Atilio A. Boron
En escasas tres semanas el sistemático e incesante atropello del oficialismo a las normas, procedimientos y valores propios de una democracia precipitó la vertiginosa transición desde la república hacia una forma estatal diferente, que en la ciencia política se conoce bajo el nombre de régimen. Este se caracteriza por su desprecio por la legalidad, el autoritarismo en el ejercicio de las atribuciones presidenciales y la violación de las reglas del juego y de la cultura dialógica propias de la democracia. También por la supeditación de los otros poderes del estado a los designios del poder central y la esterilización de la voluntad popular resultante de la parálisis producida en el funcionamiento del Congreso. Todo esto motivado por un afán incontenible de cancelar algunos de los más importantes logros del kirchnerismo, para lo cual no existen escrúpulos de ningún tipo y se apela a un torrente de decretos de necesidad y urgencia, cuando no existen ni la una ni la otra. O a “aprietes” para destituir a funcionarios que gozan de una designación vitalicia, como la Procuradora General Alejandra Gils Carbó; o cuyo mandato legalmente estipulado todavía no había expirado, como Alejandro Vanoli al frente del Banco Central. O recurrir a monstruosidades jurídicas e institucionales, como la disolución de una agencia del estado como la AFSCA, establecida por una ley del Congreso que, además, había sido declarada constitucional por la Corte Suprema. Una profunda restauración conservadora está en marcha, y cuando finalmente comience el período ordinario de sesiones del Congreso el próximo 1° de marzo el paisaje institucional y jurídico de la Argentina será casi por completo irreconocible. Si se trata de un régimen por sus formas, por su contenido clasista es una plutocracia que instaura un país “atendido por sus dueños”, una “CEOcracia” en donde los gerentes de las más grandes compañías en diversas ramas de la economía toman por asalto las estructuras del estado y ejercen -claro que por ahora, ya se verá por cuanto tiempo- un poder omnímodo y en beneficio de la riqueza. CEOcracia, además, que registra un número sin precedentes de individuos procesados o imputados en diferentes estrados judiciales. Un poder desnudo y carente de las mediaciones resultantes de las luchas democráticas, y completamente irresponsable ante el Congreso (por lo menos durante los próximos dos meses) y ante la ciudadanía, atónita por un frenético despliegue de prepotencia institucional nunca visto desde la recuperación de la democracia. No hace falta ser demasiado perspicaz para comprobar que este tránsito decadente constituye además una impostura que contrasta escandalosamente con los mensajes de “paz y amor” que el hoy presidente propalaba con estudiada beatitud durante su campaña así como su promesa de reconstruir la unión de la familia argentina mediante el diálogo y el acuerdo político, intención enfáticamente anunciada en su mensaje inaugural al Congreso y groseramente desmentida en la práctica pocas horas después. Impostura, también, de aquellos supuestos vestales de la república y la democracia que ayer vociferaban sin pausa desde todos los megáfonos de la oligarquía mediática y que hoy, para su irremediable deshonra, guardan un cómplice e incalificable silencio ante la prepotencia del régimen.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
martes, 29 de diciembre de 2015
¿Baby Lores protesta?
Enrique Ubieta Gómez
Tomado de La Calle del Medio No. 91
Dice Baby Lores que tiene “el arte de aprovechar la oportunidad”, y quiero entender sus palabras en el buen sentido. Aprovechó el seguimiento morboso que sus fanes hacían de una aparente o real desavenencia con El Insurrecto, su ex socio –como se hace en el negocio internacional de la música–, para vender a cien fulas la real o supuesta reconciliación de ambos en el Salón Rojo del Capri. El talento para vender no siempre coincide con el de componer canciones, aunque a veces sí. Pero eso es agua pasada. La Calle del Medio lo entrevistó en junio de 2008 y en julio de ese año comentó su insólita afirmación de que se había propuesto reunir a “la gente VIP” de La Habana. Como si ser importante en Cuba tuviese algo que ver con la capacidad adquisitiva de una persona.
Pasó el tiempo, y Baby Lores empezó a compartir escenario con autores e intérpretes de mayor calidad. A diferencia de otros reguetoneros, él se había formado en un emblemático proyecto musical educativo de Cienfuegos: Ismaelillo. En ese proceso de redefinición, dio un paso inusual, diría que sorpresivo: se tatuó el rostro de Fidel en un hombro. Muchos dudaron de su sinceridad, pero La Calle del Medio lo defendió. Si era un acto oportunista, la propia vida lo juzgaría. Ahora, una publicación digital denominada On Cuba –cuyo perfil editorial se construye desde el cinismo– lo entrevista. Es cierto que las preguntas mantienen cierto tono irónico, pero el contexto editorial no propicia una lectura crítica (crítica del capitalismo, del “todo vale” y de sus manifestaciones individuales en Cuba) a partir de sus desenfadadas respuestas.
Baby Lores siente que tiene que regresar al más puro reguetón: “Tú puedes estar cantando con Pablo Milanés, que si no estás sonando en las discotecas, la gente en la calle te dice que estás ‘apagado’. ¡Fíjate qué cosa! ¿Por qué? Porque no les estás dando lo que ellos quieren”. Y en otra de sus respuestas canónicas, afirma categórico: “Para mí la fama lo es todo”. Expone con naturalidad su “drama”: “Por desgracia no tuve primos o tíos en Miami que me mandaran zapatos. Yo veía que a todos mis amiguitos les mandaban algo. Y yo decía: ¿Por qué no aparece un primo aunque sea lejano?”.
Como en el 2008, vuelve a confundir el éxito con las ganancias, porque cree que tener y ostentar (especular, en el argot cubano) define lo que se es. Dice: "Una vez un periódico me criticó diciendo que cómo yo iba a hablar de Revolución, si andaba en un Mercedes Benz, con los últimos Nike del mercado y una cadena de más de 15 mil dólares en el cuello. Esa es mi forma de protestar. Marcar la diferencia en una sociedad es ya una protesta, aunque sea solo desde lo visual. En Puerto Rico es normal que te pase por al lado un Ferrari, un tipo con una prenda, con un traje caro o con un celular moderno. En Cuba no lo es. El poder salir de la pobreza con nuestro reguetón, y darle a la gente la esperanza de que nosotros, a base de talento, pudimos hacerlo, demuestra que sí se puede.
Bueno, bueno. Creo recordar que Sotomayor, el imbatible recordista mundial de salto de altura, en cierta ocasión obtuvo como premio un Mercedes Benz del año. El problema es que Sotomayor es Sotomayor con o sin carro –no es VIP porque tenga una marca de carro, ni siquiera porque tenga carro–, y cuando saltaba, no estaba pensando en el Mercedes. Baby Lores revela una faceta importante de su personalidad, es un prisionero de las marcas, de las cosas. Los zapatos que deseaba, los que no pudo tener, no son unos cómodos y bonitos –no importa si caros o baratos–; son “los últimos Nike del mercado”. Si tiene 15 mil dólares, necesita colgárselos al cuello aunque camine de medio lado. Está instalado, probablemente sin saberlo, en la cultura del tener: las personas valen por lo que tienen y por lo que muestran. Seguir de manera mimética las exigencias de la cultura del tener –que es la oficial, la dominante en el mundo–, en una sociedad alternativa que no repudia el dinero que se gana con honestidad y talento, pero que se sustenta en la cultura del ser, ¿es su manera de protestar? Tengo el derecho de creerme que soy lo que tengo, lo que me pongo, diría él. Por cada Ferrari que circula en las calles de cualquier ciudad del mundo, diría Calle 13, hay mucho más que “un niño en la calle”. Y los de Puerto Rico, en bancarrota por cierto, sobran. Precisamente, ser como ese Puerto Rico colonial, es lo que no queremos.
