Razones de Cuba
Granma
El pasado 17 de febrero el Departamento de Estado y la Embajada de Estados Unidos en La Habana informaron por primera vez al Ministerio de Relaciones Exteriores y a la sede diplomática de Cuba en Washington, la ocurrencia de presuntos ataques acústicos entre noviembre de 2016 y febrero de 2017.
Según han trasladado las autoridades estadounidenses, estos incidentes se produjeron con el empleo de dispositivos sónicos de largo alcance y ocasionaron afectaciones a la salud de funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares.
¿Qué es un ataque acústico? Se define como ataque acústico la emisión de altos decibeles de sonido para generar diferentes reacciones físicas y cognitivas con fines de neutralización, a través del empleo de armas no letales o equipos disponibles en el mercado.
En Cuba no existe este tipo de tecnología y está prohibida la importación comercial de cualquier equipamiento con estas funciones, por lo que su introducción al país solo podría realizarse de manera ilegal.
LA INVESTIGACIÓN
Desde la primera notificación de los alegados eventos acústicos, las autoridades cubanas asumieron con suma seriedad las informaciones trasladadas por los estadounidenses. Se desarrolló una exhaustiva investigación, indicada por la máxima dirección del gobierno cubano, en la que se desplegaron múltiples acciones de instrucción, periciales, técnicas y operativas, para esclarecer los presuntos hechos en un área novedosa, pues no existen precedentes de este tipo de agresiones en Cuba, ni en otras partes del mundo.
Cumpliendo lo establecido en la Ley de Procedimiento Penal vigente en Cuba, se radicó el expediente investigativo número 10/17, en función de aclarar un posible delito de Acto contra los Jefes y representantes diplomáticos de Estados extranjeros.
Al respecto, el Teniente Coronel Francisco Estrada Portales, Jefe de la Sección de Investigación Criminal del Ministerio del Interior, reveló un grupo de acciones de instrucción desarrolladas, entre ellas: la toma de declaraciones a testigos residentes en las zonas colindantes con los lugares de ocurrencia de los hechos; la emisión de despachos a diferentes instituciones para que certificaran asuntos de interés para la investigación; mediciones del espectro radioelectrónico y sonoro en las zonas de ocurrencia de los hechos, así como la toma de muestras específicamente sonoras en esos ambientes.
Asimismo, dijo que cuando las autoridades estadounidenses entregaron muestras de las que habían sido recogidas por ellos en los supuestos eventos acústicos, se le realizaron dictámenes periciales.
Se conformó un Grupo de Trabajo Permanente, responsabilizado con el proceso investigativo, en el que intervinieron diferentes especialidades del Ministerio del Interior, y se constituyó un comité de expertos en temas acústicos integrado por especialistas de los Ministerios de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y de Salud Pública.
De manera inmediata y ante la situación planteada por la parte estadounidense, el gobierno de Cuba, en cumplimiento de sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, incrementó todas las medidas necesarias para impedir cualquier acción contra los diplomáticos de Estados Unidos.
En este sentido, el Teniente Coronel Estrada Portales se refirió a que “en los intercambios con funcionarios de la embajada de Estados Unidos, han reconocido que aprecian el incremento de las medidas de seguridad y protección, y solicitaron que se mantuvieran en función de garantizar la tranquilidad de sus funcionarios diplomáticos en nuestro país”.
¿EQUIPOS, PACIENTES, INTENCIONES, RUIDOS…?
El Departamento de Estado a través de una nota diplomática informó que los supuestos ataques sónicos se realizaban desde equipos acústicos de largo alcance, y no aportó más información al respecto.
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La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
sábado, 28 de octubre de 2017
jueves, 5 de octubre de 2017
Intercambio de mensajes entre los escritores Frédérick Lavoie y Eliades Acosta Matos
El escritor canadiense Frédérick Lavoie estuvo en la pasada Feria del Libro de La Habana. Allí anunció la preparación de un libro sobre Cuba que ya tiene título: Antes del después: viaje a Cuba con George Orwell. Su rutina de trabajo consiste en visitar países que el Gobierno estadounidense quiere derrocar o que ya ha logrado derrocar, para escribir largos reportajes que respalden esa pretensión. Intercambia correos con algunos escritores cubanos, pero a menudo encuentra respuestas inesperadas. He recibido este intercambio de mensajes y me parece útil su difusión. Se respeta la peculiar ortografía del señor Lavoie.
El miércoles, 4 de octubre de 2017 7:55:55 a. m.
Estimado señor Acosta,
Gracias por su respuesta rapida en el Twitter. Al inicio, debo decir que yo no escribo muy bien en español, pero entiendo todo. Disculpame para los errores.
Como dije en su mensaje, yo soy un escritor canadiense ahora escribiendo un libro sobre la Cuba de hoy.
Me intereso particularmente la istoria de la publicacion, de la recepcion y de la disponibilidad del libro 1984 de George Orwell en Cuba entre 1961 y hoy.
Como sabe probablemente, el proximo año, la editorial Art y Literatura ha publicado una nueva edicion del libro con una nueva traduccion cubana.
En el enero de 1961, una otra editorial que se llamaba Librerías Unidas y que existe solo de 1959 y 1961, tambien publicaba 1984 (y tambien Rebelion en la Granja). Tres meses despues, en abril de 1961, el gobierno cubano cerró la editorial. Su dueño, Adolfo Cacheiro, que tambien fue el dueño de la librería El Gato de papel en la calle Obispo, fue arrestado el día de la invasion de playa Giron, porque ayudaba a los contrarevolucionarios. Se fue del país en mayo del mismo año.
En esto tiempo, como lo sabe seguramente, la director de la Biblioteca Nacional fue Maria Teresa Freyre de Andrade. Su sobrina, Margarita Cano, que trabajaba con su tia entre 1959 y 1962, me dijó que a un momento en la Biblioteca fue implementado una sistema de permissiones especiales para consultar algunos libros. Desde este momento, los libros como los de Orwell, de Koestler y de otros autores fuen disponibles solo con una permission especial. Margarita ne se recuerda cuando exactamente fue implementada esta sistema, pero parece que fue un poco antes o despues del discurso Los Palabres a los intelectuales de Fidel Castro pronunciado en la misma biblioteca. ¿Sabe usted alguno sobre la istoria de esta sistema de permissiones especiales? Y tambien, sobre la istoria precisamente de los permissiones especiales para consultar 1984? ¿Quien podria consultar este libro cuando usted estaba el director de la biblioteca? Lo que yo sé por seguro es que en febrero y en setiembre del proximo año, cuando fue a la Biblioteca Nacional, no tenía problema para consultar 1984 o otros libros publicados por Librerias Unidas, excepto uno: cuando pedi el libro El Cero y el Infinito, de Arthur Koestler, me dijo que solo los « investigadores » pueden consultarlo. No podia con mi carné de «profesional». ¿Sabe porque especificamente la consultacion de ese titulo requiere un status especial?
Si usted tiene cualquier informacion sobre lo que me intereso – Librerias Unidas, el functionamento de la Biblioteca Nacional, 1984 y otros – por favor, transmitalo. Estaré muy agradecido.
Una vez más, disculpa por la pobreza de mi español y gracias por su ayuda.
Frédérick Lavoie
miércoles, 4 de octubre de 2017 1:10:15 p. m.
Estimado Sr. Lavoie
He recibido su mensaje y paso a responderle:
1) He leído sus opiniones y puntos de vista sobre Cuba, la Revolución y su política cultural, a raíz de su participación en la Feria del Libro de La Habana, y me permito decirle, con absoluta honestidad, que me ubico en una posición diametralmente opuesta a la suya. Reconozco su derecho a defender sus criterios, como mismo me reconozco el derecho a ejercer los míos.
2) Puedo intuir que sus investigaciones intentan fundamentar sus criterios, y en este sentido, como nos hallamos en posiciones encontradas, los míos lo dejarán insatisfechos. Créame que lo siento, pero siendo usted, como afirma, un convencido defensor de libertades y derechos, espero que en su libro refleje los que le enviaré, con el mismo respeto y fidelidad conque los formule.
3) No me deja claro quién o quiénes patrocinan su investigación, que siempre son costosas, ni qué destino pretende dar al texto acabado. Me gustaría algún comentario al respecto.
4) Como usted bien conoce, fui director de la Biblioteca Nacional desde 1997 al 2007, por lo que solo puedo opinar o dar información sobre el mismo. De los períodos anterior y posterior a este, deberá dirigirse a otras personas.
