ELIZABETH LÓPEZ CORZO
La Calle del Medio No. 32
Ilustración: LAZ.
Pedrito Calvo no necesita presentación. En Cuba, cuando se dice su nombre enseguida nos vienen a la mente los temas de «Marilú»; «Sandunguera»; «Anda, ven y muévete»; «La titimanía» o «El negro está cocinando». Su voz rajada y ese timbre inconfundible, le dan sabor a cualquier cosa que cante. Todo el mundo lo recuerda como la voz de Van Van. Su actual orquesta La Nueva Justicia, dirigida por él, está entre las más populares del país y este año ha participado en casi todos los festejos populares de la isla. Aunque es un hombre muy alegre que desprende movimiento, soltura y desenfado, quienes hemos interactuado con él en algún momento sabemos que estamos hablando con un artista serio, que incluso recibió de manos del comandante Juan Almeida la Réplica del Machete de Máximo Gómez, un honor que anhela cualquier artista cubano. En cierta ocasión Fidel lo puso como ejemplo de un artista de pueblo, cuando trabajaba de forma voluntaria en las obras para los Juegos Panamericanos de La Habana en el 91.
Durante una conversación con LA CALLE DEL MEDIO, Pedrito Calvo rememoró los inicios de su carrera y nos comentó sobre sus actuales proyectos.
Pedrito Calvo se dio a conocer en un programa de televisión hasta que llegó a la orquesta de su papá, ¿cómo fue esa primera etapa en la música?
Desde que yo estaba en la escuela cantaba, esa era mi vocación, yo cantaba dondequiera. Estudié en una escuela bautista en Calabazar, allí interpretábamos canciones religiosas y hacíamos comedias. Yo traía eso desde niño porque mi padre era violinista de la misma orquesta que llevaba su nombre, Pedrito Calvo. Mi mamá cantaba, no era profesional pero lo hacía muy bien y la invitaban a cantar en todas las fiestas. Así que eso se me fue pegando.
Yo era zapatero entonces. En Guanabacoa pasaba un carrito que anunciaba los productos de aseo. Un día me embullé y canté en el carrito y me regalaron un estuche con jabones. Entonces la gente me sugirió que fuera al programa de La Corte Suprema. Allí tenía que ganar dos veces semanalmente y te hacían Estrella Naciente. Yo gané y me invitaron luego a otros programas.
Después vino el triunfo de la Revolución y me desvinculé de ese espacio de TV. Mi papá me llamó para trabajar en su orquesta y allí empecé, pero seguí con la zapatería, en esa época muchos artistas tenían otro oficio, salvo unas pocas agrupaciones que sí podían vivir solo de la música.
Luego estuve en la orquesta Riviera, del padre Revé, fue muy bueno estar allí. Luego pasé a la orquesta Jóvenes del Feeling y después me fui con la Ritmo Oriental, eso marcó una razón grata en mi carrera, allí aprendí mucho con todos.
Aunque es poco conocido, se sabe que usted participó en la lucha contra bandidos y en Playa Girón. ¿Qué recuerda de esa época, qué anécdotas tiene?
Imagínate, son recuerdos muy lindos. No teníamos experiencia en nada militar pero había un embullo tremendo en la juventud de esa época. Nosotros queríamos ser como los barbudos, poner nuestro granito de arena, éramos miles.
Recuerdo que en el 59 o 60 abrimos muchas trincheras en las costas cubanas. Hoy paso por esas playas y las veo, ya no son trincheras, pero recuerdo cómo di martillo allí.
Tuve la suerte también de que cuando Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución, mi fusil era uno de los que estaba ahí alantico. También estuvimos en el Escambray, en Playa Girón.
Un día se lo comenté a Fidel y me preguntó qué edad yo tenía. Éramos unos chamacos. Yo he tenido contacto personal con él. Cuando mi hermano Manuel Rojas, coronel de la fuerza aérea en Angola, fue apresado por la UNITA, mi madre, yo y toda la familia recibimos de Fidel una gran atención, hasta que mi hermano fue liberado
¿Cómo llegaste a los Van Van? ¿Qué significó estar tanto tiempo en la que se considera la mejor orquesta de Cuba?
Tuve la suerte de que a los Van Van les hacía falta un cantante. César Pedroso, Pupi, me llamó junto con otros y le dijeron a Formell que yo era el hombre. Él estaba renuente porque yo cantaba con la voz rajada, pero finalmente entré en el grupo en 1973 y allí estuve hasta diciembre del 2000. Fue una linda carrera con los Van Van. Tuve la dicha de ser un cantante que grababa temas y enseguida pegaban en la población. No había tanta competencia como hoy, pero sí había. Estaban Rumbavana, Irakere, Ritmo Oriental, Pacho Alonso, La Aragón, Maravillas de Florida y muchas más que eran muy buenas. De ese éxito y de lo que hago hoy estoy viviendo, me ha ido muy bien.
