Visiones Alternativas tradujo esta noticia espeluznante. Seguramente habrá una reunión urgente del Parlamento Europeo para condenar a Suiza por violar los derechos humanos.
Flora Galaud (Le Figaro)
Skander Vogt había prendido fuego a su colchón, pero los guardias sólo intervinieron después de hora media. Grabaciones sonoras que revelan su total desprecio por el prisionero fueron hechas públicas.
"Puede morirse de todos modos, hace cincuenta minutos que respira el humo", dice por teléfono un guardia de la Penitenciaría de Bochuz, en el cantón de Vaud, en la Suiza occidental. Su interlocutor, un agente de la policía responde, con una clara sonrisa en los labios: "Eso le hace bien". Luego, pronuncia distintamente la palabra "pendejo".
El detenido en cuestión se llama Skander Vogt. Y en la noche del 10 al 11 de marzo pasado, murió en medio de la indiferencia general. Peor aún, bajo las risas de sus vigilantes. El joven, de 30 años, había decidido prender fuego a su colchón para protestar contra el hecho de que le habían confiscado su radio. Pero los tres guardias presente aquella noche no acudieron en su ayuda. Y el joven murió solo, asfixiado en su celda.
Skander Vogt era considerado un reo peligroso. El joven había sido detenido en 1999 y condenado a veinte meses de prisión por múltiples delitos menores: robo, insultos, amenazas y posesión de estupefacientes. Pero Suiza, utilizando el artículo 43 del Código Penal, no había puesto en libertad desde entonces porque consideraba que podría "comprometer gravemente la seguridad pública." El joven no podía salir de su celda sin estar amarrado. Hace dos años, se destacó porque logró subirse al techo de la prisión. Entonces sufría de un terrible dolor de muelas, pidió ver a un dentista, pero el gobierno se lo había negado hasta ahora.
Agoniza durante dos horas
El 10 de marzo, el preso, una vez más, no quiere que lo fastidien. Furioso porque le habían confiscado su radio, grita en su celda: "Va a arder esta noche!". Hacia la 1 de la mañana, une el gesto a la palabra. Pero, sorpresa, nadie interviene. Un recluso del centro de detención, dijo al sitio de Información bakchich que escuchó a Skander Vogt gritar: "Le di fuego a mi celda, telefonee y se niegan a venir." Otro preso dice: "La noche en la que Skander Vogt murió, le oí gritar por la ventana que había fuego en su celda. También le oí decir: "? Ustedes no me sacan de la celda?".
Sólo cuarenta minutos después los guardias deciden pedir auxilio. Tienen lugar entonces varias conversaciones telefónicas entre la urgencia médica y la policía. Intercambios terribles que Radio RTL logró obtener. Skander Vogt, "¿es el que estaba en el techo?" Se oye decir. "Sí, mierda", respondió una voz. "Él puede morir." "Eso le hace bien", agregó la voz. El preso también es tratado de "imbécil", "sinvergüenza", "idiota" o incluso "estúpido" varias veces. Todo en un tono casi hilarante. Al mismo tiempo, Skander Vogt agoniza en su celda.
Mientras tanto, el Smur (servicio móvil de emergencia y reanimación), alertado sólo a las 2:11 trata de intervenir. Pero los guardias con el pretexto de que son sólo tres para vigilar toda la prisión, se negaron a abrir la celda de Skander Vogt. "Recuerdo que el preso estaba acostado en su celda de frente con la cabeza hacia la ventana, contó un médico esa noche en Bakchich. Traté de llamarlo pero no hubo respuesta. Le oí respirar muy fuerte con las narinas. No podía acercarme a él para examinarlo porque la puerta enrejada estaba cerrada.
Hubo que esperar hasta las 2:50 - la llegada del Dard (policía especial encargada de los presos peligrosos) - para que la puerta fuera finalmente abierta. O sea, una hora y 50 minutos después de que el recluso prendiera fuego a su colchón. Demasiado tarde para que el fuerte gallardo de 100 kgs pudiera escapar. A las 3 de la mañana se declara su muerte.
"Ellos celebraron su muerte".
Inicialmente, el director de la cárcel anunció a la hermana del prisionero, la única familia que le queda, que su pequeño hermano se suicidó. Pero pronto, varios testimonios de los detenidos contradicen esta versión. Los abogados de Skander Vogt deciden entablar una demanda por "homicidio por negligencia". "Se trata de un ser humano. Tenía 30 años. No dejamos que la gente muera de esa manera. Para mí es un asesinato ", dijo la hermana de Skander Vogt a RTL. "Ellos organizaron su muerte, agrega uno de sus abogados. Es a la vez el desprecio del ser humano y el sadismo.
Los Servicios Penitenciarios no se pronunciarán hasta que termine completamente la investigación. El domingo, en el semanario suizo Le Matin, el comandante de la policía cantonal Vaudoise sólo reconoce la mitad de los hechos- Las grabaciones de sonido "no son, obviamente, bunas para nosotros. Los comentarios son lamentables e inaceptables ", explica. Sin embargo, "no teníamos ninguna influencia en la velocidad de la gestión de la policía", dijo, rechazando indirectamente la responsabilidad de la administración de la penitenciaría Bochuz.
El peligroso ejemplo de Cuba
Hace 12 horas
¡¡¡Yoaniiii!!! ¡¡¡ehhh!!!
ResponderEliminar¡¡¡ Aquí tienes un caso REAL de violación de los derechos humanos!!!
Está haciendo Tai chí muy concentrada y no oye...
- Para ahondar en detalles sería interesante saber quién fue el que hizo publica las grabaciones sonoras que revelan el total desprecio por el prisionero? Cómo éstas llegaron a la opinión pública mundial?
ResponderEliminar- Estoy de acuerdo con el blog, muy poco o nada hará el Parlamento Europeo al respecto...