Caracas, 10 Mar. AVN.- El presidente de la República, Nicolás Maduro, expresó este martes que aquellos que pretenden repartirse las riquezas del país y pretenden arrodillar al pueblo venezolano no podrán nunca con la patria del Libertador Simón Bolívar.
"No nos arrodillaremos jamás frente a este imperio que agrede y amenza a Venezuela", sentenció el jefe de Estado, en cadena nacional de radio y televisión, desde el Hemiciclo de la Asamblea Nacional (AN), en donde solicita la aprobación de una Ley Habilitante para proteger la paz y la estabilidad de Venezuela ante las amenazas y pretensiones injerencistas del Gobierno de Estados Unidos.
Maduro señaló que la solicitud de esta Ley Habilitante es para que le dé "poderes suficientes para defender la paz, la soberanía y el desarrollo íntegro de Venezuela ante la amenaza del imperio de Estados Unidos".
Esta es la "segunda Ley Habilitante que vengo a solicitar en base a la Constitución y a la necesidad nacional, esta ley surgió como una necesidad de tener poderes constitucionales que me permitan moverme en el complejo escenario que se ha abierto para Venezuela", dijo el mandatario.
El jefe de Estado comentó que desde este lunes tuvo la oportunidad de hablar con varios presidentes de América Latina y el Caribe, quienes en primer lugar mostraron un sentimiento de incredulidad ante el decreto emitido por Barack Obama que establece que Venezuela es una amenaza para el pueblo estadounidense y para la política exterior de ese país.
"Nadie puede creer que Venezuela sea una amenaza contra Estados Unidos, y no lo pueden creer porque es falso, es mentira. Venezuela no es ni será jamás una amenaza ni de Estados Unidos ni de ningún país del mundo, porque somos un pueblo pacifista, humanista, que tiene una política internacional en búsqueda del entendimiento y la integración de los pueblos del mundo", subrayó el mandatario.
Asimismo, Maduro comentó que además de incredulidad los otros jefes de Estados del bloque regional, y de otros países del mundo, han demostrado su indignación y rechazo por el decreto imperialista de Obama, repudio al que se han sumado "importantes sectores de opinión de EEUU: intelectuales, dirigentes sindicales, congresistas, afrodescendientes, hermanos hispanos y latinoamericanos, movimientos sociales y comunidades que de manera creciente comienzan a expresar su opinión de rechazo y hacer un llamado a la paz".
Añadió que "los conflictos de hoy (y las pretensiones imperiales de Estados Unidos) no son sino una manifestación de una historia que marca los tiempos desde hace 200 años", y dijo que "quienes dirigieron el imperio estadounidense siempre consideraron la independencia del sur como una amenaza a su apetito imperial de apoderarse de nuestras tierras".
"No es nuevo que nos declaren amenazas, persiguieron a Bolívar y lo marcaron", calificándolo como "el loco del sur", justamente a quien "con su capacidad e inteligencia marcó su momento histórico sin ningún tipo de vacilaciones" ante el proyecto de integración latinoamericana.
"Bolívar podía ver lejos, además, porque de estas tierras con este mestizaje ha surgido una fuerza mágica que ni los españoles, ni los gringos, pudieron comprender la fuerza que nos mueve, que nos lleva, esta pasión, este amor, este sueño que ha completado varias etapas de nuestra historia" y que se ve reflejado en la unión y respaldo del bloque regional.
La Isla Desconocida navega en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios reales.
martes, 10 de marzo de 2015
Cuba reitera su incondicional apoyo a la Revolución bolivariana
Declaración oficial
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba ha conocido la arbitraria y agresiva Orden Ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que califica a este país como una amenaza a su seguridad nacional, en represalia por las medidas adoptadas en defensa de su soberanía frente a los actos injerencistas de autoridades gubernamentales y del Congreso estadounidense.
¿Cómo amenaza Venezuela a Estados Unidos? A miles de kilómetros de distancia, sin armas estratégicas y sin emplear recursos ni funcionarios para conspirar contra el orden constitucional estadounidense, la declaración suena poco creíble y desnuda los fines de quienes la hacen.
Sin embargo, semejante pronunciamiento en un año en que se realizarán elecciones legislativas en Venezuela reafirma, una vez más, el carácter injerencista de la política exterior estadounidense.
La gravedad de esta acción ejecutiva ha puesto en alerta a los gobiernos de América Latina y el Caribe que en enero de 2014, en la Segunda Cumbre de la CELAC en La Habana, declararon a la región como Zona de Paz y repudiaron cualquier acto que atente contra ello, pues acumulan suficientes experiencias de intervencionismo imperial en su historia.
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba reitera nuevamente su incondicional apoyo y el de nuestro pueblo a la Revolución bolivariana, al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro Moros y al heroico pueblo hermano de Venezuela.
Nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano ni a declararlo, sin fundamento, alguno como amenaza a su seguridad nacional.
Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará.
La Habana, 9 de marzo de 2015
CARTA DE FIDEL A MADUROQuerido Nicolás Maduro
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela:
Te felicito por tu brillante y valiente discurso frente a los brutales planes del Gobierno de Estados Unidos.
Tus palabras pasarán a la historia como prueba de que la humanidad puede y debe conocer la verdad.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba ha conocido la arbitraria y agresiva Orden Ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos contra el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que califica a este país como una amenaza a su seguridad nacional, en represalia por las medidas adoptadas en defensa de su soberanía frente a los actos injerencistas de autoridades gubernamentales y del Congreso estadounidense.
¿Cómo amenaza Venezuela a Estados Unidos? A miles de kilómetros de distancia, sin armas estratégicas y sin emplear recursos ni funcionarios para conspirar contra el orden constitucional estadounidense, la declaración suena poco creíble y desnuda los fines de quienes la hacen.
Sin embargo, semejante pronunciamiento en un año en que se realizarán elecciones legislativas en Venezuela reafirma, una vez más, el carácter injerencista de la política exterior estadounidense.
La gravedad de esta acción ejecutiva ha puesto en alerta a los gobiernos de América Latina y el Caribe que en enero de 2014, en la Segunda Cumbre de la CELAC en La Habana, declararon a la región como Zona de Paz y repudiaron cualquier acto que atente contra ello, pues acumulan suficientes experiencias de intervencionismo imperial en su historia.
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba reitera nuevamente su incondicional apoyo y el de nuestro pueblo a la Revolución bolivariana, al gobierno legítimo del Presidente Nicolás Maduro Moros y al heroico pueblo hermano de Venezuela.
Nadie tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de un Estado soberano ni a declararlo, sin fundamento, alguno como amenaza a su seguridad nacional.
Así como Cuba nunca estuvo sola, Venezuela tampoco lo estará.
La Habana, 9 de marzo de 2015
CARTA DE FIDEL A MADUROQuerido Nicolás Maduro
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela:
Te felicito por tu brillante y valiente discurso frente a los brutales planes del Gobierno de Estados Unidos.
Tus palabras pasarán a la historia como prueba de que la humanidad puede y debe conocer la verdad.
Fraternalmente,
Fidel Castro Ruz
lunes, 9 de marzo de 2015
Preparando la agresión militar a Venezuela
Atilio A. Boron
Barack Obama, una figura decorativa en la Casa Blanca que no pudo impedir que un energúmeno como Benjamin Netanyhau se dirigiera a ambas cámaras del Congreso para sabotear las conversaciones con Irán en relación al programa nuclear de este país, ha recibido una orden terminante del complejo “militar-industrial-financiero”: debe crear las condiciones que justifiquen una agresión militar a la República Bolivariana de Venezuela. La orden presidencial emitida hace pocas horas y difundida por la oficina de prensa de la Casa Blanca establece que el país de Bolívar y Chávez “constituye una infrecuente y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, razón por la cual “declaro la emergencia nacional para tratar con esa amenaza.” Este tipo de declaraciones suelen preceder agresiones militares, sea por mano propia, como la cruenta invasión a Panamá para derrocar a Manuel Noriega, en 1989, o la emitida en relación al Sudeste Asiático y que culminó con la Guerra en Indochina, especialmente en Vietnam, a partir de 1964. Pero puede también ser el prólogo a operaciones militares de otro tipo, en donde Estados Unidos actúa de consumo con sus lacayos europeos, nucleados en la OTAN, y las teocracias petroleras de la región. Ejemplos: la Primera Guerra del Golfo, en 1991; o la Guerra de Irak, 2003-2011, con la entusiasta colaboración de la Gran Bretaña de Tony Blair y la España del impresentable José María Aznar; o el caso de Libia, en 2011, montado sobre la farsa escenificada en Benghazi donde supuestos “combatientes de la libertad” – que luego se probó eran mercenarios reclutados por Washington, Londres y París- fueron contratados para derrocar a Gadaffi y transferir el control de las riquezas petroleras de ese país a sus amos. Casos más recientes son los de Siria y, sobre todo Ucrania, donde el ansiado “cambio de régimen” (eufemismo para evitar hablar de “golpe de estado”) que Washington persigue sin pausa para rediseñar el mundo -y sobre todo América Latina y el Caribe- a su imagen y semejanza se logró gracias a la invalorable cooperación de la Unión Europea y la OTAN, y cuyo resultado ha sido el baño de sangre que continúa en Ucrania hasta el día de hoy. La señora Victoria Nuland, Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiáticos, fue enviada por el insólito Premio Nobel de la Paz de 2009 a la Plaza Maidan de Kiev para expresar su solidaridad con los manifestantes, incluidos las bandas de neonazis que luego tomarían el poder por asalto a sangre y fuego, y a los cuales la bondadosa funcionaria le entregaba panecillos y botellitas de agua para apagar su sed para demostrar, con ese gesto tan cariñoso, que Washington estaba, como siempre, del lado de la libertad, los derechos humanos y la democracia.
