era nuestro aliado, pero ningún partido se gana por insolación.
Por desgracia, el Tri abandonó la pelota apenas se sintió fuerte. Esto sería un enigma psicológico si no formara parte de una atávica costumbre nacional: asustarse con los logros conseguidos. Holanda carece de sentido del drama en el futbol. Tres veces ha quedado en segundo lugar sin que eso represente un trauma. Recuerdo la ocasión en que Kluivert falló un penalti y la cámara enfocó a Guillermo Alejandro, entonces príncipe de Orange. ¿Qué hizo el heredero al trono ante la pifia? Sonreír divertido. El dolor del "Maracanazo" convirtió a Brasil en una potencia. En cambio, los prósperos Países Bajos pueden prescindir de la compensación emotiva del futbol. Si ganan, lo disfrutan; si pierden, siguen siendo holandeses.
México llegó al campo con los agravios acumulados por el gol de Peiró en Chile '62, la fractura de Onofre en vísperas de México '70, la eliminación en Haití para Alemania '74, las golizas recibidas en Argentina '78, la suspensión de Italia '90 por los cachirules, los penaltis de Estados Unidos'94. Pero no basta sufrir más que Holanda para superarla. Herrera tomó al cuarto equipo de la Concacaf y le cambió el rostro. Su forma de festejar los goles se convirtió en el más extremo performance de la dicha. Si nuestro sueño de niños era abrazar a Santa Claus, ahora es abrazar al "Piojo". Ojalá el sorprendente técnico siga al frente del Tri otros cuatro años. La Selección nacional enfrentó a Holanda sin miedo, pero se temió a sí misma. Asustada de lo que había logrado, cedió la iniciativa. Sólo cuando superemos este complejo seremos capaces de salir del laberinto de la soledad para merecer la extraordinaria frase de Miguel Herrera: "¡Somos a toda madre!".
La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
lunes, 30 de junio de 2014
Transnacionales y Derechos Humanos: un trabajoso paso adelante
Atilio A. Boron
El pasado jueves 26 de Junio el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas con sede en Ginebra sometió a votación una iniciativa de Ecuador y Sudáfrica tendiente a crear un grupo de trabajo con el mandato de elaborar “un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre las empresas transnacionales y otras empresas.” La propuesta tenía como objetivo avanzar en el armado de un marco legal regulatorio del comportamiento de las grandes corporaciones a los efectos de impedir los abusos o las violaciones a los derechos humanos producidos como consecuencia de sus actividades. Los considerandos del proyecto se apoyaban en las numerosas resoluciones y normas de las Naciones Unidas relativas a la protección de los derechos humanos e, indirectamente, en una propuesta (aunque no fue explícitamente mencionada en los considerandos) ventilada en el seno de esa organización en la década de los setentas del siglo pasado.
En aquella oportunidad la inercia todavía latente de los procesos de descolonización en Asia y África y el surgimiento de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina (el Chile de Allende, la Asamblea Popular de Juan J. Torres en Bolivia, la Revolución Peruana de Velasco Alvarado y la presidencia de Luis Echeverría en México) hizo posible la construcción de un amplio consenso en el seno de la ONU relativo a la necesidad de someter a las empresas transnacionales a reglas de carácter universal más allá de las que pudieran adoptar las legislaciones de los estados, en muchos casos demasiado débiles para resguardar la soberanía nacional sobre sus propias riquezas y recursos naturales. Atento a estas consideraciones el Consejo Económico y Social de la ONU propuso la creación de una comisión y un Centro de Estudios sobre las Corporaciones Multinacionales con el propósito de elaborar un Código de Conducta para estas empresas. Por supuesto, para los ojos de la burguesía esto era una intolerable afrenta a sus intereses porque se proponía modificar la relación de fuerzas entre sus empresas y los países anfitriones amén de ser un inadmisible obstáculo a la irrestricta movilidad internacional que era una de las fuentes principales de las superganancias que obtenían en el llamado Tercer Mundo. De ahí que esa iniciativa diera origen a ásperas controversias, agravadas por los efectos de la llamada “crisis del petróleo” de 1973, entre el bloque de gobiernos del capitalismo avanzado -liderado por Estados Unidos y secundado por los países europeos y Japón- y el por entonces Grupo de los 77 más los países que por entonces conformaban el campo socialista. Las tácticas dilatorias de los primerossumadas a la esclerosis burocrática de los organismos de Naciones Unidasprecipitaron el abrupto fin de las negociaciones cuando con la elección de Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos las burguesías metropolitanas pasaron a la ofensiva, derrotaron a los movimientos y fuerzas políticas que desde Mayo de 1968 acosaban la dominación del capitaly eliminaronde la agenda de la ONU el proyecto. Hasta ahora.
La propuesta discutida en Ginebra días atrás retomó, con las necesarias actualizaciones, algunas de las preocupaciones que motivaron aquel intenso debate de los setentas. Sólo que en este caso, y en el seno del CDH de la ONU, la iniciativa fue puesta a votación y aprobada, por escaso margen, pero aprobada al fin. Votaron a favor de la propuesta de Ecuador y Sudáfrica un total de 20 países, con 14 votos en contra y 13 abstenciones. Lo preocupante del caso es que de los 9 países de América Latina y el Caribe que integran el CDH sólo dos acompañaron con su voto la iniciativa ecuatoriana: Cuba y Venezuela. Desgraciadamente Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y Perú se abstuvieron. En cambio Argelia, China, Filipinas, India, Indonesia, Pakistán, Rusia y otros acompañaron la resolución al paso que, previsiblemente, Estados Unidos, los países europeos y Japón votaron por la negativa. Sorprendente, decíamos, la conducta de los países latinoamericanos; sorprendente y suicida agregaríamos, porque si hay un tesoro que se debe preservar de la voracidad de las transnacionales es la enorme riqueza de bienes comunes que tiene Nuestra América, sede de las mayores reservas mundiales de agua, petróleo, biodiversidad y minerales estratégicos, en pos de las cuales las grandes empresas, transnacionales o no, están dispuestas a violar la totalidad de los derechos humanosen caso de que fuera necesario. ¿Cómo pudieron los representantes de esos seis países de América Latina y el Caribe no solidarizarse con una iniciativa de nuestros hermanos del Ecuador y Sudáfrica, víctimas de brutales saqueos a manos de las transnacionales, como lo prueba de manera espeluznante el desastre ambiental y humano dejado por la Chevron en la Amazonía ecuatoriana? ¿O es que pueden ser tan ingenuos (para no utilizar un término más ofensivo) como para suponer que la catástrofe producida en Ecuador es un desafortunado accidente que para nada refleja el modo de actuación de las grandes empresas, sobre todo en los países de la periferia? Puede ser comprensible que Chile, Costa Rica, México y Perú –países seducidos por el canto de sirena y las engañifas de la Alianza del Pacífico y sumamente proclives a obedecer las órdenes de la Casa Blanca– se hayan plegado al mandato de Estados Unidos y sus aliados. ¿Pero cómo explicar que también lo hayan hecho Argentina y Brasil? El delegado argentino, ¿se habrá abstenido para no desgraciar a su país con la Chevron, involucrada activamente en la explotación de los yacimientos de petróleo no convencional de Vaca Muerta o para no entorpecer las cordiales relaciones establecidas con las transnacionales mineras que están destruyendo el ecosistema de la cordillera de los Andes?Y el representante del Perú, ¿se olvidó de los desastres que la Newmont Mining Corporation está haciendo en Cajamarca o la Xstrata en el Proyecto Tintaya? Y el de Brasil, ¿ignora la devastación ambiental y social producida en Carajas, en la Amazonía, donde una transnacional instaló la mayor mina de hierro a cielo abierto del mundo? No es esta la ocasión para seguir agregando numerosos ejemplos del impacto violatorio de los derechos humanos perpetrado por las transnacionales en cada uno de los países que se abstuvieron de acompañar con su voto a Ecuador y Sudáfrica. Con lo dicho basta y sobra.
Para comprender los alcances de esta iniciativa y por qué la misma tendría que haber recibido el apoyo unánime de los países latinoamericanos y caribeños presentes en Ginebra conviene reproducir las declaraciones de Stephen Townley, el representante de Estados Unidos ante el CDH. Luego de conocido el resultado de la votación dijo que “Estados Unidos no participará en esta iniciativa de crear un grupo de trabajo con los propósitos ya establecidos y alentaremos a otros miembros del CDH a actuar de la misma manera.” “Alentaremos” quiere decir, en este caso, “presionaremos”, tal como lo hiciera con su activa militancia para impedir la creación de la Corte Penal Internacional. Como diría el maestro Noam Chomsky, ¡he ahí una clase práctica de lo que Washington entiende por democracia! Si se vota lo que EEUU quiere su resultado es aceptado; en caso contrario, la “regla de la mayoría” se arroja al cesto de la basura y el imperio declara su repudio a la nueva norma y promueve la generalización de su desobediencia. Townley hizo también una trascendental aportación al derecho internacional y la ciencia política cuando dijo que las resoluciones que por mayoría pudiera emitir el Grupo de Trabajo de la ONU ¡no serían de cumplimiento obligatorio para los países que votaron en contra de su creación! En otras palabras: Washington se opone ex ante a cualquier proyecto de regulación de las transnacionales y de protección de los derechos humanos aún sin saber cual habrá de ser su contenido (que será el producto de dos años de futuras negociaciones) y si finalmente se concretará en un tratado o convenio internacional. No debería sorprender esta declaración si se recuerda que su país es un incumplidor serial de las sentencias de la Corte Internacional de Justicia. Ejemplos: caso del minado de los puertos de Nicaragua en la década de los ochentas, y del no otorgamiento de asistencia consular a ciudadanos mexicanosque, sin contar con el auxilio de traductores, fueron sentenciados a penas de muerte en Estados Unidos. Obviamente, este personaje no tiene la menor idea de lo que quiere decir la palabra “democracia”, lo que es la ONU y lo que se supone debe ser la construcción de una legalidad internacional que torne al mundo en un lugar más justo para vivir. Previsiblemente, los peones europeos siguieron la voz del amo y con impúdica deshonra se apresuraron a declarar lo mismo, arrojando por la borda los últimos restos de la tradición democrática europea.
Para concluir: una victoria muy importantey que pese a la deplorable deserción de algunos países de América Latina y el Caribe cuenta con el aval de la constelación de actores que en la vida práctica están dando a luz un nuevo orden internacional crecientemente multipolar y en el cual la hegemonía de Estados Unidos se encuentra cada vez más menoscabada. Asombra la deserción de Brasil, apartándose de sus socios del BRICS que en su totalidad votaron a favor de la propuesta de uno de sus miembros, Sudáfrica, lo que pone de relieve, por enésima vez, la clásica anfibología de Itamaratí: estamos en el BRICS pero subrepticiamente votamos con Estados Unidos. ¿Con quién están, seriamente hablando? Sorprende y mucho consterna la defección de la Argentina, que tiene más de un motivo para preocuparse por el tema dada la creciente importancia que la explotación de los recursos mineros e hidrocarburíferos tiene en su actual estrategia económica y la sintonía política existente con el gobierno de Rafael Correa. Confiemos en que esta vez, a diferencia de lo ocurrido el siglo pasado, una nueva versión del código de conducta de las transnacionales pueda ser aprobado y llevado a la práctica para poner fin a sus interminables tropelías.Y que los países latinoamericanos que la semana pasada se abstuvieron –sobre todo Argentina y Brasil- replanteen su postura y colaboren activamente en las labores de la comisión que estará encargada de preparar la nueva normativa. En suma: lo ocurrido días atrás en Ginebra fue un pequeño paso adelante; pequeño pero significativo. La mejor prueba de su importancia la ofrece la desaforada reacción de los representantes del poder de las transnacionales, que no ahorrarán esfuerzos para frustrar la concreción de la digna y valiente iniciativa propuesta por Ecuador y Sudáfrica. Como dicen que dijo el Quijote (aunque esto también está en disputa), “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
NOTA:
1. Se trata de la Resolución HRC26th-25/06/2014-A/HRC/26/L.22/Rev.1 Es preciso aclarar que contrariamente a lo anunciado por algunos medios no se trató de una votación realizada en la Asamblea General de la ONU sino en el CDH, que es un organismo especializado de esa organización internacional. Sus resoluciones pueden, eventualmente, ser recogidas por la Asamblea General y, en ciertos casos, dar origen a tratados internacionales que obliguen a sus signatarios a dar cumplimiento a la normativa en ellos establecidas, cosa que no siempre ocurre. Por eso decíamos desde el principio que es un paso adelante, muy positivo, pero que todavía queda un largo trecho por recorrer.
Una visión panorámica de los desastres ambientales y violaciones a los derechos humanos de las transnacionales lo ofrece Hedelberto López Blanch en “Los daños de las transnacionales en Latinoamérica”, en Rebelión, 9 Abril 2012. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147719
Un estudio exhaustivo sobre los estragos de las transnacionales en América Latina y el Caribe se encuentra en José Seoane, Emilio Taddei y Clara Algranati, Extractivismo, despojo y crisis climática. Desafíos para los movimientos sociales y los proyectos emancipatorios de Nuestra América (Buenos Aires: Herramienta, Editorial El Colectivo y GEAL, 2013)
Para un examen del sistemático incumplimiento de las normativas del derecho internacional por parte de Washington ver nuestro (en co-autoría con Andrea Vlahusic) El Lado Oscuro del Imperio. La Violación de los Derechos Humanos por Estados Unidos (Buenos Aires: Ediciones Luxemburg, 2009), pp. 63-74.
Hemos examinado en detalle este tema en nuestro América Latina en la Geopolítica del Imperialismo (Buenos Aires: Ediciones Luxemburg, 2012)
El pasado jueves 26 de Junio el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas con sede en Ginebra sometió a votación una iniciativa de Ecuador y Sudáfrica tendiente a crear un grupo de trabajo con el mandato de elaborar “un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre las empresas transnacionales y otras empresas.” La propuesta tenía como objetivo avanzar en el armado de un marco legal regulatorio del comportamiento de las grandes corporaciones a los efectos de impedir los abusos o las violaciones a los derechos humanos producidos como consecuencia de sus actividades. Los considerandos del proyecto se apoyaban en las numerosas resoluciones y normas de las Naciones Unidas relativas a la protección de los derechos humanos e, indirectamente, en una propuesta (aunque no fue explícitamente mencionada en los considerandos) ventilada en el seno de esa organización en la década de los setentas del siglo pasado.
En aquella oportunidad la inercia todavía latente de los procesos de descolonización en Asia y África y el surgimiento de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina (el Chile de Allende, la Asamblea Popular de Juan J. Torres en Bolivia, la Revolución Peruana de Velasco Alvarado y la presidencia de Luis Echeverría en México) hizo posible la construcción de un amplio consenso en el seno de la ONU relativo a la necesidad de someter a las empresas transnacionales a reglas de carácter universal más allá de las que pudieran adoptar las legislaciones de los estados, en muchos casos demasiado débiles para resguardar la soberanía nacional sobre sus propias riquezas y recursos naturales. Atento a estas consideraciones el Consejo Económico y Social de la ONU propuso la creación de una comisión y un Centro de Estudios sobre las Corporaciones Multinacionales con el propósito de elaborar un Código de Conducta para estas empresas. Por supuesto, para los ojos de la burguesía esto era una intolerable afrenta a sus intereses porque se proponía modificar la relación de fuerzas entre sus empresas y los países anfitriones amén de ser un inadmisible obstáculo a la irrestricta movilidad internacional que era una de las fuentes principales de las superganancias que obtenían en el llamado Tercer Mundo. De ahí que esa iniciativa diera origen a ásperas controversias, agravadas por los efectos de la llamada “crisis del petróleo” de 1973, entre el bloque de gobiernos del capitalismo avanzado -liderado por Estados Unidos y secundado por los países europeos y Japón- y el por entonces Grupo de los 77 más los países que por entonces conformaban el campo socialista. Las tácticas dilatorias de los primerossumadas a la esclerosis burocrática de los organismos de Naciones Unidasprecipitaron el abrupto fin de las negociaciones cuando con la elección de Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos las burguesías metropolitanas pasaron a la ofensiva, derrotaron a los movimientos y fuerzas políticas que desde Mayo de 1968 acosaban la dominación del capitaly eliminaronde la agenda de la ONU el proyecto. Hasta ahora.
La propuesta discutida en Ginebra días atrás retomó, con las necesarias actualizaciones, algunas de las preocupaciones que motivaron aquel intenso debate de los setentas. Sólo que en este caso, y en el seno del CDH de la ONU, la iniciativa fue puesta a votación y aprobada, por escaso margen, pero aprobada al fin. Votaron a favor de la propuesta de Ecuador y Sudáfrica un total de 20 países, con 14 votos en contra y 13 abstenciones. Lo preocupante del caso es que de los 9 países de América Latina y el Caribe que integran el CDH sólo dos acompañaron con su voto la iniciativa ecuatoriana: Cuba y Venezuela. Desgraciadamente Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y Perú se abstuvieron. En cambio Argelia, China, Filipinas, India, Indonesia, Pakistán, Rusia y otros acompañaron la resolución al paso que, previsiblemente, Estados Unidos, los países europeos y Japón votaron por la negativa. Sorprendente, decíamos, la conducta de los países latinoamericanos; sorprendente y suicida agregaríamos, porque si hay un tesoro que se debe preservar de la voracidad de las transnacionales es la enorme riqueza de bienes comunes que tiene Nuestra América, sede de las mayores reservas mundiales de agua, petróleo, biodiversidad y minerales estratégicos, en pos de las cuales las grandes empresas, transnacionales o no, están dispuestas a violar la totalidad de los derechos humanosen caso de que fuera necesario. ¿Cómo pudieron los representantes de esos seis países de América Latina y el Caribe no solidarizarse con una iniciativa de nuestros hermanos del Ecuador y Sudáfrica, víctimas de brutales saqueos a manos de las transnacionales, como lo prueba de manera espeluznante el desastre ambiental y humano dejado por la Chevron en la Amazonía ecuatoriana? ¿O es que pueden ser tan ingenuos (para no utilizar un término más ofensivo) como para suponer que la catástrofe producida en Ecuador es un desafortunado accidente que para nada refleja el modo de actuación de las grandes empresas, sobre todo en los países de la periferia? Puede ser comprensible que Chile, Costa Rica, México y Perú –países seducidos por el canto de sirena y las engañifas de la Alianza del Pacífico y sumamente proclives a obedecer las órdenes de la Casa Blanca– se hayan plegado al mandato de Estados Unidos y sus aliados. ¿Pero cómo explicar que también lo hayan hecho Argentina y Brasil? El delegado argentino, ¿se habrá abstenido para no desgraciar a su país con la Chevron, involucrada activamente en la explotación de los yacimientos de petróleo no convencional de Vaca Muerta o para no entorpecer las cordiales relaciones establecidas con las transnacionales mineras que están destruyendo el ecosistema de la cordillera de los Andes?Y el representante del Perú, ¿se olvidó de los desastres que la Newmont Mining Corporation está haciendo en Cajamarca o la Xstrata en el Proyecto Tintaya? Y el de Brasil, ¿ignora la devastación ambiental y social producida en Carajas, en la Amazonía, donde una transnacional instaló la mayor mina de hierro a cielo abierto del mundo? No es esta la ocasión para seguir agregando numerosos ejemplos del impacto violatorio de los derechos humanos perpetrado por las transnacionales en cada uno de los países que se abstuvieron de acompañar con su voto a Ecuador y Sudáfrica. Con lo dicho basta y sobra.