5) La obra de Orwell, Koestler, Stephen Spender, y otros autores "antitotalitarios", según el eufemismo utilizado y popularizado por la comunidad de inteligencia norteamericana y occidental, fueron puntas de lanza en la guerra cultural contra el socialismo y las revoluciones, en el marco de la Guerra Fría. Muchas otras corrieron igual suerte, pero en el caso de estos tres autores concretos, ellos no solo se brindaron sino que participaron jubilosamente en esta confrontación, a sabiendas de qué intereses representaban y a qué precio. El primero no fue solo un apóstol de libertades y un antiestalinista convencido (yo lo soy), sino también un delator de sus compañeros a los que tachó de comunistas, entre ellos Chaplin. Usted debe conocer las listas y los comentarios que adicionó a las mismas, destinadas a los servicios de inteligencia británicos, lo cual lo convierte en la negación de lo que decía defender. Creo que coincidamos en que las ideas se deben defender con ideas, y a la luz del sol, y no mediante arteras delaciones. En el caso de Koestler y Spender, sus nexos con la CIA alrededor de la convocatoria al Congreso por la Libertad de Europa, son de sobra conocidos. No había en ellos ingenuidad alguna y si la defensa, por medios muy discutibles y nada intelectuales, de las posturas de los Estados Unidos (quien pagaba) contra el socialismo y las revoluciones. Puedo respetarlos por sus obras, en lo propiamente literario, como me ocurre con Vargas Llosas, y rechazarlos por su acciones. Es lo que hago. Desde este punto de vista, no reverencio, como al Santo Grial, ninguna de las obras que legaron, y francamente, no creo que hubiesen disfrutado de tanta propaganda y publicidad de haber militado en el otro lado, o ser simplemente, creadores literarios y no guerreros culturales.
6) En mi período como director de la Biblioteca Nacional, fiel a las concepciones que siempre he sustentado y sustento, intenté dar las mayores facilidades para el acceso de 1984 de Orwell, como a otras obras y autores que no circulaban en Cuba, incluyendo el fomento de la colección de cubanos en el exterior. No me asustan ni los libros, ni los escritores, ni las ideas. Creo en el debate y en el pensamiento critico. En los textos de la época que le remitiré, escritos míos y entrevistas diversas, podrá apreciar las dificultades prácticas que enfrentamos en ello, y también las soluciones halladas, entre ellas, la creación a escala nacional de los "Clubes Minerva", donde se podía encontrar esta obra de Orwell, la cual podía ser tomada en préstamo. mucho antes de que tuviese una edición cubana.
7) Todas las bibliotecas del mundo, absolutamente todas, e incluyo la de la Universidad del Sur de la Florida con cuya directora tuve ocasión de conversar varias veces, tiene políticas restrictivas de acceso a ciertos segmentos de sus colecciones, por razones diversas, que podamos compartir o no, pero existen. Por ejemplo, los libros editados en Cuba, debían ser protegidos en un recinto cerrado en Miami, porque eran suceptibles de ser robados o destruidos. Organizaciones como American Libraries Asociation e IFLA, tienen comités especiales para conocer denuncias por censura de libros, y créame, se asombraría de que cuentos infantiles como "La Caperucita Roja" estén prohibidos en ciertas bibliotecas de la "tierra de los libres", como reza el himno norteamericano. Le asombra que Cuba, país asediado, atacado y en la mira permanente de la potencia más poderosa de la tierra, que ha usado contra ella desde armas biológicas hasta la guerra cultural, haya instaurado , en los momentos más álgidos de la confrontación, ciertas restricciones en la circulación de productos culturales, que siempre son ideológicos? Exactamente lo mismo explica, con añadido grado de salvajismo incivil e ignorancia, que en Miami se hayan destruido discos de música cubana, obras de arte plástica y libros de autores revolucionarios.
8) Fue bajo mi dirección que la Biblioteca Nacional implantó el sistema de categorización de usuarios, como lo tienen todas las bibliotecas nacionales del mundo, y muchas otras, con muchas más restricciones en los accesos a ciertas colecciones, que la nuestra. Lejos de las campañas de infundios de los patrocinadores del bluff que fueron las llamadas "bibliotecas independientes" (ver entrevistas al respecto), ese sistema permitió atender y ampliar el acceso a las demandas más especializadas de acceso. Aprecio que usted puede dar fe de ello.
9) Le estoy remitiendo por WeTransfer varias entrevistas , artículos y ensayos que pueden ilustrar mejor la época de la cual hablamos y mi posición al respecto, que sigue siendo la misma. Hay mucho de campaña gastada en todos estos temas. Hay mucho de guerra cultural trasnochada y cansona. Mucho de manipulación e hipocresía. Puedo ponerle muchos ejemplos de la cultura mundial actual que demuestran que las guerras culturales continúan, muchos años después de desaparecer la URSS y el campo socialista . A esas manipulaciones hoy s ele llaman posverdad y datos alternativos de la realidad, contranarrativa, o dominio del espectro total: es lo mismo, promovido por los de siempre.
Espero le sean de provecho estas ideas al vuelo, saludos cordiales y éxito en su labor:
Eliades Acosta Matos
,
El miércoles, 4 de octubre de 2017 7:55:55 a. m.
Estimado señor Acosta,
Gracias por su respuesta rapida en el Twitter. Al inicio, debo decir que yo no escribo muy bien en español, pero entiendo todo. Disculpame para los errores.
Como dije en su mensaje, yo soy un escritor canadiense ahora escribiendo un libro sobre la Cuba de hoy.
Me intereso particularmente la istoria de la publicacion, de la recepcion y de la disponibilidad del libro 1984 de George Orwell en Cuba entre 1961 y hoy.
Como sabe probablemente, el proximo año, la editorial Art y Literatura ha publicado una nueva edicion del libro con una nueva traduccion cubana.
En el enero de 1961, una otra editorial que se llamaba Librerías Unidas y que existe solo de 1959 y 1961, tambien publicaba 1984 (y tambien Rebelion en la Granja). Tres meses despues, en abril de 1961, el gobierno cubano cerró la editorial. Su dueño, Adolfo Cacheiro, que tambien fue el dueño de la librería El Gato de papel en la calle Obispo, fue arrestado el día de la invasion de playa Giron, porque ayudaba a los contrarevolucionarios. Se fue del país en mayo del mismo año.
En esto tiempo, como lo sabe seguramente, la director de la Biblioteca Nacional fue Maria Teresa Freyre de Andrade. Su sobrina, Margarita Cano, que trabajaba con su tia entre 1959 y 1962, me dijó que a un momento en la Biblioteca fue implementado una sistema de permissiones especiales para consultar algunos libros. Desde este momento, los libros como los de Orwell, de Koestler y de otros autores fuen disponibles solo con una permission especial. Margarita ne se recuerda cuando exactamente fue implementada esta sistema, pero parece que fue un poco antes o despues del discurso Los Palabres a los intelectuales de Fidel Castro pronunciado en la misma biblioteca. ¿Sabe usted alguno sobre la istoria de esta sistema de permissiones especiales? Y tambien, sobre la istoria precisamente de los permissiones especiales para consultar 1984? ¿Quien podria consultar este libro cuando usted estaba el director de la biblioteca? Lo que yo sé por seguro es que en febrero y en setiembre del proximo año, cuando fue a la Biblioteca Nacional, no tenía problema para consultar 1984 o otros libros publicados por Librerias Unidas, excepto uno: cuando pedi el libro El Cero y el Infinito, de Arthur Koestler, me dijo que solo los « investigadores » pueden consultarlo. No podia con mi carné de «profesional». ¿Sabe porque especificamente la consultacion de ese titulo requiere un status especial?
Si usted tiene cualquier informacion sobre lo que me intereso – Librerias Unidas, el functionamento de la Biblioteca Nacional, 1984 y otros – por favor, transmitalo. Estaré muy agradecido.
Una vez más, disculpa por la pobreza de mi español y gracias por su ayuda.
Frédérick Lavoie
miércoles, 4 de octubre de 2017 1:10:15 p. m.
Estimado Sr. Lavoie
He recibido su mensaje y paso a responderle:
1) He leído sus opiniones y puntos de vista sobre Cuba, la Revolución y su política cultural, a raíz de su participación en la Feria del Libro de La Habana, y me permito decirle, con absoluta honestidad, que me ubico en una posición diametralmente opuesta a la suya. Reconozco su derecho a defender sus criterios, como mismo me reconozco el derecho a ejercer los míos.
