jueves, 28 de octubre de 2010

Néstor Kischner, un hombre de izquierda.

Enrique Ubieta Gómez
Ha muerto Néstor Kischner. Ser de izquierda o de derecha --dos palabras ambiguas y ampliamente manipuladas--, es más una consecuencia de nuestros actos, que un resultado de nuestras opiniones políticas o filosóficas. A veces, incluso, depende del balance real, favorable o no a los intereses populares (que no se dirimen solo en el espacio nacional, sino en el más amplio de la guerra global) de nuestros actos. No importa cuan liberal sea el pensamiento de Obama o socialista el de Zapatero, si sus actos refuerzan el poder del Gran Capital. Por sus acciones, son representantes de la derecha. Empecé a respetar a Kischner cuando en la Cumbre de Mar del Plata desbancó como anfitrión las pretensiones hegemónicas de Bush y su proyecto de ALCA. El encontronazo, inesperado para la diplomacia imperial, transformó la visión de los consorcios mediáticos: de ser un exponente recomendado de la llamada --por la derecha--, "izquierda democrática", pasó a ser un populista de la "pandilla" de Chávez. Claro que sus medidas económicas y políticas no se proponían transformar la sociedad argentina. Conozco a buenos luchadores que lo enfrentaron como un nuevo exponente (más astuto, eso sí) de las anteriores políticas liberales.
Pero es necesario, según mi criterio, entender que los gobiernos latinoamericanos que hoy se definen “en la izquierda” crean, de conjunto, un obstáculo formidable a la voracidad del imperialismo. De cierta forma, son un acto no previsto de insubordinación. Pensar en otras posibles apetencias, en otros imperialismos emergentes (latinoamericanos o extracontinentales), es confundir la ubicación del enemigo real: lo urgente, lo revolucionario, es la derrota del imperialismo norteamericano en América Latina. Porque la desestructuración del sistema de predominio económico y político estadounidense, es una puerta inevitable que hay que trasponer en el camino hacia la emancipación humana. El imperialismo europeo es subsidiario del norteamericano, al menos en lo político y en lo militar. Por eso Néstor Kischner, más allá de sus ideas y de sus intenciones, fue un hombre de izquierda.
Los revolucionarios tenemos que aprender a reconocer el verdadero papel de cada persona y de cada movimiento social en el lento y contradictorio proceso emancipatorio. A veces, un líder honesto es más importante que un dirigente ideológicamente muy definido, que carece de liderazgo. En la isla de Granada, hace ya algunos años, unos teóricos marxistas liquidaron al líder auténtico, insuficientemente preparado (según ellos), y las tropas norteamericanas invadieron el país. Triste experiencia. Ha muerto Néstor Kischner, odiado por el imperialismo (no importa lo que ahora diga de él la misma prensa que lo excomulgó). Merece honor.

8 comentarios:

  1. No puedo concluir de la misma manera. Ser anti-imperialista es ser (debiera ser) anticapitalista, puesto que lo primero no es mas que una cuestión de lo segundo.
    Un "capitalismo nacional" no es menos explotador que otro por ser "extranjero". Con todo respeto, eso es producto de la confusión. Imperialismo es Capitalismo y si bien hay que combatir aquello, esto es fundamentalmente contra lo hay que luchar.

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  2. Quien combate al imperialismo --en actos, no en palabras--, lo quiera o no, combate al capitalismo. Es un resultado colateral, sobre todo si al combatirlo contribuye a romper los fundamentos de un orden internacional que es el que sustenta a cualquier capitalismo periférico, supuestamente "nacional", pero dependiente.

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  3. porque tanta derecha y tanta izquierda, mejoró o no mejoró Argentina con Kischner, yo recuerdo que estaba en la ruina, el pequeño burgues forma parte del desarrollo de la sociedad, eliminarlo es contraproducente, creo que le nacionalismo hay que volverlo a reafirmar, y la derecha de adentro existe, hay que convivir.
    Creo que Kischner fue una gran persona, gloria para el.

