Atilio A. Boron
Tengo un gran respeto por Leonardo Padura, que ha escrito algunos textos notables (y polémicos) como El hombre que amaba a los perros. En los próximos días presentará en la Feria del Libro de Buenos Aires su más reciente obra: El viaje más largo, una crónica sobre la Cuba de los años ochenta y noventa del siglo pasado. Hoy, Domingo 4 de Mayo, el diario La Nación de Buenos Aires publica una larga entrevista con este autor y en la cual ofrece un balance muy negativo sobre la Revolución Cubana. Obviamente, cualquier proceso histórico tiene aciertos y errores, logros y fracasos. El problema con Padura es que los primeros no aparecen en su diagnóstico sobre aquellos años, durísimos sin duda, del "período especial". ¿Pero será que no hubo ninguno en la Cuba revolucionaria, que todo estuvo mal? ¿Es posible olvidarse de conquistas históricas tales como la alfabetización universal y la enorme expansión del sistema educacional, los avances en materia de salud, la tasa de mortalidad infantil más reducida de las Américas, el acceso universal a la cultura en todas sus expresiones, la seguridad social, el internacionalismo como expresión de la solidaridad a escala mundial, para no citar sino las más evidentes? Se podría decir que estos logros ya no bastan pero, ¿cómo es posible que los fracasos o distorsiones de la revolución, que según Padura provocan "la nostalgia, el desencanto, las esperanzas perdidas" de una sociedad, puedan ser señaladas sin decir una palabra sobre el imperialismo norteamericano y su criminal bloqueo de 55 años a Cuba? Sin esa imprescindible referencia cualquier crítica a un proceso político concreto se desliza al terreno de la denuncia abstracta y, por lo tanto, insanablemente equivocada producto de su miope unilateralismo. Así la Revolución habría fracasado por la ineptitud de su dirigencia, a Allende lo derrocaron por los errores de su política económica, a Arbenz por su imprudencia al pretender atacar el saqueo que perpetraba la United Fruit, Juan Bosch fue depuesto por su terca intransigencia frente al imperio, la Revolución Bolivariana está amenazada por su incompetencia y así sucesivamente. Desaparecen el proceso histórico y el entramado internacional en el cual éste se desenvuelve y que, en el caso de Cuba, revela la antiquísima obsesión norteamericana por apoderarse de la Isla; se esfuma la lucha de clases en el plano internacional y el sobresaliente papel que le tocó jugar a Cuba para, por ejemplo, hacer posible la derrota del apartheid en Sudáfrica y de los imperialistas en Angola; y se hace caso omiso del hecho de que la mayor potencia económica y militar de la historia se ha empecinado, hasta el día de hoy y con todas sus fuerzas, en hostigar y sabotear a la Revolución Cubana. Va de suyo que no se puede ni se deben ignorar los factores endógenos causantes -en parte y sólo en parte- de los problemas denunciados por Padura. Pero un diagnóstico riguroso debe recrear, en el plano del análisis, la totalidad del momento histórico en donde los factores internos y externos se encuentran dialécticamente entrelazados. El inventario de los errores y las insuficiencias de la Revolución es incomprensible, un galimatías infernal, en ausencia de una adecuada contextualización. Creo, modestamente, que quien no esté dispuesto a hablar del imperialismo norteamericano debería llamarse a un prudente silencio a la hora de emitir una opinión sobre la realidad cubana.
El peligroso ejemplo de Cuba
Hace 10 horas
El Sr. Padura y algunos blogueros con olfato en Escandinavia, perdoneme la expresion, son unos sapingos. (los cubanos entienden esa palabra).
ResponderEliminarLeonardo Padura gana el Premio de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, por 'Herejes'
ResponderEliminarAgencias | Zaragoza | 5 Mayo 2014 - 5:01 pm. | 3
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Leonardo Padura
Literatura
Está dotado con 20.000 euros, a repartir entre el escritor y la editorial Tusquets.
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Herejes, del escritor cubano Leonardo Padura, ha sido la ganadora del X Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza, anunció el jurado este lunes, reporta EFE.
La obra ha sido elegida por mayoría. El jurado ha valorado que se trata de una novela histórica atípica, con formato de policiaca, de intriga, señaló en rueda de prensa el escritor Juan Bolea, coordinador del premio.
Entre los cinco finalistas de las 41 obras presentadas, el jurado ha concedido menciones especiales ex aequo a Ronin, del lucense y comandante de línea aérea Francisco Narla; a París, del británico Edward Rutherford, y a La casa de los dioses de alabastro, de la zaragozana Magdalena Lasala.
El galardón, dotado con 20.000 euros (27.600 dólares) a repartir entre el escritor, Leonardo Padura, y la editorial, Tusquets, se entregará el próximo día 28 de mayo en el Ayuntamiento de Zaragoza, junto con el Premio de Honor de esta edición, que ha recaído en la escritora alemana Sarah Lark.
Leonardo Padura (La Habana, 1955) recibió en 2012 el Premio Nacional de Literatura de Cuba y ha logrado reconocimiento internacional con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el detective Mario Conde, traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón 1995, el Hammett 1997, 1998 y 2005, el de las Islas 2000 y el Brigada 21.
También es autor de La novela de mi vida y El hombre que amaba a los perros, entre otras obras.
Comparto totalmente la opinión de Atilio Borón. He leído algunas entrevistas a Padura y algunos artículos sobre la situación en Cuba escritos por él y siempre esa visión de que no hay nada positivo en la Revolución cubana. Hay quienes piensan que el hecho de que sea un buen escritor lo hace incriticable, pero sin ir muy lejos Vargas Llosa es premio Nobel y es un reaccionario cavernícola.
ResponderEliminarDe acuerdo. La memoria suele ser débil; pero para alguien que se considere un intelectual, es imperdonable.
EliminarUbieta, lo increíble de las omisiones de Padura en cuanto al papel de Cuba en la arena internacional, y en particular en África para detener a la UNITA, independizar a Namibia y derrotar al régimen sudafricano del apartheid es que él fue integrante del staff que en Luanda trabajó en aquel periódico que circulaba entre nuestras tropas bajo el membrete de Verde Olivo en Misión Internacionalista. Pena debía darle su manquedad recordatoria, más tratándose de un intelectual de calibre como él.
ResponderEliminarLa “paradoja Padura”: genial para novelar ficción, escaso y penosamente patético para ponderar la realidad
ResponderEliminarPadura tiene todo el derecho a decir lo que piensa sobre su propio país,incluso si estuviera equivocado, que no lo está. Gente que hable bien sobre lo que hemos vivido y vivimos los cubanos también sobran, de modo que las voces críticas son necesarias. Y Padura, que no es mi amigo, con perdón de la ignorancia de algunos, no es ni patético en sus opiniones, ni manco al recordar, ni ninguna de esas lindezas que aquí aparecen.
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