E. U. G.
Cada año en Miami se organiza una feria peculiar: Cuba Nostalgia. Los cubanos que allí viven se reencuentran a veces con amigos de la infancia, y se transportan mentalmente a sus ciudades de origen. Los organizadores, a pesar de que los cubanos que radican en Miami vivieron en Cubas diferentes, en dependencia de las fechas de partida, insisten en reconstruir la de los cincuenta. En realidad, los que la vivieron, mayoritariamente pertenecientes a las clases medias y altas de entonces, son ya muy pocos. La reformulación de la Ley Migratoria recientemente aprobada en Cuba, les permite viajar e incluso retornar a la Patria, y es cada vez mayor el número de compatriotas de allá que frecuenta las auténticas calles, los bares, los sabores y olores, que en esas Ferias se imitan, y de ancianos que vuelven a pasar sus últimos días en la Isla, seguros de que aquí nunca serán desahuciados, ni carecerán de atención médica. Las fotos publicadas en El Nuevo Herald son patéticas, pero emotivas: una pareja se sienta en el muro del falso Malecón, ante una foto del Morro; otros, caminan sobre un mapa urbano de La Habana, quizás para ubicar viejas direcciones propias, o de amigos y familiares. Los cubanos pueden volver, y muchos hoy se sientan a descansar en el verdadero muro, frente al mar que nos separa y nos une. Pero los cincuenta no volverán.
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