Amigo Yohandry, he estado bajo mucho presión en estos días y me ha faltado tiempo para contestar a tus preguntas sobre el significado de "Palabras a los intelectuales". De todos modos, te hago estas líneas entre una reunión y otra. Mi opinión coincide en lo esencial con el texto de Fernando Rojas que publicaste hace unos días. "Palabras a los intelectuales" fundó, por primera y única vez, en las experiencias socialistas conocidas, una política cultural ajena a todo sectarismo, a todo "dirigismo" con respecto a la creación, antidogmática, unitaria, con una capacidad para convocar a creadores muy diversos, de todas las generaciones y tendencias, en la gran obra educacional y cultural que se iniciaba. Es muy triste que ese discurso tan extraordinario haya sido reducido a una frase fuera de contexto, mal citada muchas veces, y que no se relea en toda su dimensión. Gracias a "Palabras a los intelectuales", los enemigos de Cuba nunca pudieron crear una quintacolumna en nuestra intelectualidad y han tenido que acudir durante todos estos años a caricaturas lamentables, sin obra ni moral. La idea de Fidel de que "sólo podemos renunciar a los incorregiblemente contrarrevolucionarios" y de que pueda haber espacio para intelectuales honestos, "no revolucionarios", que se sumen con generosidad a nuestra obra común, tiene una fuerza y una vigencia difícilmente calculables. Sólo renunciaremos, como Fidel, como Martí, a los anexionistas (esto lo recordaba Aurelio Alonso en el suplemento "El Tintero" de Juventud Rebelde). Mañana (el pasado 30 de junio) a las 10 am, en la Biblioteca Nacional, Fernando Martínez Heredia, Omar Valiño y Jaime Gómez Triana y otros intelectuales debatirán sobre este discurso tan trascendente, 50 años después de ser pronunciado por Fidel. Luego, en la tarde, habrá una mesa redonda especial sobre el mismo tema. Creo que tendremos mucho para comentar y difundir a partir de estas intervenciones. Un abrazo,
Abel Prieto.
(29/6/2011)
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