2) Puedo intuir que sus investigaciones intentan fundamentar sus criterios, y en este sentido, como nos hallamos en posiciones encontradas, los míos lo dejarán insatisfechos. Créame que lo siento, pero siendo usted, como afirma, un convencido defensor de libertades y derechos, espero que en su libro refleje los que le enviaré, con el mismo respeto y fidelidad conque los formule.
3) No me deja claro quién o quiénes patrocinan su investigación, que siempre son costosas, ni qué destino pretende dar al texto acabado. Me gustaría algún comentario al respecto.
4) Como usted bien conoce, fui director de la Biblioteca Nacional desde 1997 al 2007, por lo que solo puedo opinar o dar información sobre el mismo. De los períodos anterior y posterior a este, deberá dirigirse a otras personas.
5) La obra de Orwell, Koestler, Stephen Spender, y otros autores "antitotalitarios", según el eufemismo utilizado y popularizado por la comunidad de inteligencia norteamericana y occidental, fueron puntas de lanza en la guerra cultural contra el socialismo y las revoluciones, en el marco de la Guerra Fría. Muchas otras corrieron igual suerte, pero en el caso de estos tres autores concretos, ellos no solo se brindaron sino que participaron jubilosamente en esta confrontación, a sabiendas de qué intereses representaban y a qué precio. El primero no fue solo un apóstol de libertades y un antiestalinista convencido (yo lo soy), sino también un delator de sus compañeros a los que tachó de comunistas, entre ellos Chaplin. Usted debe conocer las listas y los comentarios que adicionó a las mismas, destinadas a los servicios de inteligencia británicos, lo cual lo convierte en la negación de lo que decía defender. Creo que coincidamos en que las ideas se deben defender con ideas, y a la luz del sol, y no mediante arteras delaciones. En el caso de Koestler y Spender, sus nexos con la CIA alrededor de la convocatoria al Congreso por la Libertad de Europa, son de sobra conocidos. No había en ellos ingenuidad alguna y si la defensa, por medios muy discutibles y nada intelectuales, de las posturas de los Estados Unidos (quien pagaba) contra el socialismo y las revoluciones. Puedo respetarlos por sus obras, en lo propiamente literario, como me ocurre con Vargas Llosas, y rechazarlos por su acciones. Es lo que hago. Desde este punto de vista, no reverencio, como al Santo Grial, ninguna de las obras que legaron, y francamente, no creo que hubiesen disfrutado de tanta propaganda y publicidad de haber militado en el otro lado, o ser simplemente, creadores literarios y no guerreros culturales.
6) En mi período como director de la Biblioteca Nacional, fiel a las concepciones que siempre he sustentado y sustento, intenté dar las mayores facilidades para el acceso de 1984 de Orwell, como a otras obras y autores que no circulaban en Cuba, incluyendo el fomento de la colección de cubanos en el exterior. No me asustan ni los libros, ni los escritores, ni las ideas. Creo en el debate y en el pensamiento critico. En los textos de la época que le remitiré, escritos míos y entrevistas diversas, podrá apreciar las dificultades prácticas que enfrentamos en ello, y también las soluciones halladas, entre ellas, la creación a escala nacional de los "Clubes Minerva", donde se podía encontrar esta obra de Orwell, la cual podía ser tomada en préstamo. mucho antes de que tuviese una edición cubana.
7) Todas las bibliotecas del mundo, absolutamente todas, e incluyo la de la Universidad del Sur de la Florida con cuya directora tuve ocasión de conversar varias veces, tiene políticas restrictivas de acceso a ciertos segmentos de sus colecciones, por razones diversas, que podamos compartir o no, pero existen. Por ejemplo, los libros editados en Cuba, debían ser protegidos en un recinto cerrado en Miami, porque eran suceptibles de ser robados o destruidos. Organizaciones como American Libraries Asociation e IFLA, tienen comités especiales para conocer denuncias por censura de libros, y créame, se asombraría de que cuentos infantiles como "La Caperucita Roja" estén prohibidos en ciertas bibliotecas de la "tierra de los libres", como reza el himno norteamericano. Le asombra que Cuba, país asediado, atacado y en la mira permanente de la potencia más poderosa de la tierra, que ha usado contra ella desde armas biológicas hasta la guerra cultural, haya instaurado , en los momentos más álgidos de la confrontación, ciertas restricciones en la circulación de productos culturales, que siempre son ideológicos? Exactamente lo mismo explica, con añadido grado de salvajismo incivil e ignorancia, que en Miami se hayan destruido discos de música cubana, obras de arte plástica y libros de autores revolucionarios.
8) Fue bajo mi dirección que la Biblioteca Nacional implantó el sistema de categorización de usuarios, como lo tienen todas las bibliotecas nacionales del mundo, y muchas otras, con muchas más restricciones en los accesos a ciertas colecciones, que la nuestra. Lejos de las campañas de infundios de los patrocinadores del bluff que fueron las llamadas "bibliotecas independientes" (ver entrevistas al respecto), ese sistema permitió atender y ampliar el acceso a las demandas más especializadas de acceso. Aprecio que usted puede dar fe de ello.
9) Le estoy remitiendo por WeTransfer varias entrevistas , artículos y ensayos que pueden ilustrar mejor la época de la cual hablamos y mi posición al respecto, que sigue siendo la misma. Hay mucho de campaña gastada en todos estos temas. Hay mucho de guerra cultural trasnochada y cansona. Mucho de manipulación e hipocresía. Puedo ponerle muchos ejemplos de la cultura mundial actual que demuestran que las guerras culturales continúan, muchos años después de desaparecer la URSS y el campo socialista . A esas manipulaciones hoy s ele llaman posverdad y datos alternativos de la realidad, contranarrativa, o dominio del espectro total: es lo mismo, promovido por los de siempre.
Espero le sean de provecho estas ideas al vuelo, saludos cordiales y éxito en su labor:
Eliades Acosta Matos
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martes, 3 de octubre de 2017
Declaración del MINREX en respuesta a las acciones del señor Trump
El 29 de septiembre de 2017, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Rex Tillerson, anunció la decisión de reducir significativamente el personal diplomático de su Embajada en La Habana y retirar a todos los familiares, con el argumento de que se han producido “ataques” contra funcionarios del gobierno estadounidense en Cuba, que les han causado afectaciones a su salud.
El 3 de octubre de 2017, una vez más, el gobierno estadounidense, en una acción injustificada, decidió que 15 funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington abandonen el territorio de los Estados Unidos, sobre la base de que han reducido su personal diplomático en La Habana y que el gobierno cubano no habría dado los pasos necesarios para prevenir “ataques” contra estos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores protesta enérgicamente y denuncia esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla, al afirmarse que el gobierno de Cuba no adoptó todas las medidas adecuadas para prevenir los alegados incidentes.
En la reunión sostenida, a propuesta de la parte cubana, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, le advirtió de no tomar decisiones apresuradas sin sustento en evidencias, lo instó a no politizar un asunto de esta naturaleza y le reiteró la solicitud de cooperación efectiva de las autoridades estadounidenses para esclarecer los hechos y concluir la investigación.
Es la segunda ocasión, después que el 23 de mayo de 2017 el Departamento de Estado ordenara que dos diplomáticos cubanos en Washington abandonaran el país, en que el Gobierno de los Estados Unidos responde de manera precipitada, inapropiada e irreflexiva, sin evidencias sobre la ocurrencia de los hechos invocados, en los que Cuba no tiene responsabilidad alguna, y sin que haya concluido la investigación que está en curso.
Tal como fuera trasladado por el Canciller cubano al secretario de Estado Tillerson, el 26 de septiembre de 2017, Cuba, que ha sido víctima en el pasado de atentados contra miembros de su personal diplomático, asesinados, desaparecidos, secuestrados o agredidos en el ejercicio de sus funciones, cumple con toda seriedad y rigor sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo que se refiere a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos acreditados en el país, en lo cual puede mostrar un historial impecable.