Cuando un “estado canalla” como Estados Unidos, que lo es por su sistemática violación de la legalidad internacional, profiere una amenaza como la que estamos comentando hay que tomarla muy en serio. Especialmente si se recuerda la vigencia de una vieja tradición política norteamericana consistente en realizar autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta bélica. Lo hizo en 1898, cuando en la Bahía de La Habana hizo estallar el crucero estadounidense Maine, enviando a la tumba a las dos terceras partes de su tripulación y provocando la indignación de la opinión pública norteamericana que impulsó a Washington a declararle la guerra a España. Lo volvió a hacer en Pearl Harbor, en Diciembre de 1941, sacrificando en esa infame maniobra 2,403 marineros norteamericanos e hiriendo a otros 1,178. Reincidió cuando urdió el incidente del Golfo de Tonkin para “vender” su guerra en Indonesia: la supuesta agresión de Vietnam del Norte a dos cruceros norteamericanos –luego desenmascarada como una operación de la CIA- hizo que el presidente Lyndon B. Johnson declarara la emergencia nacional y poco después, la Guerra a Vietnam del Norte. Maurice Bishop, en la pequeña isla de Granada, fue considerado también él como una amenaza a la seguridad nacional norteamericana en 1983, y derrocado y liquidado por una invasión de Marines. ¿Y el sospechoso atentado del 11-S para lanzar la “guerra contra el terrorismo”? La historia podría extenderse indefinidamente. Conclusión: nadie podría sorprenderse si en las próximas horas o días Obama autoriza una operación secreta de la CIA o de algunos de los servicios de inteligencia o las propias fuerzas armadas en contra de algún objetivo sensible de Estados Unidos en Venezuela. Por ejemplo, la embajada en Caracas. O alguna otra operación truculenta contra civiles inocentes y desconocidos en Venezuela tal como lo hicieran en el caso de los “atentados terroristas” que sacudieron a Italia –el asesinato de Aldo Moro en 1978 o la bomba detonada en la estación de trenes de Bologna en 1980- para crear el pánico y justificar la respuesta del imperio llamada a “restaurar” la vigencia de los derechos humanos, la democracia y las libertades públicas. Años más tarde se descubrió estos crímenes fueron cometidos por la CIA. Recordar que Washington prohijó el golpe de estado del 2002 en Venezuela, tal vez porque quería asegurarse el suministro de petróleo antes de atacar a Irak. Ahora está lanzando una guerra en dos frentes: Siria/Estado Islámico y Rusia, y también quiere tener una retaguardia energética segura. Grave, muy grave. Se impone la solidaridad activa e inmediata de los gobiernos sudamericanos, en forma individual y a través de la UNASUR y la CELAC, y de las organizaciones populares y las fuerzas políticas de Nuestra América para denunciar y detener esta maniobra.
Barack Obama, una figura decorativa en la Casa Blanca que no pudo impedir que un energúmeno como Benjamin Netanyhau se dirigiera a ambas cámaras del Congreso para sabotear las conversaciones con Irán en relación al programa nuclear de este país, ha recibido una orden terminante del complejo “militar-industrial-financiero”: debe crear las condiciones que justifiquen una agresión militar a la República Bolivariana de Venezuela. La orden presidencial emitida hace pocas horas y difundida por la oficina de prensa de la Casa Blanca establece que el país de Bolívar y Chávez “constituye una infrecuente y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos”, razón por la cual “declaro la emergencia nacional para tratar con esa amenaza.” Este tipo de declaraciones suelen preceder agresiones militares, sea por mano propia, como la cruenta invasión a Panamá para derrocar a Manuel Noriega, en 1989, o la emitida en relación al Sudeste Asiático y que culminó con la Guerra en Indochina, especialmente en Vietnam, a partir de 1964. Pero puede también ser el prólogo a operaciones militares de otro tipo, en donde Estados Unidos actúa de consumo con sus lacayos europeos, nucleados en la OTAN, y las teocracias petroleras de la región. Ejemplos: la Primera Guerra del Golfo, en 1991; o la Guerra de Irak, 2003-2011, con la entusiasta colaboración de la Gran Bretaña de Tony Blair y la España del impresentable José María Aznar; o el caso de Libia, en 2011, montado sobre la farsa escenificada en Benghazi donde supuestos “combatientes de la libertad” – que luego se probó eran mercenarios reclutados por Washington, Londres y París- fueron contratados para derrocar a Gadaffi y transferir el control de las riquezas petroleras de ese país a sus amos. Casos más recientes son los de Siria y, sobre todo Ucrania, donde el ansiado “cambio de régimen” (eufemismo para evitar hablar de “golpe de estado”) que Washington persigue sin pausa para rediseñar el mundo -y sobre todo América Latina y el Caribe- a su imagen y semejanza se logró gracias a la invalorable cooperación de la Unión Europea y la OTAN, y cuyo resultado ha sido el baño de sangre que continúa en Ucrania hasta el día de hoy. La señora Victoria Nuland, Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Euroasiáticos, fue enviada por el insólito Premio Nobel de la Paz de 2009 a la Plaza Maidan de Kiev para expresar su solidaridad con los manifestantes, incluidos las bandas de neonazis que luego tomarían el poder por asalto a sangre y fuego, y a los cuales la bondadosa funcionaria le entregaba panecillos y botellitas de agua para apagar su sed para demostrar, con ese gesto tan cariñoso, que Washington estaba, como siempre, del lado de la libertad, los derechos humanos y la democracia.
Cuando un “estado canalla” como Estados Unidos, que lo es por su sistemática violación de la legalidad internacional, profiere una amenaza como la que estamos comentando hay que tomarla muy en serio. Especialmente si se recuerda la vigencia de una vieja tradición política norteamericana consistente en realizar autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta bélica. Lo hizo en 1898, cuando en la Bahía de La Habana hizo estallar el crucero estadounidense Maine, enviando a la tumba a las dos terceras partes de su tripulación y provocando la indignación de la opinión pública norteamericana que impulsó a Washington a declararle la guerra a España. Lo volvió a hacer en Pearl Harbor, en Diciembre de 1941, sacrificando en esa infame maniobra 2,403 marineros norteamericanos e hiriendo a otros 1,178. Reincidió cuando urdió el incidente del Golfo de Tonkin para “vender” su guerra en Indonesia: la supuesta agresión de Vietnam del Norte a dos cruceros norteamericanos –luego desenmascarada como una operación de la CIA- hizo que el presidente Lyndon B. Johnson declarara la emergencia nacional y poco después, la Guerra a Vietnam del Norte. Maurice Bishop, en la pequeña isla de Granada, fue considerado también él como una amenaza a la seguridad nacional norteamericana en 1983, y derrocado y liquidado por una invasión de Marines. ¿Y el sospechoso atentado del 11-S para lanzar la “guerra contra el terrorismo”? La historia podría extenderse indefinidamente. Conclusión: nadie podría sorprenderse si en las próximas horas o días Obama autoriza una operación secreta de la CIA o de algunos de los servicios de inteligencia o las propias fuerzas armadas en contra de algún objetivo sensible de Estados Unidos en Venezuela. Por ejemplo, la embajada en Caracas. O alguna otra operación truculenta contra civiles inocentes y desconocidos en Venezuela tal como lo hicieran en el caso de los “atentados terroristas” que sacudieron a Italia –el asesinato de Aldo Moro en 1978 o la bomba detonada en la estación de trenes de Bologna en 1980- para crear el pánico y justificar la respuesta del imperio llamada a “restaurar” la vigencia de los derechos humanos, la democracia y las libertades públicas. Años más tarde se descubrió estos crímenes fueron cometidos por la CIA. Recordar que Washington prohijó el golpe de estado del 2002 en Venezuela, tal vez porque quería asegurarse el suministro de petróleo antes de atacar a Irak. Ahora está lanzando una guerra en dos frentes: Siria/Estado Islámico y Rusia, y también quiere tener una retaguardia energética segura. Grave, muy grave. Se impone la solidaridad activa e inmediata de los gobiernos sudamericanos, en forma individual y a través de la UNASUR y la CELAC, y de las organizaciones populares y las fuerzas políticas de Nuestra América para denunciar y detener esta maniobra.
