Gloria Mñoz Ramírez y Adazahira Chávez
Letra Joven
Los blogueros críticos en la isla levantan la voz entre funcionarios que se resisten al cambio, grupos financiados desde Estados Unidos y el deseo conjunto de cambiar “todo lo que deba ser cambiado” para mejorar su revolución.
La Habana, Cuba. Los jóvenes blogueros cubanos “queremos una Cuba más nuestra y mejor”, afirma Rodolfo Romero Reyes, joven periodista, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y autor del blog Letra Joven. “Como dijo Fidel en la Plaza de la Revolución, en el año 2000, vamos a cambiar todo lo que deba ser cambiado, pero –precisa– sin injerencias externas”.
Rodolfo es parte de la comunidad “Blogosfera Cuba”, que agrupa alrededor de 160 de los más de 800 blogueros cubanos, y se distingue de los que, afirma, son financiados por Estados Unidos, como Yoani Sánchez: “Ellos dañaron mucho la legitimidad que puede tener la blogosfera en Cuba hoy”.
La comunidad de blogueros se caracteriza por apropiarse de Cuba “de una manera diferente, creativa, revolucionaria, y sobre todo, crítica”, afirma Romero, quien reconoce que les ha resultado difícil definirse sin sonar políticamente arcaicos y sin rozar con las críticas financiadas desde el exterior.
Blogosfera Cuba nació en julio de 2013 y editó su primera revista en formato digital un mes después para llegar a la población que, por problemas de conectividad a Internet, no puede acceder a los blogs. “Está destinada a ir de memoria flash en memoria flash, para que la gente sepa que estamos haciendo una especie de periodismo alternativo”, afirma.
Rodolfo creó su bitácora Letra Joven, en 2011, cuando la existencia de blogueros en Cuba alcanzaba los siete años. Ya en 2004, un integrante de la CUJAE (Universidad de Ciencias Técnicas José Antonio Echeverría, en La Habana) creó el primer blog en la isla. “A partir de ahí surgieron otros, pero ocurrió un hecho que atentó contra la legitimidad que puede tener hoy la blogosfera en Cuba y es que Estados Unidos comenzó a financiarse cierta subversión desde Internet, pagando a jóvenes y dándoles una cobertura internacional muy fuerte”. Ese es el caso de Yoani Sánchez y del grupo asociado en torno a ella, que son vistos internacionalmente como «los blogueros cubanos», que escriben de una supuesta represión, sin conexión a internet y de forma clandestina. El surgimiento de este grupo financiado desde los Estados Unidos, invisibilizó la labor que los primeros jóvenes blogueros hacían de forma auténtica, natural y espontánea”.
“Para satisfacción nuestra, en cuanto a la conectividad en Cuba –que es un problema bastante serio– poco a poco se están ampliando los puestos de conexión en centros laborales y también, un poquito, el ancho de banda. Quienes estudiamos la carrera de Periodismo o Comunicación Social, o trabajamos en diferentes medios de prensa, empezamos a hacer blogs desde ahí. Al mismo tiempo, los jóvenes entraron a las redes sociales, como Facebook y Twitter, y la blogosfera se amplió”.
En Cuba, quienes no tienen acceso regular a Internet se las arreglan para tener su bitácora en línea. Como ejemplo, Romero relata el caso de un chico de la provincia de Villa Clara, que envía sus textos por correo a una amiga que sí tiene Internet para que ella los publique. “Pocas veces ha visto su blog y no puede responder los comentarios, pero tiene muchas ganas de seguir posteando”.
En Letra Joven, Romero publica artículos que escribe como periodista para algunas revistas, cuentos, crónicas personales y opiniones sobre temas de coyuntura. Para hacer de su espacio uno más colectivo, publica también textos de sus amigos. A partir de que abrió su blog, el joven entró en contacto con otros autores de bitácoras en línea, incluyendo a algunos de los primeros –agrupados en la comunidad Bloguers Cuba– como la joven periodista Elaine Díaz, autora de La Polémica Digital.