Tomado de La Calle del Medio No. 91
Dice Baby Lores que tiene “el arte de aprovechar la oportunidad”, y quiero entender sus palabras en el buen sentido. Aprovechó el seguimiento morboso que sus fanes hacían de una aparente o real desavenencia con El Insurrecto, su ex socio –como se hace en el negocio internacional de la música–, para vender a cien fulas la real o supuesta reconciliación de ambos en el Salón Rojo del Capri. El talento para vender no siempre coincide con el de componer canciones, aunque a veces sí. Pero eso es agua pasada. La Calle del Medio lo entrevistó en junio de 2008 y en julio de ese año comentó su insólita afirmación de que se había propuesto reunir a “la gente VIP” de La Habana. Como si ser importante en Cuba tuviese algo que ver con la capacidad adquisitiva de una persona.
Pasó el tiempo, y Baby Lores empezó a compartir escenario con autores e intérpretes de mayor calidad. A diferencia de otros reguetoneros, él se había formado en un emblemático proyecto musical educativo de Cienfuegos: Ismaelillo. En ese proceso de redefinición, dio un paso inusual, diría que sorpresivo: se tatuó el rostro de Fidel en un hombro. Muchos dudaron de su sinceridad, pero La Calle del Medio lo defendió. Si era un acto oportunista, la propia vida lo juzgaría. Ahora, una publicación digital denominada On Cuba –cuyo perfil editorial se construye desde el cinismo– lo entrevista. Es cierto que las preguntas mantienen cierto tono irónico, pero el contexto editorial no propicia una lectura crítica (crítica del capitalismo, del “todo vale” y de sus manifestaciones individuales en Cuba) a partir de sus desenfadadas respuestas.
Baby Lores siente que tiene que regresar al más puro reguetón: “Tú puedes estar cantando con Pablo Milanés, que si no estás sonando en las discotecas, la gente en la calle te dice que estás ‘apagado’. ¡Fíjate qué cosa! ¿Por qué? Porque no les estás dando lo que ellos quieren”. Y en otra de sus respuestas canónicas, afirma categórico: “Para mí la fama lo es todo”. Expone con naturalidad su “drama”: “Por desgracia no tuve primos o tíos en Miami que me mandaran zapatos. Yo veía que a todos mis amiguitos les mandaban algo. Y yo decía: ¿Por qué no aparece un primo aunque sea lejano?”.
Como en el 2008, vuelve a confundir el éxito con las ganancias, porque cree que tener y ostentar (especular, en el argot cubano) define lo que se es. Dice: "Una vez un periódico me criticó diciendo que cómo yo iba a hablar de Revolución, si andaba en un Mercedes Benz, con los últimos Nike del mercado y una cadena de más de 15 mil dólares en el cuello. Esa es mi forma de protestar. Marcar la diferencia en una sociedad es ya una protesta, aunque sea solo desde lo visual. En Puerto Rico es normal que te pase por al lado un Ferrari, un tipo con una prenda, con un traje caro o con un celular moderno. En Cuba no lo es. El poder salir de la pobreza con nuestro reguetón, y darle a la gente la esperanza de que nosotros, a base de talento, pudimos hacerlo, demuestra que sí se puede.
Bueno, bueno. Creo recordar que Sotomayor, el imbatible recordista mundial de salto de altura, en cierta ocasión obtuvo como premio un Mercedes Benz del año. El problema es que Sotomayor es Sotomayor con o sin carro –no es VIP porque tenga una marca de carro, ni siquiera porque tenga carro–, y cuando saltaba, no estaba pensando en el Mercedes. Baby Lores revela una faceta importante de su personalidad, es un prisionero de las marcas, de las cosas. Los zapatos que deseaba, los que no pudo tener, no son unos cómodos y bonitos –no importa si caros o baratos–; son “los últimos Nike del mercado”. Si tiene 15 mil dólares, necesita colgárselos al cuello aunque camine de medio lado. Está instalado, probablemente sin saberlo, en la cultura del tener: las personas valen por lo que tienen y por lo que muestran. Seguir de manera mimética las exigencias de la cultura del tener –que es la oficial, la dominante en el mundo–, en una sociedad alternativa que no repudia el dinero que se gana con honestidad y talento, pero que se sustenta en la cultura del ser, ¿es su manera de protestar? Tengo el derecho de creerme que soy lo que tengo, lo que me pongo, diría él. Por cada Ferrari que circula en las calles de cualquier ciudad del mundo, diría Calle 13, hay mucho más que “un niño en la calle”. Y los de Puerto Rico, en bancarrota por cierto, sobran. Precisamente, ser como ese Puerto Rico colonial, es lo que no queremos.
lunes, 21 de diciembre de 2015
Elecciones en España: la agonía del bipartidismo
Atilio A. Boron
Con las elecciones de ayer el orden político posfranquista parece haber llegado a su fin. Este reposaba sobre un bipartidismo en el cual el Partido Popular, el heredero directo del franquismo, y el PSOE, convergían en un consenso eminentemente conservador que muchos analistas y publicistas edulcoraron calificándolo de “centrista” y que, perversamente, erigieron como el modelo a imitar por las nacientes democracias latinoamericanas en la década de los ochentas. En realidad esa convergencia hacia el centro no era tal: la preservación de la monarquía y los privilegios de la Iglesia Católica, la invisibilización de la historia de la república, la impunidad de los crímenes de la dictadura franquista, la adhesión a la OTAN, la indigna sumisión a la hegemonía estadounidense, y la capitulación ante el gran capital y, más recientemente, ante la Troika que realmente gobierna en Europa definen una agenda que sólo como producto de una malintencionada confusión podría ser caracterizada como de centro. Al igual que ocurre en la Argentina y el resto de América Latina, la noción de “centro” es un eufemismo para evitar decir “derecha”. Este proyecto no sólo se desmoronó en España a causa del impacto de la crisis capitalista y su inusual virulencia sino también debido al descubrimiento de una trama mafiosa de corrupción que mientras empobrecía a la ciudadanía y condenaba a uno de cada cinco españoles al desempleo enriquecía escandalosamente a la oligarquía financiera e industrial.
