Desde la primera vez que conversamos telefónicamente me dijo, con voz jovial, familiar, cariñosa y firme: "Para lo que sea cuenta conmigo, pídeme la foto que quieras".
Cuando conoció de un retrato del Che que hice basado en una de sus legendarias imágenes, no tardó en enviarme una veintena de fotos históricas, las que celosamente aún guardo.
Sus mariposas volaron por mi celda y aun vuelan, como vuela su cubanía, su hermandad y su entusiasmo para todo.
Exponer obras mías junto a sus fotos en Francia fue el honor más grande que he tenido en estos años. También conservo las fotos de él con mi hermana y otros amigos montando aquella exposición.
Al regresar hoy de una visita consular, que tanto nos acerca a la amada patria, me entere de la dolorosa noticia de su fallecimiento, por los correos de mi familia y amigos de Cuba y varias partes del mundo.
Hace unas semanas intercambiamos sobre un pedido que hice. Jaraneábamos sobre los que le decían "viejo". Tenemos un proyecto en camino, con fotos de nuestro apóstol José Martí. En cada trazo de cada retrato que haré estará presente nuestro eterno hermano Liborio Noval, porque "la muerte no es verdad, cuando se ha hecho bien la obra de la vida".
Mi más sentido pésame a sus familiares a nombre de Los Cinco.
Antonio Guerrero Rodríguez
29 de septiembre de 2012
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