Zardoyas, uno de los responsables --junto a Ares--, de La Ubre, en las páginas centrales de La Calle del Medio.
Abelardo Mena Chicuri.
Entre los días 18 de marzo y 29 de abril, el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales celebró en su sede de la Habana Vieja la más reciente exposición: La Ubre del Humor. Las obras gráficas --impresas y originales--, de más de 16 artistas que participan en esta publicación habanera fueron acompañadas por un ciclo de charlas y presentaciones con invitados de lujo: el multipremiado humorista gráfico Ares, y los reconocidos creadores Reynerio Tamayo y Lázaro Saveedra. La curadoría fue de Caridad Blanco de la Cruz, Máster en Historia del Arte y especialista de dicha institución, con quien conversamos acerca de este evento y el humor hecho en la isla.
¿Cómo surgió la idea de realizar esta exposición?
La idea surgió a mediados del año pasado. Era un momento cercano al tercer año de publicación del mensuario cultural
La Calle del Medio. Y en particular, eran ya tres años de la existencia --dentro de
La Calle-- de un espacio para el humor (en sus páginas centrales) denominado “La Ubre”.
En “La Ubre” publican un numeroso grupo de jóvenes humoristas de diferentes regiones del país, y algunos publicaron por primera vez en esas páginas. En ”La Ubre” se cultiva un humor interesado en hacer pensar, lo cual es una ya larga tradición en el humorismo cubano que, más que una carcajada, quieren conseguir del lector una sonrisa inteligente y reflexiva. Tres años de trabajo venían corroborando la seriedad del proyecto y el desempeño del equipo que lleva adelante a “La Ubre” Arístides E. Hernández (ARES) y Ramiro Zardoya Sánchez (Zardoyas).
En estos años ya se ha logrado importantes resultados, con la consolidación del humor dentro de la publicación misma. “La Ubre” exhibe ahora mismo el más alto nivel, en cuanto a humor gráfico de lo que se está publicando en el país. De ahí que La ubre del humor, como ensayo expositivo, quiso expresar y comunicar la expresión visual que ha logrado reunir como vocero de una generación lista para el ejercicio maduro del humor, y con un desarrollo en el lenguaje visual de muchas de sus individualidades.
Para el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, fundado en los años 80, era importante destacar a esta generación. Es un proyecto que se inserta dentro de una línea de investigación, reflexión y ensayos curatoriales en torno al humor gráfico en Cuba, promovida por la institución en torno a relevantes suplementos humorísticos (El Pitirre y Dedeté, entre ellos), en artistas de muy diversa naturaleza, y en cómo ese humor ha penetrado en los discursos de reconocidos creadores y expresiones del arte cubano contemporáneo en los últimos veinte años.
¿Puede proclamarse que existe un nuevo humor gráfico en la isla? ¿Cuáles serían los rasgos que lo diferencian de etapas anteriores?
Ya existe un grupo de nuevos humoristas gráficos con un “estilo”, es decir, con una identidad gráfica perfectamente reconocible. Ellos dan continuidad a ese tipo de humor que está interesado en hacer pensar, y enriquecen una tradición de humor con más de 150 años de historia. Tradición que ha tenido momentos relevantes: la obra de Rafael Blanco, por ejemplo, considerado como el primer moderno de nuestras artes plásticas, cuya obra se caracterizó por una extrema síntesis y una línea ágil. Con el trabajo de Blanco nació esa pretensión de universalidad que es tan común en el trabajo de artistas como Ares, Boligán y Martirena.
Si hubiera que destacar otros momentos puntuales del humor en Cuba, no podrían faltarnos Eduardo Abela, Conrado Massaguer, Jaime Valls y Juan David. Y es cardinal el significado de El Pitirre, publicación humorística realizada entre 1960 y 1962, con Rafael Fornés al frente y todo un equipo de lujo: Sergio, Chago, Nuez, Posada, Muñoz Bachs, Fresquito, Guerrero, Chamaco, entre otros. El Pitirre influyó de manera decisiva, desde entonces la imagen ganó total protagonismo y se amplió el universo del humor gráfico.
Con Dedeté (fundado en 1969), se completó esa trasfiguración: en cuanto a la imagen, el papel del diseño en la publicación, ofreció una dimensión más profunda de diferentes vertientes del humor, en especial el llamado humor general, y también el absurdo o blanco, el filosófico, e incluso el negro. Todo esto contrastaba con los comentarios sobre asuntos contextuales que allí se publicaban y que diferían de los esquemas costumbristas habituales. El Dedeté fue una escuela de artistas y durante sus primeros veinte años ofreció una singular crónica de la sociedad cubana, que la acogió con simpatía. En DDT encontramos nombres imprescindibles como: Manuel, Carlucho, Ajubel, Tomy, quienes ganaron numerosas distinciones nacionales e internacionales e igual reconocimiento para la publicación.
Como parte de la muestra, organizaste un ciclo de charlas con la presencia de destacados creadores de las Artes Visuales, como Ares, Tamayo, Saavedra. ¿Existen vasos comunicantes entre ellos y los artistas de la imagen impresa?
Los artistas que dialogaron con la exposición y el público están conectados a esa tradición del humor en Cuba. Forman parte de ella de manera cardinal, aunque de maneras diferentes. Ares, que es siquiatra de profesión, ha estado muy vinculado a las publicaciones periódicas. Y es de formación autodidacta, como han sido la mayoría de los dibujantes humorísticos en el país. Es también el humorista gráfico cubano, residente en Cuba, con mayor número de premios internacionales (121 en total). Su obra se distingue por su ingenio, y pese al notable reconocimiento de que goza, no se ha quedado detenida en el tiempo y de manera permanente se renueva en expresión gráfica y temas.
Reynerio Tamayo es un humorista nato, cultivador de un choteo magistral, pero además un virtuoso en medios como la acuarela, la cerámica, el cartel, la pintura o la escultura. Es un cultivador del humor, graduado en 1992 del Instituto Superior de Arte. En 1989 ganó el Gran Premio Esopo de Oro en la IX Bienal Internacional del Humor y la Sátira en el Arte, Gabrovo, Bulgaria, y en 1995 obtenía una mención y un premio por su instalación Visite el cuadro del artista en el I Salón de Arte Cubano Contemporáneo. Sus obras formaron parte de la muestra central de las dos últimas ediciones de la Bienal de La Habana (2006 y 2009), relevante cita internacional del arte contemporáneo.
También Lázaro Saavedra es graduado del ISA, y uno de nuestros artistas contemporáneos más reconocidos. El humor es una herramienta significativa en su discurso conceptual, integra importantes colecciones internacionales y la colección permanente del Museo de Bellas Artes. En esta institución presentó en el año 2003 su exposición personal El único animal que ríe. Su genialidad ha quedado recogida en numerosas instalaciones, cultiva la video creación de manera sostenida desde el 2003 hasta el presente, con obras de animación y video arte. Y realiza en Galería I-Meil (transmitida por correo electrónico) una singular crónica de agudo ingenio en la que funde referencias textuales con fotografía, dibujo humorístico e incluso historietas.
Por estas razones, el trabajo de ellos se destaca y conecta. También estas referencias ilustran el peso que tiene esa línea de investigación que he desarrollado, que comprende del humor gráfico en las publicaciones al humor en las artes visuales, sin hacer jerarquías. Estoy actualmente preparando el libro Maneras de Inventarse una sonrisa.