Nace una comunidad, dentro y fuera de la red
Iniciaron las reuniones entre blogueros por Internet. Tweet-Habana fue el primer evento, convocado por un técnico informático que trabajaba para un periódico oficial. “Le gustaba el tweet y decidió hacer un encuentro de tuiteros, pero fue muy tergiversado. Un grupo de blogueros financiados desde el exterior dijo que acudiría al evento y entonces el encuentro supuestamente informal, se convirtió en tema de interés mediático para AP, AFP, Reuters. Con la tensión en el ambiente, finalmente el evento salió bastante bien”, afirma Romero.
Tres jóvenes de Matanzas, autores del blog La Joven Cuba, convocaron a un segundo encuentro bautizado informalmente como El Blogazo, “un paso importante para articular la blogósfera”. En esta ocasión, el debate fue “un poco esquemático y rígido, con muchas posiciones de trinchera”, pues los ojos públicos estaban sobre ellos y, justifica Romero, “con la experiencia que había, algunos tuvieron la necesidad de marcar posiciones políticas bien definidas”.
El tercer encuentro fue para escalar el Pico Turquino, la elevación más alta de Cuba. Convocó una bloguera de Holguín, Karina Marrón, y se juntaron jóvenes de distintas regiones de la Isla. En la cima, leyeron una carta a favor de la liberación de cinco compatriotas, presos en Estados Unidos por hacer operaciones de inteligencia para desactivar posibles atentados contra la isla. “Teníamos la conciencia de que en cada reunión o encuentro debíamos hacer algo con un determinado impacto social”, explica el periodista.
Las actividades fuera del mundo virtual siguieron: intercambios con estudiantes de primaria, campesinos y grupos de teatro comunitario, luego de los cuales cada cual escribía en su página sobre la experiencia. Por acampar y andar por las zonas rurales dialogando con la gente, se llamaron “la guerrilla de blogueros”.
Un sentimiento dominante entre los jóvenes era que “la bitácora nos queda chiquita, que con la frescura y la osadía con que se escribe se pueden lograr más cosas”, relata Romero. Discutieron “por dónde vamos, de qué hablamos, qué hacemos, cuál es la tensión política alrededor de la blogosfera, hasta qué punto tocamos temas que la prensa nacional no trata, qué estrategias podemos tener para lograr más repercusión en la prensa y la sociedad cubana, los vientos a favor y en contra”. Con esos temas, realizaron un encuentro organizativo que juntó a los primeros blogueros, a la “guerrilla” y a otros interesados, como periodistas de más experiencia.
En el Centro Memorial Martin Luther King, el 10 de julio de 2013 –con blogueros, periodistas, religiosos e investigadores invitados– se creó Blogosfera Cuba, que es “una comunidad que defiende Cuba, que se apropia de ella de una manera diferente, creativa, revolucionaria, y sobre todo, crítica. Pasamos mucho trabajo a la hora de hacer el documento que nos define, pues hay muchas palabritas que temíamos poner por miedo a sonar políticamente arcaicos, y a la vez de rozar términos que usa esta disidencia enmascarada en la web”. En su definición, “hablamos de que soñamos con una Cuba nuestra, y sobre todo de defender la soberanía. Así delimitamos los intereses injerencistas promovidos por gobiernos extranjeros, específicamente por Estados Unidos”.
Un fundamento de Blogosfera Cuba es no renunciar a la diversidad de opiniones, aún cuando existe la posibilidad de tomar posiciones de grupo. Romero expresa que sería interesante que una mañana, todos los blogs aparezcan con un tema que afecte a todos, como el bloqueo económico contra la isla, pero que cada cual aborde el hecho de manera independiente, para llamar la atención de la prensa internacional. “A veces un blog solo no hace la diferencia, pero si nos ponemos de acuerdo puede resultar”. El grupo también busca distribuir la participación en eventos –a los que los blogueros de las provincias no pueden asistir siempre-, impulsar movimientos en cada provincia y ofrecer una visión de la Isla mucho más general.
El siguiente encuentro, avisa Romero –quien también advierte que todas sus declaraciones son a título personal–, será el 10 de octubre.
La comunidad de la blogosfera quiere hablarle al pueblo de Cuba e insertarse en la agenda pública. Lamentablemente, reconoce el periodista, la mayor cantidad de lectores que tienen es en el exterior por problemas de conectividad en su país. “Por eso la revista busca lo contrario, llegar por correo electrónico a la mayor cantidad de usuarios cubanos”.