A partir de los resultados conocidos anoche no hay sino una chance de formar un gobierno: una gran coalición entre el PP y el PSOE, pero esto sería la institucionalización del proceso de putrefacción del segundo –antaño referencia obligada de la clase obrera española- y su conversión en un partido neoliberal más; y de confesión de impotencia política del primero, que para gobernar tendría que asociarse a su otrora rival histórico. Es la vieja España, aquella que según el hermoso verso de Antonio Machado podía helarte el corazón, la que parece a punto de morir. Pero hay momentos históricos en los que, recordaba Gramsci, “lo nuevo no acaba de nacer, y lo viejo no termina de morir”. Y esta es la situación que hoy presenta España. Hay síntomas que preanuncian la llegada de lo nuevo, pero por ahora este carece de la fuerza suficiente para derrotar definitivamente el viejo orden. Tal vez el PP y el PSOE sellen esa alianza. Sus homólogos lo hicieron en Alemania y hoy, en Nuestra América, lo están haciendo en Venezuela, donde los socialdemócratas y socialcristianos, adecos y copeyanos, se sientan en torno a la MUD para acabar con la revolución bolivariana. Pero si tal cosa ocurriera en España los días del PSOE estarían contados. PODEMOS y sus aliados han logrado 69 escaños en el Congreso de Diputados, pero con una estrategia electoral más inteligente y unitaria -incorporando a Izquierda Unida en la coalición de izquierdas y abandonando el absurdo macartismo del que PODEMOS hizo gala durante la campaña- esta coalición podría haber desplazado al PSOE del segundo lugar y convertirse en el eje de cualquier alternativa de gobierno. Esto no tiene nada de ilusorio pues esta coalición logró plasmarse en Cataluña y obtuvo la primera mayoría; y entró en segundo lugar en Madrid, Valencia, Navarra y Galicia e hizo una estupenda elección en el País Vasco. Para resumir: la unidad de las izquierdas no ocurrió esta vez, pero la lección parece que ha sido aprendida: la unidad paga. En ese sentido, el discurso del líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, al darse a conocer los resultados reflejó un viraje hacia la izquierda de sus titubeantes definiciones anteriores, cuando eludía definirse como tal. Y lo hizo incorporando dos innovaciones originarias en la experiencia de la izquierda latinoamericana. La noción de una España Plurinacional, como Bolivia; y el voto de confianza ciudadano a mitad de mandato, lo que la Constitución Bolivariana designa como “referendo revocatorio”. Estas son propuestas que conmueven hasta sus cimientos el consenso conservador dominante durante cuarenta años en España, con un gobierno como el del PP que cosechó la repulsa de dos de cada tres españoles y que, por lo tanto, no puede desconocer el rotundo mensaje que le enviara la ciudadanía española. La inestabilidad y la incertidumbre serán los signos de los tiempos que se vienen. Los observadores no dejan de apelar al adjetivo “histórico” para definir al momento actual. Sectores políticos que carecían por completo de representación parlamentaria en el estado español ahora cuentan con un bloque de 69 diputados. No es suficiente para decir que se abre un nuevo período histórico, o se produce un cambio de época; pero, sin duda, es un alentador punto de partida. Habrá que ver qué es lo que hacen y cómo actúan esos representantes de la voluntad popular y si demuestran su capacidad para sortear las trampas que las democracias burguesas le tienen reservadas a quienes pretenden cambiar al mundo para hacerlo mejor.
Con las elecciones de ayer el orden político posfranquista parece haber llegado a su fin. Este reposaba sobre un bipartidismo en el cual el Partido Popular, el heredero directo del franquismo, y el PSOE, convergían en un consenso eminentemente conservador que muchos analistas y publicistas edulcoraron calificándolo de “centrista” y que, perversamente, erigieron como el modelo a imitar por las nacientes democracias latinoamericanas en la década de los ochentas. En realidad esa convergencia hacia el centro no era tal: la preservación de la monarquía y los privilegios de la Iglesia Católica, la invisibilización de la historia de la república, la impunidad de los crímenes de la dictadura franquista, la adhesión a la OTAN, la indigna sumisión a la hegemonía estadounidense, y la capitulación ante el gran capital y, más recientemente, ante la Troika que realmente gobierna en Europa definen una agenda que sólo como producto de una malintencionada confusión podría ser caracterizada como de centro. Al igual que ocurre en la Argentina y el resto de América Latina, la noción de “centro” es un eufemismo para evitar decir “derecha”. Este proyecto no sólo se desmoronó en España a causa del impacto de la crisis capitalista y su inusual virulencia sino también debido al descubrimiento de una trama mafiosa de corrupción que mientras empobrecía a la ciudadanía y condenaba a uno de cada cinco españoles al desempleo enriquecía escandalosamente a la oligarquía financiera e industrial.
A partir de los resultados conocidos anoche no hay sino una chance de formar un gobierno: una gran coalición entre el PP y el PSOE, pero esto sería la institucionalización del proceso de putrefacción del segundo –antaño referencia obligada de la clase obrera española- y su conversión en un partido neoliberal más; y de confesión de impotencia política del primero, que para gobernar tendría que asociarse a su otrora rival histórico. Es la vieja España, aquella que según el hermoso verso de Antonio Machado podía helarte el corazón, la que parece a punto de morir. Pero hay momentos históricos en los que, recordaba Gramsci, “lo nuevo no acaba de nacer, y lo viejo no termina de morir”. Y esta es la situación que hoy presenta España. Hay síntomas que preanuncian la llegada de lo nuevo, pero por ahora este carece de la fuerza suficiente para derrotar definitivamente el viejo orden. Tal vez el PP y el PSOE sellen esa alianza. Sus homólogos lo hicieron en Alemania y hoy, en Nuestra América, lo están haciendo en Venezuela, donde los socialdemócratas y socialcristianos, adecos y copeyanos, se sientan en torno a la MUD para acabar con la revolución bolivariana. Pero si tal cosa ocurriera en España los días del PSOE estarían contados. PODEMOS y sus aliados han logrado 69 escaños en el Congreso de Diputados, pero con una estrategia electoral más inteligente y unitaria -incorporando a Izquierda Unida en la coalición de izquierdas y abandonando el absurdo macartismo del que PODEMOS hizo gala durante la campaña- esta coalición podría haber desplazado al PSOE del segundo lugar y convertirse en el eje de cualquier alternativa de gobierno. Esto no tiene nada de ilusorio pues esta coalición logró plasmarse en Cataluña y obtuvo la primera mayoría; y entró en segundo lugar en Madrid, Valencia, Navarra y Galicia e hizo una estupenda elección en el País Vasco. Para resumir: la unidad de las izquierdas no ocurrió esta vez, pero la lección parece que ha sido aprendida: la unidad paga. En ese sentido, el discurso del líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, al darse a conocer los resultados reflejó un viraje hacia la izquierda de sus titubeantes definiciones anteriores, cuando eludía definirse como tal. Y lo hizo incorporando dos innovaciones originarias en la experiencia de la izquierda latinoamericana. La noción de una España Plurinacional, como Bolivia; y el voto de confianza ciudadano a mitad de mandato, lo que la Constitución Bolivariana designa como “referendo revocatorio”. Estas son propuestas que conmueven hasta sus cimientos el consenso conservador dominante durante cuarenta años en España, con un gobierno como el del PP que cosechó la repulsa de dos de cada tres españoles y que, por lo tanto, no puede desconocer el rotundo mensaje que le enviara la ciudadanía española. La inestabilidad y la incertidumbre serán los signos de los tiempos que se vienen. Los observadores no dejan de apelar al adjetivo “histórico” para definir al momento actual. Sectores políticos que carecían por completo de representación parlamentaria en el estado español ahora cuentan con un bloque de 69 diputados. No es suficiente para decir que se abre un nuevo período histórico, o se produce un cambio de época; pero, sin duda, es un alentador punto de partida. Habrá que ver qué es lo que hacen y cómo actúan esos representantes de la voluntad popular y si demuestran su capacidad para sortear las trampas que las democracias burguesas le tienen reservadas a quienes pretenden cambiar al mundo para hacerlo mejor.