Para comprender los alcances de esta iniciativa y por qué la misma tendría que haber recibido el apoyo unánime de los países latinoamericanos y caribeños presentes en Ginebra conviene reproducir las declaraciones de Stephen Townley, el representante de Estados Unidos ante el CDH. Luego de conocido el resultado de la votación dijo que “Estados Unidos no participará en esta iniciativa de crear un grupo de trabajo con los propósitos ya establecidos y alentaremos a otros miembros del CDH a actuar de la misma manera.” “Alentaremos” quiere decir, en este caso, “presionaremos”, tal como lo hiciera con su activa militancia para impedir la creación de la Corte Penal Internacional. Como diría el maestro Noam Chomsky, ¡he ahí una clase práctica de lo que Washington entiende por democracia! Si se vota lo que EEUU quiere su resultado es aceptado; en caso contrario, la “regla de la mayoría” se arroja al cesto de la basura y el imperio declara su repudio a la nueva norma y promueve la generalización de su desobediencia. Townley hizo también una trascendental aportación al derecho internacional y la ciencia política cuando dijo que las resoluciones que por mayoría pudiera emitir el Grupo de Trabajo de la ONU ¡no serían de cumplimiento obligatorio para los países que votaron en contra de su creación! En otras palabras: Washington se opone ex ante a cualquier proyecto de regulación de las transnacionales y de protección de los derechos humanos aún sin saber cual habrá de ser su contenido (que será el producto de dos años de futuras negociaciones) y si finalmente se concretará en un tratado o convenio internacional. No debería sorprender esta declaración si se recuerda que su país es un incumplidor serial de las sentencias de la Corte Internacional de Justicia. Ejemplos: caso del minado de los puertos de Nicaragua en la década de los ochentas, y del no otorgamiento de asistencia consular a ciudadanos mexicanosque, sin contar con el auxilio de traductores, fueron sentenciados a penas de muerte en Estados Unidos. Obviamente, este personaje no tiene la menor idea de lo que quiere decir la palabra “democracia”, lo que es la ONU y lo que se supone debe ser la construcción de una legalidad internacional que torne al mundo en un lugar más justo para vivir. Previsiblemente, los peones europeos siguieron la voz del amo y con impúdica deshonra se apresuraron a declarar lo mismo, arrojando por la borda los últimos restos de la tradición democrática europea.
Para concluir: una victoria muy importantey que pese a la deplorable deserción de algunos países de América Latina y el Caribe cuenta con el aval de la constelación de actores que en la vida práctica están dando a luz un nuevo orden internacional crecientemente multipolar y en el cual la hegemonía de Estados Unidos se encuentra cada vez más menoscabada. Asombra la deserción de Brasil, apartándose de sus socios del BRICS que en su totalidad votaron a favor de la propuesta de uno de sus miembros, Sudáfrica, lo que pone de relieve, por enésima vez, la clásica anfibología de Itamaratí: estamos en el BRICS pero subrepticiamente votamos con Estados Unidos. ¿Con quién están, seriamente hablando? Sorprende y mucho consterna la defección de la Argentina, que tiene más de un motivo para preocuparse por el tema dada la creciente importancia que la explotación de los recursos mineros e hidrocarburíferos tiene en su actual estrategia económica y la sintonía política existente con el gobierno de Rafael Correa. Confiemos en que esta vez, a diferencia de lo ocurrido el siglo pasado, una nueva versión del código de conducta de las transnacionales pueda ser aprobado y llevado a la práctica para poner fin a sus interminables tropelías.Y que los países latinoamericanos que la semana pasada se abstuvieron –sobre todo Argentina y Brasil- replanteen su postura y colaboren activamente en las labores de la comisión que estará encargada de preparar la nueva normativa. En suma: lo ocurrido días atrás en Ginebra fue un pequeño paso adelante; pequeño pero significativo. La mejor prueba de su importancia la ofrece la desaforada reacción de los representantes del poder de las transnacionales, que no ahorrarán esfuerzos para frustrar la concreción de la digna y valiente iniciativa propuesta por Ecuador y Sudáfrica. Como dicen que dijo el Quijote (aunque esto también está en disputa), “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”.
NOTA:
1. Se trata de la Resolución HRC26th-25/06/2014-A/HRC/26/L.22/Rev.1 Es preciso aclarar que contrariamente a lo anunciado por algunos medios no se trató de una votación realizada en la Asamblea General de la ONU sino en el CDH, que es un organismo especializado de esa organización internacional. Sus resoluciones pueden, eventualmente, ser recogidas por la Asamblea General y, en ciertos casos, dar origen a tratados internacionales que obliguen a sus signatarios a dar cumplimiento a la normativa en ellos establecidas, cosa que no siempre ocurre. Por eso decíamos desde el principio que es un paso adelante, muy positivo, pero que todavía queda un largo trecho por recorrer.
Una visión panorámica de los desastres ambientales y violaciones a los derechos humanos de las transnacionales lo ofrece Hedelberto López Blanch en “Los daños de las transnacionales en Latinoamérica”, en Rebelión, 9 Abril 2012. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147719
Un estudio exhaustivo sobre los estragos de las transnacionales en América Latina y el Caribe se encuentra en José Seoane, Emilio Taddei y Clara Algranati, Extractivismo, despojo y crisis climática. Desafíos para los movimientos sociales y los proyectos emancipatorios de Nuestra América (Buenos Aires: Herramienta, Editorial El Colectivo y GEAL, 2013)
Para un examen del sistemático incumplimiento de las normativas del derecho internacional por parte de Washington ver nuestro (en co-autoría con Andrea Vlahusic) El Lado Oscuro del Imperio. La Violación de los Derechos Humanos por Estados Unidos (Buenos Aires: Ediciones Luxemburg, 2009), pp. 63-74.
Hemos examinado en detalle este tema en nuestro América Latina en la Geopolítica del Imperialismo (Buenos Aires: Ediciones Luxemburg, 2012)
¿Piratería campechana con Despaigne?
Joel García
Trabajadores
Desde el pasado 15 de mayo mucho se ha comentado en el ambiente deportivo sobre la salida de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) del pelotero Alfredo Despaigne, tras la revelación —todo partió de un artículo de la cadena deportiva ESPN— de que el club Piratas de Campeche lo había inscrito en esa lid con un pasaporte apócrifo, específicamente dominicano. Hace solo unos días y tras varias semanas de investigación, se dio a conocer la decisión final: suspensión permanente para Despaigne de la LMB y expulsión de por vida para Enrique Rosado Méndez, presidente del club, quien días antes había pedido la renuncia. No obstante, queda aún para julio una sanción pendiente, que pudiera ser una fuerte multa económica y hasta la pérdida o suspensión de la franquicia por determinado tiempo. Sin embargo, la maraña e incongruencia provocan comentarios, al tiempo que subyacen preguntas y chantajes incluidos. Vayamos a los hechos. Una medida diferente esta temporada Desde hace algunas temporadas, varios peloteros (Pedro Luis Lazo, Michel Enríquez, Yordanis Samón, entre otros) y entrenadores cubanos (Jorge Fuentes y Víctor Mesa, por solo poner dos ejemplos) han incursionado en la LMB, tanto en los Piratas de Campeche como en otros clubes. El propio Despaigne se integró a ese conjunto en el 2013 con un contrato de 10 mil dólares mensuales, renovado para el 2014 y a tono con la nueva política del Gobierno cubano, que permite a sus deportistas ser contratados en el exterior, a partir de la mediación de nuestras federaciones nacionales. Sin embargo, muy sospechosamente (y uso el término porque al final las condiciones eran las mismas en la temporada pasada y no pasó nada), este año la National Asociation of Professional Baseball Leagues(NAPBL), de la que es miembro la LMB, sentenció que a partir del 2014 no se podía negociar directa la contratación de jugadores que tuvieran residencia fija en Cuba, por el conocido bloqueo de Estados Unidos a nuestro país. ¿Qué sucedió entonces? Está probado que Despaigne entró con pasaporte cubano a México y su correspondiente permiso de trabajo por parte del gobierno local, pero en función de burlar la medida impuesta por la NAPBL, los directivos del conjunto lo inscribieron con un pasaporte dominicano, confeccionado con fecha 24 de abril del 2013 y expedido supuestamente en la sede central de la Oficina de Pasaportes de República Dominicana, a la que nunca fue el cubano. Así lo determinó la investigación que involucró a la embajada quisqueyana en suelo mexicano. Lo controvertido y las responsabilidades Nada justifica que la Federación Cubana de Béisbol (FCB) desconociera la normativa dictada este año por el consorcio de Grandes Ligas para la LMB, pues es la principal intermediaria de nuestros peloteros; aunque también es real que no tuvo nada que ver en la confección de ningún documento ilegal. Todo fue responsabilidad del club azteca en función de que Despaigne jugara con ellos y pudiera cobrar sus honorarios. Pero aquí saltan entonces las contradicciones y no precisamente para presentar a nuestro jugador como víctima —usó el pasaporte solo para transitar dentro del certamen—, sino para entender de qué fenómeno estamos hablando, ¿cuánta seriedad e implicación puede tener esto en el futuro? Y sobre todo, ¿cómo debemos cuidar el prestigio de nuestros peloteros y del béisbol cubano? Despaigne jugó 20 partidos, bateó 346, con cinco cuadrangulares y 15 carreras remolcadas y nadie protestó. ¿Dónde estaban los controles propios de la LMB durante ese tiempo: se burlaron o había complicidad incluso entre los directivos del club y la propia LMB? Cuando el mencionado artículo de ESPN destapó el tema ¿por qué se adelantó en renunciar el dirigente Raúl González, ejecutivo de los Piratas y de origen dominicano? ¿Qué diferencias hay entre Despaigne y otros jugadores cubanos, el propio Pedro Luis Lazo, por ejemplo, que juega aún en la LMB? Plinio Escalante, presidente de la LMB, soltó pistas en la conferencia de prensa ofrecida para dar los resultados de la investigación. “También hay que ser justos, esto tiene que ver mucho con el interés que tengan los equipos de Grandes Ligas por los peloteros, independientemente de los acuerdos que se tienen que cumplir”, al referirse a las diferencias con otros cubanos contratados en suelo mexicano. “Hay que cumplir con ese tipo de reglamentaciones, nos guste o no, pues ser parte de la National Asociation nos representa muchísimas ventajas y no quisiera que por un incidente como este, se pierda una relación que tiene más de 50 años de forma oficial entre el béisbol organizado de Estados Unidos y la Liga Mexicana de Béisbol”. Consideraciones finales Después de las innumerables críticas a la no inserción de peloteros cubanos, la realidad muestra que tras la apertura de la FCB ahora aparecen medidas adicionales que torpedean y presionan para que los jugadores cubanos contratados sean los que vivan fuera de nuestro país. ¿No será que el pasado año fueron buscando a Despaigne con ofertas de más de 30 millones y tras no anidar al pez usaron ahora las leyes absurdas del bloqueo para intentarlo? La trampa mayúscula, sin discusión, la cometieron los dirigentes de los Piratas de Campeche, pero con la anuencia de la LMB, pues de lo contrario no hubiera podido el granmense ni siquiera salir al terreno el primer día. Cuba debió actualizarse más en cuanto a leyes y no sacrificar la imagen de un pelotero con tantas aguas turbias. Hace solo unos días Despaigne fue valorado para la Liga Japonesa profesional –con vistas a la temporada del 2015—, jugó el campeonato provincial de Granma y seguirá siendo uno de los mejores peloteros cubanos y del mundo (así lo calificó ESPN), aunque una “piratería campechana” le jugó una mala pasada.
Trabajadores
Desde el pasado 15 de mayo mucho se ha comentado en el ambiente deportivo sobre la salida de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) del pelotero Alfredo Despaigne, tras la revelación —todo partió de un artículo de la cadena deportiva ESPN— de que el club Piratas de Campeche lo había inscrito en esa lid con un pasaporte apócrifo, específicamente dominicano. Hace solo unos días y tras varias semanas de investigación, se dio a conocer la decisión final: suspensión permanente para Despaigne de la LMB y expulsión de por vida para Enrique Rosado Méndez, presidente del club, quien días antes había pedido la renuncia. No obstante, queda aún para julio una sanción pendiente, que pudiera ser una fuerte multa económica y hasta la pérdida o suspensión de la franquicia por determinado tiempo. Sin embargo, la maraña e incongruencia provocan comentarios, al tiempo que subyacen preguntas y chantajes incluidos. Vayamos a los hechos. Una medida diferente esta temporada Desde hace algunas temporadas, varios peloteros (Pedro Luis Lazo, Michel Enríquez, Yordanis Samón, entre otros) y entrenadores cubanos (Jorge Fuentes y Víctor Mesa, por solo poner dos ejemplos) han incursionado en la LMB, tanto en los Piratas de Campeche como en otros clubes. El propio Despaigne se integró a ese conjunto en el 2013 con un contrato de 10 mil dólares mensuales, renovado para el 2014 y a tono con la nueva política del Gobierno cubano, que permite a sus deportistas ser contratados en el exterior, a partir de la mediación de nuestras federaciones nacionales. Sin embargo, muy sospechosamente (y uso el término porque al final las condiciones eran las mismas en la temporada pasada y no pasó nada), este año la National Asociation of Professional Baseball Leagues(NAPBL), de la que es miembro la LMB, sentenció que a partir del 2014 no se podía negociar directa la contratación de jugadores que tuvieran residencia fija en Cuba, por el conocido bloqueo de Estados Unidos a nuestro país. ¿Qué sucedió entonces? Está probado que Despaigne entró con pasaporte cubano a México y su correspondiente permiso de trabajo por parte del gobierno local, pero en función de burlar la medida impuesta por la NAPBL, los directivos del conjunto lo inscribieron con un pasaporte dominicano, confeccionado con fecha 24 de abril del 2013 y expedido supuestamente en la sede central de la Oficina de Pasaportes de República Dominicana, a la que nunca fue el cubano. Así lo determinó la investigación que involucró a la embajada quisqueyana en suelo mexicano. Lo controvertido y las responsabilidades Nada justifica que la Federación Cubana de Béisbol (FCB) desconociera la normativa dictada este año por el consorcio de Grandes Ligas para la LMB, pues es la principal intermediaria de nuestros peloteros; aunque también es real que no tuvo nada que ver en la confección de ningún documento ilegal. Todo fue responsabilidad del club azteca en función de que Despaigne jugara con ellos y pudiera cobrar sus honorarios. Pero aquí saltan entonces las contradicciones y no precisamente para presentar a nuestro jugador como víctima —usó el pasaporte solo para transitar dentro del certamen—, sino para entender de qué fenómeno estamos hablando, ¿cuánta seriedad e implicación puede tener esto en el futuro? Y sobre todo, ¿cómo debemos cuidar el prestigio de nuestros peloteros y del béisbol cubano? Despaigne jugó 20 partidos, bateó 346, con cinco cuadrangulares y 15 carreras remolcadas y nadie protestó. ¿Dónde estaban los controles propios de la LMB durante ese tiempo: se burlaron o había complicidad incluso entre los directivos del club y la propia LMB? Cuando el mencionado artículo de ESPN destapó el tema ¿por qué se adelantó en renunciar el dirigente Raúl González, ejecutivo de los Piratas y de origen dominicano? ¿Qué diferencias hay entre Despaigne y otros jugadores cubanos, el propio Pedro Luis Lazo, por ejemplo, que juega aún en la LMB? Plinio Escalante, presidente de la LMB, soltó pistas en la conferencia de prensa ofrecida para dar los resultados de la investigación. “También hay que ser justos, esto tiene que ver mucho con el interés que tengan los equipos de Grandes Ligas por los peloteros, independientemente de los acuerdos que se tienen que cumplir”, al referirse a las diferencias con otros cubanos contratados en suelo mexicano. “Hay que cumplir con ese tipo de reglamentaciones, nos guste o no, pues ser parte de la National Asociation nos representa muchísimas ventajas y no quisiera que por un incidente como este, se pierda una relación que tiene más de 50 años de forma oficial entre el béisbol organizado de Estados Unidos y la Liga Mexicana de Béisbol”. Consideraciones finales Después de las innumerables críticas a la no inserción de peloteros cubanos, la realidad muestra que tras la apertura de la FCB ahora aparecen medidas adicionales que torpedean y presionan para que los jugadores cubanos contratados sean los que vivan fuera de nuestro país. ¿No será que el pasado año fueron buscando a Despaigne con ofertas de más de 30 millones y tras no anidar al pez usaron ahora las leyes absurdas del bloqueo para intentarlo? La trampa mayúscula, sin discusión, la cometieron los dirigentes de los Piratas de Campeche, pero con la anuencia de la LMB, pues de lo contrario no hubiera podido el granmense ni siquiera salir al terreno el primer día. Cuba debió actualizarse más en cuanto a leyes y no sacrificar la imagen de un pelotero con tantas aguas turbias. Hace solo unos días Despaigne fue valorado para la Liga Japonesa profesional –con vistas a la temporada del 2015—, jugó el campeonato provincial de Granma y seguirá siendo uno de los mejores peloteros cubanos y del mundo (así lo calificó ESPN), aunque una “piratería campechana” le jugó una mala pasada.
viernes, 27 de junio de 2014
Carta de Irmita González Salanueva a Tony Ávila
Acabo de ver el fragmento del programa televisivo donde intentaron acusarte de violentar a las ¨Damas de Blanco¨ y no pude evitar recordar el asedio que sufrió mi familia en septiembre de 1998 cuando arrestaron a mi padre.
Aquellos sucesos dejaron en mí una impronta que por tan dolorosa, de ella pocas veces hablo. Sin embargo, al ver tu rostro notablemente sorprendido por un inesperado ataque de ofensas y mentiras no pude evitar vivir una vez más el odio del que una vez fuimos víctimas. Por eso te escribo estas letras.
