Joel García León
El equipo más admirado y odiado del país y el que más veces ha disfrutado el título de la pelota cubana (12), Industriales, tendrá en la próxima campaña beisbolera una interesante paradoja: mucha ofensiva, —muchos Gourriel— y poco pitcheo, algo que tiene pensando a su mentor Lázaro Vargas desde hace varias semanas.
Pocas veces una selección azul ha tenido, al inicio de campaña, la más completa e integral formación entre todos los conjuntos en dos parámetros de juego fundamentales: ofensiva y defensa, pero está más que demostrado que si los lanzadores no cumplen sus roles muchas victorias y hasta el campeonato se puede escapar entre las manos.
Por lo visto hasta ahora en los entrenamientos y partidos amistosos con varias provincias, los titulares en cada posición parecen estar definidos, que no significa inamovibles. Frank Camilo Morejón debe llevar los arreos detrás del plato, Alexander Malleta custodiará su tradicional primera base, Yulieski Gourriel se estrenará azul en la esquina caliente, Rudy Reyes estará en segunda base — movimiento lógico que permite aprovechar el bateo de Rudy—, y Juan Carlos Torriente será la carta inicial en el campo corto
En el caso de los jardines hay un trío que se ha visto con más presencia en los topes de preparación: Stayler Hernández, Carlos Tabares, y Yasmani Tomás, el tanto Irait Chirino se ha desempeñado como designado y el hermano mayor de los Gourriel, Yunieski ha jugado también como patrullero central ante la ausencia de Tabares, un pelotero de 22 series nacionales y que, por supuesto, no es posible verlo en el terreno todo el tiempo.
Es oportuno aclarar que dos puntales con el madero de este conjunto, Serguei Pérez y Yoandri Urgellés, no integran en estos momentos la preselección capitalina para la venidera temporada, algo que han lamentado muchos simpatizantes de la llamada “causa azul”, quienes aspiran todavía a una reconsideración de sus decisiones antes del 3 de noviembre.
Visto en papeles, los jugadores de banco que tendrá Vargas sería titulares en muchos equipos, como Lourdes Gourriel, quien se ha preparado para jugar todas las posiciones del cuadro; Lisbán Correa, jonronero nada despreciable; Raiko Olivares, defensor de mucha garra; Wilfredo Aroche, bateador de tacto y rápido; por solo poner algunos ejemplos.
Sin embargo, la laguna industrialista radica hoy en su cuerpo de lanzadores, tras la deserción meses atrás de su principal carta de triunfo, Odrisamer Despaigne. Entrenado una vez más por José Eloseguis —entre los mejores del país, quizás el mejor—, el staff cuenta ahora como primera figura con el olímpico Frank Monthiet, que no se acercado nunca más al rendimiento del 2003-2004, en tanto su segundo abridor es el reaparecido zurdo Ian Rendón.
Mucho, pero mucho tendrán que batear y defender la tropa capitalina para apuntalar y conservar ventajas en la pizarra que se traduzcan en victorias, pues Adrián Sosa, Maikel Taylor, entre otros, no tienen todavía la carretera necesaria para convertirse en abridores o relevistas de excelencia.
El mérito de Vargas será entonces construir, armar y diseñar, como un orfebre, cada pieza de su equipo en función de clasificar entre los ocho primeros a la segunda etapa, en la cual pudiera reforzar nuevamente su diezmado pitcheo.
No obstante, Industriales, ahora con la imagen de Yulieski Gourriel en tercera —el número con el que pudiera jugar sería 00 o´ 01— desbordará más de público cada estadio donde se presente. Su última corona descansa en sus vitrinas desde la 49 edición y nada mejor, piensan ellos, que regalarle a la capital de todos los cubanos una actuación que convenza a sus parciales, exigentes como pocos en el béisbol cubano.
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