Como informó el Ministerio el pasado 9 de agosto, desde que la Embajada y el Departamento de Estado de los Estados Unidos informaran, el 17 de febrero de 2017, la presunta ocurrencia de incidentes contra algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares desde noviembre de 2016, alegando que les causaron daños y otras afecciones, las autoridades cubanas han actuado con suma seriedad, profesionalismo e inmediatez para esclarecer esta situación e iniciaron una investigación exhaustiva y prioritaria por indicación del más alto nivel del Gobierno. Se reforzaron las medidas de protección de los diplomáticos estadounidenses, sus familiares y sus residencias, se habilitaron nuevos canales de comunicación expedita de la Embajada con el Departamento de Seguridad Diplomática y se creó un comité de expertos para el análisis integral de los hechos, integrado por autoridades policiales, médicos y científicos.
Ante la tardía, fraccionada e insuficiente información suministrada por los estadounidenses, las autoridades cubanas solicitaron a la Embajada de los Estados Unidos precisiones e informaciones adicionales que permitieran realizar una investigación seria y profunda.
La Embajada de los Estados Unidos solo entregó algunos datos de interés sobre los supuestos incidentes, después de que el 21 de febrero, el Presidente Raúl Castro Ruz reiterara personalmente al Encargado de Negocios a.i. de esa Misión diplomática la importancia de compartir más información y cooperar entre las autoridades competentes de ambos países. No obstante, los datos suministrados con posterioridad continuaron careciendo de descripciones o detalles que facilitaran la caracterización de los hechos o la identificación de posibles autores, en caso de haberlos.
En las semanas posteriores, ante nuevos reportes sobre alegados incidentes y la escasa información aportada, las autoridades cubanas reiteraron la necesidad de una cooperación efectiva, ampliaron las solicitudes informativas a las autoridades estadounidenses e insistieron en ser notificadas en tiempo real sobre la ocurrencia de nuevos incidentes para poder actuar de forma oportuna.
En adición a lo anterior, en aras de contribuir al proceso investigativo y legal que se radicó en virtud de la Ley de Procedimiento Penal cubana, se trasladaron a las autoridades de los Estados Unidos requerimientos informativos como parte del expediente de investigación.
Las informaciones entregadas por la parte estadounidense han llevado al comité de expertos cubanos a concluir que estas son insuficientes y que el principal obstáculo para el esclarecimiento de los incidentes ha sido la falta de acceso directo a los afectados y a los médicos que los examinaron, la entrega tardía de evidencias y su carencia de valor, la ausencia de una información primaria fiable y contrastable, y la imposibilidad de realizar intercambios con expertos de los Estados Unidos con conocimiento sobre hechos de esta naturaleza y de la tecnología que pueda haberse empleado, a pesar de haberlo planteado reiteradamente como una necesidad para avanzar en la investigación.
Solo tras repetidas solicitudes al Gobierno de los Estados Unidos, representantes de agencias especializadas de ese país viajaron finalmente a La Habana el pasado mes de junio, se reunieron con sus contrapartes cubanas y expresaron la intención de cooperar de forma más sustantiva en la investigación de los supuestos incidentes. Volvieron a visitar Cuba en agosto y septiembre, permitiéndoseles trabajar en el terreno por primera vez en más de 50 años, para lo cual se les dieron todas las facilidades, incluyendo la posibilidad de importar equipamiento, como muestra de buena voluntad y del gran interés del gobierno cubano en concluir la investigación.
Las autoridades cubanas valoran positivamente las tres visitas realizadas por las agencias especializadas estadounidenses, las cuales han reconocido el alto nivel profesional de la investigación emprendida por Cuba, con un elevado componente técnico y científico, y que como resultado preliminar ha arrojado que hasta el momento, de acuerdo con la información disponible y los datos proporcionados por los Estados Unidos, no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes, ni de las causas y el origen de las afecciones de salud notificadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares. Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivaciones, intenciones o medios para ejecutar este tipo de acciones, ni se ha establecido la presencia de personas o medios sospechosos en los lugares donde se han reportado los hechos ni en sus alrededores. Las autoridades cubanas no están familiarizadas con equipos ni tecnologías que puedan ser utilizadas para este propósito, ni cuentan con información que indique su presencia en el país.
Al rechazar categóricamente cualquier responsabilidad del gobierno cubano en los alegados hechos, el Ministerio de Relaciones Exteriores reafirma una vez más que Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, sin excepción. Tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con este propósito.
El Ministerio enfatiza que la medida anunciada por el Gobierno de los Estados Unidos, de reducir el personal diplomático cubano en Washington sin que haya resultados investigativos concluyentes ni pruebas de los incidentes que estarían afectando a sus funcionarios en Cuba, tiene un carácter eminentemente político.
El Ministerio insta a las autoridades competentes del Gobierno de los Estados Unidos a no continuar politizando este asunto, lo cual puede provocar una escalada indeseada, así como enrarecer y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, ya afectadas por el anuncio de una nueva política realizado en junio pasado por el presidente Donald Trump.
El Ministerio reitera la disposición de Cuba a continuar propiciando una cooperación seria y objetiva entre las autoridades de ambos países, con el objetivo de lograr el esclarecimiento de estos hechos y concluir la investigación, para lo cual será esencial la colaboración más eficiente de las agencias competentes de los Estados Unidos.
La Habana, 3 de octubre de 2017
(Cubaminrex)
El 3 de octubre de 2017, una vez más, el gobierno estadounidense, en una acción injustificada, decidió que 15 funcionarios de la Embajada de Cuba en Washington abandonen el territorio de los Estados Unidos, sobre la base de que han reducido su personal diplomático en La Habana y que el gobierno cubano no habría dado los pasos necesarios para prevenir “ataques” contra estos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores protesta enérgicamente y denuncia esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla, al afirmarse que el gobierno de Cuba no adoptó todas las medidas adecuadas para prevenir los alegados incidentes.
En la reunión sostenida, a propuesta de la parte cubana, con el secretario de Estado, Rex Tillerson, el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, le advirtió de no tomar decisiones apresuradas sin sustento en evidencias, lo instó a no politizar un asunto de esta naturaleza y le reiteró la solicitud de cooperación efectiva de las autoridades estadounidenses para esclarecer los hechos y concluir la investigación.
Es la segunda ocasión, después que el 23 de mayo de 2017 el Departamento de Estado ordenara que dos diplomáticos cubanos en Washington abandonaran el país, en que el Gobierno de los Estados Unidos responde de manera precipitada, inapropiada e irreflexiva, sin evidencias sobre la ocurrencia de los hechos invocados, en los que Cuba no tiene responsabilidad alguna, y sin que haya concluido la investigación que está en curso.
Tal como fuera trasladado por el Canciller cubano al secretario de Estado Tillerson, el 26 de septiembre de 2017, Cuba, que ha sido víctima en el pasado de atentados contra miembros de su personal diplomático, asesinados, desaparecidos, secuestrados o agredidos en el ejercicio de sus funciones, cumple con toda seriedad y rigor sus obligaciones con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, en lo que se refiere a la protección de la integridad de los agentes diplomáticos acreditados en el país, en lo cual puede mostrar un historial impecable.
Como informó el Ministerio el pasado 9 de agosto, desde que la Embajada y el Departamento de Estado de los Estados Unidos informaran, el 17 de febrero de 2017, la presunta ocurrencia de incidentes contra algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares desde noviembre de 2016, alegando que les causaron daños y otras afecciones, las autoridades cubanas han actuado con suma seriedad, profesionalismo e inmediatez para esclarecer esta situación e iniciaron una investigación exhaustiva y prioritaria por indicación del más alto nivel del Gobierno. Se reforzaron las medidas de protección de los diplomáticos estadounidenses, sus familiares y sus residencias, se habilitaron nuevos canales de comunicación expedita de la Embajada con el Departamento de Seguridad Diplomática y se creó un comité de expertos para el análisis integral de los hechos, integrado por autoridades policiales, médicos y científicos.
Ante la tardía, fraccionada e insuficiente información suministrada por los estadounidenses, las autoridades cubanas solicitaron a la Embajada de los Estados Unidos precisiones e informaciones adicionales que permitieran realizar una investigación seria y profunda.
La Embajada de los Estados Unidos solo entregó algunos datos de interés sobre los supuestos incidentes, después de que el 21 de febrero, el Presidente Raúl Castro Ruz reiterara personalmente al Encargado de Negocios a.i. de esa Misión diplomática la importancia de compartir más información y cooperar entre las autoridades competentes de ambos países. No obstante, los datos suministrados con posterioridad continuaron careciendo de descripciones o detalles que facilitaran la caracterización de los hechos o la identificación de posibles autores, en caso de haberlos.
