Juventud Rebelde
Parques, plazas, bibliotecas, auditorios y teatros, en el mundo físico, así como las redes sociales, en el virtual, sirvieron de escenario este miércoles para que la juventud cubana festejara el Día Internacional de los Derechos Humanos.
El derecho a la educación, a la salud, a la inclusión social, a ser mejores seres humanos, a vivir unidos dentro de nuestra pluralidad, fue defendido por los jóvenes que se reunieron a través de soportes múltiples en todo el país.
En la Universidad de La Habana, la ocasión coincidió con el inicio del proceso de balance de la Unión de Jóvenes Comunistas. Así, los estudiantes intercambiaron con personalidades nacionales durante más de tres horas, enfocados en la necesaria democratización del uso de las nuevas tecnologías y cómo Cuba puede aprovechar mejor estas potencialidades para lograr que sus ciudadanos sean personas más críticas y profundas.
Para la estudiante de Turismo que se identificó como Elaine, hoy es necesario poner la mirada en los jóvenes y el impacto que puede tener el aumento en Cuba del uso de las nuevas tecnologías, especialmente ante los planes subversivos que se fraguan contra la Revolución Cubana.
La reflexión fue posterior a la presentación de un capítulo de la serie Las Razones de Cuba, que explica la guerra de cuarta generación, donde las tecnologías de la información y la comunicación tienen un papel preponderante en la formación de opinión pública.
En este se rememoran las últimas maniobras subversivas fuera y dentro de Cuba, donde las ilegales redes sociales financiadas por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés), conocidas como Zunzuneo y Piramideo, estaban destinadas a hacer llegar mensajes masivos a la juventud para crear desestabilización interna.
Materiales como este, apuntó José Benavides, estudiante de Física, deben ser puestos a disposición del pueblo con más frecuencia, pues es necesario conocer la cara de aquellos que quieren destruir todo lo logrado hasta hoy. Es importante además, dijo, que aumente la conciencia sobre el uso que damos a las tecnologías en Cuba.
Al respecto, el viceministro de Comunicaciones, Wilfredo González, destacó que en Estados Unidos han aprovechado la brecha digital que existe en Cuba para implementar este tipo de planes funestos.
La voluntad de informatizar
González explicó que si bien el país ocupa el lugar 14 en el índice mundial de instrucción informática, en cuanto a la penetración de Internet tiene el puesto 153.
Esto significa dos cosas, indicó el Viceministro. Por un lado, la Revolución cubana no tiene ningún miedo a Internet, tal y como han querido hacer ver campañas de desinformación que por ahí circulan. Existe la voluntad política de llevar adelante la informatización de la sociedad cubana, pero hay una serie de limitaciones económicas y tecnológicas a lo largo de los años que han impedido el avance mayor deseado.
Tal es así, señaló el viceministro de Comunicaciones, que de las 118 salas habilitadas en todo el país en junio de 2013 para la navegación en Internet, hoy ese número ha crecido a 154. No es tan rápido como quisiéramos, acotó, pero trabajamos con un plan para disminuir esa brecha y que la tecnología lleve cada vez más conocimientos y beneficios al pueblo.
Informó que se trabaja para que el acceso a Internet sea posible desde los Joven Club de Computación y Electrónica, institución que desde 1987 ha servido como punto de partida para conocimientos informáticos a millones de cubanos.
El rector de la Universidad de La Habana, Gustavo Cobreiro, destacó que el centro ha mejorado de forma sustancial las condiciones para que los estudiantes accedan de forma más fácil a la Red de redes.
Subrayó que hoy todos los educandos entre tercer y quinto años tienen pleno acceso a Internet, y adelantó que los de primero y segundo años pronto contarán con el mismo servicio pues se crean las condiciones técnicas para ello.
Mientras esto sucedía, en la propia Universidad un grupo de estudiantes participó en el tuitazo realizado para festejar el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Con la etiqueta #DDHHCuba, miles de personas patentizaron las maneras en que en esta Isla se goza de plenas libertades en todos los órdenes.
La guerra cultural del siglo XXI
Acaso como una conexión con lo que sucedía en Twitter, estuvo centrada la reflexión de Raúl Capote, el agente Daniel para los Órganos de la Seguridad del Estado, en su intercambio con los estudiantes.
Y es que mientras Alina Sánchez (@AlinaSnchez) afirmaba en Twitter: «En Cuba se estimula la recreación sana, culta y útil como actividad placentera que desarrolla el sujeto en sus tiempos libres», Capote explicó a los presentes en el teatro Manuel Sanguily de la Universidad, lo que significa la guerra cultural del siglo XXI.