La crítica y la contrarrevolución
Rodolfo Romero indica que la blogósfera cubana se caracteriza por ser un espacio crítico, lo que ha acarreado la incomprensión en las instituciones donde laboran algunos de ellos. “Una bloguera en Camagüey criticó una obra que consideraba un derroche innecesario de recursos económicos. La llamaron de su periódico y le dijeron que esas cosas no las puede publicar, que por favor las quitara. Retiró el post porque entendió que puso en entredicho a sus compañeros de la redacción. Otro caso es el del blog La Joven Cuba. Ellos escribieron una post muy crítico en general, sobre los jóvenes, la identificación con el proceso histórico de la Revolución, la posibilidad de un conflicto generacional. Generalizaron algunas cosas y a veces cuando haces eso caes en la trampa: cometes el error de excluir o incluir a mucha gente, y hubo una reacción. Determinados agentes políticos se le acercaron a decir: Mira, ese tipo de crítica no conviene”.
El periodista atribuye muchos de estos problemas a “las malas intenciones que vienen de fuera” y señala que, en general, las críticas que hacen los blogueros tienen fundamento e investigación detrás. Como ejemplo, cita el episodio en Camagüey, en el que el problema vino cuando la prensa extranjera lo retomó como crítica a la Revolución. “Buscan cualquier post que tenga determinado nivel de crítica, y lo amplifican como si fuera contrarrevolucionario. Por eso es complicado opinar sin que se vea como que estás contra el Estado o el Partido, y al mismo tiempo, hacerlo de forma constructiva”.
Los blogueros, acepta Romero, juegan el papel de periodistas no oficiales, “que también es un tema complicado. Si dices que eres periodista independiente, casi siempre la gente se remite a los financiados por Estados Unidos y Radio Martí, pero muchos blogueros reportan sin pertenecer a la institución oficial”.
El joven bloguero señala que, después de la desconfianza inicial que trajo la evocación a Yoani Sánchez, hubo muestras de confianza. “El evento en el Martin Luther King levantó alertas pero no hubo ningún tipo de llamado de atención ni nada. Incluso, los medios nacionales nos preguntaron si queríamos divulgación o no. Ya dos años atrás habíamos recibido una muestra de confianza cuando Fernando Rojas, quien era viceministro de Cultura, nos citó a algunos de nosotros a una rueda de prensa con motivo de la Bienal de La Habana.
“La blogosfera es aire fresco para Cuba de muchas maneras”, afirma Romero, quien valora que los anuncios de cambios lanzados por el presidente Raúl Castro van mucho más rápido que la mentalidad de algunos funcionarios intermedios. “Raúl dice que los medios de prensa tienen que reflejar la realidad y los problemas que hay, que tienen que ser críticos y problematizar; y nuestro vicepresidente, Díaz-Canel, también está proyectando una Ley de comunicación, pero entonces te encuentras en algunos medios –no en todos–, algunas trabas para poner frescura y críticas. Los blogueros, por el contrario, sí están al ritmo de los cambios que propone la dirección del país.
Todos los esfuerzos de los jóvenes internautas se dirigen a “poner un granito de arena al proceso de cambio”, precisa Romero. “¿Para qué? Para cambiar todo lo que deba ser cambiado. Hay cosas que están estáticas porque no se han dado cuenta de que es así o porque no ha habido la voluntad política para cambiarlas”.
“Lo que queremos es una Cuba más nuestra y mejor. La estamos construyendo todos, el gobierno con sus pasos y su camino, los medios de prensa a un ritmo quizá más lento, pero todos coincidimos en eso. Los blogueros le apostamos a un país donde nos guste vivir, que es el que tenemos ahora, pero que queremos mejorarlo y perfeccionarlo”, explica el joven.
Un deseo fuerte de los blogueros es “que logremos menos agresión externa y que nos dejen ser más nosotros. Nos gustaría poder criticar y debatir sin que nadie esté pendiente de qué decimos para agredirnos y hacernos daño. A lo mejor nuestra comunicación sería mucho más rica y diversa de lo que es hoy”.
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