Ubieta:
Todavía están frescos los ecos de tu polémica con el OC. De
hecho, su, al parecer, último acto es una simpática diatriba de Díaz Moreno
contra Hernández Pérez, en la que lo acusa de extremista citando las críticas de
Raúl a la burocracia cubana, que, dizque, tú, Hernández Pérez, otros muchos y yo
mismo, seguramente, encarnamos. Coincidiendo casi punto por punto con Raúl y
enfrentándolo con los argumentos críticos hacia OC, Díaz Moreno vuelve a hacer
la proeza a la que ya nos vamos acostumbrando: elude otra vez, como todos los
que han polemizado contigo, la cuestión central y, para mí, única de este
debate. No responde, como antes hiciera Isbel y mucho antes otros del OC la
pregunta sobre la actitud ante la contrarrevolución interna, a la que llaman
suavemente “derecha”, financiada y alentada por el gobierno norteamericano y
dirigida desde la Oficina de Intereses.
Como quiera que al interior del OC este tema está en
discusión, no es ocioso volver a reclamarle al OC que se pronuncie con claridad
sobre este único punto.
Una joyita de otra hechura que acaba de aparecer, motiva, sin
embargo, estas líneas. Se trata del texto Digna intervención
televisiva del director de la agrupación musical “Qva Libre”, publicado el 28 de septiembre en Havana Times por Yenisel Rodríguez
Pérez, quien se identifica claramente con el OC: “Soy graduado en Estudios
Socioculturales y me gusta la Antropología. Integro la Cátedra Haydee Santamaría
y el Observatorio Crítico, proyectos autogestionados de pensamiento y acción
crítica. Me inspira en mí accionar cotidiano que todo individuo y colectivo
participe en el diseño de su realidad social. Promuevo el trabajo cooperativo y
la autogestión solidaria. Pertenezco a una generación que debe reconstruir la
cultura cívica en Cuba. Por eso escribo en este espacio”.
Cito al autor: “Carlos Díaz, director de la
agrupación Qva Libre, rebasó exitosamente la petición del gobierno cubano de
participar en un concierto vinculado a intereses propagandísticos de la
burocracia autoritaria. Con gran sutileza sorteó las encrucijadas del hablar
“en vivo” para aclarar su distancia con la política oficial”
El resto del texto va por el mismo camino. No
queda claro de qué trataba el asunto, de qué concierto se habla, ni quién le
pidió algo al músico, ni qué fue lo que le pidieron, si es que le pidieron algo.
Sin ningún dato que no sea el nombre del artista y el de la agrupación, se
construye una acusación antigubernamental, con basamento democrático, porque va
contra lo autoritario, contra lo burocrático, contra lo propagandístico. En
fin, un panfleto, una carga de diatribas sin destinatario ni argumentos. ¿No es
esta retórica la que critica el OC?
Usemos los pocos datos disponibles y la misma
lógica: resulta obvio que el “gobierno” invitó a Qva Libre a cantar en público.
Por algo será. Ese mismo “gobierno” lo puso frente a la televisión y esta
entrevistó al director del grupo. Por algo será. El director del grupo dijo lo
que quiso decir a esa televisión del “gobierno”: excelente. Qva Libre se sigue
presentando con éxito, no le ha sucedido nada.
Por demás, la ofensa a muchos artistas cubanos,
que no es gratuita, es ingrediente fundamental de la diatriba: “Es fácil
diferenciar a estos artistas de aquellos que se prostituyen voluntariamente con
los intereses gubernamentales. Los más carecen de popularidad y talento, por lo
que ven en dicho acercamiento un modo de favorecer su carrera artística” Obvio,
por alguna razón, hay que dejar claro que los demás son
peores.
Y lo mejor es el final, loa a la doble moral,
coincidente con el discurso de la mencionada “derecha”:
“Felicidades Carlitos por sumar a tus logros
artísticos, añorados desde que éramos compañeros de estudio, la virtud cívica de
no traicionar tus preceptos personales. Ojalá puedas sortear por largo tiempo
ese camino minado que implica hacerse popular hoy en Cuba. Rehusar el riesgo de
comprometer tu imagen política futura buscando asegurar intereses artísticos y
económicos en el presente.
Un presente destinado a
perecer”
Por supuesto, para nada se vislumbra el futuro,
para beneplácito de la “derecha”.
Podría terminar con esta conclusión, pero la
curiosidad es muy fuerte: ¿a qué concierto se refiere el
panfleto?
No fue difícil, gracias a los medios y a la
memoria colectiva dar con alguna respuesta: se trata, con toda probabilidad, del
concierto en homenaje a Ramón Labañino, Fernando González, René González,
Antonio Guerrero y Gerardo Hernández, el 12 de septiembre, en la escalinata de
la universidad. Es el día en que los cinco fueron presos, hace catorce años. Ahí
estuvo Qva Libre y hubo televisión. Estuvieron también Arnaldo y su Talismán,
David Blanco, Raúl Torres, Adrián Berazaín, Tony Ávila y Yoyo Ibarra. Por lo que
se recuerda, varios de ellos hablaron a la televisión y durante el concierto y
todos dijeron lo que entendieron. No hubo nada panfletario ni que pareciera
oportunista. Había mucho público, mucha energía y mucho desenfado. La prensa
extranjera silenció el concierto. Por algo será.
Entonces, le hago una sola pregunta al OC,
aunque tienen hace rato otra respuesta pendiente: ¿Es legítimo que el “gobierno
cubano” convoque a un concierto por los cinco, concebido para jóvenes y de
acuerdo con las preferencias de estos? Ojalá no me respondan con un extenso
análisis de coyuntura, como hacen con la pregunta hace rato pendiente para
bordearla con escasa maestría. En definitiva, yo estoy de acuerdo con ellos en
muchas cosas. Espero que no se tomen el trabajo de convencerme de descalificar
al gobierno cubano. Es inútil, o por lo menos lo será en tanto no contesten alto
y claro la pregunta hace tiempo pendiente.
Santos Pérez
La Habana, 2 de octubre de
2012.
Fotos del concierto por los Cinco: Ismael Francisco y Ladyrene Pérez
Fotos del concierto por los Cinco: Ismael Francisco y Ladyrene Pérez
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