Yo tenía tan solo 14 años cuando Ninoska Pérez, quien en estos momentos te está llenando de improperios de los cuales es mejor no hacerse eco, llamaba a mi mamá por teléfono para ofenderla. El FBI acababa prácticamente de llevarse de nuestra casa a su esposo, mi padre, y estábamos solas las dos junto a mi hermanita de 4 meses, sumidas en una gran angustia que se hacía más insoportable cuando sonaba el teléfono y la voz de aquella señora la interrogaba en vivo: ¿Qué se siente al ser la mujer de un espía?.
Luego pintaron en nuestra puerta una hoz y un martillo y esos mismos canales televisivos que hoy te acusan hicieron creer a todos que nosotras éramos las autoras de aquello. Al mismo tiempo que una llamada amenazante intentaba persuadir al jefe de mi mamá para que la despidiera de su trabajo, sin pensar que este era el único sustento de ella y sus dos hijas.
El tramo del parqueo a la corte del Downtown de Miami, donde tendría lugar la primera vista legal del caso de mi padre fue de los momentos más tensos y prolongados de mi vida, pues la prensa apenas nos dejaba caminar, violando nuestro espacio y acosándonos con todo tipo de preguntas, mientras yo lo único que quería era llegar de una vez para saber que mi papá estaba bien.
Si imponerse frívola y despiadadamente en la vida de una mujer y dos niñas que acaban de ver como arrestaban violentamente a uno de sus seres queridos, sin importar su sufrimiento no es violencia, ¿entonces qué lo es?
Si difamar en vivo sobre un detenido, cuyo jurado podría estar entre las personas que escucharon esa emisión, poniéndole a este el nombre de espía y utilizando la vulnerabilidad de sus seres queridos, no es violencia, ¿entonces qué lo es?
Si manipular información y utilizar el chantaje para lograr un fin evidentemente desalmado no es violentar los derechos humanos, ¿entonces qué lo es?
El “tribunal” del programa Arrebatado, me recuerda mucho a aquellos fiscales que juzgaron a mi padre y a sus hermanos. Nunca necesitaron evidencia para condenarlos, el odio y el poder eran suficientes. Aquellos señores que trataron de hacerte lo mismo pretendían compensar sus mentiras con vulgaridad y resentimiento. Hiciste bien en marcharte, no se puede razonar con personas que de tan arrogantes se creen que no lo necesitan. ¡Y eso que se dicen defensores de la libertad de expresión! No vi que hicieran pausa suficiente para que pudieses cabalmente ejercer la tuya.
Hoy te tocó a ti ser diana de calumnias y manipulaciones, pero estoy segura de que tu buen ánimo y desbordante humanismo no sentirán mella alguna, pues como suele decir mi papá: “La mierda no deja huella”.
Mi caso es diferente, aquellos actos de agresión dejaron una marca difícil de borrar, pero era apenas una niña y por suerte millones de actos de solidaridad y nobleza hicieron de mí una persona alegre y optimista. Soy testigo fiel de que en esa misma ciudad, como mismo hay personas llenas de rencor, hay muchas más llenas de amor y sentido de justicia. Solo lamento que a ellos no hayas podido regalarle tu música. Estoy segura de que los hubieses conquistado. Desgraciadamente, los que intentaron acorralarte les arrebataron ese privilegio, pero es lógico, cuando se tiene el corazón tan corroído no se puede apreciar la importancia espiritual de una obra con tanta luz, lo esencial se les hace acríticamente invisible.
Te preguntaron por el tema Balseros, intentaban claro está, manipular tus versos para satanizarte. Yo les pregunto ¿por qué no te pidieron que cantaras Madre? Si fueran sinceros la respuesta sería evidente, quien componga tan sublime tema, no puede lacerar a mujer alguna.
Regresa a tu Cuba con la cabeza en alto. Tu público que es tan diverso , que viene de aquí y de allá , que vive aquí y en todas partes , sabe que todo eso que de ti dicen es una farsa.
Sigue cantándole a los que te siguen con la integridad y sencillez que te caracteriza y no te lo tomes como asunto personal, esa pequeña guerra que te hicieron ha estado dirigida a muchos hombres dignos. Eso solo demuestra que eres uno de ellos.
Un abrazo.
Irma González Salanueva
26/06/2014
Aquellos sucesos dejaron en mí una impronta que por tan dolorosa, de ella pocas veces hablo. Sin embargo, al ver tu rostro notablemente sorprendido por un inesperado ataque de ofensas y mentiras no pude evitar vivir una vez más el odio del que una vez fuimos víctimas. Por eso te escribo estas letras.
Yo tenía tan solo 14 años cuando Ninoska Pérez, quien en estos momentos te está llenando de improperios de los cuales es mejor no hacerse eco, llamaba a mi mamá por teléfono para ofenderla. El FBI acababa prácticamente de llevarse de nuestra casa a su esposo, mi padre, y estábamos solas las dos junto a mi hermanita de 4 meses, sumidas en una gran angustia que se hacía más insoportable cuando sonaba el teléfono y la voz de aquella señora la interrogaba en vivo: ¿Qué se siente al ser la mujer de un espía?.
Luego pintaron en nuestra puerta una hoz y un martillo y esos mismos canales televisivos que hoy te acusan hicieron creer a todos que nosotras éramos las autoras de aquello. Al mismo tiempo que una llamada amenazante intentaba persuadir al jefe de mi mamá para que la despidiera de su trabajo, sin pensar que este era el único sustento de ella y sus dos hijas.
El tramo del parqueo a la corte del Downtown de Miami, donde tendría lugar la primera vista legal del caso de mi padre fue de los momentos más tensos y prolongados de mi vida, pues la prensa apenas nos dejaba caminar, violando nuestro espacio y acosándonos con todo tipo de preguntas, mientras yo lo único que quería era llegar de una vez para saber que mi papá estaba bien.
Si imponerse frívola y despiadadamente en la vida de una mujer y dos niñas que acaban de ver como arrestaban violentamente a uno de sus seres queridos, sin importar su sufrimiento no es violencia, ¿entonces qué lo es?
Si difamar en vivo sobre un detenido, cuyo jurado podría estar entre las personas que escucharon esa emisión, poniéndole a este el nombre de espía y utilizando la vulnerabilidad de sus seres queridos, no es violencia, ¿entonces qué lo es?
Si manipular información y utilizar el chantaje para lograr un fin evidentemente desalmado no es violentar los derechos humanos, ¿entonces qué lo es?
El “tribunal” del programa Arrebatado, me recuerda mucho a aquellos fiscales que juzgaron a mi padre y a sus hermanos. Nunca necesitaron evidencia para condenarlos, el odio y el poder eran suficientes. Aquellos señores que trataron de hacerte lo mismo pretendían compensar sus mentiras con vulgaridad y resentimiento. Hiciste bien en marcharte, no se puede razonar con personas que de tan arrogantes se creen que no lo necesitan. ¡Y eso que se dicen defensores de la libertad de expresión! No vi que hicieran pausa suficiente para que pudieses cabalmente ejercer la tuya.
Hoy te tocó a ti ser diana de calumnias y manipulaciones, pero estoy segura de que tu buen ánimo y desbordante humanismo no sentirán mella alguna, pues como suele decir mi papá: “La mierda no deja huella”.
Mi caso es diferente, aquellos actos de agresión dejaron una marca difícil de borrar, pero era apenas una niña y por suerte millones de actos de solidaridad y nobleza hicieron de mí una persona alegre y optimista. Soy testigo fiel de que en esa misma ciudad, como mismo hay personas llenas de rencor, hay muchas más llenas de amor y sentido de justicia. Solo lamento que a ellos no hayas podido regalarle tu música. Estoy segura de que los hubieses conquistado. Desgraciadamente, los que intentaron acorralarte les arrebataron ese privilegio, pero es lógico, cuando se tiene el corazón tan corroído no se puede apreciar la importancia espiritual de una obra con tanta luz, lo esencial se les hace acríticamente invisible.
Te preguntaron por el tema Balseros, intentaban claro está, manipular tus versos para satanizarte. Yo les pregunto ¿por qué no te pidieron que cantaras Madre? Si fueran sinceros la respuesta sería evidente, quien componga tan sublime tema, no puede lacerar a mujer alguna.
Regresa a tu Cuba con la cabeza en alto. Tu público que es tan diverso , que viene de aquí y de allá , que vive aquí y en todas partes , sabe que todo eso que de ti dicen es una farsa.
Sigue cantándole a los que te siguen con la integridad y sencillez que te caracteriza y no te lo tomes como asunto personal, esa pequeña guerra que te hicieron ha estado dirigida a muchos hombres dignos. Eso solo demuestra que eres uno de ellos.
Un abrazo.
Irma González Salanueva
26/06/2014
La nueva guerra de Irak
Ángel Guerra Cabrera
La interminable y multidimensional guerra de Estados Unidos por controlar los hidrocarburos, otros recursos naturales estratégicos y los fondos financieros de otros países, lo ha conducido a utilizar prácticas de una ferocidad y una ausencia de escrúpulos sin límites. El cinismo con que lleva a cabo sus políticas de terror de Estado en nombre de la democracia, los derechos humanos o las “guerras” contra el terrorismo y el narcotráfico no tienen precedente. Ha implantado una tiranía mundial que pisotea las normas del derecho internacional establecidas desde la paz de Westfalia(1649) y vulnera sin contemplaciones los principios legales emanados de la Carta Magna(1215), todos ellos articulados en su Constitución.
Con esta guerra Washington trata también de acosar y cercar militar y económicamente a una China que lo desplaza como primera potencia económica mundial y a Rusia, cuya alianza con la primera crea un formidable polo de poder económico y militar, reforzado por la cooperación con los otros Brics.
A la vez persigue liquidar la lucha de los pueblos y los estados que no se subordinan a sus dictados y defienden su independencia y soberanía. En Medio Oriente, salvo Siria, ya ha destruido literalmente a todos los estados independientes. Ello da una medida del peligro que se cierne sobre los países de América Latina y el Caribe agrupados en el Alba, Unasur y Mercosur e impulsores de un esfuerzo de unidad latino-caribeña como Celac, que produce pesadilla en Washington. Aunque en Venezuela, por su liderazgo latinoamericano y sus incomparables reservas de hidrocarburos la internacional de las derechas concentra esfuerzos descomunales para derrocar su gobierno legítimo ningún país escapa en nuestra región a los planes de reconquista o recolonización de Washington.
Pero sea en la ex Yugoslavia, Afganistán, Venezuela, Argentina, Ucrania, Libia, Siria -y ahora, de repente, nuevamente en Irak-, la impudicia y la hipocresía de esta política exige a los pulpos mediáticos justificarla a sus audiencias cautivas con narrativas fantasiosas, sin lugar en el tiempo ni en el espacio reales. Inventan o reciclan nuevos membretes en cuestión de horas: “terroristas”, la “soledad de los estudiantes venezolanos”, los “expertos económicos sobre Argentina”, o los abnegados luchadores por la democracia en la plaza Maidán, o el caso de intercambiables comodines, un día nobilísimos y admirables rebeldes en Siria y al siguiente bestiales y sanguinarios yihadistas en Irak. Goebbels moriría de envidia.
¿Cómo se explica que una banda de “fundamentalistas islámicos” conquiste en horas una tercera parte de Irak sin apenas resistencia por las fuerzas del gobierno? Nadie más indicado para responderlo que Estados Unidos, creador de esta legión internacional de lunáticos y mercenarios entrenados por la CIA y otros servicios occidentales y armados con un río de dólares sauditas, cataríes y turcos para destruir al Estado sirio y, por consiguiente, golpear duro a Irán, y eliminar a las Fuerzas Patrióticas Libanesas agrupadas en torno a Hezbolá. Se suponía que Washington había organizado con tanto esmero al ejército y la seguridad iraquíes que ya estaban listas según Obama para asegurar la paz y la estabilidad del país.
Es evidente que a los hombres del llamado Estado Islámico de Irak y Levante se han unido otras fuerzas sunitas dentro de ese país no necesariamente fundamentalistas. Entre otras razones por el hartazgo con la escandalosa corrupción y la política sectaria del gobierno chiita de Nuri al-Maliki.
De la misma manera que pueden haberlo hecho muchos entre los miles de combatientes del ejército de Sadam Hussein y de funcionarios baasistas mandados masivamente al desempleo por los yanquis tan pronto inició la ocupación, también agraviados por el sectarismo religioso.
Pero fue Estados Unidos quien aplicó la carta sectaria desde el comienzo de la intervención para su plan de desmembramiento de Irak y Medio Oriente según fronteeras confesionales. Como la corrupción. Hay muchos miles de millones de dólares para la “reconstrucción” de Irak cuyo paradero aún desconocen los auditores del gobierno federal. Súmese la repartición entre los amigotes de los jugosos contratos donde cientos de compañías como la Hallyburton de Dick Cheney hicieron su agosto... sin reconstruir nada.
Los gobiernos patriotas y fuerzas populares de América Latina deben mirarse en el espejo de Medio Oriente, unirse “como la plata en las raíces de los Andes” y endurecer sus puños.
La interminable y multidimensional guerra de Estados Unidos por controlar los hidrocarburos, otros recursos naturales estratégicos y los fondos financieros de otros países, lo ha conducido a utilizar prácticas de una ferocidad y una ausencia de escrúpulos sin límites. El cinismo con que lleva a cabo sus políticas de terror de Estado en nombre de la democracia, los derechos humanos o las “guerras” contra el terrorismo y el narcotráfico no tienen precedente. Ha implantado una tiranía mundial que pisotea las normas del derecho internacional establecidas desde la paz de Westfalia(1649) y vulnera sin contemplaciones los principios legales emanados de la Carta Magna(1215), todos ellos articulados en su Constitución.
Con esta guerra Washington trata también de acosar y cercar militar y económicamente a una China que lo desplaza como primera potencia económica mundial y a Rusia, cuya alianza con la primera crea un formidable polo de poder económico y militar, reforzado por la cooperación con los otros Brics.
A la vez persigue liquidar la lucha de los pueblos y los estados que no se subordinan a sus dictados y defienden su independencia y soberanía. En Medio Oriente, salvo Siria, ya ha destruido literalmente a todos los estados independientes. Ello da una medida del peligro que se cierne sobre los países de América Latina y el Caribe agrupados en el Alba, Unasur y Mercosur e impulsores de un esfuerzo de unidad latino-caribeña como Celac, que produce pesadilla en Washington. Aunque en Venezuela, por su liderazgo latinoamericano y sus incomparables reservas de hidrocarburos la internacional de las derechas concentra esfuerzos descomunales para derrocar su gobierno legítimo ningún país escapa en nuestra región a los planes de reconquista o recolonización de Washington.
Pero sea en la ex Yugoslavia, Afganistán, Venezuela, Argentina, Ucrania, Libia, Siria -y ahora, de repente, nuevamente en Irak-, la impudicia y la hipocresía de esta política exige a los pulpos mediáticos justificarla a sus audiencias cautivas con narrativas fantasiosas, sin lugar en el tiempo ni en el espacio reales. Inventan o reciclan nuevos membretes en cuestión de horas: “terroristas”, la “soledad de los estudiantes venezolanos”, los “expertos económicos sobre Argentina”, o los abnegados luchadores por la democracia en la plaza Maidán, o el caso de intercambiables comodines, un día nobilísimos y admirables rebeldes en Siria y al siguiente bestiales y sanguinarios yihadistas en Irak. Goebbels moriría de envidia.
¿Cómo se explica que una banda de “fundamentalistas islámicos” conquiste en horas una tercera parte de Irak sin apenas resistencia por las fuerzas del gobierno? Nadie más indicado para responderlo que Estados Unidos, creador de esta legión internacional de lunáticos y mercenarios entrenados por la CIA y otros servicios occidentales y armados con un río de dólares sauditas, cataríes y turcos para destruir al Estado sirio y, por consiguiente, golpear duro a Irán, y eliminar a las Fuerzas Patrióticas Libanesas agrupadas en torno a Hezbolá. Se suponía que Washington había organizado con tanto esmero al ejército y la seguridad iraquíes que ya estaban listas según Obama para asegurar la paz y la estabilidad del país.
Es evidente que a los hombres del llamado Estado Islámico de Irak y Levante se han unido otras fuerzas sunitas dentro de ese país no necesariamente fundamentalistas. Entre otras razones por el hartazgo con la escandalosa corrupción y la política sectaria del gobierno chiita de Nuri al-Maliki.
De la misma manera que pueden haberlo hecho muchos entre los miles de combatientes del ejército de Sadam Hussein y de funcionarios baasistas mandados masivamente al desempleo por los yanquis tan pronto inició la ocupación, también agraviados por el sectarismo religioso.
Pero fue Estados Unidos quien aplicó la carta sectaria desde el comienzo de la intervención para su plan de desmembramiento de Irak y Medio Oriente según fronteeras confesionales. Como la corrupción. Hay muchos miles de millones de dólares para la “reconstrucción” de Irak cuyo paradero aún desconocen los auditores del gobierno federal. Súmese la repartición entre los amigotes de los jugosos contratos donde cientos de compañías como la Hallyburton de Dick Cheney hicieron su agosto... sin reconstruir nada.
Los gobiernos patriotas y fuerzas populares de América Latina deben mirarse en el espejo de Medio Oriente, unirse “como la plata en las raíces de los Andes” y endurecer sus puños.
jueves, 26 de junio de 2014
Papeles
Enrique Ubieta Gómez
He revisado centenares
de papeles que yacían inertes, desahuciados, en cajas mortuorias. Papeles de mi
vida, no demasiado larga, no demasiado corta. Papeles de una vida que se transparenta,
que se refugia y se delata, que se describe en la escritura de cientos de
papeles. Notas, fotos, cartas, juegos de la fantasía, dibujos; esperanzas,
promesas, fracasos, obsesiones; amigos y amores, que llegan y se van. Una
pequeña vida en papeles. Algunos tuvieron suerte, y sobrevivieron a la
destrucción prudente. Después de cincuenta o cuarenta años de inútil
salvaguarda, fueron aniquilados en mis manos. ¿Cuántas veces los salvé de la
nada? En el comienzo no eran papeles, sino caminos; ahora son fósiles encerrados
en un simple papel. Volver a recorrerlos, a sentirlos, provoca tristeza, a
veces asombro: cuántas esquinas intransitadas, cuántos horizontes perdidos. He
sido torpe. Con frecuencia perdí el sentido del tiempo, de la distancia, me
aferré a las paredes como si fueran puertas y descarté las puertas que se abrían
a mi espalda. Qué difícil es vivir, pero qué lindo es. He condenado al olvido
una parte de lo que fui, y he salvado otra, como un pequeño Dios; dentro de
algunos años más, liquidaré la parte salvada. Cada vez importa menos lo que se
fue: toda la vida de un hombre (de una mujer) se decide en un breve instante de
tiempo, en unos pocos años, o en unos pocos segundos. Uno nace y vive durante
un tiempo relativamente largo, pero vino a este mundo para estar en el lugar
exacto, en el momento exacto: entonces se salva o se condena. Lo demás no
importa (o sí importa, porque nos prepara), es pura prehistoria o posthistoria. He sido muchas personas –aunque siempre la misma–, eso dicen mis papeles, pero solo una importará. Después
de todo, he tenido suerte, no he permanecido quieto. En mis manos solo sostengo papeles, la vida es mucho más.