POR SIQUEIROS
Alberto Híjar Serrano
La etiqueta contra el culto a la personalidad, inhibe la crónica del homenaje por mi cumpleaños 80. Pero aprendí de Siqueiros, nacido un 28 de diciembre quizá de 1896 porque cambió año y lugar al incorporarse al ejército del General Manuel M. Diéguez, la aceptación de reconocimientos para destacar los trabajos colectivos irreductibles a nadie en particular por más que cuente cierta capacidad individualizada. En fin, resultaron tres libros, un bello panfleto, un disco y un festín irrepetible. Acompañaron una mesa redonda en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la UNAM, otra sesión a cargo del homenajeado y sus comentaristas, una sesión en un salón insuficiente para el libro de Miguel Ángel Esquivel Alberto Híjar: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, un coloquio de jóvenes en el Museo Estudio Diego Rivera y el festín en local de la UPREZ de por sí ornamentado con mantas zapatistas y de los 43 (Omar García, el vocero, permaneció asomado en un pasillo con su habitual discreción). Barricada Sur en la música con todo y Fernando Morán llegado exprofeso de Los Ángeles para entregar el disco de León Chávez Teixeiro, Salario Mínimo, Barricada Sur y la voz de Híjar diciendo Checa al Che. Ahí se repartió el libro Praxis estética del XX al XXI y el disco. "Praxis estética" es un titulo-consigna inspirado en Marx que en 1844 propuso el comunismo como “vivir conforme a las leyes de la belleza”. Un tríptico de 21 Filosofemas del XX al XXI propone líneas de practica teórica como dice Althusser para escándalo de los antidialécticos aferrados a que la práctica es la práctica y la teoría la teoría. Estamos con el Che contra la ley del valor desde ya y asumimos la consigna cubana de “convertir el revés en victoria”. Recordamos una pancarta del español Podemos: “no somos antisistema, ellos son antinosotros”. Intentamos ir más allá de la resistencia porque sabemos que la mejor defensa es el ataque y procuramos desbordar los cauces populares organizados y combativos, o sea, estamos por el desmadre en tanto significa sacar de madre el torrente. De aquí el sarcasmo y la ironía a lo Roque Dalton, Omar Cabezas y Ali Gómez García “El Ñángara” porque respondemos a la pregunta de Benedetti “¿de que se ríe señor ministro?” porque sabemos que la crisis de muerte es propiciada por nuestros enemigos. Débiles aún, la de nosotros es crisis de vida. Queda bien terminar esta arenga con el fragmento de "La Magnífica" aprendida por Lucia Vidales de las Comunidades Eclesiales de Base de Santo Domingo-Pedregales en lucha contra la Ciudad del Futuro, futuro de muerte empresarial, sobre el nacido y celebrado en la Nochebuena: “disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes, a los necesitados los lleno de bienes y a los ricos los dejo sin cosa alguna”. Magnífica ruta, la única justa. Amen.
La etiqueta contra el culto a la personalidad, inhibe la crónica del homenaje por mi cumpleaños 80. Pero aprendí de Siqueiros, nacido un 28 de diciembre quizá de 1896 porque cambió año y lugar al incorporarse al ejército del General Manuel M. Diéguez, la aceptación de reconocimientos para destacar los trabajos colectivos irreductibles a nadie en particular por más que cuente cierta capacidad individualizada. En fin, resultaron tres libros, un bello panfleto, un disco y un festín irrepetible. Acompañaron una mesa redonda en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía de la UNAM, otra sesión a cargo del homenajeado y sus comentaristas, una sesión en un salón insuficiente para el libro de Miguel Ángel Esquivel Alberto Híjar: lucha de clases en la imaginación. Estética y marxismo en América Latina, un coloquio de jóvenes en el Museo Estudio Diego Rivera y el festín en local de la UPREZ de por sí ornamentado con mantas zapatistas y de los 43 (Omar García, el vocero, permaneció asomado en un pasillo con su habitual discreción). Barricada Sur en la música con todo y Fernando Morán llegado exprofeso de Los Ángeles para entregar el disco de León Chávez Teixeiro, Salario Mínimo, Barricada Sur y la voz de Híjar diciendo Checa al Che. Ahí se repartió el libro Praxis estética del XX al XXI y el disco. "Praxis estética" es un titulo-consigna inspirado en Marx que en 1844 propuso el comunismo como “vivir conforme a las leyes de la belleza”. Un tríptico de 21 Filosofemas del XX al XXI propone líneas de practica teórica como dice Althusser para escándalo de los antidialécticos aferrados a que la práctica es la práctica y la teoría la teoría. Estamos con el Che contra la ley del valor desde ya y asumimos la consigna cubana de “convertir el revés en victoria”. Recordamos una pancarta del español Podemos: “no somos antisistema, ellos son antinosotros”. Intentamos ir más allá de la resistencia porque sabemos que la mejor defensa es el ataque y procuramos desbordar los cauces populares organizados y combativos, o sea, estamos por el desmadre en tanto significa sacar de madre el torrente. De aquí el sarcasmo y la ironía a lo Roque Dalton, Omar Cabezas y Ali Gómez García “El Ñángara” porque respondemos a la pregunta de Benedetti “¿de que se ríe señor ministro?” porque sabemos que la crisis de muerte es propiciada por nuestros enemigos. Débiles aún, la de nosotros es crisis de vida. Queda bien terminar esta arenga con el fragmento de "La Magnífica" aprendida por Lucia Vidales de las Comunidades Eclesiales de Base de Santo Domingo-Pedregales en lucha contra la Ciudad del Futuro, futuro de muerte empresarial, sobre el nacido y celebrado en la Nochebuena: “disipó el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios, desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes, a los necesitados los lleno de bienes y a los ricos los dejo sin cosa alguna”. Magnífica ruta, la única justa. Amen.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Posponen formación de la comisión que debatirá si se abre un proceso a Rousseff
Eric Nepomuceno
Río de Janeiro.