En las semanas posteriores, ante nuevos reportes sobre alegados incidentes y la escasa información aportada, las autoridades cubanas reiteraron la necesidad de una cooperación efectiva, ampliaron las solicitudes informativas a las autoridades estadounidenses e insistieron en ser notificadas en tiempo real sobre la ocurrencia de nuevos incidentes para poder actuar de forma oportuna.
En adición a lo anterior, en aras de contribuir al proceso investigativo y legal que se radicó en virtud de la Ley de Procedimiento Penal cubana, se trasladaron a las autoridades de los Estados Unidos requerimientos informativos como parte del expediente de investigación.
Las informaciones entregadas por la parte estadounidense han llevado al comité de expertos cubanos a concluir que estas son insuficientes y que el principal obstáculo para el esclarecimiento de los incidentes ha sido la falta de acceso directo a los afectados y a los médicos que los examinaron, la entrega tardía de evidencias y su carencia de valor, la ausencia de una información primaria fiable y contrastable, y la imposibilidad de realizar intercambios con expertos de los Estados Unidos con conocimiento sobre hechos de esta naturaleza y de la tecnología que pueda haberse empleado, a pesar de haberlo planteado reiteradamente como una necesidad para avanzar en la investigación.
Solo tras repetidas solicitudes al Gobierno de los Estados Unidos, representantes de agencias especializadas de ese país viajaron finalmente a La Habana el pasado mes de junio, se reunieron con sus contrapartes cubanas y expresaron la intención de cooperar de forma más sustantiva en la investigación de los supuestos incidentes. Volvieron a visitar Cuba en agosto y septiembre, permitiéndoseles trabajar en el terreno por primera vez en más de 50 años, para lo cual se les dieron todas las facilidades, incluyendo la posibilidad de importar equipamiento, como muestra de buena voluntad y del gran interés del gobierno cubano en concluir la investigación.
Las autoridades cubanas valoran positivamente las tres visitas realizadas por las agencias especializadas estadounidenses, las cuales han reconocido el alto nivel profesional de la investigación emprendida por Cuba, con un elevado componente técnico y científico, y que como resultado preliminar ha arrojado que hasta el momento, de acuerdo con la información disponible y los datos proporcionados por los Estados Unidos, no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes, ni de las causas y el origen de las afecciones de salud notificadas por los diplomáticos estadounidenses y sus familiares. Tampoco se han identificado posibles autores ni personas con motivaciones, intenciones o medios para ejecutar este tipo de acciones, ni se ha establecido la presencia de personas o medios sospechosos en los lugares donde se han reportado los hechos ni en sus alrededores. Las autoridades cubanas no están familiarizadas con equipos ni tecnologías que puedan ser utilizadas para este propósito, ni cuentan con información que indique su presencia en el país.
Al rechazar categóricamente cualquier responsabilidad del gobierno cubano en los alegados hechos, el Ministerio de Relaciones Exteriores reafirma una vez más que Cuba jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, sin excepción. Tampoco ha permitido ni permitirá que su territorio sea utilizado por terceros con este propósito.
El Ministerio enfatiza que la medida anunciada por el Gobierno de los Estados Unidos, de reducir el personal diplomático cubano en Washington sin que haya resultados investigativos concluyentes ni pruebas de los incidentes que estarían afectando a sus funcionarios en Cuba, tiene un carácter eminentemente político.
El Ministerio insta a las autoridades competentes del Gobierno de los Estados Unidos a no continuar politizando este asunto, lo cual puede provocar una escalada indeseada, así como enrarecer y hacer retroceder más las relaciones bilaterales, ya afectadas por el anuncio de una nueva política realizado en junio pasado por el presidente Donald Trump.
El Ministerio reitera la disposición de Cuba a continuar propiciando una cooperación seria y objetiva entre las autoridades de ambos países, con el objetivo de lograr el esclarecimiento de estos hechos y concluir la investigación, para lo cual será esencial la colaboración más eficiente de las agencias competentes de los Estados Unidos.
La Habana, 3 de octubre de 2017
(Cubaminrex)
lunes, 2 de octubre de 2017
Consideraciones en torno a la batalla mediática en América Latina
Atilio A. Boron
En las ciudades de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, los días 27 y 28 de Septiembre del corriente año tuvo lugar un seminario internacional para discutir el tema objeto de la presente nota. El evento reunió a un conjunto de analistas bolivianos e internacionales y también a dirigentes y militantes de los movimientos sociales de ese país para analizar una de las armas más virulentas de la contraofensiva lanzada por el imperio: la batalla mediática. Contó con la presencia de intelectuales bolivianos como Emilio Rodas, Hugo Moldiz y Katu Arkonada, y Gisela López, Ministra de Comunicación del Estado Plurinacional de Bolivia, en representación del gobierno boliviano. A estos se sumaron Randy Alonso Falcón (Cubadebate), Luis Hernández Navarro (La Jornada, México y TeleSUR), Érika Ortega Sanoja (corresponsal de RT en Venezuela), Otavio Antunes (Fundación Perseu Abramo de Brasil), Carlos Antonio Lozada (prensa FARC, Colombia), Juan Manuel Karg (Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad), Luis Bruschtein (Página/12), y el autor de esta nota.
Imposible reseñar la variedad de asuntos tratados a lo largo de dos días de intensos debates, estimulados además por sendas reuniones con el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera. No obstante, a la hora de señalar las principales conclusiones de este evento hubo un amplio consenso acerca de los graves riesgos que la intensificación de la contraofensiva imperialista -con su tropa de asalto mediática a la cabeza- entraña para la viabilidad misma de la democracia y la autodeterminación nacional en América Latina y el Caribe. El objetivo del desenfreno de Washington es inocultable: “restaurar las condiciones vigentes en esta región en vísperas del triunfo de la Revolución Cubana” como reza el documento final firmado por los participantes del encuentro.1
Instrumentos de esta iniciativa son las continuas presiones desestabilizadoras –a veces francamente destituyentes- que el gobierno de Estados Unidos ha venido ejerciendo en estos años con alevosía y perversidad en comunión con sus clientes locales. Blanco preferido de la agresión ha sido la Venezuela bolivariana, pero esta política también se ha aplicado, de modo apenas más disimulado, sobre todos los gobiernos progresistas del continente sin excepción. El reciente endurecimiento del bloqueo a Cuba impulsado por Donald Trump reitera la vigencia de esta pertinaz ofensiva contra la isla rebelde. Otras herramientas de esta estrategia son los mal llamados “golpes blandos” en donde una pandilla de jueces, legisladores y medios de comunicación derrocan “legalmente” y sin apelar a la intervención de las fuerzas armadas a gobiernos desafectos: Honduras en 2009, Paraguay en 2012 y Brasil en 2016 son otros tantos hitos de esta siniestra política, aparte de las tentativas fracasadas en Bolivia en 2008 y Ecuador en 2010. El asalto al poder de la derecha en Brasil en 2016 fue ejecutado por una cuadrilla de corruptos y mafiosos orquestados casualmente por la embajadora estadounidense Liliana Ayalde, la misma que dirigió el “golpe express” en contra de Fernando Lugo en Paraguay en 2012 (resuelto en menos de 24 horas) y que hoy se desempeña como jefa civil del Comando Sur. La involución democrática que padece la Argentina actual bajo el gobierno de Mauricio Macri y la intensificación de la presencia militar estadounidense en el área son otras tantas dimensiones de la guerra de reconquista lanzada por Washington con la ilusión de cerrar el desafiante paréntesis abierto con el triunfo de la Revolución Cubana el 1º de Enero de 1959.
El detenido examen de las distintas experiencias nacionales realizado en el seminario reveló que en fechas recientes la manipulación mediática y la absoluta irresponsabilidad de los medios de comunicación hegemónicos alcanzaron niveles sin precedentes en la región. De hecho, los grandes oligopolios multimedios que pululan en Nuestra América culminaron su inmoral tránsito desde el periodismo a la propaganda, abandonando la misión de ofrecer información verídica y objetiva para asumir, en cambio, el rol de agentes organizativos de los “partidos del orden”. Por lo tanto es inexacto referirse a ellos como “órganos periodísticos” porque han sufrido una mutación genética que los ha convertido en vergonzantes oficinas de propaganda de la derecha vernácula y sus amos estadounidenses. Conscientes de la verdadera estafa que esto implica para la opinión pública insisten en autodenominarse como “periodismo independiente”, aunque hacen cualquier cosa menos actuar como periodistas y honrar el derecho a la información. En su abominable involución su tarea ahora es atrofiar y adormecer la conciencia de la ciudadanía, idiotizarla con burdos programas de “entretenimiento” o transmisiones deportivas y descargar sobre el público un torrente de noticias maliciosamente tergiversadas y eternamente descontextualizadas y que se presentan como si fueran la obra de un “periodismo independiente, serio, objetivo, respetable”. Sin embargo lo que hacen estos medios es difundir una propaganda destinada a mantener a la población en la pasividad, sometida y obediente a los mandatos de sus dominadores y ahondar su despolitización para que la política termine siendo un monopolio de las clases dominantes.