Presentarán libro Ser, parecer, tener
Tomado de Cubasí
El libro Ser, parecer, tener, del intelectual cubano Enrique Ubieta Gómez, será presentado el próximo 9 de Julio a las 4.00 pm en la Casa del Alba Cultural de La Habana.
Según explicó el autor a Cubasí, Ser, parecer, tener es una selección de artículos y debates publicados en la última década, en el blog La isla desconocida y en otros espacios digitales.
En sus páginas, el escritor y filósofo analiza, ya sea en polémicas, ensayos y hasta viñetas, los conceptos ser, parecer, tener como antípodas de la guerra cultural entre el capitalismo y el socalismo.
Investigador, ensayista y periodista, Enrique Ubieta actualmente dirige la gustada publicación La Calle del Medio, y es autor de varios títulos entre los que se encuentran La utopía rearmada. Historias de un viaje al Nuevo Mundo (2002); Venezuela rebelde. Solidaridad vs. dinero (2006) y el más reciente Cuba, ¿revolución o reforma? (2012).
El libro Ser, parecer, tener, del intelectual cubano Enrique Ubieta Gómez, será presentado el próximo 9 de Julio a las 4.00 pm en la Casa del Alba Cultural de La Habana.
Según explicó el autor a Cubasí, Ser, parecer, tener es una selección de artículos y debates publicados en la última década, en el blog La isla desconocida y en otros espacios digitales.
En sus páginas, el escritor y filósofo analiza, ya sea en polémicas, ensayos y hasta viñetas, los conceptos ser, parecer, tener como antípodas de la guerra cultural entre el capitalismo y el socalismo.
Investigador, ensayista y periodista, Enrique Ubieta actualmente dirige la gustada publicación La Calle del Medio, y es autor de varios títulos entre los que se encuentran La utopía rearmada. Historias de un viaje al Nuevo Mundo (2002); Venezuela rebelde. Solidaridad vs. dinero (2006) y el más reciente Cuba, ¿revolución o reforma? (2012).
martes, 24 de junio de 2014
Carta de Fidel a Maradona
Inolvidable amigo:
Todos los días tengo el placer de seguir tu programa, por Telesur, sobre la Copa Mundial de Fútbol; gracias a ello, puedo observar el extraordinario nivel de ese universal deporte.
No creo posible una educación adecuada para los jóvenes de cualquier país sin el deporte, y en el caso específico de los varones, sin incluir el fútbol.
Yo hoy soy político, pero como niño, adolescente y joven, fui deportista, y a esta noble práctica dediqué la mayor parte de mi tiempo libre.
Admiro tu conducta por numerosas razones. Tuve el privilegio de conocerte cuando triunfaron las ideas más justas de nuestro pueblo y ningún poder pudo aplastarlas.
Nada estrechó tanto nuestras relaciones como latinoamericanos.Tu has vencido las pruebas más difíciles como atleta y joven de origen humilde.
Igual que tú, saludo a Messi, formidable atleta que da gloria al noble pueblo de Argentina, nada pueda separar lo que ambos tienen de gloria y prestigio, a pesar de los mezquinos esfuerzos de los intrigantes.
Felicito igualmente a Telesur, que ha enriquecido este caluroso verano, y saludo fraternalmente como tú, a los excelentes y prestigiosos futbolistas de Nuestra América, sin olvidar por supuesto, al magnífico y visionario Víctor Hugo Morales, que descubre tus cualidades y tanto ha divulgado el noble valor del deporte y al pueblo argentino que ustedes representan con honor.
Por supuesto, Diego, no olvidaré nunca la amistad y el apoyo que brindaste siempre al Líder Bolivariano Hugo Chávez, promotor del deporte y la Revolución de América Latina y los pueblos subyugados del mundo.
Fraternalmente
Fidel Castro Ruz
Junio 23 de 2014
5 y 36 p.m.
Todos los días tengo el placer de seguir tu programa, por Telesur, sobre la Copa Mundial de Fútbol; gracias a ello, puedo observar el extraordinario nivel de ese universal deporte.
No creo posible una educación adecuada para los jóvenes de cualquier país sin el deporte, y en el caso específico de los varones, sin incluir el fútbol.
Yo hoy soy político, pero como niño, adolescente y joven, fui deportista, y a esta noble práctica dediqué la mayor parte de mi tiempo libre.
Admiro tu conducta por numerosas razones. Tuve el privilegio de conocerte cuando triunfaron las ideas más justas de nuestro pueblo y ningún poder pudo aplastarlas.
Nada estrechó tanto nuestras relaciones como latinoamericanos.Tu has vencido las pruebas más difíciles como atleta y joven de origen humilde.
Igual que tú, saludo a Messi, formidable atleta que da gloria al noble pueblo de Argentina, nada pueda separar lo que ambos tienen de gloria y prestigio, a pesar de los mezquinos esfuerzos de los intrigantes.
Felicito igualmente a Telesur, que ha enriquecido este caluroso verano, y saludo fraternalmente como tú, a los excelentes y prestigiosos futbolistas de Nuestra América, sin olvidar por supuesto, al magnífico y visionario Víctor Hugo Morales, que descubre tus cualidades y tanto ha divulgado el noble valor del deporte y al pueblo argentino que ustedes representan con honor.
Por supuesto, Diego, no olvidaré nunca la amistad y el apoyo que brindaste siempre al Líder Bolivariano Hugo Chávez, promotor del deporte y la Revolución de América Latina y los pueblos subyugados del mundo.
Fraternalmente
Fidel Castro Ruz
Junio 23 de 2014
5 y 36 p.m.
Marcha independentista estremece calles de Puerto Rico
Resumen Semanal
En vísperas de que el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) discuta nuevamente el caso de Puerto Rico, cerca de una decena de organizaciones independentistas marcharon este domingo por la avenida Ashford, en Condado, para llamar la atención sobre el independentismo y reclamar la pronta solución del problema del status político de la Isla.
Esta será la primera vez que depondrán sobre el tema ante el comité de la ONU, en Nueva York, representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entidad que reúne a 33 países de la región, confirmó Héctor Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), una de las organizaciones que participó en la denominada “Marcha Independencia Ya”.
“Es bien importante, para nosotros, esa solidaridad regional, y además, esta marcha tiene el propósito de expresarle claramente al pueblo de Puerto Rico que, si no atendemos nuestro problema colonial, no vamos a poder sacar los pies del plato. Que los problemas económicos y sociales que estamos padeciendo tienen un vínculo directo con nuestro problema de falta de poderes para tomar las decisiones que tenemos que tomar”, expresó Pesquera a este medio poco antes de que iniciara la actividad en la que participaron sobre 500 personas.
“No podemos seguir con una Constitución que es un papel de garantía de pago para los inversionistas de Wall Street. La Constitución nuestra dice que, de no haber fondos suficientes del erario público, primero hay que pagar la deuda y después, si algo sobra, atender los intereses de los trabajadores y del pueblo en términos de salud, educación y carreteras. Una Constitución así no nos sirve, solo le sirve a los intereses de Estados Unidos”, añadió.
“Nuestra lucha no es contra el pueblo de Estados Unidos. Nuestra lucha es contra el Gobierno de Estados Unidos, que nos ha mantenido en esta condición por los últimos 116 años, y queremos reclutar al pueblo de Estados Unidos aquí, que está como turista, que nos ayuden allá en nuestra campaña por la descolonización”, indicó el líder del MINH.
Los militantes independentistas, que salieron a eso de las 11:00 a.m. desde los predios del hotel Condado Plaza, llegarían hasta la plaza Antonia Quiñones, frente a la parroquia Stella Maris, donde los organizadores leerían al público una declaración sobre la propuesta política de la Mesa de Diálogo Independentista, que aglutina a las organizaciones participantes en la marcha.
El colectivo está integrado, además, por el Frente Socialista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Macheteros, la Juventud Hostosiana, el Colectivo de Resistencia y la Coordinadora Caribeña y Latinoamericana.
Este lunes, en las Naciones Unidas fue debatido el caso de Puerto Rico, impulsado por varios países latinoamericanos, entre ellos Cuba.
"El colonialismo, la corrupción y la dependencia extrema han llevado a nuestro país a un colapso económico y a una profunda crisis social", aseguró Héctor Pesquera, uno de los portavoces de la Mesa de Diálogo, que aglutina a una decena de organizaciones antiimperialistas.
Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), estableció que la marcha se realizaró en el Condado porque se desea impactar a los turistas estadounidenses que se mueven por esa zona.
"Queremos reclutar al pueblo norteamericano a favor de la descolonización de Puerto Rico, que conozca que somos una nación invadida por Estados Unidos, que nos han sometido al colonialismo en los pasados 116 años", afirmó el dirigente del MINH.
Pesquera planteó la necesidad de que, mediante la conquista de su soberanía, Puerto Rico pueda participar en el concierto de naciones de América Latina y el Caribe a través de los diversos organismos regionales para superar su rezago económico.
En vísperas de que el Comité de Descolonización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) discuta nuevamente el caso de Puerto Rico, cerca de una decena de organizaciones independentistas marcharon este domingo por la avenida Ashford, en Condado, para llamar la atención sobre el independentismo y reclamar la pronta solución del problema del status político de la Isla.
Esta será la primera vez que depondrán sobre el tema ante el comité de la ONU, en Nueva York, representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), entidad que reúne a 33 países de la región, confirmó Héctor Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), una de las organizaciones que participó en la denominada “Marcha Independencia Ya”.
“Es bien importante, para nosotros, esa solidaridad regional, y además, esta marcha tiene el propósito de expresarle claramente al pueblo de Puerto Rico que, si no atendemos nuestro problema colonial, no vamos a poder sacar los pies del plato. Que los problemas económicos y sociales que estamos padeciendo tienen un vínculo directo con nuestro problema de falta de poderes para tomar las decisiones que tenemos que tomar”, expresó Pesquera a este medio poco antes de que iniciara la actividad en la que participaron sobre 500 personas.
“No podemos seguir con una Constitución que es un papel de garantía de pago para los inversionistas de Wall Street. La Constitución nuestra dice que, de no haber fondos suficientes del erario público, primero hay que pagar la deuda y después, si algo sobra, atender los intereses de los trabajadores y del pueblo en términos de salud, educación y carreteras. Una Constitución así no nos sirve, solo le sirve a los intereses de Estados Unidos”, añadió.
“Nuestra lucha no es contra el pueblo de Estados Unidos. Nuestra lucha es contra el Gobierno de Estados Unidos, que nos ha mantenido en esta condición por los últimos 116 años, y queremos reclutar al pueblo de Estados Unidos aquí, que está como turista, que nos ayuden allá en nuestra campaña por la descolonización”, indicó el líder del MINH.
Los militantes independentistas, que salieron a eso de las 11:00 a.m. desde los predios del hotel Condado Plaza, llegarían hasta la plaza Antonia Quiñones, frente a la parroquia Stella Maris, donde los organizadores leerían al público una declaración sobre la propuesta política de la Mesa de Diálogo Independentista, que aglutina a las organizaciones participantes en la marcha.
El colectivo está integrado, además, por el Frente Socialista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Macheteros, la Juventud Hostosiana, el Colectivo de Resistencia y la Coordinadora Caribeña y Latinoamericana.
Este lunes, en las Naciones Unidas fue debatido el caso de Puerto Rico, impulsado por varios países latinoamericanos, entre ellos Cuba.
"El colonialismo, la corrupción y la dependencia extrema han llevado a nuestro país a un colapso económico y a una profunda crisis social", aseguró Héctor Pesquera, uno de los portavoces de la Mesa de Diálogo, que aglutina a una decena de organizaciones antiimperialistas.
Pesquera, copresidente del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH), estableció que la marcha se realizaró en el Condado porque se desea impactar a los turistas estadounidenses que se mueven por esa zona.
"Queremos reclutar al pueblo norteamericano a favor de la descolonización de Puerto Rico, que conozca que somos una nación invadida por Estados Unidos, que nos han sometido al colonialismo en los pasados 116 años", afirmó el dirigente del MINH.
Pesquera planteó la necesidad de que, mediante la conquista de su soberanía, Puerto Rico pueda participar en el concierto de naciones de América Latina y el Caribe a través de los diversos organismos regionales para superar su rezago económico.
miércoles, 18 de junio de 2014
De Pablo González Casanova a John D. Rockefeller: Carta abierta sobre Cuba
Pablo González Casanova
A Mr. John D. Rockefeller, director honorario de la Sociedad de las Américas y distinguidos individuos del sector privado y de las organizaciones gubernamentales o de las fundaciones, que enviaron una carta al Presidente Obama para apoyar a la sociedad civil en Cuba: Hemos leído con mucho cuidado su solicitud al presidente Obama. En ella nos sorprende a la vez su indiscutible cambio de política hacia la pequeña Isla y su gran pueblo. Durante más de cincuenta años habéis realizado todas las medidas abiertas y encubiertas para que fracasara su proyecto de Independencia y Libertad. Hoy veis la posibilidad de lograr, con distintas políticas los mismos objetivos que antes, y argumentáis por aplicarlos, con la misma emoción que ponéis, en “defensa de vuestros valores e intereses”…
Las medidas que exaltáis revelan, sin embargo, muchos errores y autoengaños al creer (y algunos creéis) que vais a impulsar “la independencia económica de Cuba”, sus “derechos individuales” y sus “derechos humanos”, cuando en realidad se trata de un país al que no habéis podido vencer, a pesar de las tremendas presiones y acciones abiertas y encubiertas en su contra, y del incalificable bloqueo de más de medio siglo que le habéis infligido.
¿Tenéis ojos y no veis?, ¿oídos y no oís? Es bien sabido. En Cuba todos los niños y jóvenes en edad de aprender tienen escuelas, universidades e institutos, todos los enfermos médicos, medicinas y hospitales, todos los trabajadores empleo, y los ancianos asistencia… Es cierto que uso aquí la palabra “todos” como la definió García Márquez, como el 80% o más de la población, o mucho más, con limitaciones de que se encargarían los cubanos si en la práctica los hubierais dejado cumplir con vuestros buenos deseos. Pero ya, en medio de presiones y bloqueos, muchísimo es lo que han logrado y, hasta centros de investigación científica de punta tienen, a nivel mundial, así como servicios hospitalarios tan buenos y tan amigos del pueblo norteamericano que curaron a los bomberos heridos el “11 de septiembre”, a quienes vuestros hospitales no habían atendido y a quienes Michael Moore se encargó de llevar a los hospitales públicos de Cuba.
Es más, si echáis cuentas veréis que en ese país de Nuestra América los habitantes que reciben beneficios gratuitos alcanzan proporciones mucho mayores que en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra y la Unión Europea. Los logros se realizan con modestos recursos pero buscando, tesoneramente, que alcance para todos en lo que se pueda, y se puede mucho.
Las ofertas que proponéis de “ayuda humanitaria”, “seguridad nacional”, “prohibición de drogas y medio ambiente”, muy bien sabéis de los inhumanos fracasos que han tenido cuando las aplicasteis y aplicáis en países enteros como Afganistán, Irak, Haití, Sudán del Sur, Nigeria, Libia entre otros, o en Continentes enteros como la propia África, el Medio Oriente, la América Latina, cuyas poblaciones –en una gran mayoría o en su totalidad– se encuentran envueltas en las llamadas “guerras de espectro completo” que vuestros estrategas diseñan, y que acrecientan los odios, enfrentamientos y pesares de inmensas poblaciones que no tienen derechos humanos, viven y mueren peor que animales, hambreados y enfermos, flacos y hasta tan esqueléticos que sorprende verlos con los ojos hundidos, la mirada de los niños perdida, sin brillo, y su pielecita arrugada que se les pega a los huesos. Duele verlos hasta en la tele, e imaginar cómo viven día a día y minuto a minuto y cómo crecen en medio del hambre y el terror, sin agua ni techo, sin forma de trabajar que no sea servil o esclava, agotadora, riesgosa, o insalubre, entre ofensivas generalizadas de los capataces, de los guardias blancos, de militares y paramilitares que con otros bandidos, asesinos y sádicos fanáticos todos muy bien armados y aprovisionados, para gloria de la industria armamentista, son espanto de niños, adultos y viejos, víctimas y candidatos a las políticas de etnocidio y genocidio crecientes, cada vez más preconizadas o patrocinadas por los “neoconservadores”, y por la ”extrema derecha” enardecida por la xenofobia, el asco visual y el racismo del mundo global que encabezáis.
En medio de tan inhumanos hechos, confirmados por los “medios” y hasta por las íntimas miradas de vuestros propios hijos –con unos que se preparan para sucederos con la misma saña y otros que cada vez más protestan y se rebelan con admirable fortaleza– vosotros añadís el error de creer que en la Cuba invencible tras más de cincuenta años de asecho se puede separar y aun enfrentar a la “sociedad civil” contra “su gobierno”. No os cabe imaginar gobiernos que no sean de las corporaciones y de los burócratas. Pero en Cuba, pueblo y gobierno están fusionados y soldados tan estrechamente –y en una proporción tan alta– que no hay grupo de “contras” aventureros que haya podido tener éxito, en tan largo tiempo, con sus acciones terroristas y subversivas.
El “pueblo gobierno” de Cuba es un fenómeno “democrático” que si lo entendierais os causaría horror, pues de hecho –como ha escrito David Brooks– la democracia es a lo que más teméis, en tanto encierra el verdadero sentido de la etimología griega y corresponda a la definición de una práctica del pueblo como hacedor de las grandes decisiones, en que para ser efectivo en el logro de sus fines se organiza como pueblo-gobierno, con los más variados colectivos y las más variadas estructuras, unas coordinadas y otras jerárquicas, todas para lograr, en cada tarea, los objetivos a alcanzar.
