A mi izquierda, la escritora española Belén Gopegui y el cineasta cubano Alejandro Gil; a mi derecha, el filósofo e historiador Eliades Acosta Matos y Rolando González Patricio, hoy rector del ISA. Foro de Sao Paulo, Caracas, 2006
Santo Domingo, 3 may (PL) Obras de los escritores cubanos Enrique Ubieta y Eliades Acosta Matos, con el sello de la Casa Editora Abril, fueron presentadas en la sede del partido Frente Amplio en esta capital.
Diana Li, de la Casa Editora Abril, destacó que Cuba: ¿revolución o reforma?, de Ubieta, y Cartas auténticas que nunca se escribieron, de Acosta, integran la oferta de su institución para este año y tuvieron una gran acogida en la Feria del Libro de La Habana.
Al comentar el libro de Ubieta, Acosta dijo que analiza las guerras culturales que nos envuelven. Solo con abrir un periódico o la televisión, saltan a la vista estos conflictos en los que las armas no son decisivas para vencer insurgentes, sino cómo se presenta la guerra en los medios de comunicación.
En Libia se pudo ver en acción una guerra cultural perfectamente escenificada por las nuevas tecnologías. Son guerras que nunca acaban como los conflictos religiosos, netamente culturales, precisó.
A partir de la década del 30 del siglo pasado se iniciaron estas guerras. Ahora una cuenta en Twitter o Facebook (redes sociales), apuntó el profesor Acosta, puede en cuestión de minutos difundir una noticia a millones de seguidores de esas redes.
Como la experiencia del presidente Hugo Chávez de Venezuela que ya cuenta con casi tres millones de seguidores en las redes, se ha demostrado que las nuevas tecnologías no son buenas o malas, tienen las características de quienes se apropian de esos medios.
Aunque hay quienes usan las nuevas tecnologías contra los procesos sociales más avanzados, es preciso no temerle al cambio y recordó que no hay revolución sin pensamiento crítico.
Acosta hizo la anécdota que uno de los ideólogos estadounidenses del neoconservadurismo, Mark Falcon, dijo que Cuba es peligrosa, muy peligrosa, y no es por su Producto Interno Bruto, ni por ser potencia militar, sino porque es una potencia moral, de ideas, en torno a cuya bandera se agrupan todos los idealistas del planeta.
Al comentar la obra del historiador Acosta, Cartas auténticas que nunca se escribieron, el vicepresidente de la Fundación Bosch, Matías Bosch, indicó que aunque el recurso epistolar no es nuevo, la forma elegida por el autor para referirse a la época en que Estados Unidos intervino en Cuba tiene un tratamiento que atrapa al lector.
En 1898-99, Estados Unidos toma como pretexto la voladura del Maine en la bahía de La Habana para intervenir en la guerra, y mediante las cartas de un joven de provincia español, llamado Joaquín, este cuenta a su familia en la península todas sus incidencias y apreciaciones de la Isla.
El último gran libertador de América, Máximo Gómez, apuntó Bosch, rechaza la propuesta que le hacen de combatir a los norteamericanos, quienes más tarde ocupan Puerto Rico, cedido por España junto con Cuba a Estados Unidos.
En la presentación estaban el embajador de Cuba Alexis Bandrich, la segunda secretaria de esa legación, Tania Causse, y el cónsul Alejandro Padrón, el funcionario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba Otto Marrero.
De igual manera estuvieron presentes como dirigentes del Frente Amplio, entre ellos Manuel Salazar, Virtudes Alvarez, y de la Campaña Dominicana de Solidaridad con Cuba como Francisco Payano, Ivan Rodríguez, Alfonso Torres, entre otros.
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