Amenazando a Venezuela, Obama declara la guerra al continente
Carlos Aznárez
No se trata de una bravata más, que nadie se equivoque. Esta vez, el peón obediente de los diferentes lobbies que componen el gobierno norteamericano ha lanzado una advertencia gravísima contra el proceso revolucionario venezolano. El señor Obama lo dice con todas las letras: “Venezuela es una amenaza extraordinaria para la seguridad de EEUU”, y tras cartón anuncia más sanciones a la que ya venía aplicando el gobierno del norte. Esto quiere decir que no les basta con alimentar con millones de dólares a la oposición golpista que no puede hacer pie en las urnas y genera -cada tanto- acciones violentas y desestabilizadoras. Tampoco parece alcanzarles con la descomunal guerra económica descargada durante todo el año 2014 y lo que va de este período, generando desabastecimiento, desfase descomunal entre el dólar y el bolívar, incentivando el contrabando mayúsculo con la ayuda de sus cómplices colombianos, y tantos otros artilugios para asfixiar a la población venezolana.
Esta vez, quienes manejan el stablishment estadounidense le hacen decir a “su” Presidente, que como Venezuela es una amenaza, Estados Unidos deberá defenderse de la misma. No hace falta ser muy imaginativo para leer entrelíneas lo que están dictaminando: en función del “peligro chavista” podría producirse un ataque de gran escala contra los que USA considera sus “enemigos peligrosos”.
Sabemos muy bien como mienten los gringos para impulsar invasiones brutales contra otros países. Pero además, que ante la falta de excusas son activos "generadores de climas” destituyentes que terminan en el desarrollo de acciones invasivas de gran escala contra naciones que desentonan con su forma imperial de pensar. Ya lo hemos visto en los últimos años en el Medio Oriente y ahora lo estamos observando en las maniobras desarrolladas en Ucrania para acosar a Rusia. Arman mercenarios como el Estado Islámico, cooptan gobiernos para que colaboren con estos últimos, construyen más y más cárceles clandestinas para torturar a sus prisioneros, acuden por último a atentados de “falsa bandera”, cuando los creen necesario para sembrar el terror en determinadas circunstancias. Todo eso y mucho más es producto de la avaricia imperialista.
Por lo cual, estos dichos actuales de Obama no deben ser tomados a la ligera. Están apurando la carrera, saben que si no lo hacen, poco y nada podrán esperar de una oposición a la que ayudan monetariamente pero en el fondo desprecian por su inutilidad. Además, perciben que a nivel de sus aventuras golpistas, han topado con el muro construido por la Inteligencia bolivariana y la férrea unidad de sus Fuerzas Armadas. Es en función de esa realidad que el dueño del circo parecería estar dispuesto a dar licencia a sus payasos y pasar a actuar como protagonista.
Por lo tanto, si Obama dice que la Revolución que reivindicamos todos los latinoamericanos y caribeños es una “amenaza”, nosotros no nos podemos quedar de brazos cruzados observando como cualquier día de estos, Venezuela se convierte en las últimas horas de la Panamá de Torrijos. Toda prevención es poca, toda solidaridad es indispensable. La de la UNASUR, el ALBA y la CELAC, pero también la de los pueblos. Tener conciencia que si lo intentan, si un buen día de estos, como ya hicieron con Iraq, Afganistán, Somalia, Libia, Siria y tantos otros rincones del Tercer Mundo, los yanquis deciden inventarse un escenario para “verse obligados" a intervenir con sus marines, o a generar una situación de crisis tal, que desestabilice superlativamente al gobierno legítimo de Nicolás Maduro, debemos exigir a nuestros gobiernos romper relaciones de inmediato con los Estados Unidos. Es hora de terminar con las hipocresías de que si lo hacemos se viene el Apocalípsis.
Ser solidarios con Venezuela hoy no se resuelve con declaraciones, sino con hechos concretos. Boicoteando los productos norteamericanos, paralizando a través de la acción sindical conjunta latinoamericana, sus barcos allí donde estén, de la misma manera que se hizo con la Sudáfrica racista. Generando un clima regional en que el territorio que ellos piensan mancillar se les puede convertir en un tembladeral.
Con Venezuela nos la jugamos todos y todas, porque quienes hoy han utilizado a Obama como vocero para amenazarnos, no dudarán en aplastar nuestras frágiles democracias. Si dudamos en que ante un ataque de envergadura no caben paños tibios, sino mostrar los dientes y proceder con patriotismo para defender cada una de nuestras agredidas soberanías, estaremos en graves problemas
Las cartas están echadas. De un lado, el Imperio y sus aliados locales. Del otro, el pueblo de Venezuela Bolivariana y su Revolución, que es como decir, los de Cuba, Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile, Nicaragua, y todos aquellos que se animen a no dejarse pisotear por la bota prepotente de quienes gobiernan en Estados Unidos.
No se trata de una bravata más, que nadie se equivoque. Esta vez, el peón obediente de los diferentes lobbies que componen el gobierno norteamericano ha lanzado una advertencia gravísima contra el proceso revolucionario venezolano. El señor Obama lo dice con todas las letras: “Venezuela es una amenaza extraordinaria para la seguridad de EEUU”, y tras cartón anuncia más sanciones a la que ya venía aplicando el gobierno del norte. Esto quiere decir que no les basta con alimentar con millones de dólares a la oposición golpista que no puede hacer pie en las urnas y genera -cada tanto- acciones violentas y desestabilizadoras. Tampoco parece alcanzarles con la descomunal guerra económica descargada durante todo el año 2014 y lo que va de este período, generando desabastecimiento, desfase descomunal entre el dólar y el bolívar, incentivando el contrabando mayúsculo con la ayuda de sus cómplices colombianos, y tantos otros artilugios para asfixiar a la población venezolana.
Esta vez, quienes manejan el stablishment estadounidense le hacen decir a “su” Presidente, que como Venezuela es una amenaza, Estados Unidos deberá defenderse de la misma. No hace falta ser muy imaginativo para leer entrelíneas lo que están dictaminando: en función del “peligro chavista” podría producirse un ataque de gran escala contra los que USA considera sus “enemigos peligrosos”.
Sabemos muy bien como mienten los gringos para impulsar invasiones brutales contra otros países. Pero además, que ante la falta de excusas son activos "generadores de climas” destituyentes que terminan en el desarrollo de acciones invasivas de gran escala contra naciones que desentonan con su forma imperial de pensar. Ya lo hemos visto en los últimos años en el Medio Oriente y ahora lo estamos observando en las maniobras desarrolladas en Ucrania para acosar a Rusia. Arman mercenarios como el Estado Islámico, cooptan gobiernos para que colaboren con estos últimos, construyen más y más cárceles clandestinas para torturar a sus prisioneros, acuden por último a atentados de “falsa bandera”, cuando los creen necesario para sembrar el terror en determinadas circunstancias. Todo eso y mucho más es producto de la avaricia imperialista.
Por lo cual, estos dichos actuales de Obama no deben ser tomados a la ligera. Están apurando la carrera, saben que si no lo hacen, poco y nada podrán esperar de una oposición a la que ayudan monetariamente pero en el fondo desprecian por su inutilidad. Además, perciben que a nivel de sus aventuras golpistas, han topado con el muro construido por la Inteligencia bolivariana y la férrea unidad de sus Fuerzas Armadas. Es en función de esa realidad que el dueño del circo parecería estar dispuesto a dar licencia a sus payasos y pasar a actuar como protagonista.