La organización de las practicas democráticas en Cuba es muy distinta a la de los gobiernos de las corporaciones, pues tanto en las grandes como en las pequeñas estructuras los valores e intereses dominantes engarzan con los de la Independencia y la Libertad, todo, por supuesto, en medio de contradicciones, errores y flaquezas –menores o mayores– que los enemigos del proceso cubano buscan acrecentar fingiendo consternación por las fallas que ellos mismos o sus patrocinadores atizan.
Pensad bien y entenderéis con suma claridad, que vuestros grandes triunfos en el mundo, por algo no se han dado en Cuba. Veréis, en lo íntimo de vuestra conciencia política, que los cubanos han logrado subsistir en su proyecto emancipador precisamente por la clase de democracia que los habitantes de Cuba han redefinido, tanto en la creación como en la práctica de sus organizaciones. Creación y práctica abarcan a una inmensa población con cientos de miles de cuadros, cuya conciencia, voluntad y valentía incluyen la disciplina que por convicción tienen quienes ni se rinden ni se venden.
Tamaño esfuerzo del pequeño gran país no deja de padecer y enfrentar –como hemos dicho– esas contradicciones que a ustedes tanto les interesan y, también, las que recientemente reconoció con precisión y claridad admirables. Mr. Warren Buffet, el tercer millonario de los Estados Unidos de Norteamérica, cuando dijo hace poco: “Sin duda hay guerra de clases, y es mi clase, la mía –la de los ricos–, la que está ganando”…
La lucha sigue y ustedes –como signatarios de la carta al presidente Obama sobre Cuba… (Por cierto, permítanme que les cambie de trato y les hable de “usted” pues me resulta más fácil)… Repito: la lucha de clases sigue, y confieso que la están dando muy bien en lo que les es posible, pues ahora la quieren cambiar para ganar la guerra por las buenas ya que no la ganaron por las malas.
En su propuesta al presidente Obama le piden que cambie la política de bloqueo, de sanciones y prohibiciones que Estados Unidos ha aplicado contra Cuba durante cincuenta años. Afirman que “Estados Unidos puede ayudar al pueblo cubano a determinar su propio destino…”; puede “empoderar” (como ya se dice en mal castellano) al pueblo; puede “fortalecer a un amplio espectro de la sociedad civil independiente”, y “a las organizaciones creadas para impulsar la economía individual, y las necesidades sociales, al margen de su orientación política…”
En su carta abierta al presidente Obama le proponen sin ambages “un cambio radical,” en vista de que la política seguida por Estados Unidos en sus relaciones con Cuba ha dejado a Estados Unidos cada vez más sólo en términos internacionales. “Es la oportunidad de cambiar, –le dicen–, ….de ayudar al pueblo de Cuba, a la sociedad civil de Cuba; la oportunidad de ampliar el comercio con “las empresas independientes”, eso sí, la “de facilitar y legalizar el uso de tarjetas de crédito”, de promover “la importación y exportación de artículos y servicios”, y de que las ONG’s, (las Organizaciones no Gubernamentales), “apoyen a los pequeños propietarios agrícolas”, y “que también apoyen, por supuesto, a las pequeñas empresas y hasta a las micro-empresas…”
En varias ocasiones –no sé por qué tantas– ustedes insisten en la necesidad de promover varios proyectos de telecomunicaciones, y se refieren a diversas formas de cooperación de las ONGs con instituciones académicas cubanas mediante fondos para la educación, becas para estudiantes distinguidos y para gastos de viaje, y que en ese terreno se dé la necesaria autorización para que quienes viajen a Cuba, o tengan familiares en Cuba, puedan usar, junto con las tarjetas de crédito, otros servicios bancarios norteamericanos, así como abrir cuentas en los bancos de Estados Unidos, o enviar remesas a sus familiares, o prestar servicios profesionales a “empresarios independientes”…
Por supuesto, al mismo tiempo, insisten ustedes en que “el gobierno de Estados Unidos se comprometa cada vez más con el pueblo de Cuba, y que simultáneamente cumpla con el deber de seguir presionando al gobierno de Cuba en el terreno de los derechos humanos. “El gobierno debe dar prioridad” –terminan diciendo al presidente Obama– a concertar compromisos en áreas “de interés mutuo y a realizar discusiones serias con sus contrapartes cubanos en asuntos de seguridad mutua y deberes humanitarios”. En éstos destacan la liberación de un preso al que estiman.
Para cualquier lector bien enterado, como Mr. Warren Buffet, todo el mensaje a que nos hemos referido busca seguir ganando la lucha de clases en Cuba. Su innegable sagacidad consiste en privilegiar los intereses individuales, de grupo, ideología o clase frente a los intereses de la comunidad nacional de un país donde el pueblo-gobierno de las grandes mayorías está construyendo la transición a un mundo viable, pues en el que vivimos se encuentra en proceso la destrucción por ese 1% al que parte de ustedes pertenece, un proceso que la juventud americana, con la del mundo entero, va a sufrir y a enfrentar, amenazada como está en su futuro inmediato por el enfermizo y hegemónico proyecto de acumulación de poder y riquezas que practicáis a costa de la miseria de la inmensa mayoría de la humanidad y del creciente peligro para la vida de toda la humanidad, situación y peligro confirmados por los propios “think tanks” de Harvard, MIT, Instituto de Santa Fe, y por numerosos organismos científicos del mundo, entre los que destacan los principales de Naciones Unidas, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, y muchos más que con todo rigor y responsabilidad científica registran, a más del cambio climático; del crecimiento del hoyo de ozono, –que sólo por un momento pareció contenerse–, y de muchos otros peligros más, que abarcan la polución de los mares y de las aguas dulces; la destrucción de los suelos, y subsuelos; de los bosques, vegetales y faunas de mar y tierra, y hasta de la biosfera entera.
Como nos dicen los expertos, muchos de esos daños y peligros son irreversibles, y nos aseguran que cada día se aceleran más, y que conforme pasa el tiempo se vuelve más difícil contenerlos. Las más prestigiosas revistas científicas de Estados Unidos y el mundo sostienen estas afirmaciones que para nada tienen que ver con meras creencias apocalípticas ni con supuestos errores u opiniones de algunos especialistas, ni menos con manipulaciones de los datos por científicos tramposos de que llegaron a acusar, sin la menor base un grupo de científicos ingleses por el hecho de haber señalado el carácter “antropogénico” del cambio climático que amenaza al planeta. Tan temeraria acusación fue desmentida por las grandes revistas científicas de vuestro propio país y del mundo. Ese peligro y otros que amenazan a la Tierra son antropogénicos. Por primera vez en la historia del sistema solar el hombre es capaz de destruir a la tierra. Piénsese nada más en el perfeccionamiento y la excedente cantidad de bombas nucleares y e sistemas de lanzamiento, que a su capacidad letal, precisión y alcance añaden la irresponsabilidad con que las grandes potencias juegan a las amenazas de guerra.
Bueno…, es posible que ganéis la lucha de clases, pero vuestra victoria será una victoria pírrica si destruís a los movimientos que están luchando por la construcción de la vida, como el gobierno-pueblo de Cuba, y muchos otros que desde las comunidades agrícolas y las ciudades perdidas están construyendo la transición a otro mundo posible y autosostenible.
Con mis mejores deseos y buenas maneras os digo. Dejaos de “descalificaciones” y “negaciones” freudianas. Alentad a los hombres de ciencia que han confirmado la verdad, atended su verdad, y pensad por vuestra propia cuenta que la democracia de las corporaciones y complejos ya es insostenible, que la organización del mundo por los complejos empresariales-militares-políticos y mediáticos, cuyo más poderoso “atractor” es la “maximización de utilidades y riquezas”, ya ha entrado a una “fase de transición” terminal, “entrópica”, y que es necesario impulsar la transición a un sistema cuyo atractor principal sea la libertad y la vida.
En ese camino veréis que es pionero el pueblo-gobierno de Cuba y también el ciberespacio en el que desde Wall Street y hasta Washington D.C. luchan muchos de vuestros propios hijos. Todos ellos, absolutamente todos, buscan caminos pacíficos, y continúan, bajo nuevas formas, la vieja lucha de los rebeldes por la paz y por la vida para transitar a un mundo viable, realmente humano…
Conocerlos y reconocerlos consiste en respetarlos, y en empezar por honrar vuestra palabra, un acto para el que también apelamos a la Señora Hilary Clinton, que ha empezado a organizar su campaña por la presidencia del gobierno de Estados Unidos y que podría empezar por honrar su palabra y la del gobierno al que aspira, así como la de su esposo, demandando la inmediata liberación de los tres jóvenes aún encarcelados –Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero– quienes por acuerdo con el expresidente Clinton formaron parte de un grupo cubano-norteamericano encargado de poner al descubierto a los terroristas que desde Miami estaban cometiendo atentados sin cuento.
La lucha de clases sigue, la lucha por la independencia y la autonomía de los pueblos sigue, así como la lucha por la redefinición en los hechos de la libertad, la justicia y la democracia: Ninguna se detendrá. Sólo que en el mundo actual los seres humanos tienen que empezar por recuperar el uso de la palabra para la transición a la paz y la vida.
Haced vivir la palabra que se honra con actos… Haced –para empezar– algo que os parecerá muy pequeño y que será muy grande. Pidan al presidente Obama la libertad de los tres héroes cubanos encarcelados. Inicien una nueva historia de su palabra con actos como éste a que nos obligan los cambios de un mundo en que no sólo existe la lucha de clases sino la lucha por la vida, por la vida del 99% y también del 1% de la humanidad y de nuestros descendientes.
Pensad que otra vez en el principio del mundo estará la palabra.
Viva la vida y la libertad.
Viva el pueblo de Estados Unidos y el pueblo de Cuba.
Viva la Humanidad y la transición a otro mundo viable, posible y necesario.
Gracias por su atención.
Sinceramente
Pablo González Casanova
Profesor y ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Fuente: La Jornada
martes, 17 de junio de 2014
Mensajes de Bladimir Zamora
Fidel Díaz
(Poemas de Bladimir Zamora)
El Diablo Ilustrado
solo amor puedo darte
lo digo también
ronco sin más
en este trapecio
(nostalgia anticipada)
solo amor
vaya noticia
cántaro que se está cayendo
de continuo al suelo
es todo lo que tengo
digo sin que pueda como Armstrong
salirte a perseguir con la trompeta
y como ese negro engreído en la memoria
pudiera esperar
—dudando—
que bastara con eso
pero yo sé que no
no basta con mi amor.
Me valgo de su propio juego en el poema “convaleciente con armstrong” (lo escribo con baja respetando su puntuación en el libro) para iniciar este Parte médico para amigos. Me han llovido en estos días, señales de alarma sobre nuestro hermano Bladimir Zamora: preocupaciones de buenos amigos, exageraciones desde el desconocimiento casi pleno (o hasta desde el mal de ojo), exclamaciones desde el sensacionalismo telenovelero, lamentos con doble filo, y hasta de doble sentido y no han faltado, claro, los nostradámicos, esos que ponen cara de melodrama y musitan “yo lo veía
venir” ; priman los que extrañan sinceramente a Bladimir Pascual Zamora Céspedes, (sencillamente el Blado, con “B” que viene de un Vladimir IIich aplatanado), y no están ausentes los borrachines (entre los que no podría excluir) que dicen “se ha dado la vida que ha querido, se la ha cogido buena” —no sin esperar que llegue de un momento a otro a su mesa la camarera fatal con la cuenta.
Hay quienes han pensado que el Gordo le llegó la hora, hay algún que otro “lengua de chucho” que dijo que Fidelito lo quería jubilar, en fin… hermanas y hermanos, el Blado no está bien (imaginen que no puede tomar ron), pero nada apunta a que tengamos que separarle un par de páginas de homenaje en la publicación. Esto viene de una broma interna a partir de compañeros que hemos perdido; es común que entre nosotros (Joaco, Grillo, Paca, Racso, Blado, Leo) nos encarguemos detalles de nuestra personalidad, vida u obra que nos gustaría para nuestra nota de despedida en el Caimán Barbudo en caso de que nos sorprenda la pelona.
Y siguiendo con la broma caimanera: el Blado tendrá aun que escribir sus sabrosas despedidas sobre algunos de nosotros, así que por él no se apuren. Tiene la enfermedad que nos depara a casi toda la tropa bohemia que gira en torno a nuestro Caimán Barbudo (mal de trovadores y poetas): el hígado. Por ello está tomándose una temporadilla en Bayamo y como rey nacido en Cauto del Paso, allí está con su mamá, tía, hermanos, sobrinos, en fin está en familia. Estuvo ingresado, sueros, pruebas, etc. Y ahora está con tratamiento consistente en rigurosa dieta, y reposo, que llevará tiempo.
La soledad necesaria el lienzo exacto
debajo del cual uno puede ser otra vez
semilla la conozco.
fue mi corteja entre el borde afilado
y el alcohol.
no me arrepiento de volver a ser
leche pequeño accidente en los presentimientos
geométrico
en la ausencia de los otros pero andan
unos labios derramándose en su carne
unos pies se encienden y caen detrás de los telares
el aliento de una costumbre trocada en junco muerto
y la soledad así desnuda ofreciéndose
no es claro cristal donde dibujar un cerco seguro
alrededor de la vigilia.
delante de mí van los paseantes
debajo de mí la cal del trigo se gobierna un rostro
y me asombro del callado del tonto —disfrazado—
que todavía no sabe
cómo crecen los ojos alrededor del fuego.
Bladimir está entonces en Bayamo, por un tiempo que ya veremos, escribiendo como el periodista de El caimán Barbudo que es desde 1973 en que comenzó a colaborar. Así mismo, el forzado reposo lo empleará en retomar con mayor ahínco su poesía y proyectos aplazados de libros. La Asociación Hermanos Saíz, especialmente Dayron, lo visitan cotidianamente y planean artículos, entrevistas, etc. Hace unos 15 días fui con los subdirectores de la editora Abril, Diana y Carlitos, en el flamante auto de Henry que nos facilitó la UJC a ver al Blado, y lo encontramos repuesto, animado, aunque con la lógica nostalgia de estar fuera del ambiente cotidiano “farandulero” y sin el animoso alcohol, al que tiene que sustituir definitivamente por juguitos que no son buenos des-inhibidores pero es lo que hay.
Su cumpleaños, el pasado 13 de abril, trovadores, escritores, poetas de la AHS, la UNEAC y Cultura le celebraron el cumpleaños con una buena descarga.
En nuestra visita organizamos una presentación de El Caimán en la Casa del Joven Creador, con los trovadores Ormán Cala, Manuel Argudín y otros muy buenos talentos que surgen allí en Bayamo. Leyeron también jóvenes poetas, así mismo el ya antológico Juan Salvador y Bladimir leyó varios de sus poemas y reseñamos el número de la revista.
Así que actualizados, amigos, pueden ir leyendo su libro “Los olores del cuerpo” o seguir sus artículos en el Caimán, pronto tendrá internet y podrán escribirle (a tiguabos@cubarte.cult.cu,) hasta que de aquí a unos meses lo tengamos de nuevo en La Habana, con sus malcriadeces y sus luces (más lo primero que lo segundo, y también viceversa).
escribo sobre el olor de las barajas
con el cuerpo al revés
en esta grieta que no tiene puntos cardinales.
saldo la distancia del corazón a los zapatos.
estos son todavía lo dientes mis veletas
y este fagot uno de mis pulmones urgente de delirio.
escribo sobre el olor a manos
que en el cartón revela jugadores
me quedo en carnes y como una piedra nimbada
detrás de un beso mitad de fruta
que me repleta con aves de azúcar los oídos
escribo el rotundo itinerario del as de espada
y se me hace fuego lento en el tacto.
escribo sobre la ilusión de la carta de triunfo
y caminamos qué buen invento los amigos.
(Poemas de Bladimir Zamora)
El Diablo Ilustrado
solo amor puedo darte
lo digo también
ronco sin más
en este trapecio
(nostalgia anticipada)
solo amor
vaya noticia
cántaro que se está cayendo
de continuo al suelo
es todo lo que tengo
digo sin que pueda como Armstrong
salirte a perseguir con la trompeta
y como ese negro engreído en la memoria
pudiera esperar
—dudando—
que bastara con eso
pero yo sé que no
no basta con mi amor.
Me valgo de su propio juego en el poema “convaleciente con armstrong” (lo escribo con baja respetando su puntuación en el libro) para iniciar este Parte médico para amigos. Me han llovido en estos días, señales de alarma sobre nuestro hermano Bladimir Zamora: preocupaciones de buenos amigos, exageraciones desde el desconocimiento casi pleno (o hasta desde el mal de ojo), exclamaciones desde el sensacionalismo telenovelero, lamentos con doble filo, y hasta de doble sentido y no han faltado, claro, los nostradámicos, esos que ponen cara de melodrama y musitan “yo lo veía
venir” ; priman los que extrañan sinceramente a Bladimir Pascual Zamora Céspedes, (sencillamente el Blado, con “B” que viene de un Vladimir IIich aplatanado), y no están ausentes los borrachines (entre los que no podría excluir) que dicen “se ha dado la vida que ha querido, se la ha cogido buena” —no sin esperar que llegue de un momento a otro a su mesa la camarera fatal con la cuenta.
Hay quienes han pensado que el Gordo le llegó la hora, hay algún que otro “lengua de chucho” que dijo que Fidelito lo quería jubilar, en fin… hermanas y hermanos, el Blado no está bien (imaginen que no puede tomar ron), pero nada apunta a que tengamos que separarle un par de páginas de homenaje en la publicación. Esto viene de una broma interna a partir de compañeros que hemos perdido; es común que entre nosotros (Joaco, Grillo, Paca, Racso, Blado, Leo) nos encarguemos detalles de nuestra personalidad, vida u obra que nos gustaría para nuestra nota de despedida en el Caimán Barbudo en caso de que nos sorprenda la pelona.
Y siguiendo con la broma caimanera: el Blado tendrá aun que escribir sus sabrosas despedidas sobre algunos de nosotros, así que por él no se apuren. Tiene la enfermedad que nos depara a casi toda la tropa bohemia que gira en torno a nuestro Caimán Barbudo (mal de trovadores y poetas): el hígado. Por ello está tomándose una temporadilla en Bayamo y como rey nacido en Cauto del Paso, allí está con su mamá, tía, hermanos, sobrinos, en fin está en familia. Estuvo ingresado, sueros, pruebas, etc. Y ahora está con tratamiento consistente en rigurosa dieta, y reposo, que llevará tiempo.
