martes, 1 de junio de 2010

De regreso.

De regreso de unas breves vacaciones, encuentro el mundo patas arriba. Es decir, como siempre ha estado, no sé por qué me dejo sorprender: Puerto Rico, Grecia, Palestina (o mejor, Israel), el petroleo que se vierte sobre el mar de la costa sur de Estados Unidos. Los culpables impunes. Y el Sistema entregándole la presidencia a Santos, el paramilitar. Porque aunque voten los colombianos --una parte pequeña de ellos, la que no se hartó ya--, es el Sistema (las ilusiones que fabrica el Sistema con dinero) el que mueve la mano de los votantes. Cada vez que regreso a las noticias del día a día, me siento más convencido de que debemos defender con la vida, si fuese necesario, los caminos alternativos como el de Cuba, no importa cuan empedrados, o empinados, parezcan.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo Enrique, hay que defender como si de nuestra vida se tratara a la Revolución cubana y a su noble pueblo, ya que con su ejemplo, nos enseñan el camino a seguir.

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