Los estudiantes invaden las calles. Manifestaciones así, en México jamás se han visto, tan inmensas y alegres, todos atados brazo con brazo, cantando y riendo. Los estudiantes claman contra el presidente Díaz Ordaz y sus ministros, momias con vendas y todo, y contra los demás usurpadores de aquella revolución de Zapata y Pancho Villa.
En Tlatelolco, plaza que ya fue moridero de indios y conquistadores, ocurre la encerrona. El ejército bloquea todas las salidas con tanques y ametralladoras. En el corral, prontos para el sacrificio, se apretujan los estudiantes. Cierra la trampa un muro continuo de fusiles con bayoneta calada. Las luces de bengala, una verde, otra roja, dan la señal. Horas después, busca su cría una mujer. Los zapatos dejan huellas de sangre en el suelo.
Los estudiantes.
Eduardo Galeano
El peligroso ejemplo de Cuba
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