Los estudios Abdala en estos momentos están sin electricidad. Segunda vez en unos pocos meses.
La Empresa Eléctrica ha decidido suspenderle el servicio por falta de pago.
Abdala no puede pagar porque desde hace ocho meses está en proceso de traslado al Ministerio de Cultura, trámite que no acaba de concretarse por razones ignotas.
Hace unos días un viceministro de cultura dijo que no puede pagar la deuda eléctrica de Abdala porque las empresas deben pagar sus propias deudas.
Los estudios estaban funcionando y han tenido que parar. A partir del próximo lunes hay contratos para servicios que pueden reportarle a nuestro país unos cuantos miles. Abdala no podrá aportarlos por esta situación. Tampoco podrá pagar sus deudas y, por supuesto, seguirá deteriorándose como empresa.
Parece “un plan del enemigo”, pero no es la CIA.
Abdala, que fue un proyecto aprobado y supervisado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, agoniza con la complacencia de muchos funcionarios que conocen su situación y no hacen nada.
Algunos de estos funcionarios de Cultura nunca perdonaron la existencia de Abdala. En vez de ver a estos estudios como un aporte a la Cultura, sintieron que se hacían para poner en evidencia su incompetencia. Los que piensan así no son músicos, y si alguno lo fue dejó de razonar como tal.
Llevo mucho tocando puertas que no se abren y hablando a oídos que no escuchan. No crean que no siento vergüenza de confesar esto públicamente. Pero más vergüenza me va a dar cuando vea los estudios en ruinas.
Silvio Rodríguez
Recomiendo además el texto "Silvio y las instituciones" de Iroel Sánchez que acompaña la nota en su blog
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