La soledad necesaria el lienzo exacto
debajo del cual uno puede ser otra vez
semilla la conozco.
fue mi corteja entre el borde afilado
y el alcohol.
no me arrepiento de volver a ser
leche pequeño accidente en los presentimientos
geométrico
en la ausencia de los otros pero andan
unos labios derramándose en su carne
unos pies se encienden y caen detrás de los telares
el aliento de una costumbre trocada en junco muerto
y la soledad así desnuda ofreciéndose
no es claro cristal donde dibujar un cerco seguro
alrededor de la vigilia.
delante de mí van los paseantes
debajo de mí la cal del trigo se gobierna un rostro
y me asombro del callado del tonto —disfrazado—
que todavía no sabe
cómo crecen los ojos alrededor del fuego.
Bladimir está entonces en Bayamo, por un tiempo que ya veremos, escribiendo como el periodista de El caimán Barbudo que es desde 1973 en que comenzó a colaborar. Así mismo, el forzado reposo lo empleará en retomar con mayor ahínco su poesía y proyectos aplazados de libros. La Asociación Hermanos Saíz, especialmente Dayron, lo visitan cotidianamente y planean artículos, entrevistas, etc. Hace unos 15 días fui con los subdirectores de la editora Abril, Diana y Carlitos, en el flamante auto de Henry que nos facilitó la UJC a ver al Blado, y lo encontramos repuesto, animado, aunque con la lógica nostalgia de estar fuera del ambiente cotidiano “farandulero” y sin el animoso alcohol, al que tiene que sustituir definitivamente por juguitos que no son buenos des-inhibidores pero es lo que hay.
Su cumpleaños, el pasado 13 de abril, trovadores, escritores, poetas de la AHS, la UNEAC y Cultura le celebraron el cumpleaños con una buena descarga.
En nuestra visita organizamos una presentación de El Caimán en la Casa del Joven Creador, con los trovadores Ormán Cala, Manuel Argudín y otros muy buenos talentos que surgen allí en Bayamo. Leyeron también jóvenes poetas, así mismo el ya antológico Juan Salvador y Bladimir leyó varios de sus poemas y reseñamos el número de la revista.
Así que actualizados, amigos, pueden ir leyendo su libro “Los olores del cuerpo” o seguir sus artículos en el Caimán, pronto tendrá internet y podrán escribirle (a tiguabos@cubarte.cult.cu,) hasta que de aquí a unos meses lo tengamos de nuevo en La Habana, con sus malcriadeces y sus luces (más lo primero que lo segundo, y también viceversa).
escribo sobre el olor de las barajas
con el cuerpo al revés
en esta grieta que no tiene puntos cardinales.
saldo la distancia del corazón a los zapatos.
estos son todavía lo dientes mis veletas
y este fagot uno de mis pulmones urgente de delirio.
escribo sobre el olor a manos
que en el cartón revela jugadores
me quedo en carnes y como una piedra nimbada
detrás de un beso mitad de fruta
que me repleta con aves de azúcar los oídos
escribo el rotundo itinerario del as de espada
y se me hace fuego lento en el tacto.
escribo sobre la ilusión de la carta de triunfo
y caminamos qué buen invento los amigos.
lunes, 16 de junio de 2014
Vivir en un país "normal"
Ana María Radaelli*
Oscuros amanuenses y escribientes de nombradía, tontos de capirote y muy ilustrados aspirantes al consumismo incontinente del capitalismo globocolonizador, al decir de Frey Betto, se dan la mano para repetir hasta el hartazgo una frasecita que de inocente nada tiene: “Me gustaría que Cuba fuera un país normal”. “Yo quiero vivir en un país normal, y Cuba no lo es”, ya suspirando “Anhelo la normalidad. Un país que sea normal”, ya perentorios: ¡“Cuba tiene que acabar de ser normal”!
Déjenme contarles que yo nací en un país al parecer del todo normal. Guardo, por ejemplo, de mi cumpleaños número quince, con inmejorable nitidez, la imagen de Buenos Aires, Plaza de Mayo, para ser exacta, bombardeada en plena mañana, de ómnibus destripados con su gente adentro destripada, la de la Revolución Libertadora y su ¡Viva Cristo Rey!, ¡Venceremos!, a punta de tanques y bayoneta, la que ocultaba prolijamente fusilamientos y fusilados en solares yermos y basurales, una gran Operación Masacre como preámbulo del país que se iba gestando.
El país del golpe de Estado de 1976 y sus 30 000 desaparecidos, país del Miedo y el Espanto, de los frenazos de Ford Falcon en noches de cacería, de pozos y chupaderos y maternidades clandestinas y bebés robados y vuelos de la muerte y tumbas NN sin fin y Operación Cóndor… País prolijamente limpiado, como muchos otros, para entronizar a Su Ilustrísima Majestad: la Sociedad de Mercado Neoliberal. Y así nos fue.
Déjenme contarles también que yo llegué a Cuba en 1969, y me encontré con un país rayano en el surrealismo. Y es que a la muy joven Revolución Socialista no le quedaba otro camino que dedicar todos sus esfuerzos, que no eran pocos, y su economía, que era magra –ya el bloqueo hacía estragos--, en asegurar la defensa de lo conquistado a precio de sangre derramada en la sierra y en el llano, mientras yo añoraba, tontamente, a la hora del desayuno, una taza de café con leche y un trozo de pan untado de mantequilla, qué locura.
Solo en el año de mi llegada, se verificaron los siguientes actos terroristas: **
Incendio en el centro comercial de Pina, Morón, provincia de Camagüey; los autores resultaron detenidos. Explosión de una granada norteamericana de fragmentación en una casa donde se encontraba el contrarrevolucionario Alejandro Blay Martínez, quien preparaba la ejecución de planes contra la zafra de 1970. El hecho produjo la muerte de tres niños e hirió a un cuarto. Infiltración, en la provincia de Oriente, de varios agentes de la CIA encabezados por Amancio Mosquera, alias Yarey, quien fue capturado. Explosión de una bomba frente al Consulado General de Cuba en Montreal, Canadá. Secuestro de un avión MIG-17, que aterrizó en el aeropuerto de Homestead, en la Florida. En el año siguiente, 1970, se recrudecen los sabotajes en el sector azucarero, se producen nuevos desembarcos mercenarios, se multiplican los ataques y secuestros de pescadores con sus embarcaciones... Largo sería el inventario. Y las embestidas siguieron, siguen, se repiten, cambian de escenario, ahora es el digital, pero el guión ¡es el mismo!
En fin, que desde entonces y hasta el sol de hoy, mi vida, al igual que la de todos los cubanos, ha transcurrido bajo el signo del acoso sin tregua y la también sin tregua agresión criminal. Atesoro, sin embargo, de aquellos años inaugurales, algo que se parece mucho a la nostalgia, cuando las guardias interminables y los trabajos voluntarios en el campo o en la construcción y las movilizaciones y las convocatorias a la Plaza con Fidel refrendaban con júbilo el amor compartido y nuestras certezas inconmovibles, aunque solo tuviéramos dos mudas de ropa, y que el café con leche, pan y mantequilla ya no fuesen ni recuerdo.
Pero volviendo al tema. De algo sí puedo estar segura: Oriunda de esta orilla que me tocó en suerte, y a cuánta honra, yo no quiero vivir en un país del Mundo Primero donde lo normal sea, por ejemplo, que la extrema derecha arrase en las urnas y el fascismo cotidiano capee por sus respetos, donde los inmigrantes, llegados de sus esquilmadas ex colonias, sean tratados como bestias, donde el desempleo y los desalojos reduzcan a la miseria a miles y miles de seres humanos que, en muchísimos casos, buscan escape en el suicidio, mientras las drogas y la violencia generan sociedades cada día más enfermas.
Tampoco quiero vivir en uno de esos países ”normales” del Mundo Tercero donde el FMI impone sus políticas de hambre y miseria, con sus ciudades capitales de torres encristaladas, boutiques y shopping–centers delirantes, monstruosos hipermercados y boîtes de nuit y farándula del jet set y Jockey Club y restaurantes principescos y limusinas y countries y condominios enjaulados y City de magnates y ejecutivos, a pocos pasos de los muertos de hambre y de frío, de chicos flacos, sucios y andrajosos, pies descalzos también en pleno invierno, buscando en la basura algo que comer, ciudades de viejitos y viejitas apiñaditos para darse un algo de calor, también hombres solos, niños solos, o mujeres con niños de brazos, envueltos en papel de diario, durmiendo en zaguanes y veredas, inermes, desahuciados, niñosviejos esclavitos agrícolas, o textiles o sexuales, países “normales” donde la tala de bosques originarios despojan a los pueblos de su bien más preciado: la tierra, esa que la sojización made in Monsanto envenena, con una atroz secuela de enfermedades letales, el cáncer por ejemplo, o donde la minería a cielo abierto deja a su paso destrucción y muerte. Y mucho menos en ex países de la bella Europa cuyos gobiernos han caído al nivel de consulado gringo.
Quiero vivir en un país tan “anormal” como para haber hecho, hace más de 50 años, la primera revolución cultural en América Latina, que arranca con la alfabetización y hace que hoy decenas de miles de maestros y de médicos cubanos anden por el mundo repartiendo saber y vida, y no balas y bombas.
Tan “anormal” como para darse el lujo de tener una escuela, con su maestro y su computadora, en pleno corazón de intricadas serranías… para un solo niño, poco importa que sea blanco o negro. Es decir, tan “anormal” como para no tener un solo niñolimparabrisas, hambreado y harapiento, jugándose la vida, por una moneda, en un semáforo cualquiera.
Un país tan “anormal” como para tener una tasa de mortalidad infantil inferior a la de los Estados Unidos, como para hacer un transplante de corazón, o de riñón o un tratamiento de hemodiálisis, por ejemplo, sin mediar un centavo, y mucho menos consideraciones de tipo político o religioso o racial, por supuesto.
Tan” anormal” como para hacernos creer, con pruebas al canto, que somos todos nosotros los protagonistas de nuestra propia historia. ¿De qué “normalidad” se nos habla? Al respecto, el intelectual cubano Enrique Ubieta escribe: “Cuando dicen que seamos normales, ¿qué quieren decir con eso? Lo normal en el mundo es el consumismo, lo normal en el mundo son las leyes bravas del mercado y yo no quiero ser normal. Yo no quisiera que este país retrocediera. Creo que la gran victoria de Cuba es no ser normal en un mundo donde la injusticia social y la indiferencia ante ella son normales”.
Por su parte, Fernando Martínez Heredia, Premio Nacional de Ciencias Sociales, refiriéndose al tema, señala: “En el fondo, esa supuesta normalidad es la de la vida y las relaciones sociales que regían antes de la Revolución. Eso es lo que pretende el conservatismo social en la Cuba actual: que volvamos a lo normal y que cada cual se dé su lugar. Es decir, que la sociedad que hemos creado se suicide”
Hace poco escribí: Junto a este pueblo he vivido momentos felices y luctuosos, soportados agresiones y bloqueo, guerra bacteriológica, trastadas pavorosas de madre naturaleza y un periodo especial que cada cual lleva cosido a la piel, por duro, terrible, cuántas veces desesperante, que sacó de nosotros lo mejor y también lo peor. Sobrevivir habiendo salvaguardado las conquistas de la Revolución, es para muchos orgullo mayor. Sinceramente lo digo: No conozco sociedad alguna capaz de hazaña semejante.
¿Acaso no sería un suicidio renunciar a tanta proeza junta?
Porque, en definitiva, no es otra cosa la que el enemigo reclama. Un suicidio colectivo. La carbonización de nuestros sueños, la inmolación de nuestra soberanía, esa que hace de Cuba paradigma de bravura y osadía. Que la desmemoria nos mute en zombis para, simplemente, volver a ser ¿un país? “normal”. ¿Como Puerto Rico, por ejemplo?
Oscuros amanuenses y escribientes de nombradía, tontos de capirote y muy ilustrados aspirantes al consumismo incontinente del capitalismo globocolonizador, al decir de Frey Betto, se dan la mano para repetir hasta el hartazgo una frasecita que de inocente nada tiene: “Me gustaría que Cuba fuera un país normal”. “Yo quiero vivir en un país normal, y Cuba no lo es”, ya suspirando “Anhelo la normalidad. Un país que sea normal”, ya perentorios: ¡“Cuba tiene que acabar de ser normal”!
Déjenme contarles que yo nací en un país al parecer del todo normal. Guardo, por ejemplo, de mi cumpleaños número quince, con inmejorable nitidez, la imagen de Buenos Aires, Plaza de Mayo, para ser exacta, bombardeada en plena mañana, de ómnibus destripados con su gente adentro destripada, la de la Revolución Libertadora y su ¡Viva Cristo Rey!, ¡Venceremos!, a punta de tanques y bayoneta, la que ocultaba prolijamente fusilamientos y fusilados en solares yermos y basurales, una gran Operación Masacre como preámbulo del país que se iba gestando.
El país del golpe de Estado de 1976 y sus 30 000 desaparecidos, país del Miedo y el Espanto, de los frenazos de Ford Falcon en noches de cacería, de pozos y chupaderos y maternidades clandestinas y bebés robados y vuelos de la muerte y tumbas NN sin fin y Operación Cóndor… País prolijamente limpiado, como muchos otros, para entronizar a Su Ilustrísima Majestad: la Sociedad de Mercado Neoliberal. Y así nos fue.
Déjenme contarles también que yo llegué a Cuba en 1969, y me encontré con un país rayano en el surrealismo. Y es que a la muy joven Revolución Socialista no le quedaba otro camino que dedicar todos sus esfuerzos, que no eran pocos, y su economía, que era magra –ya el bloqueo hacía estragos--, en asegurar la defensa de lo conquistado a precio de sangre derramada en la sierra y en el llano, mientras yo añoraba, tontamente, a la hora del desayuno, una taza de café con leche y un trozo de pan untado de mantequilla, qué locura.
Solo en el año de mi llegada, se verificaron los siguientes actos terroristas: **
Incendio en el centro comercial de Pina, Morón, provincia de Camagüey; los autores resultaron detenidos. Explosión de una granada norteamericana de fragmentación en una casa donde se encontraba el contrarrevolucionario Alejandro Blay Martínez, quien preparaba la ejecución de planes contra la zafra de 1970. El hecho produjo la muerte de tres niños e hirió a un cuarto. Infiltración, en la provincia de Oriente, de varios agentes de la CIA encabezados por Amancio Mosquera, alias Yarey, quien fue capturado. Explosión de una bomba frente al Consulado General de Cuba en Montreal, Canadá. Secuestro de un avión MIG-17, que aterrizó en el aeropuerto de Homestead, en la Florida. En el año siguiente, 1970, se recrudecen los sabotajes en el sector azucarero, se producen nuevos desembarcos mercenarios, se multiplican los ataques y secuestros de pescadores con sus embarcaciones... Largo sería el inventario. Y las embestidas siguieron, siguen, se repiten, cambian de escenario, ahora es el digital, pero el guión ¡es el mismo!
En fin, que desde entonces y hasta el sol de hoy, mi vida, al igual que la de todos los cubanos, ha transcurrido bajo el signo del acoso sin tregua y la también sin tregua agresión criminal. Atesoro, sin embargo, de aquellos años inaugurales, algo que se parece mucho a la nostalgia, cuando las guardias interminables y los trabajos voluntarios en el campo o en la construcción y las movilizaciones y las convocatorias a la Plaza con Fidel refrendaban con júbilo el amor compartido y nuestras certezas inconmovibles, aunque solo tuviéramos dos mudas de ropa, y que el café con leche, pan y mantequilla ya no fuesen ni recuerdo.
Pero volviendo al tema. De algo sí puedo estar segura: Oriunda de esta orilla que me tocó en suerte, y a cuánta honra, yo no quiero vivir en un país del Mundo Primero donde lo normal sea, por ejemplo, que la extrema derecha arrase en las urnas y el fascismo cotidiano capee por sus respetos, donde los inmigrantes, llegados de sus esquilmadas ex colonias, sean tratados como bestias, donde el desempleo y los desalojos reduzcan a la miseria a miles y miles de seres humanos que, en muchísimos casos, buscan escape en el suicidio, mientras las drogas y la violencia generan sociedades cada día más enfermas.
Tampoco quiero vivir en uno de esos países ”normales” del Mundo Tercero donde el FMI impone sus políticas de hambre y miseria, con sus ciudades capitales de torres encristaladas, boutiques y shopping–centers delirantes, monstruosos hipermercados y boîtes de nuit y farándula del jet set y Jockey Club y restaurantes principescos y limusinas y countries y condominios enjaulados y City de magnates y ejecutivos, a pocos pasos de los muertos de hambre y de frío, de chicos flacos, sucios y andrajosos, pies descalzos también en pleno invierno, buscando en la basura algo que comer, ciudades de viejitos y viejitas apiñaditos para darse un algo de calor, también hombres solos, niños solos, o mujeres con niños de brazos, envueltos en papel de diario, durmiendo en zaguanes y veredas, inermes, desahuciados, niñosviejos esclavitos agrícolas, o textiles o sexuales, países “normales” donde la tala de bosques originarios despojan a los pueblos de su bien más preciado: la tierra, esa que la sojización made in Monsanto envenena, con una atroz secuela de enfermedades letales, el cáncer por ejemplo, o donde la minería a cielo abierto deja a su paso destrucción y muerte. Y mucho menos en ex países de la bella Europa cuyos gobiernos han caído al nivel de consulado gringo.
Quiero vivir en un país tan “anormal” como para haber hecho, hace más de 50 años, la primera revolución cultural en América Latina, que arranca con la alfabetización y hace que hoy decenas de miles de maestros y de médicos cubanos anden por el mundo repartiendo saber y vida, y no balas y bombas.
Tan “anormal” como para darse el lujo de tener una escuela, con su maestro y su computadora, en pleno corazón de intricadas serranías… para un solo niño, poco importa que sea blanco o negro. Es decir, tan “anormal” como para no tener un solo niñolimparabrisas, hambreado y harapiento, jugándose la vida, por una moneda, en un semáforo cualquiera.
Un país tan “anormal” como para tener una tasa de mortalidad infantil inferior a la de los Estados Unidos, como para hacer un transplante de corazón, o de riñón o un tratamiento de hemodiálisis, por ejemplo, sin mediar un centavo, y mucho menos consideraciones de tipo político o religioso o racial, por supuesto.
Tan” anormal” como para hacernos creer, con pruebas al canto, que somos todos nosotros los protagonistas de nuestra propia historia. ¿De qué “normalidad” se nos habla? Al respecto, el intelectual cubano Enrique Ubieta escribe: “Cuando dicen que seamos normales, ¿qué quieren decir con eso? Lo normal en el mundo es el consumismo, lo normal en el mundo son las leyes bravas del mercado y yo no quiero ser normal. Yo no quisiera que este país retrocediera. Creo que la gran victoria de Cuba es no ser normal en un mundo donde la injusticia social y la indiferencia ante ella son normales”.