Por lo tanto, si Obama dice que la Revolución que reivindicamos todos los latinoamericanos y caribeños es una “amenaza”, nosotros no nos podemos quedar de brazos cruzados observando como cualquier día de estos, Venezuela se convierte en las últimas horas de la Panamá de Torrijos. Toda prevención es poca, toda solidaridad es indispensable. La de la UNASUR, el ALBA y la CELAC, pero también la de los pueblos. Tener conciencia que si lo intentan, si un buen día de estos, como ya hicieron con Iraq, Afganistán, Somalia, Libia, Siria y tantos otros rincones del Tercer Mundo, los yanquis deciden inventarse un escenario para “verse obligados" a intervenir con sus marines, o a generar una situación de crisis tal, que desestabilice superlativamente al gobierno legítimo de Nicolás Maduro, debemos exigir a nuestros gobiernos romper relaciones de inmediato con los Estados Unidos. Es hora de terminar con las hipocresías de que si lo hacemos se viene el Apocalípsis.
Ser solidarios con Venezuela hoy no se resuelve con declaraciones, sino con hechos concretos. Boicoteando los productos norteamericanos, paralizando a través de la acción sindical conjunta latinoamericana, sus barcos allí donde estén, de la misma manera que se hizo con la Sudáfrica racista. Generando un clima regional en que el territorio que ellos piensan mancillar se les puede convertir en un tembladeral.
Con Venezuela nos la jugamos todos y todas, porque quienes hoy han utilizado a Obama como vocero para amenazarnos, no dudarán en aplastar nuestras frágiles democracias. Si dudamos en que ante un ataque de envergadura no caben paños tibios, sino mostrar los dientes y proceder con patriotismo para defender cada una de nuestras agredidas soberanías, estaremos en graves problemas
Las cartas están echadas. De un lado, el Imperio y sus aliados locales. Del otro, el pueblo de Venezuela Bolivariana y su Revolución, que es como decir, los de Cuba, Ecuador, Bolivia, Argentina, Chile, Nicaragua, y todos aquellos que se animen a no dejarse pisotear por la bota prepotente de quienes gobiernan en Estados Unidos.
jueves, 5 de marzo de 2015
Chávez, el gran hacedor
Carlos Aznárez
Resumen Latinoamericano
Contundente a la hora de tomar decisiones, sobre todo aquéllas que tenían que ver con los intereses de su querida Venezuela. Apasionado y entusiasta en la defensa de los más humildes, a los que dedicó todos y cada uno de los días de su mandato. Procurador de la unidad para golpear todos juntos al Imperio, algo que demostró no sólo en la política interna sino en la doctrina que sentó a nivel de Latinoamérica y el mundo. Cerebral y con los pies en la tierra cuando se trataba de abrir las puertas al debate -incluso con sus enemigos más feroces- y a la hora de formular ideas que permitieran acercar posiciones que estaban en las antípodas. Se trata de Hugo Chávez, a quien en este segundo aniversario de su paso a la eternidad tanto extrañamos.
Forjador de las armas más potentes para enfrentar los embates de los Bush o los Obama, esas que no se cargan con balas sino con el desarrollo de una conciencia sólida y vital, recogida de la historia de lucha de nuestros pueblos. Sólo él y nadie más que él tuvo la lucidez para darse cuenta que había llegado la hora de enrrumbar al continente hacia la Segunda Independencia que tanto se nos ha negado, y que aún sigue siendo una asignatura pendiente. Rescatador de nuestros próceres y hacedores de gestas, a quienes extrajo del mármol o el bronce y convirtió en actores de inusitada vigencia. Bolívar, San Martín, Sucre, Manuelita Sáenz, O’Higgins, Guacaipuro, Túpac Amaru, Simón Rodríguez, Sandino, Evita Perón y por supuesto, al Che Guevara. Con ellos en la mochila, convocó a rescatar la Patria Grande de la manos hechas garras del Norte brutal. Denunció el azufre derramado por Bush en la tarima de la ONU y le pegó un soberano patadón en aquellos días gloriosos en que el ALCA fue demolido por él y un grupo de presidentes que lo arroparon. De Chávez, hablamos. ¿De quién otro, si no?
Pensando en los niños y niñas, en los ancianos y ancianas, en los condenados de la tierra (este Comandante feminista y antipatriarcal introdujo el lenguaje de género en la política, como nadie antes lo había hecho), le dio fuerza a las Misiones y las convirtió en imprescindibles a la hora de desarrollar su gestión. Eludió las burocracias ministeriales y como si fuera un conejo que el mago saca de la galera, entregó a su pueblo la posibilidad de alfabetizarse a pleno, de obtener atención médica gratuita con la Misión Milagro, de la mano de Cuba solidaria. Posibilitó acceder a los más pobres, por primera vez en décadas (o en siglos) a las Universidades. Las Misiones se convirtieron en río correntoso y en bandera de enganche de las grandes mayorías: viviendas para todos y todas, el Mercal alimentario para romper con las cadenas de la intermediación, la Misión Música, el Banco de la Mujer, la práctica deportiva en los barrios, la Misión Ciencia, o la Che Guevara (de formación socialista), la Misión Negra Hipólita, o la de las Madres del Barrio. No alcanzarían los días del año para enumerarlas, y a todos ellas el Comandante les imprimió su impulso personal, su sapiencia y sus horas sin dormir para que se hicieran realidad. A Chávez Frías, el nieto de Maisanta, guerrillero montaraz, recordamos en estas apretadas e insuficientes líneas.
Hijo proclamado de Fidel, junto a él plasmaron un huracán que recorrió el continente derramando ideas, fuerza, sabiduría y esa particular forma de recrear la política sin especulaciones de ningún tipo. Al son de semejante duo nació el ALBA, dotando a Latinoamérica y el Caribe de una herramienta eficaz para impregnarse de solidaridad, espalda con espalda. Pero no sólo eso, sino que supo mostrarle al mundo que a los gringos se les podía hablar de igual a igual, sin titubeos ni sumisiones, como había venido ocurriendo hasta que las naciones afro-indo-americanas recuperaron su autoestima y se echaran a andar. Esa fue su primera hazaña, pero luego fue por más, y ayudó (con una paciencia invalorable) a construir la CELAC y la UNASUR, juntando a todos -de derecha a izquierda- pero sin el tutelaje norteamericano que les marcara el libreto. Chávez lo hizo, y su huella fue recorrida por otros como él, nacidos de las luchas en Bolivia, Nicaragua, Ecuador y tantos otros sitios.
Impecable a la hora de hablarle al pueblo con la verdad. Maldiciendo al tutelaje yanqui, o sacudiéndose de encima a los diplomáticos sionistas, agresores de Palestina ocupada. Con una lenguaje didáctico, le fue explicando a su propia gente que había que mantenerse alerta contra los golpistas de adentro y de afuera. Lo planteó, recordando su propia experiencia en aquél fatídico 2002 de la matanza de Puente Llaguno, su secuestro en La Orchila, el rescate por parte de quienes bajaron de los cerros a demostrarle su amor y lealtad, el golpe petrolero y su propia decisión de radicalizarse al máximo para no darle la otra mejilla a sus enemigos. En verdaderas asambleas populares de casi dos millones de almas, supo dar las indicaciones precisas para que las milicias empezaran a ocupar un espacio necesario, pero también valoró el papel meritorio que en el proceso revolucionario han venido jugando las Fuerzas Armadas, que bajo su mando se restearon junto a los bolivarianos de a pie. Hugo Chávez, ha sido el motor fundamental de tales hazañas.
Ahora que su legado ha sido recogido por millones en el mundo, y que su compañero de tantas luchas, Nicolás Maduro, preside el país con coraje y una lealtad indiscutible, es hora de que redoblemos el homenaje a quien indudablemente, cayó combatiendo, en una patriada de "victoria o muerte". Qué otra cosa fueron esos días de pelea a brazo partido con ese cáncer que le quemaba el cuerpo pero no le hacía retroceder en su fuerza ideológica y discursiva. Quién no recuerda, sin que se le erice la piel, aquella tarde caraqueña del 4 de octubre de 2012, cuando bajo un verdadero diluvio, el Comandante se trepó al palco y ante una multitud increíble gritó ¡Viva la Revolución!, y convocó a hacer el esfuerzo final para obtener el triunfo en las elecciones cercanas. El palo de agua que caía sobre su enorme figura no logró arredrarlo, tampoco pudo con él la brutalidad del dolor que le provocaba la maldita enfermedad que nos lo arrebató meses después. Sacando fuerzas de su amor por aquella marea roja que lo escuchaba extasiada, agitando banderas y cantando consignas, Chávez habló para la posteridad y proclamó el triunfo contra la oligarquía y el Imperio. Ese era su estilo y su práctica. Poner el cuerpo hasta las últimas consecuencias.