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  4. Enrique
    Te sigo en silencio hace un largo tiempo, pero en esta me paré a escribir por que tal vez te pueda dar otra visión de lo mismo.
    Soy Argentino y soy de izquierda, no hablo de izquierda real o falsa. pero una persona de izquierda por sus bases aspira al cambio estructural del sistema capitalista moderno, por otro lado Kirchner siquiera era reformista como podrían ser partidos de izquierda del mundo.
    Puede ser que usted haya conocido a Kirchner, pero yo viví su Gobierno y entre muchas cosas bien triplicó las cosas absurdas.
    No creo posible que un gobierno de izquierda sea aquel que haga de su dinero -hablando del gobierno de cristina- una suba del 154 % de su patrimonio necesitando realmente 4 generaciones de familias para arribar a ese número si tenemos en cuenta las priopiedades y recursos que tenían.
    Eso no es todo obviamente se conoce al gobierno por su constante litigio con el monopolio empresarial de Clarín cuando no es más que una confrontación personal. El día que Nestor asumió - luego Cristina lo mismo- Clarín festejaba, es más asumieron por gran ayuda de los medios de información de este grupo, cuando pelearon por el conflicto del campo se dividieron y empezaron a tratarlo como "grupo monopolico" pero sólo después de que no les sirviera más.
    La ley de veto de los glasiares, criticar a bush pero antes haberlo llevado a recorrer en avión presidencial todo el país, vetar 82 % movil, aumentar el monopolio de su amigo personal Moyano dandole el transporte de todos los elementos a lo largo y ancho del país a los camioneros haciendo que la facción de la derecha (integrante muchos de la triple A) tomen nuevamente los sindicatos.
    Así muchos más, fondos que se pierden, darle demasiada importancia a hechos que no lo tienen, evadir preguntas serias de periodistas, dar planes sociales UNICAMENTE los movimientos sociales que los apoyaban dejando a cientos de miles de comedores que sustentaban partidos de izquierda o derecha sea cual sea su orientación a la deriva sólo por pensar diferente, obligar a los trabajadores a asistir a sus actos, actos de corrupción con total impunidad y muchas otras cosas.
    No digo que no haya sido un buen líder político, pero honesto como dijsite no era Néstor, menos de izquierda.
    Para finalizar te dejo un parafraseo de Marx "la ideología es la falsa conciencia de los pueblos", la izquierda y la derecha no existen, pero si vamos a utilizar esta caracterización liberal de las situaciones... Néstor era de derecha

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  5. Gracias Gaviotas blindadas (sugestivo nombre) por seguir mis post y por compartir tu criterio en esta ocasión. Sé que es un tema complicado, y por eso lo abordé. Creo también que trasciende a Kischner y nos lleva a una discusión más de fondo. Si tu en efecto tienes la ventaja de mirar las cosas desde adentro (como argentino que vivió sus políticas internas), yo quizás tengo la ventaja de mirarlas desde afuera. Cada uno con sus limitaciones de perspectiva. Insisto, sin embargo, en algo que me parece esencial: si se peleó con el grupo oligarca Clarín --radicalmente reaccionario y pro-imperialista como sabemos--, y denunció su carácter ideológico por razones personales y no ideológicas, bienvenido sea. Las motivaciones en este mundo entran en el campo de las especulaciones, los hechos sin embargo son definitorios. No apoyo a la gente por sus motivaciones, sino por sus actos. El camino al Infierno está empedrado de buenas intenciones. Me hago dos preguntas esenciales: ¿a quién o a quiénes sirvieron sus actos? ¿por qué el imperialismo no lo ensalzó como hizo con los "socialistas" chilenos? Las respuestas no son en blanco y negro, seguro que apoyó a cierto sector de la burguesía argentina --clarísimo que no fue un revolucionario, ojo con esto, los revolucionarios somos los que debemos valorar correctamente el resultado de su gestión--, pero si combatió o arrinconó al sector de la burguesía pro imperialista de Argentina y quebró las relaciones carnales con el imperialismo de gobiernos como el de Menem, hizo un servicio invaluable a la desestructuracion del sistema de dominación continental. Si además contribuyó a consolidar las bases de la unidad latinoamericana frente al imperialismo, pues su legado adquiere una importancia aún mayor para el movimiento revolucionario. No esperemos de los otros lo que no pueden dar, aprendamos a apoyar lo que otros pueden hacer, y a capitalizarlo. En fin, es posiblemente una discusión larga y de muchas aristas, pero la batalla contra la explotación pasa por la vida interna de cada país, pero se decide globalmente.

