Enrique Ubieta Gómez
Creo que los politiqueros de Miami siguen en shock. No esperaban una Ley Migratoria tan abierta, no ahora. Pero si la sorpresa puede entenderse, dado el habitual y abismal desconocimiento de las realidades internas de Cuba, la incomodidad los desnuda. ¿Por qué los que han vivido de reclamos supuestamente justicieros, rechazan una ley que deja sin efecto las restricciones defensivas que el país había adoptado ante la politización extrema y falsa de sus relaciones migratorias? El País, en un artículo de "opinión" escrito desde, por y para intereses miamenses, revela algunas claves:
– "Para los congresistas cubano-estadounidenses –dice–, esta flexibilización podría poner en riesgo los beneficios que actualmente reciben los inmigrantes de la isla a través de la Ley de Ajuste Cubano, que fue promulgada en 1966 y permite a los cubanos que logran entrar en Estados Unidos obtener la residencia permanente transcurridos un año y un día de su llegada." Una ley que estimula la emigración ilegal –y provoca muertes y desorden–, mientras obstaculiza la legal. Una ley eminentemente política, única en el mundo, para desestabilizar un país, no para apoyar a quienes "huyen", porque como también dice un cogresista de aquella mafia, citado por el diario:
– “Ocasionalmente hay miembros del Congreso que presentan proyectos de ley para eliminar la Ley de Ajuste Cubano (…) Nuestros colegas siempre insisten que si vienen a Estados Unidos y los dejamos entrar es debido a la circunstancia especial de que se les ha perseguido. Entonces si regresan a Cuba, ¿no se les está persiguiendo?”, ha dicho Díaz-Balart este martes." La observación no se refiere únicamente al hecho de que cualquier cubano que pida la residencia en los Estados Unidos o adopte incluso aquella nacionalidad podrá desde ahora regresar a residir a Cuba si lo desea. Se refiere también al hecho de que la norma en los últimos veinte años es que los cubanos que se acogen a la Ley de Ajuste Cubano como supuestos perseguidos, en cuanto formalizan su situación migratoria, suelen regresar de inmediato de vacaciones a Cuba. En 2011 viajaron a Cuba de vacaciones, por ejemplo, 392 000 emigrados cubanos. Entonces, ¿son o no son perseguidos? Los congresistas quieren que los cubanos que se acojan a la Ley de Ajuste Cubano no viajen a Cuba, ¿cómo convencerán a los cubanos que no regresen a visitar a sus familares?
La verdad es que la Ley es un duro golpe contra la politiquería, contra una mafia que se enriquece con la confrontación política. Y que sigue en shock.
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