En este nuevo 5 de marzo, la figura del Comandante eterno Hugo Chávez y el ejemplo que supo darnos, refuerzan la necesidad de redoblar la solidaridad con Venezuela Bolivariana, jaqueada por la guerra económica y en clima de golpe latente por parte de la oposición escuálida y la injerencia estadounidense. Hoy Chávez convoca otra vez a dar batalla, Maduro y el pueblo que no olvida ni perdona a sus enemigos de clase, serán los ejecutores de una nueva gesta antiimperialista, en la que el continente se juega su futuro.
Resumen Latinoamericano
Contundente a la hora de tomar decisiones, sobre todo aquéllas que tenían que ver con los intereses de su querida Venezuela. Apasionado y entusiasta en la defensa de los más humildes, a los que dedicó todos y cada uno de los días de su mandato. Procurador de la unidad para golpear todos juntos al Imperio, algo que demostró no sólo en la política interna sino en la doctrina que sentó a nivel de Latinoamérica y el mundo. Cerebral y con los pies en la tierra cuando se trataba de abrir las puertas al debate -incluso con sus enemigos más feroces- y a la hora de formular ideas que permitieran acercar posiciones que estaban en las antípodas. Se trata de Hugo Chávez, a quien en este segundo aniversario de su paso a la eternidad tanto extrañamos.
Forjador de las armas más potentes para enfrentar los embates de los Bush o los Obama, esas que no se cargan con balas sino con el desarrollo de una conciencia sólida y vital, recogida de la historia de lucha de nuestros pueblos. Sólo él y nadie más que él tuvo la lucidez para darse cuenta que había llegado la hora de enrrumbar al continente hacia la Segunda Independencia que tanto se nos ha negado, y que aún sigue siendo una asignatura pendiente. Rescatador de nuestros próceres y hacedores de gestas, a quienes extrajo del mármol o el bronce y convirtió en actores de inusitada vigencia. Bolívar, San Martín, Sucre, Manuelita Sáenz, O’Higgins, Guacaipuro, Túpac Amaru, Simón Rodríguez, Sandino, Evita Perón y por supuesto, al Che Guevara. Con ellos en la mochila, convocó a rescatar la Patria Grande de la manos hechas garras del Norte brutal. Denunció el azufre derramado por Bush en la tarima de la ONU y le pegó un soberano patadón en aquellos días gloriosos en que el ALCA fue demolido por él y un grupo de presidentes que lo arroparon. De Chávez, hablamos. ¿De quién otro, si no?
Pensando en los niños y niñas, en los ancianos y ancianas, en los condenados de la tierra (este Comandante feminista y antipatriarcal introdujo el lenguaje de género en la política, como nadie antes lo había hecho), le dio fuerza a las Misiones y las convirtió en imprescindibles a la hora de desarrollar su gestión. Eludió las burocracias ministeriales y como si fuera un conejo que el mago saca de la galera, entregó a su pueblo la posibilidad de alfabetizarse a pleno, de obtener atención médica gratuita con la Misión Milagro, de la mano de Cuba solidaria. Posibilitó acceder a los más pobres, por primera vez en décadas (o en siglos) a las Universidades. Las Misiones se convirtieron en río correntoso y en bandera de enganche de las grandes mayorías: viviendas para todos y todas, el Mercal alimentario para romper con las cadenas de la intermediación, la Misión Música, el Banco de la Mujer, la práctica deportiva en los barrios, la Misión Ciencia, o la Che Guevara (de formación socialista), la Misión Negra Hipólita, o la de las Madres del Barrio. No alcanzarían los días del año para enumerarlas, y a todos ellas el Comandante les imprimió su impulso personal, su sapiencia y sus horas sin dormir para que se hicieran realidad. A Chávez Frías, el nieto de Maisanta, guerrillero montaraz, recordamos en estas apretadas e insuficientes líneas.
Hijo proclamado de Fidel, junto a él plasmaron un huracán que recorrió el continente derramando ideas, fuerza, sabiduría y esa particular forma de recrear la política sin especulaciones de ningún tipo. Al son de semejante duo nació el ALBA, dotando a Latinoamérica y el Caribe de una herramienta eficaz para impregnarse de solidaridad, espalda con espalda. Pero no sólo eso, sino que supo mostrarle al mundo que a los gringos se les podía hablar de igual a igual, sin titubeos ni sumisiones, como había venido ocurriendo hasta que las naciones afro-indo-americanas recuperaron su autoestima y se echaran a andar. Esa fue su primera hazaña, pero luego fue por más, y ayudó (con una paciencia invalorable) a construir la CELAC y la UNASUR, juntando a todos -de derecha a izquierda- pero sin el tutelaje norteamericano que les marcara el libreto. Chávez lo hizo, y su huella fue recorrida por otros como él, nacidos de las luchas en Bolivia, Nicaragua, Ecuador y tantos otros sitios.
Impecable a la hora de hablarle al pueblo con la verdad. Maldiciendo al tutelaje yanqui, o sacudiéndose de encima a los diplomáticos sionistas, agresores de Palestina ocupada. Con una lenguaje didáctico, le fue explicando a su propia gente que había que mantenerse alerta contra los golpistas de adentro y de afuera. Lo planteó, recordando su propia experiencia en aquél fatídico 2002 de la matanza de Puente Llaguno, su secuestro en La Orchila, el rescate por parte de quienes bajaron de los cerros a demostrarle su amor y lealtad, el golpe petrolero y su propia decisión de radicalizarse al máximo para no darle la otra mejilla a sus enemigos. En verdaderas asambleas populares de casi dos millones de almas, supo dar las indicaciones precisas para que las milicias empezaran a ocupar un espacio necesario, pero también valoró el papel meritorio que en el proceso revolucionario han venido jugando las Fuerzas Armadas, que bajo su mando se restearon junto a los bolivarianos de a pie. Hugo Chávez, ha sido el motor fundamental de tales hazañas.
Ahora que su legado ha sido recogido por millones en el mundo, y que su compañero de tantas luchas, Nicolás Maduro, preside el país con coraje y una lealtad indiscutible, es hora de que redoblemos el homenaje a quien indudablemente, cayó combatiendo, en una patriada de "victoria o muerte". Qué otra cosa fueron esos días de pelea a brazo partido con ese cáncer que le quemaba el cuerpo pero no le hacía retroceder en su fuerza ideológica y discursiva. Quién no recuerda, sin que se le erice la piel, aquella tarde caraqueña del 4 de octubre de 2012, cuando bajo un verdadero diluvio, el Comandante se trepó al palco y ante una multitud increíble gritó ¡Viva la Revolución!, y convocó a hacer el esfuerzo final para obtener el triunfo en las elecciones cercanas. El palo de agua que caía sobre su enorme figura no logró arredrarlo, tampoco pudo con él la brutalidad del dolor que le provocaba la maldita enfermedad que nos lo arrebató meses después. Sacando fuerzas de su amor por aquella marea roja que lo escuchaba extasiada, agitando banderas y cantando consignas, Chávez habló para la posteridad y proclamó el triunfo contra la oligarquía y el Imperio. Ese era su estilo y su práctica. Poner el cuerpo hasta las últimas consecuencias.
En este nuevo 5 de marzo, la figura del Comandante eterno Hugo Chávez y el ejemplo que supo darnos, refuerzan la necesidad de redoblar la solidaridad con Venezuela Bolivariana, jaqueada por la guerra económica y en clima de golpe latente por parte de la oposición escuálida y la injerencia estadounidense. Hoy Chávez convoca otra vez a dar batalla, Maduro y el pueblo que no olvida ni perdona a sus enemigos de clase, serán los ejecutores de una nueva gesta antiimperialista, en la que el continente se juega su futuro.
