Manuel E. Yepe
Los cambios que están teniendo lugar en Cuba al calor de las reformas promovidas por el Partido Comunista y el gobierno de la Isla son objeto de constantes anatemas por parte de la prensa corporativa estadounidense, en cuya vanguardia milita el vocero principal del gobierno invisible de la superpotencia, el Wall Street Journal.
Mientras otros medios corporativos de occidente mantienen sus ataques contra la revolución cubana argumentando que el proceso de actualización del socialismo que ahora tiene lugar conduce al capitalismo, el WSJ asegura que eso es lo que Cuba quiere hacer ver.
Da por ciertas las mentiras de los demás y se dedica a demostrar que la Isla engaña al mundo pretendiendo que ha cambiado el rumbo. La columnista Mary Anastasia O'Grady, en comentario titulado ¿Cuba se está volviendo capitalista? (Is Cuba Going Capitalist?) asegura que “esta no es la primera vez que se nos dice que la economía comunista, paralizada desde 1959, está en vísperas de revertir su rumbo”, pero “la idea de que esto es capitalismo sería graciosa si no fuera tan triste”, como si alguien en Cuba hubiera abogado alguna vez por un regreso a aquel pasado ignominioso.
El periódico de la oligarquía financiera estadounidense asegura que el propósito de las reformas económicas cubanas es gravar con impuestos a las transacciones del mercado negro y se refiere a éste como si fuera algo inexistente en su propio país al censurar que el gobierno cubano lo haya permitido y ahora quiera poner orden en su casa. Ignora el volumen alarmante de la economía subterránea en Estados Unidos pese a la severidad con que se proyectan y actúan las muy temidas autoridades represivas diseñadas para evitarla y castigar las transacciones ilícitas.
Un artículo publicado en abril de 2009 en el Milwaukee Journal-Sentinel firmado por Kathleen Gallagher, relataba una investigación realizada por la Universidad de Wisconsin-Madison, según la cual mientras la economía global lucha por sobrevivir, la economía sumergida se desarrolla impetuosamente en Estados Unidos. “Los ingresos no declarados en Estados Unidos se han expandido hasta ser de 2,25 billones de dólares creando una relación entre los ingresos no declarados y el ingreso bruto que se está acercando a los niveles máximos de la época de la Segunda Guerra Mundial,” según la investigación.
Se está creando a nivel federal un pasivo por impuestos no pagados de más de 600 millones de dólares y la profundización de la recesión ha reducido las oportunidades de empleo regular e impulsado el crecimiento de actividades laborales no declaradas, asegura la indagación. También revela que “había 824 millones de dólares en efectivo circulando en ese mercado negro - lo suficiente para dar a cada hombre, mujer y niño en el país $2.700 en efectivo; o $1.750 si se toma en cuenta que un tercio de la moneda estadounidense circula en el exterior”.
La articulista del Wall Street Journal que cito al inicio de este comentario jamás podrá comprender, y mucho menos explicar, cómo es que en Cuba se puede hacer el reordenamiento de la fuerza laboral sin recurrir a “terapias de choque” o a paquetes de medidas que descarguen la crisis sobre las mayorías de bajos ingresos que son las que sufren con mayor intensidad los recortes de los gastos sociales y son las que apoyan con mayor firmeza las protestas y las manifestaciones populares y estudiantiles que los cuerpos de policía al servicio de las oligarquías reprimen con violencia.
No es capaz de entender que el crecimiento del sector no estatal de la economía en Cuba no signifique la privatización de la propiedad social. Mucho menos puede concebir que la ampliación y flexibilización del trabajo en el sector no estatal sirva al desarrollo del modelo socialista en Cuba al liberar de cargas administrativas al Estado y contribuir con el aporte agregado de sus obligaciones tributarias, a hacer viable la garantía a toda la población de los sistemas de salud y educación; seguridad y asistencia sociales; de cultura, ciencia y deportes; la defensa y la seguridad de la Nación, así como de las demás conquistas del pueblo en revolución. Cuba conoció el capitalismo, lo sufrió y se rebeló contra ese injusto sistema socio-político, al que identifica como responsable del deplorable estado del mundo actual.
Los cubanos están a favor de los cambios que sean necesarios en sus proyectos y los emprenden sin miedo. Pero el regreso al pasado capitalista no lo aceptarían, ¡jamás!
Septiembre de 2011.
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