Nicanor León Cotayo
A la poderosa maquinaria propagandística que sirve a los gobiernos y grandes empresarios de Estados Unidos hay que reconocerle su larga experiencia en fabricar verdades paralelas a la realidad.
Una de sus más recientes maquinaciones gira en torno a disfrazar la crisis económica y financiera que los estruja con la imagen del fin de ésta y con el inicio de una recuperación, “lenta” pero sostenida.
En sus discursos oficiales y el mensaje de los ideólogos, académicos y periodistas a su servicio insinúan –o reafirman- el hablar de la recesión como algo en pasado o en retirada.
Sin embargo, la habilidad para diseñar e inflar imágenes no llega a borrar la dura corteza de la realidad.
Una encuesta de la Opinión Research Corporation, para la cadena televisiva CNN, indicó que el 74 por ciento de más de mil norteamericanos entrevistados opina que la recesión se mantiene.
Según la agencia noticiosa EFE, uno de cada tres de ellos opinó que están sufriendo una situación grave y el 29 por ciento la valoró moderada
La Casa Blanca ha informado aumentos del Producto Interno Bruto (PIB) desde el tercer trimestre de 2009, pero luego ha reconocido su declive y un desempleo que ronda el 10 por ciento.
Sondeos de opinión pública señalan que la mayor preocupación de muchos votantes de cara a las elecciones parciales de noviembre es la situación económica del país.
Tal inquietud fue reforzada en días pasados cuando el principal asesor económico del presidente Barack Obama advirtió que no es de esperar una mejoría del desempleo a corto plazo.
Como un reflejo de tal escenario, al que se suman enormes gastos militares, en Estados Unidos han caído las cifras de matrimonios, los nacimientos y el número de inmigrantes indocumentados.
Pero los hacedores de imágenes repiten la mentira de que allí cesó la recesión económica, bajo la esperanza de que, si la repiten mil veces, devendrá una verdad.
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