La ausencia de Hugo Chávez y el golpe “suave”
Foto de Omara García
Ángel Guerra CabreraLa Revolución Bolivariana y Chavista ha sido atacada desde sus inicios pero no ha tenido un minuto de tregua desde la muerte de Hugo Chávez, de la cual se cumplen hoy dos años. Estados Unidos y la oligarquía consideraron que la ausencia del carismático líder histórico crearía el clima ideal para destruirla frente a un chavismo que, pensaban, se dividiría y no sería capaz de sobrevivir a su creador y comandante.
El razonamiento no era del todo descabellado pues la ausencia física de Chávez sí que se ha hecho sentir, y mucho, no solo en Venezuela sino a escala regional y mundial. De él dijo Fidel Castro que Cuba había perdido a su mejor amigo y añadió: ni siquiera él mismo sospechaba cuán grande era.
Lo que no tienen en cuenta el imperialismo y la contrarrevolución es la capacidad del chavismo para sobreponerse, el acumulado de conciencia política sembrado por su líder en ese peculiar colectivo humano, ni la lealtad y estrecha unidad con que ha respondido a este desafío la dirección político-militar de la Revolución con el presidente Nicolás Maduro al frente.
El ataque contra el bastión revolucionario venezolano está utilizando este año una táctica que Maduro ha calificado de manera muy gráfica como de golpe permanente. Este se desarrolla desde el 12 de febrero y parte de la base de la conocida teoría imperialista del dominó, según la cual al tumbar una ficha todas las demás caen en cascada. El intento de llevar a un golpe militar ese día fracasó estrepitosamente pero sus componentes de guerra mediática y económica se han intensificado.
Y es que Washington y la contrarrevolución no renuncian a destruir la Revolución Bolivariana y con ello lograr el desmantelamiento de la arquitectura de unidad e integración latino-caribeña, comenzando por el ALBA, lo cual supondría el derrocamiento de los gobiernos que lo integran.
Lógicamente, una operación de esa magnitud exige desprestigiar a Maduro en su calidad de cabeza de la Revolución. De allí que se cuentan por miles las horas y las palabras que diariamente son dedicadas por el ejército mediático neoliberal a mentir descaradamente sobre la presunta incapacidad y carácter dictatorial del mandatario venezolano.
Se busca preparar las conciencias de millones de personas que integran las audiencias cautivas de esas fábricas de mentiras no solo para aceptar el golpe de Estado en Venezuela, sino incluso para desearlo ante los desmanes y abusos que se le achacan al presidente y a los miembros de su administración.
Irónicamente, este plan lo genera el gobierno del país que más guerras de agresión, muertos y mutilados ha ocasionado desde mediados del siglo XIX, cuando arrebató a México la mitad de su territorio, donde el presidente ordena el espionaje masivo de sus gobernados y ha decidido desde hace años el asesinato de cientos de personas por sus drones y grupos de operaciones especiales, donde hay millones de niños viviendo en la pobreza, la desigualdad social llega ya a los niveles previos a la Gran Depresión de 1929 y la policía asesina impunemente a negros o latinos cada vez con más frecuencia.
Con la guerra sicológica se pretende justificar el mayor de los crímenes. Pues no hay nada más criminal que arrebatar a un pueblo la soberanía, la democracia participativa y protagónica y las conquistas sociales, como las alcanzadas por Venezuela bajo la dirección de Chávez y continuadas por Maduro bajo el ataque incesante de la contrarrevolución.
Además de sus logros sociales colosales en 16 años de chavismo Venezuela se ha caracterizado por la solidaridad con los pueblos de América Latina y el Caribe y del mundo entero.
No es extraño que haya recibido el apoyo del CARICOM, la CELAC y UNASUR frente a los aprestos golpistas.
He ahí la explicación de la despiadada guerra económica contra los venezolanos. Es un mal ejemplo que el imperialismo y las oligarquías no pueden tolerar por más tiempo. Pero la guerra económica se acentúa ahora aún más aprovechando la baja de los precios del petróleo para provocar desasosiego y desesperación en la ciudadanía que conduzca a la pérdida de fe en la Revolución.
La guerra mediática y económica forman parte de lo que se ha dado en llamar golpe “suave”, del cual aquí encontramos una explicación sintética, que nos recuerda lo ocurrido en situaciones tan diferentes como Ucrania y Libia (http://www.aporrea.org/oposicion/n266265.html). Solo que en Ucrania y Libia no había nada parecido al chavismo.
miércoles, 4 de marzo de 2015
Con los Cinco, Fina y Hart (FOTOS)
Una tarde para recordar. Homenaje de las instituciones martianas a los Cinco. Presencia de dos paradigmas de la vanguardia revolucionaria y artística: Armando Hart Dávalos y Fina García Marruz. Los homenajeados Gerado, Tony, Ramón y Fernando –y René, que no pudo asistir–, son hoy el corazón de la Patria. La sencillez natural que se expresa en todo lo que hacen y dicen, emana de una grandeza interior inconmensurable. Fotos que guardaré.Las fotos son en ese orden de: Roberto Suárez, Yuliat Danay Acosta y Nayara Tardo
martes, 3 de marzo de 2015
Juan Mari Bras: Yo creo que la idea martiana, hostosiana, betancina, de la Confederación Antillana, se va a materializar
Enrique Ubieta Gómez
El 8 de abril de 2004 entrevisté en La Habana a Juan Mari Bras, uno de los líderes históricos del independentismo boricua. En actitud provocadora, que sentaba una pauta jurídica, había renunciado a la ciudadanía estadounidense, y viajaba sin pasaporte al exterior. La entrevista fue filmada por el ICAIC para la Videoteca Contracorriente que yo fundé y entonces dirigía, pero problemas técnicos malograron la calidad de la grabación, lo que hizo imposible su recuperación como audiovisual. Años después recuperé el sonido y pude transcribir la larga conversación. Reproduzco un breve fragmento, homenaje a aquel incansable luchador que falleciera en el 2010, y a ese país hermano que todavía lucha por su independencia. Ante el previsible pataleo de los neoanexionistas cubanos –que son, consciente o inconscientemente, los pro capitalistas–, en el contexto del reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, las palabras de Mari Bras adquieren un valor adicional.
E. U. G.: En el mundo actual existe la tendencia a que los estados nacionales se debiliten, se habla de una globalización que tiene más que ver con el movimiento del capital que con los seres humanos. Dentro de ese contexto, digamos, una pequeña isla como Puerto Rico reclama su independencia política. Mi pregunta en este caso es conscientemente provocadora. ¿Para qué es necesaria la independencia politica?
Juan Mari Brás: Es necesaria porque nuestro pueblo, como nación, ha amasado una serie de querencias, valores y principios que unifican a su población, incluso dentro de las contradicciones de clase que se dan en toda sociedad. En la medida en que mayor sea la globalización del capitalismo internacional, mayor es la necesidad de los pueblos de afirmarse en su propia identidad, para desde ese asidero poder juntar voluntades con otros pueblos para combatir esa carrera veloz de apropiación de las riquezas del mundo en menoscabo de los derechos a la vida, y a la libertad, a la alimentación, a la educación, a la salud, de la inmensa mayoría de la población del planeta, y ese es el principio de la soberanía, el principio de la nacionalidad. Nosotros somos parte de un conglomerado de pueblos, que son los pueblos caribeños y latinoamericanos y anhelamos, como cualquier otro pueblo caribeño y latinoamericano, la posibilidad de forjar una base de acción común en la región del Caribe y de todo el orbe latinoamericano del que formamos parte nosotros.
E. U. G.: Yo recuerdo que cuando estuve en Puerto Rico experimenté una sensación rara: me parecía que estaba en Cuba, por la manera en que se comportan las personas, por su ideosincracia tan parecida a la nuestra, por la arquitectura de la ciudad, por el clima, y al mismo tiempo me chocaba ver la bandera norteamericana en los edificios públicos. Era como vivir la pesadilla de una Cuba colonizada. Ahora los neoanexionistas cubanos se refieren a Puerto Rico como ejemplo de un nacionalismo suave que parece posible y más rentable. ¿Qué significa el colonialismo para Puerto Rico?