La Jornada
Si había dudas sobre las dimensiones del movimiento golpista que se desarrolla en Brasil, este lunes ha sido pródigo en dirimirlas. Primero: luego de un día de alta tensión y fuerte expectativa, Brasilia fue sacudida por otra maniobra del inagotable repertorio de artimañas del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Faltando poco más de media hora para que se agotara el plazo para que los partidos con representación en la cámara baja indicaran, a las seis de la tarde, los nombres de los integrantes de la Comisión Especial encargada de pronunciarse sobre la aprobación del pedido de apertura de un juicio político para destituir a la presidenta Dilma Rousseff, Cunha postergó la sesión para las dos de la tarde de este martes. Y luego, por la noche, se conocieron los términos de una carta personal que el vicepresidente Michel Temer, del mismo partido de Cunha, envió a Dilma Rousseff y que filtró a la prensa. Todo, o casi todo, lo que dice Temer en su carta es justificable. Lo que no se justifica es que, primero, haya tardado tanto en decirlo, y, segundo, haber filtrado la carta personal para que funcionara como claro anuncio de ruptura en un momento crítico. Seguramente, y con su vasta experiencia tras bastidores, Temer sintió que su partido está dividido entre respaldar a la presidenta, de cuyo gobierno no sólo es aliado, sino que ocupa siete ministerios, o contribuir a su destitución, con lo que tendría todos los ministerios (31) para distribuir entre los suyos y los demás conspiradores. No hay que desvincular la decisión de Cunha, investigado por la Corte Suprema y enjuiciado por sus pares, de la iniciativa de Michel Temer, que además preside su partido, el PMDB. El vicepresidente es suave al punto de limitarse, sin declarar ruptura, en la carta que mandó a la presidenta, al enumerar quejas y reiterar que ella y el gobierno jamás confiaron en él, y lo limitaron a un mero papel decorativo. Si no es ruptura, ¿qué será? Ahora se da el alargue para que tanto la oposición como los disidentes y rebeldes de los partidos que integran la base parlamentaria de apoyo al gobierno tengan espacio de maniobra. Por si fuera poco, Cunha rompió el acuerdo que había establecido con los líderes de las bancadas, que nombrarían a los miembros de la Comisión Especial. Al notar que la composición favorecía a Dilma, convino que habrá una votación abierta en el pleno para decidir quiénes integrarán el grupo. Con el respaldo de la carta personal de Temer, el PMDB, ducho en chantajes y traiciones, tendrá terreno fértil para negociar y traicionar. La carta agrega fuerza a la maniobra. Hay un detalle importante: no por casualidad, el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, que deberá determinar la apertura de un proceso a Cunha que seguramente resultará en la pérdida de su mandato, a raíz de una larga y variada serie de delitos que comprobadamente cometió, como recibir 5 millones de dólares en sobornos de Petrobras y sus cuentas de banco en Suiza, se reuniría exactamente a las dos de la tarde de este martes. Como el reglamento interno de la Cámara determina que cuando haya sesión plenaria comisiones y consejos no pueden reunirse, el juicio a Cunha será aplazado por cuarta vez en cuatro semanas. Se diseñan así los pasos de lo que se vivirá en las próximas jornadas. Durante el fin de semana tanto los que pugnan por la destitución de Rousseff como los que defienden su mandato, conquistado por el voto popular y asegurado por la Constitución, prepararon sus respectivas estrategias de acción. La izquierda y la centroizquierda se alinearon en defensa del mandato conquistado por el voto popular. Ya para el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, lo único que importa es alcanzar, por la vía de un golpe en el Congreso, lo que las urnas electorales le negaron en cuatro ocasiones consecutivas. Para tanto, cuentan con el respaldo de los partidos de derecha. Y en este punto había la gran incógnita: ¿cómo se situaría el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, el PMDB, al cual pertenecen tanto el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, como el del Senado y del Congreso, Renan Calheiros, además del vicepresidente de la República, Michel Temer? Pese a estar muy fraccionado, es el mayor partido en el Congreso y el principal aliado –pese a su imparable deslealtad– del gobierno. Había otra duda: ¿cómo se portaría Michel Temer, quien, en caso de destitución de la mandataria, asumiría la presidencia? Temer pasó el fin de semana y todo el lunes en reuniones con líderes empresariales y altos dirigentes de la oposición, buscando estructurar la base de apoyo de lo que podrá ser su gobierno. Al mismo tiempo, decía auscultar su partido. Ahora, ya se sabe. Cunha, considerado un amoral desequilibrado, juega para postergar su fin. Y Michel Temer juega para acercarse al futuro, es decir, a sus ambiciones. Uno y otro actúan en plena sintonía. La tensión irá en aumento. Serán días duros para el país que tiene la mayor población y la mayor economía de América Latina, y cuyo destino tendrá inevitable influencia sobre toda la región.
Río de Janeiro.
La Jornada
Si había dudas sobre las dimensiones del movimiento golpista que se desarrolla en Brasil, este lunes ha sido pródigo en dirimirlas. Primero: luego de un día de alta tensión y fuerte expectativa, Brasilia fue sacudida por otra maniobra del inagotable repertorio de artimañas del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Faltando poco más de media hora para que se agotara el plazo para que los partidos con representación en la cámara baja indicaran, a las seis de la tarde, los nombres de los integrantes de la Comisión Especial encargada de pronunciarse sobre la aprobación del pedido de apertura de un juicio político para destituir a la presidenta Dilma Rousseff, Cunha postergó la sesión para las dos de la tarde de este martes. Y luego, por la noche, se conocieron los términos de una carta personal que el vicepresidente Michel Temer, del mismo partido de Cunha, envió a Dilma Rousseff y que filtró a la prensa. Todo, o casi todo, lo que dice Temer en su carta es justificable. Lo que no se justifica es que, primero, haya tardado tanto en decirlo, y, segundo, haber filtrado la carta personal para que funcionara como claro anuncio de ruptura en un momento crítico. Seguramente, y con su vasta experiencia tras bastidores, Temer sintió que su partido está dividido entre respaldar a la presidenta, de cuyo gobierno no sólo es aliado, sino que ocupa siete ministerios, o contribuir a su destitución, con lo que tendría todos los ministerios (31) para distribuir entre los suyos y los demás conspiradores. No hay que desvincular la decisión de Cunha, investigado por la Corte Suprema y enjuiciado por sus pares, de la iniciativa de Michel Temer, que además preside su partido, el PMDB. El vicepresidente es suave al punto de limitarse, sin declarar ruptura, en la carta que mandó a la presidenta, al enumerar quejas y reiterar que ella y el gobierno jamás confiaron en él, y lo limitaron a un mero papel decorativo. Si no es ruptura, ¿qué será? Ahora se da el alargue para que tanto la oposición como los disidentes y rebeldes de los partidos que integran la base parlamentaria de apoyo al gobierno tengan espacio de maniobra. Por si fuera poco, Cunha rompió el acuerdo que había establecido con los líderes de las bancadas, que nombrarían a los miembros de la Comisión Especial. Al notar que la composición favorecía a Dilma, convino que habrá una votación abierta en el pleno para decidir quiénes integrarán el grupo. Con el respaldo de la carta personal de Temer, el PMDB, ducho en chantajes y traiciones, tendrá terreno fértil para negociar y traicionar. La carta agrega fuerza a la maniobra. Hay un detalle importante: no por casualidad, el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, que deberá determinar la apertura de un proceso a Cunha que seguramente resultará en la pérdida de su mandato, a raíz de una larga y variada serie de delitos que comprobadamente cometió, como recibir 5 millones de dólares en sobornos de Petrobras y sus cuentas de banco en Suiza, se reuniría exactamente a las dos de la tarde de este martes. Como el reglamento interno de la Cámara determina que cuando haya sesión plenaria comisiones y consejos no pueden reunirse, el juicio a Cunha será aplazado por cuarta vez en cuatro semanas. Se diseñan así los pasos de lo que se vivirá en las próximas jornadas. Durante el fin de semana tanto los que pugnan por la destitución de Rousseff como los que defienden su mandato, conquistado por el voto popular y asegurado por la Constitución, prepararon sus respectivas estrategias de acción. La izquierda y la centroizquierda se alinearon en defensa del mandato conquistado por el voto popular. Ya para el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, lo único que importa es alcanzar, por la vía de un golpe en el Congreso, lo que las urnas electorales le negaron en cuatro ocasiones consecutivas. Para tanto, cuentan con el respaldo de los partidos de derecha. Y en este punto había la gran incógnita: ¿cómo se situaría el Partido del Movimiento Democrático Brasileño, el PMDB, al cual pertenecen tanto el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, como el del Senado y del Congreso, Renan Calheiros, además del vicepresidente de la República, Michel Temer? Pese a estar muy fraccionado, es el mayor partido en el Congreso y el principal aliado –pese a su imparable deslealtad– del gobierno. Había otra duda: ¿cómo se portaría Michel Temer, quien, en caso de destitución de la mandataria, asumiría la presidencia? Temer pasó el fin de semana y todo el lunes en reuniones con líderes empresariales y altos dirigentes de la oposición, buscando estructurar la base de apoyo de lo que podrá ser su gobierno. Al mismo tiempo, decía auscultar su partido. Ahora, ya se sabe. Cunha, considerado un amoral desequilibrado, juega para postergar su fin. Y Michel Temer juega para acercarse al futuro, es decir, a sus ambiciones. Uno y otro actúan en plena sintonía. La tensión irá en aumento. Serán días duros para el país que tiene la mayor población y la mayor economía de América Latina, y cuyo destino tendrá inevitable influencia sobre toda la región.
