Jorge Ángel Hernández
¿Se mancha la poesía cuando un poeta bastardo de su esencia la convoca a
rebato mercenario?/
¿Se mancha ese poeta bastardo cuando las sombras de sí mismo regeneran en
soberbias de Judas?/
¿Se manchan las palabras de nadie que un poeta bastardo coloca entre
rejillas?/
¿Se manchan las rejillas de versos bajo la voz que finge angustias,
carencias, demasías y desfalcos resentidos?/
La poesía está allí, abrevando, pastando entre manadas de palabras.
¿Se limpian las pobrezas sufridas cuando el verso desciende a su argumento
de alma transferida al bazar de las rebajas?/
¿Se limpian, con la escoba de fregonas a sueldo, las golpizas lejanas como
si fuesen versos de música vacía?/
¿Se limpian esas sombras oscuras del que tima a destajo?/
¿Se limpia la poesía cuando un poeta arrancado de su verso disputa el
territorio al poeta bastardo y mercenario?/
La palabra está allí, para atraparla./
Unos manchan la jaula en que la exhiben./
Otros limpian el aire en que se escapa.
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