Enrique Ubieta Gómez
Gianni Vattimo, el filósofo postmoderno, creador de la expresión "pensamiento débil" y su principal expositor, aboga por un ideal fuerte. El País lo dice como una novedad, pero no lo es tanto. Recuerdo su visita a La Habana en el 2007, durante una de nuestras Ferias del Libro. Las lecturas de su obra, así como la de otros autores postmodernos muy difundidos, fue moda en los noventa. Pero Vattimo estuvo incluso vinculado al Partido Comunista Italiano y lo abandonó cuando consideró, paradójicamente, que se adaptaba al poder burgués. Después de aquella visita, participó en acciones de la Red en Defensa de la Humanidad, en apoyo a Cuba y a Venezuela. En una entrevista que concedió a La Jiribilla durante su estancia en La Habana, dijo: "Siempre he tenido la conexión con el comunismo, al comienzo bastante polémica, pero de simpatía profunda. En Italia me llamaban “cato-comunista”, una categoría maldita por los burgueses, por los liberales, incluso por los comunistas, porque un católico no podía ser muy comunista. Pero ahora me doy cuenta en muchos sentidos, comenzando por razones empíricas, viendo lo que pasa en el mundo del capitalismo —donde por ejemplo se ve en las estadísticas que las diferencias entre los ricos y los pobres crecen enormemente—, de lo que significa darle la razón a Karl Marx en el sentido de que él abogaba por una difusión de la proletarización y una disminución del número de los ricos. De un lado por razones empíricas, de otro por razones religiosas. Si no fuera cristiano no sería comunista, es lo que digo siempre, que parece escandaloso, pero es que no creo más en esta idea de que el desarrollo humano se realiza a través de la competencia desenfrenada".
Su idea de un pensamiento débil se asociaba a la defensa de "los débiles", que son en definitiva los oprimidos, y que aún siendo "marginales", son mayoría; dicho en sus palabras: "los débiles son más y yo soy débil. El cambio lo impulsan los que no están bien: los pobres, los oprimidos". A veces me parece que sus conceptos, abigarradamente eclécticos, se enredan y contradicen. Pero admiro su honestidad intelectual. El País publica una reciente entrevista, en la que el filósofo italiano aboga por el comunismo (en el sentido leninista), como el único ideal fuerte que puede salvarnos. Dice Vattimo:
"¿Por qué se va a votar? ¿Para salvar el libre mercado? No sé si alguien decide salir de casa en un día de lluvia para votar y salvar el libre mercado. Por eso lo del comunismo: solo un ideal fuerte, en el sentido igualitario, democrático, es un ideal posible. Comunismo en el sentido de Lenin, es decir, electrificación y soviets. O sea: desarrollo y asambleas lo más democráticas posibles. El mercado libre no puede ser un ideal. Quizás el desarrollo, pero ¿qué desarrollo?: ¿el que pide los sacrificios que pide el gobierno? Lo justifican con el desarrollo, pero nos matan con esto. El comunismo tiene mala prensa, pero vivimos en una sociedad donde crece la abstención, la gente no cree en los políticos, ¿qué se puede proponer? La izquierda se contentó con pequeñas reformas. Yo propongo una oposición fuerte que limite la fuerza de la derecha. Los partidos socialistas se han acostumbrado a ser fuerzas de gobierno y eso los mata. Pierden su electorado al comprometerse con los poderosos".
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