Al decir de Capote, esta se caracteriza por un culto a la tecnología desprovisto de sentido, alejado de la realidad social. Es la enajenación del hombre, el afán por lograr seres acríticos que no cuestionen el poder del capital.
No se trata de negar la tecnología, aclaró Capote, pues esta ha sido creada para los revolucionarios. Se trata de usarla en beneficio de la sociedad en su conjunto, que no fomente el individualismo.
Lo que han tratado de hacer con Cuba es crear una masa de personas a las que no les interese nada, para que sean ellos quienes destruyan la obra de todos estos años.
En este sentido, Abel Prieto, asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, consideró que la tecnología debe usarse sin crear adicción.
Hoy necesitamos mucho de la inteligencia, debemos evitar la tendencia a ser superficiales, expresó Prieto. No se trata de hacer objeciones a la tecnología o prohibir el consumo de algo, sino de dotar a las personas de los instrumentos necesarios para que conozcan y asuman con una postura crítica lo que nos trae este mundo en el que actualmente vivimos.
Es ridículo intentar luchar contra las nuevas tecnologías, agregó. Pero debemos recuperar el sentido del cine como arte, ejemplificó. Hoy es común que para que un filme tenga éxito esté marcado por la violencia. Ese tipo de consumo banal está demostrado que no es el preferido por el público cubano, quien siempre busca nuestras producciones.
Abel Prieto afirmó que en todo momento debe primar una mirada inteligente ante las maniobras de manipulación que cada día se intentan contra nuestro pueblo.
Consideró que fomentar la lectura y el conocimiento de la Historia de Cuba es vital para que los pinos nuevos no pierdan el sentido de orgullo nacional que ha caracterizado a nuestro pueblo.
Asimismo, estimó necesario promover servicios culturales que muchas veces no son conocidos, como la posibilidad de acceder a materiales digitales nacionales en lugares como el Pabellón Cuba o en las casas del joven creador, con solo llevar una memoria USB.
Manipuladora seducción
Cómo contrarrestar la manipulación ideológica de dos industrias tan atractivas como la de los videojuegos y la audiovisual fue uno de los temas que también atrajo ayer la atención de estudiantes y profesores de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI).
Algunos participantes en un debate sobre el tema, la mayoría activos jugadores, comentaron sobre los grados de violencia y tergiversación contextual presentes en videojuegos extranjeros que —advirtieron— también poseen alto valor estético, son efectivos en la inoculación de mensajes e invitan a preguntarse dónde está la contrapartida cubana, pues el país necesita de entretenimientos en los que preponderen los valores socialistas.
«Una guerra cultural» ha llamado Enrique Ubieta Gómez, director de La Calle del Medio, a este enfrentamiento entre formas diferentes de entender la vida, el futuro y la política. El conocido intelectual comentó allí que una manera efectiva de combatir en ese escenario es la formación de una conciencia crítica.
Pavel Eduardo Bárzaga, trabajador de la UCI y bloguero, opinó que en lo que respecta a los videojuegos, a la industria nacional le urge fortalecerse combinando la acción y el aprendizaje en sus propuestas; mientras otros presentes explicaron que podrían aprovecharse formatos de juego válidos para dispositivos móviles.
El debate, muy pronto derivó en el consumo audiovisual a través del llamado Paquete semanal, esa suerte de Internet para desconectados en el que se incluye —al decir de Ubieta— un porciento de la «televisión cloaca» de Miami con dosis de banalidad contra la que nos vacuna el debate de lo que consumimos, que es el mejor entrenamiento para el análisis y contra la tergiversación.
Frank Carlos Vázquez, el agente Robin de los Órganos de la Seguridad del Estado, comentó que una de las estrategias más importantes de la CIA en el afán por destruir la Revolución es aprovechar los vacíos de la institucionalidad del país en la manipulación cultural de los más jóvenes.
Otras estrategias, se detalló luego, buscan «desideologizar» a la juventud cubana y provocar una brecha generacional, extinguir el concepto del poder de Estados Unidos como enemigo de Cuba y destruir nuestra memoria histórica al presentar —sobre todo a través del cine— el panorama social de la Isla durante la dictadura batistiana como una «tacita de oro», ignorando el despojo de los más elementales derechos humanos a los que estaba sometido entonces el pueblo cubano.
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