¿Sabes quién soy?
Farruco Sesto
¿Sabes quién soy?
Soy la fuerza que no se doblega
Con una idea en el corazón
me hice persona
humana.
Ese es el orgulloso título que llevo
tatuado en la frente.
Me sostengo en pie sobre la dignidad
que en multitud me ha sido
conferida.
En libertad respiro.
La lucha es larga.
Es imposible que me compren.
Es imposible que me acobarden.
Es imposible que me derroten.
Me llamo pueblo
de Chávez.
¿Sabes quién soy?
Soy la fuerza que no se doblega
Con una idea en el corazón
me hice persona
humana.
Ese es el orgulloso título que llevo
tatuado en la frente.
Me sostengo en pie sobre la dignidad
que en multitud me ha sido
conferida.
En libertad respiro.
La lucha es larga.
Es imposible que me compren.
Es imposible que me acobarden.
Es imposible que me derroten.
Me llamo pueblo
de Chávez.
lunes, 7 de diciembre de 2015
La trampa
Atilio A. Boron
Las elecciones parlamentarias en Venezuela arrojan varias enseñanzas que creo necesario subrayar. En primer lugar que, contrariamente a todas las predicciones de los lenguaraces de la derecha, el comicio se realizó, al igual que todos los anteriores, de una manera impecable. No hubo denuncias de ningún tipo, salvo el exabrupto de tres ex presidentes latinoamericanos, que a las cuatro de la tarde (dos horas antes de la conclusión del acto electoral) ya anunciaban al ganador de la contienda. Fuera de esto, la “dictadura chavista” volvió a demostrar una transparencia y honestidad del acto electoral que más quisieran tener muchos países dentro y fuera de América Latina, comenzando por Estados Unidos. El reconocimiento hecho por el presidente Nicolás Maduro ni bien se dieron a conocer los resultados oficiales contrasta favorablemente con la actitud de la oposición, que en el pasado se empecinó en desconocer el veredicto de las urnas. Lo mismo cabe decir de Washington, que al día de hoy no reconoce el triunfo de Maduro en las presidenciales del 2013. Unos son demócratas de verdad, los otros grandes simuladores.
Segundo, resaltar lo importante de que luego de casi 17 años de gobiernos chavistas y en medio de las durísimas condiciones prevalecientes en Venezuela, el oficialismo siga contando con la adhesión del cuarenta por ciento del electorado en una elección parlamentaria. Tercero, el resultado desplaza a la oposición de su postura facilista y de su frenético denuncialismo porque ahora, al contar con una holgada mayoría parlamentaria, tendrá corresponsabilidades en la gestión de la cosa pública. Ya no será sólo el gobierno el responsable de las dificultades que agobian a la ciudadanía. Esa responsabilidad será de ahora en más compartida.
Cuarto y último, una reflexión más de fondo. ¿Hasta qué punto se pueden organizar “elecciones libres” en las condiciones existentes en Venezuela? En el Reino Unido debían celebrarse elecciones generales en 1940. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó a postergarlas hasta 1945. El argumento utilizado fue que el desquicio ocasionado por la guerra impedía que el electorado pudiera ejercer su libertad de manera consciente y responsable. Los continuos ataques de los alemanes y las enormes dificultades de la vida cotidiana, entre ellos el de la obtención de los elementos indispensables para la misma, afectaban de tal manera a la ciudadanía que impedían que esta ejerciera sus derechos en pleno goce de la libertad. ¿Fueron muy distintas las condiciones bajo las cuales se llevaron a cabo las elecciones en Venezuela? No del todo. Hubo importantes similitudes. La Casa Blanca había declarado en Marzo que Venezuela era “una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos”, lo que equivalía a una declaración de guerra contra esa nación sudamericana. Por otra parte, desde hacía muchos años Washington había destinado ingentes recursos financieros para “empoderar la sociedad civil” en Venezuela y ayudar a la formación de nuevos liderazgos políticos, eufemismos que pretendían ocultar los planes injerencistas de la potencia hegemónica y sus afanes por derrocar al gobierno del presidente Maduro. La pertinaz guerra económica lanzada por el imperio así como su incesante campaña diplomática y mediática acabaron por erosionar la lealtad de las bases sociales del chavismo, agotada y también enfurecida por años de desabastecimiento planificado, alza incontenible de los precios y auge de la inseguridad ciudadana. Bajo estas condiciones, a las cuales sin duda hay que agregar los gruesos errores en la gestión macroeconómica del oficialismo y los estragos producidos por la corrupción, nunca combatida seriamente por el gobierno, era obvio que la elección del domingo pasado tenía que terminar como terminó. Desgraciadamente, el “orden mundial” heredado de la Segunda Guerra Mundial, que un documento reciente de Washington reconoce que “ha servido muy bien” a los intereses de Estados Unidos, no ha sido igualmente útil para proteger a los países de la periferia de la prepotencia imperial, de su descarado intervencionismo y de sus siniestros proyectos autoritarios. Venezuela ha sido la última víctima de esa escandalosa inmoralidad del “orden mundial” actual que asiste impertérrito a una agresión no convencional sobre un tercer país con el propósito de derrocar a un gobierno satanizado como enemigo. Si esto sigue siendo aceptado por la comunidad internacional y sus órganos de gobernanza global, ¿qué país podrá garantizar para sus ciudadanos “elecciones libres”? Por algo en los años setenta del siglo pasado los países del capitalismo avanzado bloquearon una iniciativa planteada en el seno de la ONU que pretendía definir la “agresión internacional” como algo que fuese más allá de la intervención armada. Leyendo la reciente experiencia del Chile de Allende algunos países intentaron promover una definición que incluyese también la guerra económica y mediática como la que se descargó sobre la Venezuela bolivariana, y fueron derrotados. Es hora de revisar ese asunto, si queremos que la maltrecha democracia, arrasada hace unas semanas en Grecia y este domingo pasado en Venezuela, sobreviva a la contraofensiva del imperio. Si esa práctica no puede ser removida del sistema internacional, si se sigue consintiendo que un país poderoso intervenga desvergonzada e impunemente sobre otro, las elecciones serán una trampa que sólo servirán para legitimar los proyectos reaccionarios de Estados Unidos y sus lugartenientes regionales. Y pudiera ocurrir que mucha gente comience a pensar que tal vez otras vías de acceso al -y mantenimiento del- poder puedan ser más efectivas y confiables que las elecciones.
