En las últimas horas, una nueva campaña difamatoria se orquesta contra la Revolución. En esta ocasión, ante la muerte del ciudadano cubano Juan Wilfredo Soto García, ocurrida el pasado 8 de mayo, por una pancreatitis aguda, en el hospital Provincial Arnaldo Milián Castro, en Santa Clara.
Elementos contrarrevolucionarios, de manera inescrupulosa, fabricaron la mentira de que este deceso fue consecuencia de una supuesta golpiza que le habían propinado agentes del orden interior, lo cual fue rápidamente amplificado por los medios de la desinformación imperial, fundamentalmente de Europa y Estados Unidos, donde –incluso- algunos voceros gubernamentales han expresado presuntas preocupaciones por el hecho.
El 6 de mayo, dicho ciudadano ingresó en el citado hospital al presentar dolor abdominal intenso, provocado por una pancreatitis aguda. Posteriormente se diagnostica, además, una descompensación de otras enfermedades de base como la miocardiopatía dilatada, una hiperlipidemia (exceso de grasa en sangre), una diabetes y hepatitis crónica producto de hígado graso.
Las pruebas patológicas practicadas al occiso, arrojaron una muerte de tipo natural, estableciéndose como causa preliminar: “shock multifactorial por fallo multiorgánico, debido a una pancreatitis”. No se observaron signos de violencia internos o externos.
Al ciudadano Juan Wilfredo Soto García, de 46 años, le constan varios antecedentes delictivos, como alteración del orden, hurtos y lesiones graves, por lo que cumplió sanción de privación de libertad durante dos años.
En los últimos tiempos se vinculó a elementos contrarrevolucionarios, que lo usaron para sus actividades provocadoras. La última de ellas tuvo lugar el 5 de mayo en un parque de Santa Clara, por alteración del orden, ocasión en que fue conducido a una unidad policial y liberado tres horas después sin incidencia alguna.
Cuando se ratifica el amplio apoyo popular a los resultados del VI Congreso del PCC y el pueblo se empeña en la implementación de los Lineamientos aprobados, los enemigos externos e internos intentan desvirtuar la realidad cubana y socavar el prestigio internacional de la Revolución y su fortaleza moral.
Como expresara el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, en el Informe Central al VI Congreso del PCC:
“Hemos soportado pacientemente las implacables campañas de desprestigio en materia de derechos humanos, concertadas desde Estados Unidos, y varios países de la Unión Europea, que nos exigen nada menos que la rendición incondicional y el desmontaje inmediato de nuestro régimen socialista y alientan, orientan y ayudan a los mercenarios internos a desacatar la ley”.
La Revolución siempre se ha defendido con la verdad y la fuerza invencible del pueblo, que confía en la fortaleza de las ideas de justicia que la hicieron posible.
El peligroso ejemplo de Cuba
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