Por su parte, Fernando Martínez Heredia, Premio Nacional de Ciencias Sociales, refiriéndose al tema, señala: “En el fondo, esa supuesta normalidad es la de la vida y las relaciones sociales que regían antes de la Revolución. Eso es lo que pretende el conservatismo social en la Cuba actual: que volvamos a lo normal y que cada cual se dé su lugar. Es decir, que la sociedad que hemos creado se suicide”
Hace poco escribí: Junto a este pueblo he vivido momentos felices y luctuosos, soportados agresiones y bloqueo, guerra bacteriológica, trastadas pavorosas de madre naturaleza y un periodo especial que cada cual lleva cosido a la piel, por duro, terrible, cuántas veces desesperante, que sacó de nosotros lo mejor y también lo peor. Sobrevivir habiendo salvaguardado las conquistas de la Revolución, es para muchos orgullo mayor. Sinceramente lo digo: No conozco sociedad alguna capaz de hazaña semejante.
¿Acaso no sería un suicidio renunciar a tanta proeza junta?
Porque, en definitiva, no es otra cosa la que el enemigo reclama. Un suicidio colectivo. La carbonización de nuestros sueños, la inmolación de nuestra soberanía, esa que hace de Cuba paradigma de bravura y osadía. Que la desmemoria nos mute en zombis para, simplemente, volver a ser ¿un país? “normal”. ¿Como Puerto Rico, por ejemplo?
viernes, 13 de junio de 2014
Mundial de Fútbol 2014: ¡Pégale de zurda!
Fidel Díaz
El Diablo Ilustrado
¿Mi equipo?: ¡América! Respuesta inmediata que le di a mi amiga Paca, (periodista y compañera de la revista EL Caimán Barbudo que me llamó tras la primera victoria en el Mundial de Futbol Brasil 2014. “Si el mundo está de cabeza, pégale de zurda” como canta Telesur; y es hora de agradecer a Hugo Chávez (y su eterna conspiración con su padre Fidel y sus abuelos Simón y José Julián), esa voz de los pobres de la tierra que proclama que “Nuestro norte es el Sur”. Por fin este planeta tiene un canal revolucionario, que representa nuestra identidad; rebelde, sin medias tintas, culto y sincero. Una voz contra el coro sumiso a los mandatos imperiales, contra esa maquinaria en función de desdibujarnos, descerebrarnos, de extinguir nuestras identidades globalizando los patrones de la sociedad de consumo.
Qué gusto ver a Maradona, ese pibe malcriado de mi barrio, irreverente hasta consigo mismo, con su aire embriagado de tempo tartamudo, sin complacencias para nadie, ni siquiera para el público que más quiere, lo mismo advirtiendo a Brasil o a su Argentina que no tienen un paseo contra ningún equipo, que no se puede subestimar; así mismo sonrieo viendo como Diego se jacta de un buen recuerdo cuando fungía de dios en los terrenos, -incluso, vanagloriándose de una trampa de chico malo, la más famosa de la historia de futbol, aquella mano del segundo gol, que bien se le merecía Inglaterra, no por sus jugadores pero sí
por su invasión a las Malvinas. Aquellos dos goles fueron la venganza de un pueblo contra la ocupación imperial.
Con la elegancia de la sencillez aguda, que emerge de un inmenso caudal de conocimientos y la fluidez de un pensamiento descolonizador se nos presenta Víctor Hugo Morales, aquel que narró el gol de los goles en el partido famoso del 86 donde todos los del sur fuimos de Argentina. Víctor Hugo, apostillando con toques de exquisitez a su colega, dejando fluir una eticidad del más alto humanismo, muy necesaria para estos tiempos de rapiña globalizada. Si hermoso es ver a un Maradona explicando con orgullo de niño travieso su famosa trampa, su “mano de dios”, igual de gratificante es ver a Víctor Hugo, explicando cómo en su narración, poniendo la verdad por encima incluso de su amor a Argentina, se atrevió a declarar que creía que aquel segundo gol era mano y, por tanto, no era gol.
Gracias Telesur por la herejía que es toda su programación y claro que gracias especiales por el encanto de la polémica De zurda, con sus invitados: estrellas sin estrellato, grandes de la historia del futbol que se sientan a conversar sin los figuraos, ni el glamour superficial y hueco del star system, estrellas humanas, de amigo sincero con su mano franca, como en casa. Y qué decir de lujazos como el de tener al mismísimo presidente de Ecuador Rafael Correa en calidad de futbolista retirado, analizando como experto un partido, o separando el sueño de las posibilidades reales de un equipo nuestro como el de Ecuador; sin renunciar al sueño, pero evitando falsas expectativas. Igual contentos porque ganara Brasil pero reconociendo la heroicidad de Croacia, y el injusto penal que le inclinó el partido en contra. Todos enarbolando esa bandera de la América Nueva por encima de la del terruño, discrepando entre ellos, pero desde el amor. Para un cubano es más fácil irle a toda América pues Cuba no está como país representado, y es lógico que los argentinos, mexicanos, brasileros, ecuatorianos, colombianos, hondureños, chilenos y uruguayos, vuelquen toda la pasión sobre sus camisetas, pero sé que se expande ese sentido de vernos todos en la misma patria grande, que crece con otra visión de la vida, más natural, poética, solidaria, de darse a los demás.
No obstante Cuba vive la fiebre del balón como cualquiera de los países de gran tradición, cines, bares, centros nocturnos, centros de trabajos sacan sus pantallas, y –de manera que no tenemos un equipo del patio- seguimos todos los partidos, así que podemos decir que el seguimiento del mundial es mayor que en otras partes, pues si bien hay hinchadas de muchos equipos, se sigue con devoción cada encuentro. Bienvenidos entonces nuevos alegrones tras los que nos dieron Neymar y Oscar ayer. Que primen, por encima de la gloria de ganar, el espíritu de limpieza de juego, de virtudes y talento, que son los elementos de la única victoria posible. Que el deporte sea símbolo de paz y de hermandad y arriba México y Chile hoy, carajo.
El Diablo Ilustrado
¿Mi equipo?: ¡América! Respuesta inmediata que le di a mi amiga Paca, (periodista y compañera de la revista EL Caimán Barbudo que me llamó tras la primera victoria en el Mundial de Futbol Brasil 2014. “Si el mundo está de cabeza, pégale de zurda” como canta Telesur; y es hora de agradecer a Hugo Chávez (y su eterna conspiración con su padre Fidel y sus abuelos Simón y José Julián), esa voz de los pobres de la tierra que proclama que “Nuestro norte es el Sur”. Por fin este planeta tiene un canal revolucionario, que representa nuestra identidad; rebelde, sin medias tintas, culto y sincero. Una voz contra el coro sumiso a los mandatos imperiales, contra esa maquinaria en función de desdibujarnos, descerebrarnos, de extinguir nuestras identidades globalizando los patrones de la sociedad de consumo.
Qué gusto ver a Maradona, ese pibe malcriado de mi barrio, irreverente hasta consigo mismo, con su aire embriagado de tempo tartamudo, sin complacencias para nadie, ni siquiera para el público que más quiere, lo mismo advirtiendo a Brasil o a su Argentina que no tienen un paseo contra ningún equipo, que no se puede subestimar; así mismo sonrieo viendo como Diego se jacta de un buen recuerdo cuando fungía de dios en los terrenos, -incluso, vanagloriándose de una trampa de chico malo, la más famosa de la historia de futbol, aquella mano del segundo gol, que bien se le merecía Inglaterra, no por sus jugadores pero sí
por su invasión a las Malvinas. Aquellos dos goles fueron la venganza de un pueblo contra la ocupación imperial.
Con la elegancia de la sencillez aguda, que emerge de un inmenso caudal de conocimientos y la fluidez de un pensamiento descolonizador se nos presenta Víctor Hugo Morales, aquel que narró el gol de los goles en el partido famoso del 86 donde todos los del sur fuimos de Argentina. Víctor Hugo, apostillando con toques de exquisitez a su colega, dejando fluir una eticidad del más alto humanismo, muy necesaria para estos tiempos de rapiña globalizada. Si hermoso es ver a un Maradona explicando con orgullo de niño travieso su famosa trampa, su “mano de dios”, igual de gratificante es ver a Víctor Hugo, explicando cómo en su narración, poniendo la verdad por encima incluso de su amor a Argentina, se atrevió a declarar que creía que aquel segundo gol era mano y, por tanto, no era gol.
Gracias Telesur por la herejía que es toda su programación y claro que gracias especiales por el encanto de la polémica De zurda, con sus invitados: estrellas sin estrellato, grandes de la historia del futbol que se sientan a conversar sin los figuraos, ni el glamour superficial y hueco del star system, estrellas humanas, de amigo sincero con su mano franca, como en casa. Y qué decir de lujazos como el de tener al mismísimo presidente de Ecuador Rafael Correa en calidad de futbolista retirado, analizando como experto un partido, o separando el sueño de las posibilidades reales de un equipo nuestro como el de Ecuador; sin renunciar al sueño, pero evitando falsas expectativas. Igual contentos porque ganara Brasil pero reconociendo la heroicidad de Croacia, y el injusto penal que le inclinó el partido en contra. Todos enarbolando esa bandera de la América Nueva por encima de la del terruño, discrepando entre ellos, pero desde el amor. Para un cubano es más fácil irle a toda América pues Cuba no está como país representado, y es lógico que los argentinos, mexicanos, brasileros, ecuatorianos, colombianos, hondureños, chilenos y uruguayos, vuelquen toda la pasión sobre sus camisetas, pero sé que se expande ese sentido de vernos todos en la misma patria grande, que crece con otra visión de la vida, más natural, poética, solidaria, de darse a los demás.
No obstante Cuba vive la fiebre del balón como cualquiera de los países de gran tradición, cines, bares, centros nocturnos, centros de trabajos sacan sus pantallas, y –de manera que no tenemos un equipo del patio- seguimos todos los partidos, así que podemos decir que el seguimiento del mundial es mayor que en otras partes, pues si bien hay hinchadas de muchos equipos, se sigue con devoción cada encuentro. Bienvenidos entonces nuevos alegrones tras los que nos dieron Neymar y Oscar ayer. Que primen, por encima de la gloria de ganar, el espíritu de limpieza de juego, de virtudes y talento, que son los elementos de la única victoria posible. Que el deporte sea símbolo de paz y de hermandad y arriba México y Chile hoy, carajo.
martes, 10 de junio de 2014
La cultura del debate en Dialogar, dialogar
En el espacio de debates Dialogar, dialogar: Fernando Martínez Heredia, Eduardo Torres Cuevas y Elier Ramírez Cañedo
Rosa Elena Encinas HurtadoEl ejercicio de "pensar con cabeza propia"- como lo fue para los jóvenes intelectuales que debatían sobre el futuro de la Revolución en la década del 60- , es una de las premisas de Dialogar, dialogar, un espacio de debate que cumple un año de fundado. Su anfitrión, el joven historiador Elier Ramírez, considera el estudio de la historia de Cuba como un verdadero reto, de ahí la diversidad de temas y criterios que se generan en cada encuentro.
¿Cómo se concibió Dialogar, dialogar?
La idea de crear el espacio en el Pabellón Cuba, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), en realidad fue del ex ministro de Cultura Abel Prieto, actual asesor del presidente, ante la necesidad imperiosa de multiplicar los espacios de reflexión y diálogo en nuestra sociedad. Ya existían algunos espacios consagrados como el Último Jueves de Temas, y en eso hay que darle el mérito a Rafael Hernández, quien fue un adelantado y lleva ya más de 10 años, pero evidentemente hacían falta -aun hoy hacen falta- muchísimos más.
Yo inmediatamente me enamoré de la idea, pues comparto la misma percepción de que nuestro proyecto revolucionario requiere de un debate permanente y de los espacios que lo faciliten.
El debate estimula la participación consiente y real en la construcción colectiva de las ideas revolucionarias y de la Cuba socialista que la mayoría queremos; oxigena el pensamiento social. En cualquiera de esos diálogos puede quizás surgir la propuesta más inteligente a la solución de un problema. Como ha reiterado ese brillante intelectual y revolucionario ejemplar, Fernando Martínez Heredia, "el debate es consustancial al socialismo como lo es el aire al ser humano".
Por otra parte, en la coyuntura actual hace falta avanzar hacia una cultura del debate en nuestro país. En el respeto a la opinión del otro. En caso de no estar de acuerdo con un criterio, rebatir siempre sobre la base del argumento, no a palos, pues una opinión que se rebate a palos siempre nos lleva la delantera, así lo señaló en los años 60 el Che en una de las reuniones del Ministerio de Industria. Se puede ser apasionado, pero no por eso irrespetuoso. Cuántas personas no hemos conocido que coinciden en esencia y por solo discrepar en una opinión, terminan enemistándose por mucho tiempo, quizás de por vida. Eso no debe ser así. Estamos orgullosos de muchos aspectos de nuestra cultura, pero hay que seguir enriqueciéndola, y al mismo tiempo aprender y desaprender determinadas prácticas. Pero unos cuantos espacios de debate no van a lograrlo por sí solos, para eso hay que lograr que el fomento de esa cultura esté presente en nuestros medios de comunicación, en la escuela cubana y en la formas de hacer política.
En uno de los tantos diálogos sostenidos, Enrique Ubieta decía que solo el debate ofrece el entrenamiento que hace falta para formar un sujeto crítico en nuestro país con capacidad de discernir. En una Cuba tan diversa y abierta al mundo como la que hoy tenemos esto es muy importante, de otra manera no podremos salir airosos. Ubieta señalaba que esa batalla no se gana confiando únicamente en la acumulación de conocimientos, sino en el debate, pues solo éste ofrece un adiestramiento especial para el discernimiento a la hora de consumir determinados productos culturales y saber qué sirve y qué hay que sencillamente desechar. Diariamente somos bombardeados por productos culturales banales que abierta o sutilmente transmiten los códigos colonizadores del capitalismo. Aunque hay que reconocer que nosotros mismos en muchas ocasiones reproducimos y hasta promocionamos este tipo de productos. La guerra cultural entre el capitalismo y el socialismo se da en la vida cotidiana del cubano, y en ella la censura no cumple prácticamente hoy ningún papel, solo los sujetos críticos que la Revolución sea capaz de formar podrán enfrentarla mente a mente.
El espacio está dirigido fundamentalmente a un público joven, pero no somos excluyentes para nada, es un espacio totalmente abierto. Constituye un homenaje permanente a Alfredo Guevara, quien tanto dedicó a fomentar ese espíritu de diálogo permanente, de ahí que lleve el nombre de su último libro, "Dialogar, dialogar", texto que recoge una serie de intercambios que Alfredo sostuvo en sus últimos años de vida con miles de jóvenes en universidades, instituciones y organismos de nuestro país.
¿Cuáles han sido los principales temas debatidos y las personalidades que han participado en el espacio durante este año?
Bueno, los temas han sido muy diversos, por solo mencionar algunos con los propios títulos que le pusimos: "¿Es posible un cambio de mentalidad?";" ¿Qué significa ser revolucionario en la Cuba de hoy?"; "¿Qué cambia en la política de los Estados Unidos hacia Cuba?"; Economía cubana: ¿nuevas reglas del juego?; "Tendencias actuales de la guerra cultural contra el socialismo en Cuba"; "El pensamiento del Che en la hora actual de Cuba"; "Desafíos de la problemática racial en Cuba; ¿es posible una economía de la cultura en Cuba?"; "Economía del conocimiento y fuerza de trabajo calificada en Cuba"; entre otros.
De panelistas hemos tenido por ejemplo a Manuel Calviño, Fernando Rojas, Esteban Morales, Rafael Hernández, Heriberto Feraudy, Juan Triana, Fernando Martínez Heredia, Agustín Lage, Carlos Alzugaray, Enrique Ubieta, Raúl Antonio Capote, y muchos otros prestigiosos intelectuales de nuestro país. Pero en cada ocasión hemos tratado de visibilizar a jóvenes talentosos que están también haciendo importantes aportes a las ciencias sociales en nuestro país, por ejemplo: Oscar Fernández Estrada, YordankaCribreiro, Fernando Luis Rojas, Jaqueline Laguardia, Harold Cárdenas y Beatriz Pérez Paz.
¿Qué papel juega la crítica en Dialogar, dialogar?
La crítica siempre va a estar presente en estos espacios, pero siempre advertimos que la idea no es hacer una catarsis, sino reflexiones que puedan aportar ideas novedosas tanto en el diagnóstico como en las propuestas de solución a los problemas. Si la crítica es propositiva siempre va a ser mejor para nuestros objetivos, pero no desechamos la que solo se queden en el diagnóstico, pues también son importantes. El diálogo es siempre un proceso de construcción colectiva.
¿Cómo se concibe el análisis del desarrollo histórico de la nación cubana dentro del espacio?
Los temas por lo general abordan problemáticas de la realidad cubana actual, pero también nos hemos propuesto insertar algunos que tengan que ver con la historia de la Revolución Cubana en el poder, de 1959 en adelante, pues entendemos que es la etapa que más vacíos tenemos todos, sobre todo los jóvenes. Vacíos que por supuesto están siendo aprovechados por los enemigos de siempre para la manipulación y el engaño. Por eso digo que en la historia no deben existir anatemas y que por muy sensibles y espinosos que sean determinados tópicos estos tienen que tener algún abordaje; la solución no puede ser el olvido, la omisión o la ignorancia. Hay algunos acontecimientos históricos de nuestra historia reciente que fueron analizados en la prensa y hasta en algunos libros, pero sólo nuestros padres y abuelos pudieron enterarse, pues después no se han vuelto a publicar y no se habla de ellos. Esto debemos entenderlo como una debilidad -no una fortaleza-en medio de la cruenta guerra cultural en la que nos encontramos.
¿Cuáles son las vías de socialización del espacio?
La socialización del debate es quizás el paso más importante, pues poco haríamos si nos conformáramos con las 20, 50 o 100 personas que participan regularmente. Por eso creamos un blog, "Dialogar, dialogar", su dirección es dialogardialogar.wordpress.com, donde reproducimos las intervenciones principales del diálogo, también las enviamos a otros blogs y publicaciones digitales, y utilizamos las redes sociales, ojalá algún día pudiéramos lograr que nuestra prensa reprodujera algunos de estos debates, pues sabemos las limitaciones que aún tenemos para el acceso a Internet.