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  6. Me hago dos preguntas esenciales: ¿a quién o a quiénes sirvieron sus actos? ¿por qué el imperialismo no lo ensalzó como hizo con los "socialistas" chilenos? Las respuestas no son en blanco y negro, seguro que apoyó a cierto sector de la burguesía argentina --clarísimo que no fue un revolucionario, ojo con esto, los revolucionarios somos los que debemos valorar correctamente el resultado de su gestión--, pero si combatió o arrinconó al sector de la burguesía pro imperialista de Argentina y quebró las relaciones carnales con el imperialismo de gobiernos como el de Menem, hizo un servicio invaluable a la desestructuracion del sistema de dominación continental. Si además contribuyó a consolidar las bases de la unidad latinoamericana frente al imperialismo, pues su legado adquiere una importancia aún mayor para el movimiento revolucionario. No esperemos de los otros lo que no pueden dar, aprendamos a apoyar lo que otros pueden hacer, y a capitalizarlo. En fin, es posiblemente una discusión larga y de muchas aristas, pero la batalla contra la explotación pasa por la vida interna de cada país, pero se decide globalmente.

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  7. Néstor Kirchner y el periodista que soy.
    No soy un periodista independiente. No soy un periodista opositor. No soy un periodista oficialista. Soy un periodista que trabaja en un medio con el que no comparte muchas cosas. Soy un periodista que dice algunas verdades y calla otras. Soy un periodista atravesado por infinidad de contradicciones. Soy un periodista que vende publicidad para sostener su propio programa. Soy un periodista que estudia para ser mejor periodista. Soy un periodista en busca del periodista. Soy un periodista que le duelen las injusticias pero que hace poco para remediarlas. Soy un periodista que hace menos para ayudar a los que la cometen. Soy un periodista que defiende algunas políticas de este gobierno nacional pero que sólo lo votó una vez. Soy un periodista que criticó ácidamente a este gobierno creyendo ser progresista mientras mantenía un discurso que colaboraba con la derecha. Soy un periodista que se creyó más inteligente de lo que en realidad era. Soy un periodista que se negó a firmar la proclama “por menos políticos” después del 2001 o en apoyo al falso ingeniero Blumberg por más mano dura. Soy un periodista que defendió las políticas de Derechos Humanos. Soy un periodista que se emocionó con el no al ALCA, que bajaran el cuadro de Videla y que las Madres de la Plaza fueran consideradas las Madres de todos. Soy un periodista que celebró la derogación de las leyes de Obediencia Debida, Punto Final, el indulto a los genocidas y que la Corte Suprema dejara de ser adicta. Soy un periodista que sintió esa extraña sensación en el pecho cuando se le dijo adiós al FMI. Soy un periodista que recuperó su condición de trabajador digno. Soy un periodista que sigue viendo indigencia pero que también ve a miles que salen de ella. Soy un periodista que reconoció en la Asignación Universal por Hijo la medida más revolucionaria de los últimos tiempos. Soy un periodista que recuperó la fe en la profesión con la nueva Ley de Medios. Soy un periodista que comparte la lucha contra las corporaciones hegemónicas.
    No soy un periodista independiente. No soy un periodista opositor. No soy un periodista oficialista. Soy un periodista que comenzó a defender el sueño de un país más digno e inclusivo. Soy un periodista que lloró la muerte de Néstor Kirchner.

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  8. Disculpa Enrique pero como decimos por acá,"es mucho para mi"... Pensé que podía aportar pero veo tú lo haces muy bien con estos "militantes de la oposición a todo" y los que pretenden ser "independientes de todo" y se transforman en algo amorfo, muchas palabras y pocos hechos. Ayer contesté a un fiel representante de estas posturas que sólo esperaba que, a su muerte, en mármol ( para que no se borre ), en su tumba pongan el listado de TODO LO QUE NO HIZO. Yo SIEMPRE veo el vaso medio lleno, ellos sólo la parte que falta. El nihilismo oportunista no me hará perder el tiempo que me queda.
    MARTHA LIDIA FERREIRA

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