Sin embargo, la degradación intelectual y moral de las masas es sólo una parte de la misión de estos grandes medios pseudoperiodísticos. Ante la debilidad de las fuerzas políticas de la derecha estos asumen las funciones propias de un partido del orden, tal como Antonio Gramsci lo advirtiera en sus clásicos estudios sobre el Risorgimento italiano. Y en línea con esa nueva función política fijan los lineamientos fundamentales que la derecha deberá llevar a la práctica en materia de política y economía doméstica así como el alineamiento internacional (es decir, sometimiento total a los dictados de Washington) que las fuerzas restauradoras deberán seguir para erradicar la plaga izquierdista, progresista o populista según los casos que se ha apoderado de América Latina y el Caribe. Su tarea incluye también la elaboración de la agenda concreta de trabajo de las organizaciones políticas de la derecha regional; el entrenamiento de sus cuadros y militantes; la fabricación y promoción publicitaria de sus candidatos y, por último, a través de sus imponentes aparatos comunicacionales, la manipulación de la opinión pública para que aquellos prevalezcan en las elecciones.
En este escandaloso escenario, líderes y gobiernos populares son víctimas de permanentes campañas de calumnias y difamaciones tendientes a satanizar a sus principales dirigentes, agigantar los problemas que enfrentan en sus países a la vez que ocultar cuidadosamente la tragedia que aflige a otros. Así, las mortales amenazas a la libertad de expresión se encuentran en Venezuela, no en México, en donde once periodistas fueron asesinados en lo que va del año y más de un centenar desde principios de siglo. Para esas agencias de propaganda Nicolás Maduro es sin duda alguna un contumaz dictador, y Michel Temer, el mafioso que usurpó la presidencia de Brasil, un prudente estadista. Las víctimas fatales de las “guarimbas venezolanas” de este año son una prueba escandalosa del despotismo del “régimen”, y fueron noticia en primera plana, día a día durante más de cuatro meses; pero los 120.000 que murieron en México en la fútil “guerra contra el narcotráfico” fueron invisibilizados al igual que los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Del mismo modo, esa prensa que no ahorra adjetivos para descalificar a los gobiernos progresistas nada dice sobre los más de veinte líderes de las FARC-EP asesinados en los últimos meses en el marco del actual “proceso de paz” de Colombia, para ni hablar de los casi doscientos militantes de base asesinados en el último año y medio y los siete millones de desplazados por el paramilitarismo y el narcotráfico. En la Argentina los medios hegemónicos apelan a miles de argucias y falsedades para ocultar que un joven ciudadano, Santiago Maldonado, fue aprehendido por la Gendarmería y desde entonces está desaparecido; o que hay una parlamentaria del Mercosur y líder de un importante movimiento social, Milagro Sala, que hace casi dos años está en prisión sin haber sido condenada por ningún delito. Casos como estos que hemos reseñado se multiplican a lo largo y a lo ancho de toda la geografía latinoamericana y caribeña pero estos trágicos acontecimientos no llegan a ser noticias porque la misión de los grandes medios es precisamente impedir que esto se sepa, o si tal cosa es imposible hacer todo lo posible para minimizar su visibilidad o inventar alguna que otra noticia espectacular que distraiga la atención de la ciudadanía y se olvide del otro tema. ¡Imagínense cual habría sido la reacción de esos medios de propaganda si el gobierno de Nicolás Maduro hubiera enviado a la Guardia Nacional Bolivariana a secuestrar las urnas del ilegal referendo convocado por la MUD el pasado 16 de Julio y hubiera maltratado y golpeado a casi un millar de votantes como este domingo 1º de Octubre lo hizo el gobierno de Mariano Rajoy durante la realización del referendo en Catalunya! La noticia habría sido primera plana mundial durante días y días, y los escribas de la derecha habrían literalmente incendiado el continente con las denuncias en contra de tan brutal atropello a lo que ellos mismos conciben como la esencia de la democracia. No ocurrirá lo mismo con las tropelías perpetradas por el gobierno de Rajoy; nadie dirá, como lo hacen con incurable estulticia de Maduro, que “Rajoy es un dictador.” Esas agencias de propaganda del imperio y la derecha protegen a sus mandaderos, hicieran lo que hicieren.
En suma, la historia corrigió a Karl Marx y ahora los medios –no de comunicación sino de “in-comunicación” y desinformación, o al decir de Noam Chomsky, medios de “confusión de masas”– han reemplazado a la religión para convertirse en “el opio de los pueblos”. Esta involutiva mutación fue precozmente reconocida por Gilbert K. Chesterton en 1917 al decir que los medios “son por su misma naturaleza, los juguetes de unos pocos hombres ricos. El capitalista y el editor son los nuevos tiranos que se han apoderado del mundo. Ya no hace falta que nadie se oponga a la censura de la prensa. No necesitamos una censura para la prensa. La prensa misma es la censura. Los periódicos comenzaron a existir para decir la verdad y hoy existen para impedir que la verdad se diga.” Sus palabras son una vibrante radiografía de la situación de la escena mediática en el mundo de hoy. Sin quitar o poner una coma retratan la situación de los medios en Latinoamérica.
La estrategia concertada de los grandes conglomerados de la comunicación –coordinada desde Estados Unidos por ejemplo a través del Grupo de Diarios de América, con sede en Miami– impone una asfixiante uniformidad de temas, noticias y opiniones en todos los países del área. El GDA dice lo que hay que informar y lo que no debe ser informado. Dice también qué es lo que hay que opinar, quiénes deben hacerlo y cómo. Basta con recorrer las páginas de los principales periódicos de la región o los programas televisivos con mayor audiencia para comprobar, por ejemplo, que hace mucho tiempo la principal noticia procedente del exterior (cuando no la única) es, invariablemente, Venezuela. Para la canalla mediática un mundo tan convulsionado como el actual tiene un solo punto de referencia, y es lo que ocurre en la tierra de Bolívar y Chávez. ¿Hay riesgo de una guerra termonuclear en la península norcoreana? ¿Que la OTAN desplegó sobre la frontera rusa el mayor contingente de fuerzas militares desde la Segunda Guerra Mundial? ¿Siria es desangrada por unos terroristas creados por Occidente? ¿El jihadismo aterroriza a Europa y amenaza con expandirse por todo el mundo? ¿El presidente de Estados Unidos, que controla el mayor arsenal nuclear del planeta, es caracterizado por la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos como una personalidad emocionalmente inestable e inepta para desempeñar un cargo de tanta trascendencia? ¿Miles de muertos en Yemen por la agresión de una alianza formada por Saudiarabia, Israel y las potencias occidentales? Nada.Todas estas cosas son nimiedades. La noticia es Venezuela; las secciones “internacionales” de la prensa latinoamericana sólo hablan de ese país, como si no existiera ningún otro en el mundo. Puede haber alguna que otra ocasional referencia a noticias del ámbito internacional, pero “la noticia” del exterior, la que precipitará un aluvión de editoriales y notas de opinión será siempre la situación venezolana. Decíamos que esto no es casual, sino que obedece a una estrategia consciente y de alcance regional. Por eso quienes hemos participado en el seminario exhortamos a los gobiernos y los movimientos sociales y las fuerzas políticas progresistas latinoamericanas y caribeñas a dar pasos hacia la conformación de una vasta red de alcance continental capaz de enfrentarse a las mentiras, tergiversaciones y manipulaciones de las oligarquías mediáticas neocoloniales de la región. Existen en Latinoamérica valiosas expresiones de un periodismo fiel a su misión de informar con objetividad. Pero, hasta ahora, se trata de iniciativas aisladas que será necesario integrar y coordinar para desarrollar una estrategia común capaz de enfrentarse al poderío de las oligarquías mediáticas que abruman a nuestros pueblos. Como recomendaba Martí, “plan contra plan”. Si el de ellos es una coordinación continental de mentiras y calumnias el nuestro debe serlo para hacer que la verdad aparezca con todas sus luces.