Yo siempre soñé con hacerme un blog, pero me resistí durante mucho tiempo a hacerlo, pues sabía que de alguna manera cuando lo tuviera iba a tener que dedicarle unas cuantas horas al día para atenderlo, y realmente mi tiempo es muy limitado para ello debido a los proyectos investigación histórica que tengo bajo mi responsabilidad. Pero al crear el espacio "Dialogar, dialogar", se hizo obligatorio crear también el blog, como un medio imprescindible para socializar en el mundo virtual lo que en el espacio físico sucedía. Aprovecho también entonces para publicar materiales históricos relacionados con mi trabajo fundamental y otros textos de actualidad que considere importantes. Ahora que cumplimos un año del espacio, el blog amerita algunos cambios en el diseño y ya algunos amigos se han ofrecido para ayudarme en ese sentido.
¿Qué dificultades han enfrentado?
Dificultades siempre van existir, pero solo el esfuerzo, las buenas intenciones y la persistencia van a ir permitiendo superarlas. Un espacio como este enfrenta tanto a los que pretenden aprovecharse de él para hacer tribuna e intentar hacer daño a la Revolución-en este caso siempre derrotados- y las incomprensiones de burócratas y personas que temen al debate o que no les gusta en lo más mínimo escuchar alguna idea que se vaya más allá de lo que entienden como "oficialmente correcto". También es difícil lograr que estos debates encuentren más resonancia en nuestros medios de comunicación. Por otro lado, a pesar de contar con el apoyo de la AHS, aún no hemos logrado tener una infraestructura y un equipo como el que tiene Temas, que permita una mayor inmediatez en la socialización de los debates y su publicación en el blog y otros sitios, sobre todo por el hecho de no tener personas encargadas de la transcripción de las distintas intervenciones, tampoco hemos tenido la posibilidad de hacer filmaciones que luego puedan llevarse a formato DVD. Quizás por el camino, confío en eso, se puedan ir resolviendo estas cuestiones. La propia solidez del espacio debe ser la que se gane este apoyo, pues apenas contamos con un año.
¿Cuáles son los principales resultados de Dialogar, dialogar?
Creo que todavía es temprano para hablar de resultados, pero "Dialogar, dialogar" ha venido a sumarse una serie de espacios de debate que se han abierto en los últimos años en nuestro país, que contribuyen al ejercicio del pensar colectivamente y a elevar la participación real y consciente de los ciudadanos en la construcción de ese socialismo próspero y sustentable, que la mayoría de los cubanos aspiramos, pero que no lo será, si lo pensamos solo en términos económicos. La dimensión espiritual de esa prosperidad y sustentabilidad, es también imprescindible. Y en ella el debate desempeña un papel trascendental.
¿Qué proyectos tienen para este segundo año de Dialogar, dialogar?
Estamos preparando un libro con las diversas intervenciones que se han producido en el espacio a lo largo de un año. Ya tenemos más de 300 páginas impresas. Quisiéramos entregarlo este año y quizás lograr que se publique para el 2015. Ello también ayudaría a que cientos de lectores participen y se enteren de lo sucedido en "Dialogar, dialogar".
(Tomado de la página web de la AHS)
viernes, 6 de junio de 2014
A propósito de los silencios y de la crítica en Cuba
Juan Antonio García Borrero, uno de los más agudos críticos de cine, buen lector y discutidor, ha publicado en su blog dos comentarios sobre mi artículo "Notas sobre el silencio, el debate y la crítica". Reproduzco aquí el inicial, escrito cuando publicó el mío, y a continuación, una reflexión mayor, centrada en la conceptualización del miedo. Ambos textos me incitan a nuevos comentarios. Pero los pospongo también, como hizo él, si es que acaso decido reabrir el debate. E. U. G.
Juan Antonio García Borrero
Cine cubano, la pupila insomne.
4 de junio de 2014
Alguien me envía al buzón este post del ensayista y bloguero Enrique Ubieta. Creo que pospondré unos días la pausa anunciada, toda vez que algunas de las ideas expuestas por Ubieta invitan a la confrontación, y sobre todo, a la discusión desprejuiciada de algunos conceptos que maneja.
“No podemos “eximir al Estado de su responsabilidad histórica”, como afirma el escritor Juan Antonio García, y tampoco podemos eximirnos de la responsabilidad histórica que nos corresponde como individuos, como revolucionarios cubanos”, nos dice en alguna parte de su post, aludiendo a lo que escribí hace unos días, pero todavía queda por discutir cuál sería la responsabilidad histórica del individuo que somos en este mismo minuto.
¿Podríamos realmente tener conciencia de esa responsabilidad actual si todavía no acabamos de esclarecer con total transparencia lo que sucedió en el pasado y cómo ese pasado nos coacciona desde el olvido selectivo? ¿Cuántos eventos no se repiten entre nosotros por esa mala memoria histórica que parece alérgica al debate desprejuiciado?
Son varias las interrogantes e intranquilidades que llegan a mi mente leyendo el post de Ubieta. Algunas de ellas ya las expuse en el post sobre los herejes y los apóstatas. Vamos a ver si encuentro el suficiente tiempo para poner en orden estas nuevas inquietudes.
Juan Antonio García Borrero
Cine cubano, la pupila insomne.
5 de junio de 2014
He leído el post que Enrique Ubieta acaba de publicar en su blog, y me ha dejado más inquietudes que respuestas. Otras veces he comentado que las lecturas que agradezco son aquellas que despiertan en mí el deseo de oponerles a los autores mis objeciones más intensas. Este texto acaso sea una de esas lecturas.
El post me motiva porque aboga por una de las prácticas que más me interesaría contribuir a naturalizar entre nosotros: el debate público. Dice Ubieta: “Necesitamos el debate permanente, no el que surge de coyunturas y se propaga como un incendio que todos desean sofocar con rapidez”. Y en otro momento de su texto retoma una de las ideas que acoté en entrada anterior publicada en este blog: “Todos sentimos añoranza por aquel “hervidero de polémicas” revolucionarias que fue Cuba en la década de los sesenta”.
Hasta allí no creo que tengamos grandes diferencias a la hora de describir el mundo al que aspiramos vivir. Solo que detrás de las palabras que ambos utilizamos existe un universo todo el tiempo dinámico, complejo, y sobre todo habitado por seres humanos que viven, sueñan, y mueren sin ver cumplidas las mayorías de sus utopías individuales, lo cual merecería un análisis menos abstracto, por hermosas y altisonantes que suenen esas palabras. Por lo que yo apuntaría que ese debate permanente que los dos reclamamos debería sobre todo ocuparse de las cosas concretas que ocurren a nuestro alrededor. Y discutirlas aquí y ahora.
En este sentido, no basta apuntar, como si se tratara de una consigna más: “Sin embargo, la Revolución, los revolucionarios, vemos (debemos ver) el mundo, con los ojos de los oprimidos. El ángulo de los opresores, no cuenta”. Eso resulta insuficiente porque lejos de ofrecernos argumentos que nos permitan entender esa afirmación, es a todas luces una petición de principios en la cual el sujeto que expone la idea al mismo tiempo se autoproclama ente rector de esos escenarios, en nombre de no se sabe qué providencial autoridad revolucionaria. O dicho de otro modo, que el término “revolucionario” (que es sin dudas uno de los más problemáticos que han manejado los humanos desde la Revolución Francesa hasta acá) queda secuestrado por una terminología heredada, a la cual no se le somete a crítica en ningún momento, pese a que los escenarios actuales son distintos y yo diría que hasta inéditos.
Hay otro instante del texto que daría pie a un debate largo, y es ese donde afirma: “Se ha entronizado la peregrina idea de que todas las conductas del pasado (erróneas o no) fueron asumidas o ejecutadas desde el miedo o desde el fanatismo”. Y añade más adelante: “Cuando se descubre que alguien mantenía en su conducta una doble moral, comprendemos que nunca fue revolucionario: la visión del miedo que nos atribuyen como rector de nuestros actos, es la visión y la justificación que tiene de sí la contrarrevolución. Por lo general, los que hablan de doble moral se describen a sí mismos. Los revolucionarios no actuamos ni por odio, ni por miedo. Creemos en lo que defendemos”.
Esto me devuelve a las ideas que alguna vez expuse en un ensayo que titulé El miedo a soñar. Algunas reflexiones sobre el futuro del cine cubano, y que, casualmente, Enrique Ubieta tuvo la gentileza de incluir en un libro colectivo que editara. Yo pienso que las maniqueas afirmaciones que aquí hace el ensayista en torno a la función que ha tenido el miedo entre nosotros, lejos de esclarecer lo que ha sucedido, lo que infunde es más miedo a la hora de hablar con claridad de estos asuntos pasados, por doloroso que sea su reconocimiento.
Como buen estudioso de la filosofía política que es, Ubieta ha de saber que el miedo sería algo más complejo que esas actitudes donde los seres humanos muestran una supuesta debilidad en el momento de enfrentarse a determinadas circunstancias. El miedo, como han estudiado un montón de sabios, está en la raíz misma de la existencia humana. Que determinadas personas tilden de cobardes y débiles a otras en virtud de la no correspondencia de los valores que se defienden en la vida, lo único que pone en evidencia son los antagonismos sociales, porque en verdad todas las personas han experimentado el miedo, el temor, o la angustia en algún momento de su vida.
Luego, tomando en cuenta esas realidades últimas, es que los seres humanos deberíamos luchar por construir sociedades donde las relaciones de poder no exploten ese miedo natural en función de los fines políticos de un grupo, sino que fomenten la solidaridad y la confianza de los individuos en sí mismos, entre ellos, y en las instituciones que sean capaces de crear entre todos. En este punto, la pregunta sería: ¿estaríamos en condiciones los cubanos de crear un socialismo de ese corte? ¿un socialismo donde nunca más se oiga aquel profético “Tengo miedo” con el que se dice que Virgilio Piñera abrió en 1961 aquellos encuentros de Fidel con los intelectuales?. Para ello quizás sea conveniente no perder de vista aquel señalamiento de Foucault: “El socialismo, los socialismos, no tienen necesidad de otra carta de las libertades o de una nueva declaración de los derechos, fácil, pero inútil. Si quieren merecer ser queridos y no decepcionar más, si quieren ser deseados, tienen que responder a la cuestión del poder y su ejercicio. Tienen que inventar un ejercicio del poder que no dé miedo”.
Finalmente, celebro el optimismo de Ubieta cuando comparte el entusiasmo que despertó en él el Congreso de los Jóvenes Escritores y Artistas Cubanos. Yo, que he visto a tanto joven morir de viejo a los veinte años, pienso que ese cambio de mentalidad que tanto ansiamos, un cambio que permita que el arte, entre otras expresiones de nuestra cultura, reverencie a la vida y a sus habitantes humanizando las descripciones que haga, tendrá que llegar (y está llegando) por caminos más bien insospechados.
Y ojalá se produzcan sorpresas reales, aunque ahora mismo no percibo nada en el horizonte. Quizás los cubanos den ese salto a lo inédito el día que tengamos en la presidencia del país, por ejemplo, a una mujer, que además sea negra, y además, lesbiana, y a nadie le parezca excéntrico. Porque, ¿quién dice que esa no sería otra manera de hacer revolución en nombre de los oprimidos?
Juan Antonio García Borrero
Cine cubano, la pupila insomne.
4 de junio de 2014
Alguien me envía al buzón este post del ensayista y bloguero Enrique Ubieta. Creo que pospondré unos días la pausa anunciada, toda vez que algunas de las ideas expuestas por Ubieta invitan a la confrontación, y sobre todo, a la discusión desprejuiciada de algunos conceptos que maneja.
“No podemos “eximir al Estado de su responsabilidad histórica”, como afirma el escritor Juan Antonio García, y tampoco podemos eximirnos de la responsabilidad histórica que nos corresponde como individuos, como revolucionarios cubanos”, nos dice en alguna parte de su post, aludiendo a lo que escribí hace unos días, pero todavía queda por discutir cuál sería la responsabilidad histórica del individuo que somos en este mismo minuto.
¿Podríamos realmente tener conciencia de esa responsabilidad actual si todavía no acabamos de esclarecer con total transparencia lo que sucedió en el pasado y cómo ese pasado nos coacciona desde el olvido selectivo? ¿Cuántos eventos no se repiten entre nosotros por esa mala memoria histórica que parece alérgica al debate desprejuiciado?
Son varias las interrogantes e intranquilidades que llegan a mi mente leyendo el post de Ubieta. Algunas de ellas ya las expuse en el post sobre los herejes y los apóstatas. Vamos a ver si encuentro el suficiente tiempo para poner en orden estas nuevas inquietudes.
Juan Antonio García Borrero
Cine cubano, la pupila insomne.
5 de junio de 2014
He leído el post que Enrique Ubieta acaba de publicar en su blog, y me ha dejado más inquietudes que respuestas. Otras veces he comentado que las lecturas que agradezco son aquellas que despiertan en mí el deseo de oponerles a los autores mis objeciones más intensas. Este texto acaso sea una de esas lecturas.
El post me motiva porque aboga por una de las prácticas que más me interesaría contribuir a naturalizar entre nosotros: el debate público. Dice Ubieta: “Necesitamos el debate permanente, no el que surge de coyunturas y se propaga como un incendio que todos desean sofocar con rapidez”. Y en otro momento de su texto retoma una de las ideas que acoté en entrada anterior publicada en este blog: “Todos sentimos añoranza por aquel “hervidero de polémicas” revolucionarias que fue Cuba en la década de los sesenta”.
Hasta allí no creo que tengamos grandes diferencias a la hora de describir el mundo al que aspiramos vivir. Solo que detrás de las palabras que ambos utilizamos existe un universo todo el tiempo dinámico, complejo, y sobre todo habitado por seres humanos que viven, sueñan, y mueren sin ver cumplidas las mayorías de sus utopías individuales, lo cual merecería un análisis menos abstracto, por hermosas y altisonantes que suenen esas palabras. Por lo que yo apuntaría que ese debate permanente que los dos reclamamos debería sobre todo ocuparse de las cosas concretas que ocurren a nuestro alrededor. Y discutirlas aquí y ahora.
En este sentido, no basta apuntar, como si se tratara de una consigna más: “Sin embargo, la Revolución, los revolucionarios, vemos (debemos ver) el mundo, con los ojos de los oprimidos. El ángulo de los opresores, no cuenta”. Eso resulta insuficiente porque lejos de ofrecernos argumentos que nos permitan entender esa afirmación, es a todas luces una petición de principios en la cual el sujeto que expone la idea al mismo tiempo se autoproclama ente rector de esos escenarios, en nombre de no se sabe qué providencial autoridad revolucionaria. O dicho de otro modo, que el término “revolucionario” (que es sin dudas uno de los más problemáticos que han manejado los humanos desde la Revolución Francesa hasta acá) queda secuestrado por una terminología heredada, a la cual no se le somete a crítica en ningún momento, pese a que los escenarios actuales son distintos y yo diría que hasta inéditos.
Hay otro instante del texto que daría pie a un debate largo, y es ese donde afirma: “Se ha entronizado la peregrina idea de que todas las conductas del pasado (erróneas o no) fueron asumidas o ejecutadas desde el miedo o desde el fanatismo”. Y añade más adelante: “Cuando se descubre que alguien mantenía en su conducta una doble moral, comprendemos que nunca fue revolucionario: la visión del miedo que nos atribuyen como rector de nuestros actos, es la visión y la justificación que tiene de sí la contrarrevolución. Por lo general, los que hablan de doble moral se describen a sí mismos. Los revolucionarios no actuamos ni por odio, ni por miedo. Creemos en lo que defendemos”.
Esto me devuelve a las ideas que alguna vez expuse en un ensayo que titulé El miedo a soñar. Algunas reflexiones sobre el futuro del cine cubano, y que, casualmente, Enrique Ubieta tuvo la gentileza de incluir en un libro colectivo que editara. Yo pienso que las maniqueas afirmaciones que aquí hace el ensayista en torno a la función que ha tenido el miedo entre nosotros, lejos de esclarecer lo que ha sucedido, lo que infunde es más miedo a la hora de hablar con claridad de estos asuntos pasados, por doloroso que sea su reconocimiento.
Como buen estudioso de la filosofía política que es, Ubieta ha de saber que el miedo sería algo más complejo que esas actitudes donde los seres humanos muestran una supuesta debilidad en el momento de enfrentarse a determinadas circunstancias. El miedo, como han estudiado un montón de sabios, está en la raíz misma de la existencia humana. Que determinadas personas tilden de cobardes y débiles a otras en virtud de la no correspondencia de los valores que se defienden en la vida, lo único que pone en evidencia son los antagonismos sociales, porque en verdad todas las personas han experimentado el miedo, el temor, o la angustia en algún momento de su vida.
Luego, tomando en cuenta esas realidades últimas, es que los seres humanos deberíamos luchar por construir sociedades donde las relaciones de poder no exploten ese miedo natural en función de los fines políticos de un grupo, sino que fomenten la solidaridad y la confianza de los individuos en sí mismos, entre ellos, y en las instituciones que sean capaces de crear entre todos. En este punto, la pregunta sería: ¿estaríamos en condiciones los cubanos de crear un socialismo de ese corte? ¿un socialismo donde nunca más se oiga aquel profético “Tengo miedo” con el que se dice que Virgilio Piñera abrió en 1961 aquellos encuentros de Fidel con los intelectuales?. Para ello quizás sea conveniente no perder de vista aquel señalamiento de Foucault: “El socialismo, los socialismos, no tienen necesidad de otra carta de las libertades o de una nueva declaración de los derechos, fácil, pero inútil. Si quieren merecer ser queridos y no decepcionar más, si quieren ser deseados, tienen que responder a la cuestión del poder y su ejercicio. Tienen que inventar un ejercicio del poder que no dé miedo”.
Finalmente, celebro el optimismo de Ubieta cuando comparte el entusiasmo que despertó en él el Congreso de los Jóvenes Escritores y Artistas Cubanos. Yo, que he visto a tanto joven morir de viejo a los veinte años, pienso que ese cambio de mentalidad que tanto ansiamos, un cambio que permita que el arte, entre otras expresiones de nuestra cultura, reverencie a la vida y a sus habitantes humanizando las descripciones que haga, tendrá que llegar (y está llegando) por caminos más bien insospechados.
Y ojalá se produzcan sorpresas reales, aunque ahora mismo no percibo nada en el horizonte. Quizás los cubanos den ese salto a lo inédito el día que tengamos en la presidencia del país, por ejemplo, a una mujer, que además sea negra, y además, lesbiana, y a nadie le parezca excéntrico. Porque, ¿quién dice que esa no sería otra manera de hacer revolución en nombre de los oprimidos?