Ernesto Almaguer
En 1936 Charles Chaplin dirigió y protagonizó el célebre largometraje “Tiempos Modernos”. Más allá de reunir importantes elementos del séptimo arte o de dar una visión de los efectos de la industrialización, el filme representó, desde la sátira, una fotografía de la explotación y de las condiciones infrahumanas de la clase obrera.
Precisamente Chaplin conoció el período de crisis económica conocida como “La Gran depresión”, iniciada por el colapso del mercado de valores de Nueva York que llegó a afectar al sistema de pagos internacionales. Historiadores y analistas de temas económicos utilizan este evento para definir hasta qué punto puede deteriorarse la economía mundial. Sus efectos se hicieron sentir principalmente en el desempleo, que en los Estados Unidos alcanzó el 25 por ciento.
Casi 70 años después, el mundo vuelve a padecer los efectos del capitalismo. ¿Podría imaginar Chaplin la penosa situación que le depararía nuevamente a la humanidad?; indignados en España y Estados Unidos, países congestionados de pancartas, con el pueblo volcado en las calles reclamando la atención de sus gobiernos, exigiendo el derecho a las condiciones mínimas de vida que constituyen en definitiva componentes de sus legítimos derechos humanos.
La primera vez que el presidente Obama, premio Nobel de la Paz, habló sobre este asunto lo hizo de una manera formal, ambigua, expresando que todo se resume a una gran frustración provocada por la gran crisis financiera del 2008, sin mencionar quiénes son los responsables de esas crisis. Debió reconocer que su administración no creó suficientes puestos de trabajo y que por tanto la tasa de desempleo se incrementó, que su sistema no es capaz de brindarle oportunidades a los jóvenes, quienes para ingresar en las universidades deben pagar tarifas muy altas, prerrogativa solo reservada para los más ricos, elementos que, junto a otros, desencadenaron las conocidas protestas del movimiento Ocupa Wall Street.
Hoy como parte del debate electoral en ese país, el candidato republicano Mitt Romney, utiliza ese Talón de Aquiles para ganar adeptos y fustigar la reelección de su rival demócrata, enfatizando que existe mucha pobreza en Estados Unidos. Aprovechando la desinformación de los ciudadanos norteamericanos, omite que desde su anterior condición de gobernador del Estado de Massachusetts no pudo tampoco eliminar las desigualdades, la pobreza y la falta de empleos, asunto que algunos medios digitales de la oposición tratan de ubicar en la web para refutar los cuestionamientos contra el actual inquilino de la Casa Blanca.
Con tantos asuntos pendientes por resolver en esa nación, el Departamento de Estado no pierde la oportunidad de juzgar a otros, violando principios universales recogidos en la Carta de las Naciones Unidas. Es una práctica del imperio acusar a otras naciones de violar los derechos humanos. Sin embargo no puede ser acusador quien deja a su pueblo sin empleos y luego arremete contra él con golpizas, chorros de agua o cazando inmigrantes mexicanos en la frontera, no puede ser exonerado de culpa un gobierno causante de tantas muertes en el mundo y de operaciones encubiertas para asesinar lideres radicales y progresistas. La historia nos ha demostrado que resulte victorioso el partido demócrata o republicano, EEUU no cambiará ni su política exterior, ni las condiciones del pueblo estadounidense.
Chaplin amaba los Estados Unidos, un país que según sus propias palabras 'se lo había dado todo', un sistema que lo acusó de comunista, como el peor de los delitos, solo por dar a conocer la realidad de su época. Quizás por estos malos ratos, para aquel gran actor que tanto nos hizo disfrutar y reflexionar, en determinados momentos la vida nos deja de sonreír.
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