J. M. B.: El colonialismo ha significado que Puerto Rico no pueda controlar y dirigir una economía estable para resolver los problemas puertorriqueños, porque hemos estado sujetos al uso que en cada instante de 106 años de dominación norteamericana, el imperio ha querido darle a nuestra Isla. Cuando quisieron sembrar caña en todo el país, desmantelaron los cafetales y los tabacales y los predios de frutos menores, para sembrar caña en la montaña, en el valle, en todo sitio. Se arrepintieron de ese uso de Puerto Rico como cañaveral y productor de azúcar y entonces establecieron plantas petroquímicas y químicas para procesar petróleo barato que se traía del Medio Oriente y de Venezuela, y llenaron de chimeneas de esas el sur de Puerto Rico, que todavía quedan como recuerdo de esa época que se fue abajo cuando los americanos decidieron, por razones económicas de ellos, que no era rentable para Puerto Rico. Y entonces, han ido cambiando el uso económico de Puerto Rico. A lo largo de todo ese período han mantenido el uso militar de Puerto Rico, y sobretodo, de la Marina de Guerra, un instrumento de dominación que ha impedido resolver en cada momento en que se ha planteado lo que allí llaman el status político de Puerto Rico. La Marina era la que se oponía, y como la Marina tenía tanto poder, pues eso cancelaba cualquier gestión que se hiciera al efecto. Sin embargo, la Marina ya perdió la batalla de Puerto Rico, tuvo que salir del campo de tiro en Vieques y ahora acaba de cerrar la Base Naval más grande que tenía en Puerto Rico, que es la Roosevelt Roads, cerró el 31 de marzo. El Presidente Bush, el más reaccionario de los que ha habido por muchos años en los Estados Unidos, tuvo que decir, en una Conferencia de Prensa en Estocolmo, Suecia, cuando le preguntaron sobre Vieques, tuvo que decir: “Esos son amigos y vecinos pero no nos quieren allí, tendremos que irnos”; y lo dijo como un comentario pero ese fue el anuncio de que en verdad se iban a ir de alli. De manera que liberarnos del colonialismo norteamericano nos permitiría a su vez, evitar el uso, uso y abuso de la dominación del territorio nacional de Puerto Rico que ha llevado a que seamos un centro de trasiego de drogas, desde otros lugares hacia los Estados Unidos, lo cual ha creado una periferia de la población dependiente de esa enajenación enorme que es la adicción a la droga y que produce un estado de violencia permanente en esos sectores de la sociedad puertorriqueña. Hay fines de semana, y lo hemos señalado en varias ocasiones en Claridad, en los que hay más muertes violentas en conflictos entre traficantes de droga que las que hay en los escenarios de guerra internacional y, naturalmente, el país está sumamente preocupado con ese clima de violencia permanente en que vive la sociedad puertorriqueña. Por otro lado, la educación que se brinda a los jóvenes y niños en las escuelas, tanto públicas como privadas, es una educación sumamente deficiente, muy diluída porque por muchos años ha estado deformando la historia patria, y la historia en que se desenvuelve el pueblo puertorriqueño, y cuando tu deformas una disciplina tan fundamental como la Historia, eso lleva al debilitamiento de lo que es la formación misma del educando. La soberanía, el ejercicio de la libertad nos permitirá a los puertorriqueños coordinar con nuestros hermanos del archipiélago antillano, los cubanos, los haitianos, los dominicanos, los de las Antillas Menores, las islas que están al sur de Vieques y Culebra, que son las primeras de las Antillas Menores, y llevar a cabo todo el desarrollo que nosotros aspiramos si tenemos la autoridad, el poder para poder desatar las fuerzas creativas del pueblo puertorriqueño que son muy grandes. En Puerto Rico se produce talento casi silvestre, decía Albizu Campos, y tiene razón.
E. U. G.: ¿Usted cree que todavía es posible una Confederación de Estados Antillanos?
J. M. B.: Yo creo que la idea martiana, hostosiana, betancina, de la Confederación Antillana se va a materializar en algún momento, pero ampliada a una especie de Confederación Caribeña, más allá de las Antillas hispanohablantes. Aquella era una idea de Martí, de Hostos y de Betances, en aquel Siglo XIX, pero en este Siglo XXI hay que incluir a toda la cuenca caribeña en las perspectivas de coordinación de unidad que ciertamente tenemos que hacer para defender los intereses comunes de todas la nacionalidades que convergen en esta cuenca caribeña.
El 8 de abril de 2004 entrevisté en La Habana a Juan Mari Bras, uno de los líderes históricos del independentismo boricua. En actitud provocadora, que sentaba una pauta jurídica, había renunciado a la ciudadanía estadounidense, y viajaba sin pasaporte al exterior. La entrevista fue filmada por el ICAIC para la Videoteca Contracorriente que yo fundé y entonces dirigía, pero problemas técnicos malograron la calidad de la grabación, lo que hizo imposible su recuperación como audiovisual. Años después recuperé el sonido y pude transcribir la larga conversación. Reproduzco un breve fragmento, homenaje a aquel incansable luchador que falleciera en el 2010, y a ese país hermano que todavía lucha por su independencia. Ante el previsible pataleo de los neoanexionistas cubanos –que son, consciente o inconscientemente, los pro capitalistas–, en el contexto del reestablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos, las palabras de Mari Bras adquieren un valor adicional.
E. U. G.: En el mundo actual existe la tendencia a que los estados nacionales se debiliten, se habla de una globalización que tiene más que ver con el movimiento del capital que con los seres humanos. Dentro de ese contexto, digamos, una pequeña isla como Puerto Rico reclama su independencia política. Mi pregunta en este caso es conscientemente provocadora. ¿Para qué es necesaria la independencia politica?
Juan Mari Brás: Es necesaria porque nuestro pueblo, como nación, ha amasado una serie de querencias, valores y principios que unifican a su población, incluso dentro de las contradicciones de clase que se dan en toda sociedad. En la medida en que mayor sea la globalización del capitalismo internacional, mayor es la necesidad de los pueblos de afirmarse en su propia identidad, para desde ese asidero poder juntar voluntades con otros pueblos para combatir esa carrera veloz de apropiación de las riquezas del mundo en menoscabo de los derechos a la vida, y a la libertad, a la alimentación, a la educación, a la salud, de la inmensa mayoría de la población del planeta, y ese es el principio de la soberanía, el principio de la nacionalidad. Nosotros somos parte de un conglomerado de pueblos, que son los pueblos caribeños y latinoamericanos y anhelamos, como cualquier otro pueblo caribeño y latinoamericano, la posibilidad de forjar una base de acción común en la región del Caribe y de todo el orbe latinoamericano del que formamos parte nosotros.
E. U. G.: Yo recuerdo que cuando estuve en Puerto Rico experimenté una sensación rara: me parecía que estaba en Cuba, por la manera en que se comportan las personas, por su ideosincracia tan parecida a la nuestra, por la arquitectura de la ciudad, por el clima, y al mismo tiempo me chocaba ver la bandera norteamericana en los edificios públicos. Era como vivir la pesadilla de una Cuba colonizada. Ahora los neoanexionistas cubanos se refieren a Puerto Rico como ejemplo de un nacionalismo suave que parece posible y más rentable. ¿Qué significa el colonialismo para Puerto Rico?