Las elecciones parlamentarias en Venezuela arrojan varias enseñanzas que creo necesario subrayar. En primer lugar que, contrariamente a todas las predicciones de los lenguaraces de la derecha, el comicio se realizó, al igual que todos los anteriores, de una manera impecable. No hubo denuncias de ningún tipo, salvo el exabrupto de tres ex presidentes latinoamericanos, que a las cuatro de la tarde (dos horas antes de la conclusión del acto electoral) ya anunciaban al ganador de la contienda. Fuera de esto, la “dictadura chavista” volvió a demostrar una transparencia y honestidad del acto electoral que más quisieran tener muchos países dentro y fuera de América Latina, comenzando por Estados Unidos. El reconocimiento hecho por el presidente Nicolás Maduro ni bien se dieron a conocer los resultados oficiales contrasta favorablemente con la actitud de la oposición, que en el pasado se empecinó en desconocer el veredicto de las urnas. Lo mismo cabe decir de Washington, que al día de hoy no reconoce el triunfo de Maduro en las presidenciales del 2013. Unos son demócratas de verdad, los otros grandes simuladores.
Segundo, resaltar lo importante de que luego de casi 17 años de gobiernos chavistas y en medio de las durísimas condiciones prevalecientes en Venezuela, el oficialismo siga contando con la adhesión del cuarenta por ciento del electorado en una elección parlamentaria. Tercero, el resultado desplaza a la oposición de su postura facilista y de su frenético denuncialismo porque ahora, al contar con una holgada mayoría parlamentaria, tendrá corresponsabilidades en la gestión de la cosa pública. Ya no será sólo el gobierno el responsable de las dificultades que agobian a la ciudadanía. Esa responsabilidad será de ahora en más compartida.
Cuarto y último, una reflexión más de fondo. ¿Hasta qué punto se pueden organizar “elecciones libres” en las condiciones existentes en Venezuela? En el Reino Unido debían celebrarse elecciones generales en 1940. Pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó a postergarlas hasta 1945. El argumento utilizado fue que el desquicio ocasionado por la guerra impedía que el electorado pudiera ejercer su libertad de manera consciente y responsable. Los continuos ataques de los alemanes y las enormes dificultades de la vida cotidiana, entre ellos el de la obtención de los elementos indispensables para la misma, afectaban de tal manera a la ciudadanía que impedían que esta ejerciera sus derechos en pleno goce de la libertad. ¿Fueron muy distintas las condiciones bajo las cuales se llevaron a cabo las elecciones en Venezuela? No del todo. Hubo importantes similitudes. La Casa Blanca había declarado en Marzo que Venezuela era “una inusual y extraordinaria amenaza a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos”, lo que equivalía a una declaración de guerra contra esa nación sudamericana. Por otra parte, desde hacía muchos años Washington había destinado ingentes recursos financieros para “empoderar la sociedad civil” en Venezuela y ayudar a la formación de nuevos liderazgos políticos, eufemismos que pretendían ocultar los planes injerencistas de la potencia hegemónica y sus afanes por derrocar al gobierno del presidente Maduro. La pertinaz guerra económica lanzada por el imperio así como su incesante campaña diplomática y mediática acabaron por erosionar la lealtad de las bases sociales del chavismo, agotada y también enfurecida por años de desabastecimiento planificado, alza incontenible de los precios y auge de la inseguridad ciudadana. Bajo estas condiciones, a las cuales sin duda hay que agregar los gruesos errores en la gestión macroeconómica del oficialismo y los estragos producidos por la corrupción, nunca combatida seriamente por el gobierno, era obvio que la elección del domingo pasado tenía que terminar como terminó. Desgraciadamente, el “orden mundial” heredado de la Segunda Guerra Mundial, que un documento reciente de Washington reconoce que “ha servido muy bien” a los intereses de Estados Unidos, no ha sido igualmente útil para proteger a los países de la periferia de la prepotencia imperial, de su descarado intervencionismo y de sus siniestros proyectos autoritarios. Venezuela ha sido la última víctima de esa escandalosa inmoralidad del “orden mundial” actual que asiste impertérrito a una agresión no convencional sobre un tercer país con el propósito de derrocar a un gobierno satanizado como enemigo. Si esto sigue siendo aceptado por la comunidad internacional y sus órganos de gobernanza global, ¿qué país podrá garantizar para sus ciudadanos “elecciones libres”? Por algo en los años setenta del siglo pasado los países del capitalismo avanzado bloquearon una iniciativa planteada en el seno de la ONU que pretendía definir la “agresión internacional” como algo que fuese más allá de la intervención armada. Leyendo la reciente experiencia del Chile de Allende algunos países intentaron promover una definición que incluyese también la guerra económica y mediática como la que se descargó sobre la Venezuela bolivariana, y fueron derrotados. Es hora de revisar ese asunto, si queremos que la maltrecha democracia, arrasada hace unas semanas en Grecia y este domingo pasado en Venezuela, sobreviva a la contraofensiva del imperio. Si esa práctica no puede ser removida del sistema internacional, si se sigue consintiendo que un país poderoso intervenga desvergonzada e impunemente sobre otro, las elecciones serán una trampa que sólo servirán para legitimar los proyectos reaccionarios de Estados Unidos y sus lugartenientes regionales. Y pudiera ocurrir que mucha gente comience a pensar que tal vez otras vías de acceso al -y mantenimiento del- poder puedan ser más efectivas y confiables que las elecciones.
domingo, 6 de diciembre de 2015
La batalla electoral en Venezuela. La flatulenta oposición clamará su fraude
Alexis Triana
Especial desde Caracas
Aquí todo se sabe: ya me había enterado en la fila del FarmaTodo de una zona de clase media alta en la bulliciosa Caracas. Un exaltado hombre había empezado a protestar, porque había cuatro personas delante de nosotros para pagar. Comenzó por la cola, y terminó vociferando que esta vez sería distinto, porque habían montado un servidor en el extranjero para contar voto a voto, y tenían hasta la última tecnología para que no pudieran cortar la luz a la hora del conteo. Y concluyó, sentenciando a una anciana sexagenaria que asentía en silencio: ¨Esto no hay quien lo aguante¨. Y es que la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha instalado en la Florida, de Caracas, una súper equipada sala de monitoreo, que tiene ingenieros de computación y de sistemas, analistas nacionales y observadores extranjeros, y toda una parafernalia de líneas telefónicas para que a las seis de la tarde de este domingo, desde el mismísima sede de Acción Democrática, se lance un aluvión de mensajes de texto a los celulares de la república, anunciando su triunfo para confundir al electorado, y poder cantar el anhelado fraude.
Especial desde Caracas
Aquí todo se sabe: ya me había enterado en la fila del FarmaTodo de una zona de clase media alta en la bulliciosa Caracas. Un exaltado hombre había empezado a protestar, porque había cuatro personas delante de nosotros para pagar. Comenzó por la cola, y terminó vociferando que esta vez sería distinto, porque habían montado un servidor en el extranjero para contar voto a voto, y tenían hasta la última tecnología para que no pudieran cortar la luz a la hora del conteo. Y concluyó, sentenciando a una anciana sexagenaria que asentía en silencio: ¨Esto no hay quien lo aguante¨. Y es que la mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha instalado en la Florida, de Caracas, una súper equipada sala de monitoreo, que tiene ingenieros de computación y de sistemas, analistas nacionales y observadores extranjeros, y toda una parafernalia de líneas telefónicas para que a las seis de la tarde de este domingo, desde el mismísima sede de Acción Democrática, se lance un aluvión de mensajes de texto a los celulares de la república, anunciando su triunfo para confundir al electorado, y poder cantar el anhelado fraude.
