Bertha Mojena Milián
Hace unos meses nuestro equipo de la prensa cubana en Caracas
entrevistó al entonces Vicepresidente para el Área social y las Misiones
y ministro de Educación Héctor Rodríguez Castro, uno de esos jóvenes
revolucionarios, luchador incansable y erguido en su sencillez infinita -
esa que lo hacía aún más grande- y aprendimos, no solo a apreciarlo, a
respetarlo, sino también a admirar mas a un grupo de jóvenes que dentro
del proceso bolivariano daban la batalla todos los días por un país,
por un mundo mejor, por impulsar el legado de Chávez. Hoy lo vi hablar
en la AN de Venezuela, como diputado, hombre de ley, valiente, lo admiré
aún más... y crecieron las esperanzas, y creí nuevamente en lo que se
construye, más allá de tropiezos y osbtáculos. Recordé entonces parte de
aquella conversación...
"¿Cómo sería la participación de los jóvenes en esa tarea histórica?
—Determinante. Yo no creo que esta sea una batalla generacional, como
han planteado algunos. A veces hay más juventud en hombres y mujeres de
80, 90 años que en algunos que están en la adolescencia pero ya están
envejecidos por dentro. La característica de la juventud es creer que el
futuro puede ser distinto. Entonces, todos aquellos hombres y mujeres
que creen que el futuro puede ser distinto, que lo podemos cambiar, que
lo podemos hacer más parecido a nuestros sueños, estamos convocados a
esta batalla.
—¿Qué los convoca?
—Yo soy de la vieja
juventud ya, la que vivió su adolescencia en los años 90. Y el trato que
le daban los gobiernos de ese momento era de que la juventud era un
enemigo, por eso existía la recluta obligatoria, la ley de vagos y
maleantes, la privatización de la universidad, cero inversión en
deporte, en cultura; un país donde los jóvenes no conseguían estudios
porque tenías que pagar por ellos; no conseguías trabajo. Y si no
trabajabas o estudiabas eras un vago o un maleante y por ley ibas preso.
El joven sentía que era un perseguido. Lo que veías era nuestras
espaldas correr delante de la policía.
La llegada de la
Revolución, la llegada de Chávez, eliminó el cobro de la matrícula, la
privatización de las universidades, la recluta obligatoria, la ley de
vagos y maleantes y en vez de ver nuestras espaldas correr lo que vio
fue nuestras manos venir para construir juntos la Patria.
La
Revolución nos convocó. Nos dio estudios, nos dio canaimas, nos dio
libros, nos dio apoyo en el deporte, la cultura. Es lógico que la
juventud, la que vivimos los últimos residuos del capitalismo en
Venezuela y el renacimiento de la patria con Chávez tengamos cómo
comparar. Ahora nuestro reto es que la nueva juventud, la de 15 años, la
que nació al calor de la Revolución, que no vio la privatización de las
universidades, de la educación, tenga conciencia de esto. El Che decía
que cuando lo extraordinario se hace cotidiano estamos en Revolución y
eso es verdad. Pero a veces cuando lo extraordinario se hace cotidiano
para algunos es muy fácil no tener conciencia de dónde venimos.
La derecha siempre dice que nos discutamos la historia, claro, porque la
historia los condena. Nosotros tenemos la obligación de tener mucha
claridad de dónde venimos para no volver a cometer los errores del
pasado, no estancarnos en el presente pensando que esto es lo mejor, no,
hay que ir por más. Tenemos la obligación de construir una sociedad más
justa pero siempre tenemos la obligación de tener mucha claridad de
dónde venimos, cuál es el pasado que hemos recorrido para estar aquí
hoy.
Somos miles de miles de jóvenes que amamos este país y
queremos hacer el proyecto de Bolívar y de Chávez, ese proyecto de la
patria grande. Hoy en cualquier liceo o universidad se habla con los
jóvenes y se encuentra mucha pasión cuando se habla de esta patria, de
esta tierra.
Héctor Rodríguez vicepresidente para el Área Social y ministro del Poder Popular para la Educación de Venezuela. (El Universal)
—Hay muchos jóvenes en el gabinete del presidente Nicolás Maduro…
—Eso es bueno y le inyecta mucha energía, pero no porque alguno de
nosotros sea excepcional, sino porque el momento histórico que está
viviendo Venezuela es excepcional, y hay una juventud que está enamorada
de lo que está pasando y dispuesta a poner no solo su vida, sino todo
su amor y nuestras energías.
—Hay quienes hablan de una nueva era sin Chávez.
—Yo no creo que Chávez no esté. Yo creo que Chávez está más vivo que
nunca. Quienes creyeron que Chávez con su partida física se iba a
desaparecer de la escena política y social sacaron muy mal sus cuentas.
Ahorita estábamos viendo unas encuestas y el nivel de aceptación del
chavismo ya roza el 90 %.
Ya el cuerpo de Chávez era una
limitante para Chávez. Chávez es mucho más grande que un ser humano. Se
ha convertido en un sentimiento. Ya el problema para la derecha no era
sacar a Chávez de Miraflores, sino sacarlo del corazón del pueblo
venezolano.
Chávez está más vivo que nunca, en nuestras
conciencias, en los corazones, en nuestros amores, y yo creo que esa
consigna de que Chávez se multiplicó, es una realidad, más allá de
consigna. Cuando tú vas al pueblo, le ves los ojos a las señoras, los
niños, los escuchas hablar. Ves un pueblo que a pesar de todas las
dificultades está levantándose, andando, soñando y haciendo sus sueños
realidad; te das cuenta que Chávez sí está aquí y está más presente que
nunca.
—¿Cómo lo conoció y lo recuerda?
—Creo que todavía
lo conozco. A mí me tocó en la última etapa junto a él ser el dirigente
de la juventud del PSUV, y en casi todos los actos en que estuvo él con
la juventud los organicé, los hice, estuve presente y escuché todos sus
discursos. Hace poco recopilamos todos sus discursos hacia la juventud y
así los leí de nuevo y para mí era como si estuviera escuchándolos por
primera vez.
Creo que a Chávez no lo he terminado de conocer,
continúo conociéndolo, en cada discurso, en cada video, en cada esquina
donde me paro a hablar con una señora lo estoy conociendo más. Y ojalá
nos de la vida completa para poder conocerlo en realidad en su
dimensión, en su magnitud, en lo que significa.
Yo creo que con
Chávez va a pasar lo mismo que está pasando con Bolívar, que todavía lo
estamos conociendo, todavía lo estamos descubriendo, que todavía están
haciendo cosas juntos."
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