J. M. B.: El colonialismo ha significado que Puerto Rico no pueda controlar y dirigir una economía estable para resolver los problemas puertorriqueños, porque hemos estado sujetos al uso que en cada instante de 106 años de dominación norteamericana, el imperio ha querido darle a nuestra Isla. Cuando quisieron sembrar caña en todo el país, desmantelaron los cafetales y los tabacales y los predios de frutos menores, para sembrar caña en la montaña, en el valle, en todo sitio. Se arrepintieron de ese uso de Puerto Rico como cañaveral y productor de azúcar y entonces establecieron plantas petroquímicas y químicas para procesar petróleo barato que se traía del Medio Oriente y de Venezuela, y llenaron de chimeneas de esas el sur de Puerto Rico, que todavía quedan como recuerdo de esa época que se fue abajo cuando los americanos decidieron, por razones económicas de ellos, que no era rentable para Puerto Rico. Y entonces, han ido cambiando el uso económico de Puerto Rico. A lo largo de todo ese período han mantenido el uso militar de Puerto Rico, y sobretodo, de la Marina de Guerra, un instrumento de dominación que ha impedido resolver en cada momento en que se ha planteado lo que allí llaman el status político de Puerto Rico. La Marina era la que se oponía, y como la Marina tenía tanto poder, pues eso cancelaba cualquier gestión que se hiciera al efecto. Sin embargo, la Marina ya perdió la batalla de Puerto Rico, tuvo que salir del campo de tiro en Vieques y ahora acaba de cerrar la Base Naval más grande que tenía en Puerto Rico, que es la Roosevelt Roads, cerró el 31 de marzo. El Presidente Bush, el más reaccionario de los que ha habido por muchos años en los Estados Unidos, tuvo que decir, en una Conferencia de Prensa en Estocolmo, Suecia, cuando le preguntaron sobre Vieques, tuvo que decir: “Esos son amigos y vecinos pero no nos quieren allí, tendremos que irnos”; y lo dijo como un comentario pero ese fue el anuncio de que en verdad se iban a ir de alli. De manera que liberarnos del colonialismo norteamericano nos permitiría a su vez, evitar el uso, uso y abuso de la dominación del territorio nacional de Puerto Rico que ha llevado a que seamos un centro de trasiego de drogas, desde otros lugares hacia los Estados Unidos, lo cual ha creado una periferia de la población dependiente de esa enajenación enorme que es la adicción a la droga y que produce un estado de violencia permanente en esos sectores de la sociedad puertorriqueña. Hay fines de semana, y lo hemos señalado en varias ocasiones en Claridad, en los que hay más muertes violentas en conflictos entre traficantes de droga que las que hay en los escenarios de guerra internacional y, naturalmente, el país está sumamente preocupado con ese clima de violencia permanente en que vive la sociedad puertorriqueña. Por otro lado, la educación que se brinda a los jóvenes y niños en las escuelas, tanto públicas como privadas, es una educación sumamente deficiente, muy diluída porque por muchos años ha estado deformando la historia patria, y la historia en que se desenvuelve el pueblo puertorriqueño, y cuando tu deformas una disciplina tan fundamental como la Historia, eso lleva al debilitamiento de lo que es la formación misma del educando. La soberanía, el ejercicio de la libertad nos permitirá a los puertorriqueños coordinar con nuestros hermanos del archipiélago antillano, los cubanos, los haitianos, los dominicanos, los de las Antillas Menores, las islas que están al sur de Vieques y Culebra, que son las primeras de las Antillas Menores, y llevar a cabo todo el desarrollo que nosotros aspiramos si tenemos la autoridad, el poder para poder desatar las fuerzas creativas del pueblo puertorriqueño que son muy grandes. En Puerto Rico se produce talento casi silvestre, decía Albizu Campos, y tiene razón.
E. U. G.: ¿Usted cree que todavía es posible una Confederación de Estados Antillanos?
J. M. B.: Yo creo que la idea martiana, hostosiana, betancina, de la Confederación Antillana se va a materializar en algún momento, pero ampliada a una especie de Confederación Caribeña, más allá de las Antillas hispanohablantes. Aquella era una idea de Martí, de Hostos y de Betances, en aquel Siglo XIX, pero en este Siglo XXI hay que incluir a toda la cuenca caribeña en las perspectivas de coordinación de unidad que ciertamente tenemos que hacer para defender los intereses comunes de todas la nacionalidades que convergen en esta cuenca caribeña.
lunes, 2 de marzo de 2015
El patio de mi casa no es particular (FOTOS)
El título de este post hubiese podido ser otro: "El eterno pulso del diablo y el ángel", o algo parecido. Pero lo cierto es que estas fotos aparecen en mi blog porque recogen el instante en que Ramiro Zardoya (Zardoyas), pintor, dibujante y diseñador –principal sostenedor de La Ubre en La Calle del Medio– y su novia, la creadora audiovisual Ivette Ávila, en compañía de mi hijo Víctor, estudiante de segundo año del ISDI, me regalaban este sugerente mural, ahora en una de las paredes del patio de mi casa.
De Fidel: Cinco horas con Los Cinco
Fidel Castro Ruz
Los recibí el sábado 28 de febrero, 73 días después que pisaron tierra cubana. Tres de ellos habían consumido 16 largos años de su más plena juventud al respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los sótanos de una prisión yanki, después de ser condenados por jueces venales. Otros dos, que igualmente trataban de impedir los planes criminales del imperio contra su Patria, fueron condenados también a varios años de prisión brutal.
Los propios organismos de investigación, ajenos por completo al más elemental sentido de la justicia, participaron en la inhumana cacería.
La inteligencia cubana no necesitaba en absoluto seguir los movimientos de un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de la Base de Exploración Radioelectrónica “Lourdes”, al sur de la capital de Cuba. Este centro era capaz de detectar cualquier objeto que se moviera a miles de millas de nuestro país.
Los Cinco Héroes antiterroristas, que nunca hicieron daño alguno a Estados Unidos, trataban de prevenir e impedir los actos terroristas contra nuestro pueblo, organizados por los órganos de inteligencia norteamericanos que la opinión mundial sobradamente conoce.
Ninguno de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no lo buscaron. Ellos, sus esposas, sus padres, sus hijos, sus hermanos, y sus conciudadanos, tenemos el legítimo derecho a sentirnos orgullosos.
En julio de 1953, cuando atacamos el Moncada, yo tenía 26 años y mucho menos experiencia que la que ellos demostraron. Si estaban en Estados Unidos no era para hacer daño a ese país, o tomar venganza por los crímenes que allí se organizaban y abastecían de explosivos contra nuestro país. Tratar de impedirlos era absolutamente legítimo.
Lo principal a su llegada era saludar a sus familiares, amigos y al pueblo, sin descuidar un minuto la salud y el riguroso chequeo médico.
Fui feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del grupo presidido por Gerardo y secundado por todos, incluido el pintor y poeta, al que conocí mientras construía una de sus obras en el aeródromo de Santiago de Cuba. ¿Y las esposas? ¿Los hijos e hijas? ¿Las hermanas y madres? ¿No los va a recibir también a ellos? ¡Pues también hay que celebrar el regreso y la alegría con la familia!
Ayer, en lo inmediato, quería intercambiar con los Cinco Héroes. Durante cinco horas ese fue el tema. Dispongo desde ayer, afortunadamente, del tiempo suficiente para solicitarles que inviertan una parte de su inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.
Los recibí el sábado 28 de febrero, 73 días después que pisaron tierra cubana. Tres de ellos habían consumido 16 largos años de su más plena juventud al respirar el aire húmedo, maloliente y repugnante de los sótanos de una prisión yanki, después de ser condenados por jueces venales. Otros dos, que igualmente trataban de impedir los planes criminales del imperio contra su Patria, fueron condenados también a varios años de prisión brutal.
Los propios organismos de investigación, ajenos por completo al más elemental sentido de la justicia, participaron en la inhumana cacería.
La inteligencia cubana no necesitaba en absoluto seguir los movimientos de un solo equipo militar de Estados Unidos, porque esta podía observar desde el espacio todo lo que se movía sobre nuestro planeta a través de la Base de Exploración Radioelectrónica “Lourdes”, al sur de la capital de Cuba. Este centro era capaz de detectar cualquier objeto que se moviera a miles de millas de nuestro país.
Los Cinco Héroes antiterroristas, que nunca hicieron daño alguno a Estados Unidos, trataban de prevenir e impedir los actos terroristas contra nuestro pueblo, organizados por los órganos de inteligencia norteamericanos que la opinión mundial sobradamente conoce.
Ninguno de los Cinco Héroes realizó sus tareas en busca de aplausos, premio o gloria. Recibieron sus honrosos títulos porque no lo buscaron. Ellos, sus esposas, sus padres, sus hijos, sus hermanos, y sus conciudadanos, tenemos el legítimo derecho a sentirnos orgullosos.
En julio de 1953, cuando atacamos el Moncada, yo tenía 26 años y mucho menos experiencia que la que ellos demostraron. Si estaban en Estados Unidos no era para hacer daño a ese país, o tomar venganza por los crímenes que allí se organizaban y abastecían de explosivos contra nuestro país. Tratar de impedirlos era absolutamente legítimo.
Lo principal a su llegada era saludar a sus familiares, amigos y al pueblo, sin descuidar un minuto la salud y el riguroso chequeo médico.
Fui feliz durante horas ayer. Escuché relatos maravillosos de heroísmo del grupo presidido por Gerardo y secundado por todos, incluido el pintor y poeta, al que conocí mientras construía una de sus obras en el aeródromo de Santiago de Cuba. ¿Y las esposas? ¿Los hijos e hijas? ¿Las hermanas y madres? ¿No los va a recibir también a ellos? ¡Pues también hay que celebrar el regreso y la alegría con la familia!
Ayer, en lo inmediato, quería intercambiar con los Cinco Héroes. Durante cinco horas ese fue el tema. Dispongo desde ayer, afortunadamente, del tiempo suficiente para solicitarles que inviertan una parte de su inmenso prestigio en algo que será sumamente útil a nuestro pueblo.