E. U. G.
En el Taller Internacional sobre Redes Sociales que actualmente transcurre en La Habana, comentaba sobre una de las líneas temáticas de la guerra cultural que se expresa en ellas: la memoria histórica. Cada proyecto social enarbola y defiende a sus propios héroes, que no son los mismos. En Miami historiadores oficialistas del capitalismo y sus políticos se esfuerzan por rescatar la figura de Batista y satanizan el recuerdo del Che Guevara. Símbolos icónicos de dos proyectos antagónicos de vida. Pero la imagen del Che es tan fuerte, tan invasiva, tan indetenible, que ni siquiera las apropiaciones del mercado o del arte –dos herramientas naturales para la despolitización–, logran calmar a los reticentes miamenses. No existe forma de despolitizar, ni de satanizar al Che. Ni siquiera el mercado puede con él. Un miedo contagioso se expande ante su foto. Es, naturalmente, el miedo a la Revolución.
Juan Carlos Chavez
El Nuevo Herald
Un retrato similar al del guerrillero argentino Ernesto “Che” Guevara que decoraba el lobby del exclusivo W Hotel en South Beach debió ser retirado apresuradamente la mañana del martes. La razón: el creciente malestar y rechazo de los exiliados cubanos.
La imagen está inspirada en una foto de Guevara tomada por Alberto Korda en 1959. Pertenece a la colección privada de uno de los dueños del hotel. La pieza es una creación del artista inglés Gavin Turk.
El llamado de alerta comenzó a difundirse recientemente en correos electrónicos y redes sociales luego de que el cubanoamericano Gus Exposito, de 51 años y residente en Davie, expresó su incomodidad con la administración del hotel por el gigantesco retrato.
En el sur de la Florida, y especialmente en el exilio cubano, la figura de Guevara está muy lejos de ser la icónica imagen de la plástica moderna y el mundo del marketing. En el colectivo local prevalece el recuerdo de un hombre que ayudó a los hermanos Castro a la implantación del comunismo en la isla y, al mismo tiempo, ordenó ejecuciones sumarias para reforzar su política de cero tolerancia contra sus enemigos y opositores.
Damien OConnor, administrador general del W Hotel, lamentó el incidente. Dijo que inmediatamente después de recibir las primeras quejas del público, ordenaron retirar la imagen.
“Lo hicimos por una cuestión de respeto y sensibilidad con la comunidad local”, declaró OConnor a El Nuevo Herald. “Sentimos cualquier inconveniente causado”.
No es la primera vez que una foto de Guevara, o un retrato muy similar incluyendo la boina negra con la estrella de comandante, genera una ola de protestas.
En enero del año pasado un incidente registrado en una exhibición anual de equipos electrónicos en Las Vegas estuvo a punto de causar pérdidas millonarias así como un impacto negativo de imagen a Daimler AG, la firma alemana que controla Mercedes-Benz. El incidente precisamente se originó por usar el rostro del guerrillero argentino en una campaña de promoción.
En ese momento el directivo de la Mercedes-Benz, Dieter Zetsche, apareció frente a un descomunal afiche de Guevara para describir una nueva campaña dirigida a sus clientes más exclusivos. El propósito era reducir las emisiones de gases y la congestión del tránsito vehicular.
Posteriormente un comunicado de Daimler dijo que la firma no respalda la vida o acciones de esta figura histórica o la filosofía política que promovía.
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