El seminario concluyó manifestando su apoyo a la propuesta de los movimientos sociales de Bolivia de respaldar la repostulación del presidente Evo Morales Ayma a un nuevo mandato, denunciando además el escandaloso doble rasero del “periodismo independiente” que saludó el reciente triunfo de la Canciller alemana Angela Merkel para iniciar un cuarto turno de gobierno mientras que agravia y condena sin atenuantes al presidente Evo por tratar de hacer lo mismo en Bolivia. En un caso se trata de la capitalización de la experiencia adquirida por largos años de gobierno y la maduración que éstos le otorgan a una estadista como la Merkel. En el otro, expresión de una turbia aspiración a eternizarse en el poder y destruir la democracia destruyendo el crucial principio de la alternancia en el poder. Los participantes del evento manifestaron asimismo su beneplácito ante la iniciativa de declarar el 9 de Agosto “como el “Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad”, conmemorando la fecha en la que Estados Unidos arrojó su bomba atómica sobre la indefensa ciudad de Nagasaki y se comprometieron a promover su lanzamiento oficial el año próximo. Son crímenes que ponen en jaque la supervivencia misma de la especie humana y ante los cuales la indiferencia se convierte en complicidad. En síntesis: este magnífico seminario permitió refinar el diagnóstico sobre la escena mediática en América Latina y el Caribe, aquilatar los perniciosos efectos del creciente control de la información y los medios de comunicación en manos de oligarquías neocoloniales y profundamente refractarias ante las exigencias de la democracia y, por último, comenzar a diseñar una propuesta para establecer en Nuestra América un nuevo orden informativo internacional compatible con los anhelos emancipatorios y democráticos de nuestros pueblos.
1 Ver la declaración en Cubadebate: http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/09/29/concluye-en-bolivia-seminario-internacional-sobre-ataques-mediaticos-a-gobiernos-progresistas/#.WdEdjGjWxPY
En las ciudades de La Paz y Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, los días 27 y 28 de Septiembre del corriente año tuvo lugar un seminario internacional para discutir el tema objeto de la presente nota. El evento reunió a un conjunto de analistas bolivianos e internacionales y también a dirigentes y militantes de los movimientos sociales de ese país para analizar una de las armas más virulentas de la contraofensiva lanzada por el imperio: la batalla mediática. Contó con la presencia de intelectuales bolivianos como Emilio Rodas, Hugo Moldiz y Katu Arkonada, y Gisela López, Ministra de Comunicación del Estado Plurinacional de Bolivia, en representación del gobierno boliviano. A estos se sumaron Randy Alonso Falcón (Cubadebate), Luis Hernández Navarro (La Jornada, México y TeleSUR), Érika Ortega Sanoja (corresponsal de RT en Venezuela), Otavio Antunes (Fundación Perseu Abramo de Brasil), Carlos Antonio Lozada (prensa FARC, Colombia), Juan Manuel Karg (Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad), Luis Bruschtein (Página/12), y el autor de esta nota.
Imposible reseñar la variedad de asuntos tratados a lo largo de dos días de intensos debates, estimulados además por sendas reuniones con el presidente Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera. No obstante, a la hora de señalar las principales conclusiones de este evento hubo un amplio consenso acerca de los graves riesgos que la intensificación de la contraofensiva imperialista -con su tropa de asalto mediática a la cabeza- entraña para la viabilidad misma de la democracia y la autodeterminación nacional en América Latina y el Caribe. El objetivo del desenfreno de Washington es inocultable: “restaurar las condiciones vigentes en esta región en vísperas del triunfo de la Revolución Cubana” como reza el documento final firmado por los participantes del encuentro.1
Instrumentos de esta iniciativa son las continuas presiones desestabilizadoras –a veces francamente destituyentes- que el gobierno de Estados Unidos ha venido ejerciendo en estos años con alevosía y perversidad en comunión con sus clientes locales. Blanco preferido de la agresión ha sido la Venezuela bolivariana, pero esta política también se ha aplicado, de modo apenas más disimulado, sobre todos los gobiernos progresistas del continente sin excepción. El reciente endurecimiento del bloqueo a Cuba impulsado por Donald Trump reitera la vigencia de esta pertinaz ofensiva contra la isla rebelde. Otras herramientas de esta estrategia son los mal llamados “golpes blandos” en donde una pandilla de jueces, legisladores y medios de comunicación derrocan “legalmente” y sin apelar a la intervención de las fuerzas armadas a gobiernos desafectos: Honduras en 2009, Paraguay en 2012 y Brasil en 2016 son otros tantos hitos de esta siniestra política, aparte de las tentativas fracasadas en Bolivia en 2008 y Ecuador en 2010. El asalto al poder de la derecha en Brasil en 2016 fue ejecutado por una cuadrilla de corruptos y mafiosos orquestados casualmente por la embajadora estadounidense Liliana Ayalde, la misma que dirigió el “golpe express” en contra de Fernando Lugo en Paraguay en 2012 (resuelto en menos de 24 horas) y que hoy se desempeña como jefa civil del Comando Sur. La involución democrática que padece la Argentina actual bajo el gobierno de Mauricio Macri y la intensificación de la presencia militar estadounidense en el área son otras tantas dimensiones de la guerra de reconquista lanzada por Washington con la ilusión de cerrar el desafiante paréntesis abierto con el triunfo de la Revolución Cubana el 1º de Enero de 1959.
El detenido examen de las distintas experiencias nacionales realizado en el seminario reveló que en fechas recientes la manipulación mediática y la absoluta irresponsabilidad de los medios de comunicación hegemónicos alcanzaron niveles sin precedentes en la región. De hecho, los grandes oligopolios multimedios que pululan en Nuestra América culminaron su inmoral tránsito desde el periodismo a la propaganda, abandonando la misión de ofrecer información verídica y objetiva para asumir, en cambio, el rol de agentes organizativos de los “partidos del orden”. Por lo tanto es inexacto referirse a ellos como “órganos periodísticos” porque han sufrido una mutación genética que los ha convertido en vergonzantes oficinas de propaganda de la derecha vernácula y sus amos estadounidenses. Conscientes de la verdadera estafa que esto implica para la opinión pública insisten en autodenominarse como “periodismo independiente”, aunque hacen cualquier cosa menos actuar como periodistas y honrar el derecho a la información. En su abominable involución su tarea ahora es atrofiar y adormecer la conciencia de la ciudadanía, idiotizarla con burdos programas de “entretenimiento” o transmisiones deportivas y descargar sobre el público un torrente de noticias maliciosamente tergiversadas y eternamente descontextualizadas y que se presentan como si fueran la obra de un “periodismo independiente, serio, objetivo, respetable”. Sin embargo lo que hacen estos medios es difundir una propaganda destinada a mantener a la población en la pasividad, sometida y obediente a los mandatos de sus dominadores y ahondar su despolitización para que la política termine siendo un monopolio de las clases dominantes.
Sin embargo, la degradación intelectual y moral de las masas es sólo una parte de la misión de estos grandes medios pseudoperiodísticos. Ante la debilidad de las fuerzas políticas de la derecha estos asumen las funciones propias de un partido del orden, tal como Antonio Gramsci lo advirtiera en sus clásicos estudios sobre el Risorgimento italiano. Y en línea con esa nueva función política fijan los lineamientos fundamentales que la derecha deberá llevar a la práctica en materia de política y economía doméstica así como el alineamiento internacional (es decir, sometimiento total a los dictados de Washington) que las fuerzas restauradoras deberán seguir para erradicar la plaga izquierdista, progresista o populista según los casos que se ha apoderado de América Latina y el Caribe. Su tarea incluye también la elaboración de la agenda concreta de trabajo de las organizaciones políticas de la derecha regional; el entrenamiento de sus cuadros y militantes; la fabricación y promoción publicitaria de sus candidatos y, por último, a través de sus imponentes aparatos comunicacionales, la manipulación de la opinión pública para que aquellos prevalezcan en las elecciones.