¿Por qué se fue de Van Van?
Mucha gente pregunta eso. Porque ya era el tiempo de no estar. Hay buenos matrimonios que se separan. Yo quería hacer cosas mías y no me ha ido mal. Cuando uno logra cosas debe probarse en otras. No me falta trabajo y el pueblo de Cuba y de otros lugares me reconoce. Eso es importante, yo voy por las calles y aprecio que la gente me quiere. Los Van Van siguen siendo mis amigos, mis hermanos.
Hay muchas versiones de por qué le puso La Justicia al grupo…
Porque yo quería hacer justicia con lo que yo hacía. La gente puede pensar que se debe a que yo no era bien congratulado donde estaba, pero en realidad es porque quería hacer mis cosas, aquí lo mismo canto un chachachá que participo con proyectos como Gente de Zona, Los cuatro…
¿Cuánto ha logrado de lo que se propuso con su orquesta?
Ser independiente, tener mis decisiones yo solo, es importante tomar decisiones como esta. Por ejemplo, el mismo Formell estuvo con Revé y se fue a hacer su banda. El Tosco estaba con Irakere e hizo su grupo, le fue bien. Isaac estaba con El Tosco y también hizo lo suyo; y así, hay otros ejemplos, yo no soy el único.
El público cubano sabe que Pedrito Calvo puede cantar cualquier cosa, pero ¿qué géneros prefiere?
En un principio a mí me encantaban los temas románticos, pero el trabajo te va halando y uno tiene que hacer diversas cosas. Hoy día los cantantes se casan con un solo género: bolerista, rapero, sonero. Yo creo que es bonito tratar de entrar a todos los campos y fusionar lo que se pueda. Eso es lo que yo he hecho. He cantado rap y rock a mi estilo, canto salsa, bolero…, he tenido la voluntad de incursionar en muchos géneros.
¿De dónde vino la imagen de Pedrito con bigote y el gran sombrero?
Desde niño siempre me gustó el sombrero. En Cuba había antes muchas tiendas de sombreros. Esa historia pasó, ya no los hacen. Un día en una casa donde hacían ropa para artistas al lado del «Amadeo Roldán», encontré uno que me gustó y lo hice costumbre. Los que uso actualmente los traigo de México. Y en cuanto al bigote alguien me dijo que me quedaba bien y lo dejé, algunas veces más corto, otras, más largo. Así construí mi personalidad.
Sin entrar en el detalle de la edad exacta, todo el mundo sabe que Pedrito luce mejor que los años que realmente tiene, ¿cuál es el secreto?
Hacer deporte, yo le he sacado mucho provecho a eso. Es un sacrificio de película pero he tenido que hacerlo para poder brindar por la noche un concierto de 2 o 3 horas. Llevo más de 40 años corriendo y se lo digo a todo el mundo: si haces deporte te sentirás mejor. Es lo fundamental para quien quiera mantenerse joven.
La gente dice que Pedrito es un Don Juan. Tiene un récord de hijos, ¿hasta dónde es cierto eso?
(Risas). He sido prolífero en mi vida. No todo el que apunta da en la diana, pero parece que mis genes son así, que se pegan enseguida y producen. En estos momentos tengo la número 19, es una niñita de 6 meses que es mi vida, y la madre está embarazada de nuevo con 3 meses, así que el año que viene tendré el 20.
¿Es un hombre enamorado Pedrito?
Claro que sí, de todo, y sobre todo de las mujeres, son lo más bello que hay. Por eso he tenido tantos hijos porque me he enamorado mucho. Pero ahora creo que ya estoy en una etapa de tranquilidad. Me he casado con muchas mujeres bellas. En mi matrimonio anterior duré 21 años, tengo jimaguas con ella y se lleva muy bien con mi esposa actual. De ahí la canción «… mi mujer y mi ex se llevan bien…». Todos somos como una familia.
Usted es uno de los cantantes más populares de Cuba, ¿cómo lleva la fama?
Soy un hombre normal, he tratado de ser sencillo y honesto, agradezco mucho ser como soy. La fama hay que llevarla tan natural como comer y dormir. Si tú piensas que para comer necesitas un salón con luces, entonces has fracasado. Hay que saludar a la gente en la calle, en mi país me aman lo mismo niños que jóvenes o viejos, con que te quieran es suficiente, la fama es solo eso; hoy la tienes, mañana no.
Muchos le llaman «el sandunguero mayor», ¿de dónde saca la sandunga Pedrito?
Lo de sandunguero es por la canción con los Van Van. Lo de mayor es por la edad, porque creo que en las orquestas populares de hoy el vocalista de más edad soy yo, pero soy joven, porque mi corazón me palpita constantemente.
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