Enrique Ubieta Gómez
Dos buenas noticias personales, casi rutinarias en el país, que me atrevo a compartir. La primera: mi hijo Víctor se graduó ayer de Bachiller. El acto fue en el teatro Carlos Marx, porque los más de 800 graduados del 12mo grado de la Escuela Vocacional Lenin y sus familiares no hubiesen podido acomodarse en un local más pequeño. Edi, mi hijo mayor, también se graduó en esa Escuela, y yo el primero, que la inauguré en 1974. Entre los invitados esta vez estuvo la madre y la hermana del héroe Tony Guerrero, ex alumno de la Lenin, y mi compañero de generación. El acto fue amenizado por las bandas de música y el grupo de baile de
los alumnos. Al final, irrumpió el popular dúo Buena Fe, para
arrebatar a los muchachos con sus letras inteligentes. La segunda: luego de vencer con buenas notas los exámenes de ingreso y de aptitud, Víctor supo hoy que había obtenido la carrera universitaria que añoraba, Diseño Industrial. Piénsese que en este mismo blog yo reseñé en 2009 el instante en que abandonaba la enseñanza secundaria, recibía el carné de la UJC y se preparaba para entrar en la Lenin.
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Joder Enrique, le conocí en una ponencia en Murcia donde me puso los pelos de punta hablando de la dignidad cubana y algún artículo que ha colgado en facebook lo ha seguido haciendo. Pero hoy me ha alegrado la mañana saber que su hijo, cubano, estudia en la Escuela Vocacional Lenin y se gradúa en el teatro Carlos Marx. Yo estudié en el Instituto Juan Carlos I y mi madre trabaja en el Hospital Reina Sofia, ustedes estudian junto a héroes del pueblo, nosotros cual súbditos guardamos pleitesia a los borbones herederos del franquismo. Quizá son solo pequeños detalles, que puedan parecer insignificantes, pero yo me graduó el año que viene en una Universidad donde cerca de 600 trabajadores han sido despedidos, tendré que pagar 1800 dolares para la cuarta matrícula que aún no sé de donde los voy a sacar y cuando terminé seré maestro en paro junto con el 55% de los jóvenes españoles o me tendré que ir de un país donde ya ni la sanidad está garantizada, 160 familias son desahuciadas diariamente de sus casas y los comedores sociales no tienen alimento para la población que el gobierno ha dejado a su suerte. La historia no sólo está absolviendo a Fidel, sino a toda Cuba. Enhorabuena, ¡viva Cuba libre!
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