Enrique Ubieta Gómez
Los medios corporativos del gran capital repiten como si fuese una verdad consabida: “los revolucionarios son violentos” y los que abogan por mantener el status quo –es decir, los capitalistas--, “son tolerantes”, y están en disposición de estrechar la mano del adversario. Como que aquellos suelen ser o representar a los poderosos, el concepto de “paz” es reducido a la aceptación por el oprimido de su condición, y en caso extremo, a la búsqueda de formas menos evidentes o más eficaces de explotación. ¿Sería capaz el capitalismo –su expresión más radical: el imperialismo--, de actuar en el bien de la Humanidad, de trascenderse a sí mismo? Hoy asistí a un acontecimiento trascendental: el revolucionario vivo más emblemático del siglo XX e inicios del XXI –un hombre que dentro de unos días cumplirá 84 lúcidos años--, alertaba sobre el peligro de una nueva guerra mundial, explicaba las consecuencias tremendas que tendría la conflagración, esta vez casi inevitablemente nuclear y se dirigía al Presidente del estado imperialista más poderoso del siglo XX e inicios del XXI, con la esperanza de que entendiera a tiempo la responsabilidad que asumía si ordenaba su inicio: “Quiso el azar que, en ese instante preciso, el Presidente de Estados Unidos sea un descendiente de africano y de blanco, de mahometano y cristiano. ¡No la dará!, si se logra que tome conciencia de ello. Es lo que estamos haciendo aquí”.
El revolucionario Fidel no intervenía esta vez a favor de su país, ni siquiera de su región –no directamente involucrada--, sino de la Humanidad, hablaba como ciudadano del mundo: la guerra acabaría incluso con el bienestar de los ricos. La civilización que compartimos todos, ricos y pobres, opresores y oprimidos, podría quebrarse. Lo hacía un día después de conmemorarse el aniversario 65 del lanzamiento injustificado de la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, y trataba de convencer al presidente actual del país que había ordenado aquel acto de prepotencia y barbarie. Los resultados de una guerra nuclear hoy serían mucho más devastadores, advertía. Como apuntaba uno de los diputados en el encuentro, los jefes de estado que promueven la guerra, ostentan irónicamente el Premio Nobel de la Paz; el demandante de la paz, el revolucionario Fidel, no. Por eso sus preguntas son tan importantes: ¿cree alguien que el poderoso imperio retrocedería en la demanda de que los mercantes iraníes sean inspeccionados?; ¿cree alguien que a los iraníes –un pueblo de milenaria cultura, más relacionado con la muerte que nosotros--, le faltará el valor que hemos tenido nosotros para resistir las exigencias de Estados Unidos?; ¿tienen alguna solución para esta contradicción? Si pudiesen ser conciliadas estas preguntas –no como acto de fuerza, no como triunfo de los intereses del más fuerte--, “la población del planeta (podría) ser regulada; los recursos no renovables, preservados; el cambio climático, evitado; el trabajo útil de todos los seres humanos, garantizado; los enfermos, asistidos; los conocimientos esenciales, la cultura y la ciencia al servicio del hombre, asegurados. Los niños, los adolescentes y los jóvenes del mundo no perecerán en ese holocausto nuclear”.
La sala plenaria del Palacio de Convenciones estaba abarrotada, porque además de sus legítimos ocupantes, los convocados diputados a la Asamblea Nacional, asistían invitados, periodistas nacionales y extranjeros, y miembros del cuerpo diplomático. Cubavisión y CNN trasmitían en vivo el mensaje. TeleSur enviaba a su comentarista político más avezado. Aunque no vestía el uniforme de Comandante en jefe, Fidel usaba una camisa verde olivo: es su símbolo, el de un guerrero de las ideas que defiende una paz inclusiva. La expectación por verlo se justificó. Sin embargo, un hecho ya preocupa: CNN no quiso, no pudo, no supo trasmitir en sus cintillos el mensaje central, que era la exhortación a Obama. Hizo como si informara, y eludió cualquier alusión a la guerra que se prepara: “Castro habló de tensiones entre Estados Unidos e Irán”, dijo para no decir nada. “El ex presidente se refirió a temas internacionales”, agregó. Ciertamente, Fidel es noticia, su sola presencia. Pero la Humanidad espera que quienes toman decisiones que afectan a todos, sepan escuchar. Insistamos en repetir las advertencias de Fidel, para que lleguen a Obama.
"Fidel no es inmortal. Ni más faltaba. Solo que “el caballo”, como también lo conoce afectuosamente su pueblo por su corpulencia y su vitalidad incansable, se irá un día como vino, con las botas puestas, dejándonos la lucidez de su visió...n histórica y la dignidad del hombre que no toleró, no tolera ni tolerará jamás yugo alguno, ni la marca de esclavo sobre su piel y la piel de Cuba. La muerte es el único hecho material, natural, ineluctable, aún invencible. Por eso Fidel se irá materialmente un día, sin que haya podido contrariar ese designio de la naturaleza. Se irá solo materialmente, no se sabe a donde, pero ahíto, con las alforjas llenas de servir al Pueblo, pueblo, que depositó en él toda su confianza y al que no ha defraudado. Sin duda su viaje de ida será victorioso, fervorosamente acompañado por el pueblo, de la misma manera como fue aclamado a su entrada en la Habana al frente del ejército popular libertador, aquel inolvidable para los pueblos del mundo 1° de enero de 1959.
ResponderEliminarPor lo pronto, para rabia de todos los explotadores y reaccionarios del mundo, unidos, aún sigue aferrada su corpulencia a la tierra fértil de Cuba revolucionaria." De Fidel, un hito de la revolución continental. Hugo Gómez
Pienso que los hombres que han dado su vida, en cualquier campo, o varios de ellos, como Fidel, son INMORTALES porque sus acciones e ideales trascienden su temporalidad física... La muerte no asusta a nadie sino el transcurrir la vida sin e...ntregar nada a quienen nos sobreviven. Vivimos "un préstamo" de generaciones futuras y debemos honrar el voto de confianza que ellos depositan en nosotros: CONSTRUIMOS O DESTRUIMOS y la historía nos juzgará en forma objetiva y real, no metafóricamente. Eso de nacer, crecer, reproducirse y morir es para plantas, y la mayoría de los animales, no para los humanos que, aunque no lo ejerciten todos, ni consecuentemente, poseen capacidad de altruísmo, ética... Besos compañeros.
ResponderEliminarEsta alertando... hace rato lo está haciendo... y quieránlo o No... Fidel es un estadista reconocido en el mundo y sabe muy bien lo que está diciendo... Ahora falta que los oídos de Obama, lo oigan y sepa, como joven inteligente que es, que puede colocar a la humanidad ante un peligro de conflagración mundial... Tiene que oir!!!
ResponderEliminarLiteraturas bélicas
ResponderEliminarhttp://aporrealos.com/forum/viewtopic.php?t=35066&highlight=
Es un estadista mayúsculo.
ResponderEliminarUna de sus frases fue hace algunos años en la Facultad de Derecho ante una multitud que lo escuchaba( escuchábamos) maravillados:
"Cuando yo no esté ... Cuba será una potencia MORAL."
El alerta sobre una posible barbarie nuclear está empezando a ser escuchada con respeto y preocupación por los pueblos latinoamricanos.