En este escandaloso escenario, líderes y gobiernos populares son víctimas de permanentes campañas de calumnias y difamaciones tendientes a satanizar a sus principales dirigentes, agigantar los problemas que enfrentan en sus países a la vez que ocultar cuidadosamente la tragedia que aflige a otros. Así, las mortales amenazas a la libertad de expresión se encuentran en Venezuela, no en México, en donde once periodistas fueron asesinados en lo que va del año y más de un centenar desde principios de siglo. Para esas agencias de propaganda Nicolás Maduro es sin duda alguna un contumaz dictador, y Michel Temer, el mafioso que usurpó la presidencia de Brasil, un prudente estadista. Las víctimas fatales de las “guarimbas venezolanas” de este año son una prueba escandalosa del despotismo del “régimen”, y fueron noticia en primera plana, día a día durante más de cuatro meses; pero los 120.000 que murieron en México en la fútil “guerra contra el narcotráfico” fueron invisibilizados al igual que los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Del mismo modo, esa prensa que no ahorra adjetivos para descalificar a los gobiernos progresistas nada dice sobre los más de veinte líderes de las FARC-EP asesinados en los últimos meses en el marco del actual “proceso de paz” de Colombia, para ni hablar de los casi doscientos militantes de base asesinados en el último año y medio y los siete millones de desplazados por el paramilitarismo y el narcotráfico. En la Argentina los medios hegemónicos apelan a miles de argucias y falsedades para ocultar que un joven ciudadano, Santiago Maldonado, fue aprehendido por la Gendarmería y desde entonces está desaparecido; o que hay una parlamentaria del Mercosur y líder de un importante movimiento social, Milagro Sala, que hace casi dos años está en prisión sin haber sido condenada por ningún delito. Casos como estos que hemos reseñado se multiplican a lo largo y a lo ancho de toda la geografía latinoamericana y caribeña pero estos trágicos acontecimientos no llegan a ser noticias porque la misión de los grandes medios es precisamente impedir que esto se sepa, o si tal cosa es imposible hacer todo lo posible para minimizar su visibilidad o inventar alguna que otra noticia espectacular que distraiga la atención de la ciudadanía y se olvide del otro tema. ¡Imagínense cual habría sido la reacción de esos medios de propaganda si el gobierno de Nicolás Maduro hubiera enviado a la Guardia Nacional Bolivariana a secuestrar las urnas del ilegal referendo convocado por la MUD el pasado 16 de Julio y hubiera maltratado y golpeado a casi un millar de votantes como este domingo 1º de Octubre lo hizo el gobierno de Mariano Rajoy durante la realización del referendo en Catalunya! La noticia habría sido primera plana mundial durante días y días, y los escribas de la derecha habrían literalmente incendiado el continente con las denuncias en contra de tan brutal atropello a lo que ellos mismos conciben como la esencia de la democracia. No ocurrirá lo mismo con las tropelías perpetradas por el gobierno de Rajoy; nadie dirá, como lo hacen con incurable estulticia de Maduro, que “Rajoy es un dictador.” Esas agencias de propaganda del imperio y la derecha protegen a sus mandaderos, hicieran lo que hicieren.
En suma, la historia corrigió a Karl Marx y ahora los medios –no de comunicación sino de “in-comunicación” y desinformación, o al decir de Noam Chomsky, medios de “confusión de masas”– han reemplazado a la religión para convertirse en “el opio de los pueblos”. Esta involutiva mutación fue precozmente reconocida por Gilbert K. Chesterton en 1917 al decir que los medios “son por su misma naturaleza, los juguetes de unos pocos hombres ricos. El capitalista y el editor son los nuevos tiranos que se han apoderado del mundo. Ya no hace falta que nadie se oponga a la censura de la prensa. No necesitamos una censura para la prensa. La prensa misma es la censura. Los periódicos comenzaron a existir para decir la verdad y hoy existen para impedir que la verdad se diga.” Sus palabras son una vibrante radiografía de la situación de la escena mediática en el mundo de hoy. Sin quitar o poner una coma retratan la situación de los medios en Latinoamérica.
La estrategia concertada de los grandes conglomerados de la comunicación –coordinada desde Estados Unidos por ejemplo a través del Grupo de Diarios de América, con sede en Miami– impone una asfixiante uniformidad de temas, noticias y opiniones en todos los países del área. El GDA dice lo que hay que informar y lo que no debe ser informado. Dice también qué es lo que hay que opinar, quiénes deben hacerlo y cómo. Basta con recorrer las páginas de los principales periódicos de la región o los programas televisivos con mayor audiencia para comprobar, por ejemplo, que hace mucho tiempo la principal noticia procedente del exterior (cuando no la única) es, invariablemente, Venezuela. Para la canalla mediática un mundo tan convulsionado como el actual tiene un solo punto de referencia, y es lo que ocurre en la tierra de Bolívar y Chávez. ¿Hay riesgo de una guerra termonuclear en la península norcoreana? ¿Que la OTAN desplegó sobre la frontera rusa el mayor contingente de fuerzas militares desde la Segunda Guerra Mundial? ¿Siria es desangrada por unos terroristas creados por Occidente? ¿El jihadismo aterroriza a Europa y amenaza con expandirse por todo el mundo? ¿El presidente de Estados Unidos, que controla el mayor arsenal nuclear del planeta, es caracterizado por la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos como una personalidad emocionalmente inestable e inepta para desempeñar un cargo de tanta trascendencia? ¿Miles de muertos en Yemen por la agresión de una alianza formada por Saudiarabia, Israel y las potencias occidentales? Nada.Todas estas cosas son nimiedades. La noticia es Venezuela; las secciones “internacionales” de la prensa latinoamericana sólo hablan de ese país, como si no existiera ningún otro en el mundo. Puede haber alguna que otra ocasional referencia a noticias del ámbito internacional, pero “la noticia” del exterior, la que precipitará un aluvión de editoriales y notas de opinión será siempre la situación venezolana. Decíamos que esto no es casual, sino que obedece a una estrategia consciente y de alcance regional. Por eso quienes hemos participado en el seminario exhortamos a los gobiernos y los movimientos sociales y las fuerzas políticas progresistas latinoamericanas y caribeñas a dar pasos hacia la conformación de una vasta red de alcance continental capaz de enfrentarse a las mentiras, tergiversaciones y manipulaciones de las oligarquías mediáticas neocoloniales de la región. Existen en Latinoamérica valiosas expresiones de un periodismo fiel a su misión de informar con objetividad. Pero, hasta ahora, se trata de iniciativas aisladas que será necesario integrar y coordinar para desarrollar una estrategia común capaz de enfrentarse al poderío de las oligarquías mediáticas que abruman a nuestros pueblos. Como recomendaba Martí, “plan contra plan”. Si el de ellos es una coordinación continental de mentiras y calumnias el nuestro debe serlo para hacer que la verdad aparezca con todas sus luces.
El seminario concluyó manifestando su apoyo a la propuesta de los movimientos sociales de Bolivia de respaldar la repostulación del presidente Evo Morales Ayma a un nuevo mandato, denunciando además el escandaloso doble rasero del “periodismo independiente” que saludó el reciente triunfo de la Canciller alemana Angela Merkel para iniciar un cuarto turno de gobierno mientras que agravia y condena sin atenuantes al presidente Evo por tratar de hacer lo mismo en Bolivia. En un caso se trata de la capitalización de la experiencia adquirida por largos años de gobierno y la maduración que éstos le otorgan a una estadista como la Merkel. En el otro, expresión de una turbia aspiración a eternizarse en el poder y destruir la democracia destruyendo el crucial principio de la alternancia en el poder. Los participantes del evento manifestaron asimismo su beneplácito ante la iniciativa de declarar el 9 de Agosto “como el “Día Internacional de los Crímenes Estadounidenses contra la Humanidad”, conmemorando la fecha en la que Estados Unidos arrojó su bomba atómica sobre la indefensa ciudad de Nagasaki y se comprometieron a promover su lanzamiento oficial el año próximo. Son crímenes que ponen en jaque la supervivencia misma de la especie humana y ante los cuales la indiferencia se convierte en complicidad. En síntesis: este magnífico seminario permitió refinar el diagnóstico sobre la escena mediática en América Latina y el Caribe, aquilatar los perniciosos efectos del creciente control de la información y los medios de comunicación en manos de oligarquías neocoloniales y profundamente refractarias ante las exigencias de la democracia y, por último, comenzar a diseñar una propuesta para establecer en Nuestra América un nuevo orden informativo internacional compatible con los anhelos emancipatorios y democráticos de nuestros pueblos.
1 Ver la declaración en Cubadebate: http://www.cubadebate.cu/noticias/2017/09/29/concluye-en-bolivia-seminario-internacional-sobre-ataques-mediaticos-a-gobiernos-progresistas/#.WdEdjGjWxPY