Las
cuñas pagadas en las emisoras de radio y televisión han secundado la matriz de
que esto es un plebiscito contra el gobierno, casi un adelanto del revocatorio
contra el presidente constitucional. Bastaba mover el dial para oir el burdo
llamado en medio de anuncios comerciales: No tengas miedo. Sí quieres tener
plata, si estás obstinado de la cola, no te dejes engañar, vota este domingo
abajo y a la izquierda, en la manito. -y conste que transcribo textual de los
anuncios pagos por la derecha apátrida: !Esto no lo aguanta nadie! Es ahora o
nunca… La frase de aquel ciudadano es por tanto, reflejo y no pura
coincidencia.
Hasta
el titular de El País, desde Madrid el pasado viernes, era de las peores
perlas: ¨Inquietud en Venezuela por la reacción de Maduro ante una derrota¨, y firmaban
los dos corresponsales, cuando todavía era la mañana en Caracas, comenzaba el
cierre de las campañas, y otra vez un mar de rojo pueblo acompañaría al
presidente constitucional en la Avenida Bolívar, mientras los líderes de la
mesa unida por la fuerza no se acababan de ver juntos ni en un mitin desde el
pasado enero.
Para
no gastar palabras en el mísero ABC, que intenta sembrar cizaña dentro de la
Fuerza Armada Nacional Bolivariana, y anuncia que hay un plan militar para
presionar al chavismo a reconocer un resultado adverso. ¨No será algo "de
inmediato", sino que será en "escalada" de acuerdo al aumento de
la presión popular e internacional” –desvergüenza el diario monárquico sin
citar a otra fuente que no sea el informe de una consultora internacional. Y
hasta publica el supuesto mensaje: ¨Cuando te avisemos de que hoy es la fiesta,
tú estate pendiente.¨
Como
buen discípulo de Poncio Pilatos, Capriles Randowski ya se ha cuidado de portar
una imagen violenta. "Si aquí alguien (de la oposición), un loco o una
loca pretende salir, quiere convertir el domingo en algo distinto a lo que han
dicho los venezolanos con su voto, ten la plena seguridad que este servidor
(...) va a salir inmediatamente a decir que esa gente no me representa¨ –advirtió
ayer a la agencia francesa de noticias. Nada dice de la operación Defensa del
Voto, y los grupos de choque que dirigentes de la MUD han contratado para que,
a partir de las siete de la noche, generen desestabilización, como denunció un
patriota a Diosdado Cabello, presidente del parlamento, en el programa
televisivo “Con el Mazo Dando”. Por si las moscas, la esposa del apetecido
preso Leopoldo López, dejó sus dos hijos a buen resguardo en Miami, alerta el
portal digital Aporrea.
Es
una oposición camaleónica, que cambia de discurso en dependencia de los aciertos
o errores del gobierno. Capaz de lanzar como tema de campaña una versión de la
canción que llevó a los chavistas a la anterior victoria. Ha mal aprendido los
métodos de hacer el casa a casa, y hablar con la gente de sus problemas
cotidianos. Saben que el ciudadano común está afectado con el desabastecimiento
de los productos de primera necesidad. De ahí que alternan con el reparto de
bolsas de comida en los sectores de extrema pobreza, y pagan hasta veinticinco
mil bolívares por el posible voto, algo equivalente a los veinte dólares por
marchar con las damas sin blanco.
Todo
vale para esta gentuza, decidida a presentar el asesinato de un dirigente de
Acción Democrática en Guárico, como un crimen del gobierno. Y no un ajuste
entre pandilleros. O el paro del transporte que intentaron presionar, y que
sucedería tras la difusión de un falso aumento del pasaje entre el 40 y 50%,
para las rutas cortas y largas. O los supuestos mercados populares programados
para el sábado 28 de noviembre, los cuales fueron convocados por cuentas de
Twitter con fachadas chavistas, cuando no es el proceder del Gobierno, para
irritar aún más a los pobladores. Lo que no dice ni siquiera Patricia Janiot,
recién llegada en exclusiva desde CNN, es que el voto en el sistema electoral
venezolano es tan secreto, que dura apenas un minuto, y está totalmente
blindado. Lo ratifica Leonel Fernández, el ex presidente dominicano, quien
viene al frente de la delegación de UNASUR que tendrá observadores en once
estados: “Es un sistema sólido e inexpugnable”. Mas mucho antes lo había
reconocido nada menos que Jimmy Carter, al calificarlo como "El mejor
proceso electoral del mundo."
A
tal punto que la tal MUD lo solicitó para elegir más de cuarenta candidatos de
sus elecciones primarias, en treinta y tres circuitos electorales con la misma
plataforma a utilizar este domingo. Que sus expertos ingenieros han participado
de diecinueve auditorías, ratificando la triple protección: primero el cotejo
de la cédula de identidad, con huella digital y foto frente al padrón
electoral; segundo cuando estampa su dedo en la máquina registradora, y tercero
cuando el recibo de papel se deposita en una urna, que se contará al cierre del
colegio delante de los testigos de todos los partidos políticos.
Mucho
menos quisieran recordar que utilizaron este sistema automatizado del voto para
seleccionar a Leopoldo López en el 2011 como dirigente de la supuesta Voluntad
Popular, tres años antes del plan golpista que provocó la muerte de cuarenta y
tres ciudadanos; o que fueron las mismas máquinas con las que lograron elegir a
Capriles Randowski en las primarias del 2012 para enfrentarlo a Hugo Chávez
Frías, antes de salir derrotados. Porque esta vez, tampoco han estado
dispuestos a firmar que reconocerían el resultado de esta jornada electoral.
Mas
hay un hecho fundamental que los voceros de los poderes imperiales pretenden
ignorar a toda costa. En la Venezuela del 2016 lo que está enfrentándose no son
solo dos proyectos de país, como está ocurriendo en el resto del continente:
aquí hay una revolución organizada en las bases sociales, que ha luchado por
cambiar la distribución de la riqueza social. Y es lo que no perdonan, que la
renta petrolera haya sido la siembra del país y la mayor reducción de la
pobreza, y no para el bolsillo de los que huyeron a Miami. ¡Nosotros vamos a
ganar! –me lo dijo con pasión La Trujillana, una mujer de pueblo, cuya bodega
es el cuarto y la ventana de su apartamento en primera planta, en la
urbanización de Tabacare, de Barinas, donde viven treinta y cinco mil personas
en confortables apartamentos. La única factura que han pagado en cuatro años es
la que hace poco les llegó del servicio de gas, por unos 400 bolívares, más o
menos cincuenta centavos de dólar en el mercado negro.
Lo
muestra el joven vocero, en una larga lista que saca de su mochila con todos
los nombres y teléfonos de los correligionarios que llevará a votar. Lo veo en
los ojos que se le aguan a Dorca, la comunera que llegó casi hasta el lado del
presidente en el acto como no se había visto en Barinas después de Chávez. Lo
escribió Juan en el Diario de Los Llanos,
que a sus veinte años pone siempre su venta de libros en la plaza del
estudiante para poder vivir, y multiplica el estudio en las tardes y noches
porque para su pequeña hija no tiene más certeza. Se artículo se titula: “Un
aire de Victoria”. Pero “si se diera la pesadilla de que perdiéramos, la
revolución adquiriría nuevos caminos y un nuevo carácter –proclamó Maduro a
principios de semana el sentir de muchos–: Si perdemos las elecciones, la
revolución continúa y seguiremos luchando desde la calle”. A buen entendedor….
viernes, 4 de diciembre de 2015
Declaración de la Presidencia del ICAIC
La actual agenda de discusiones del ICAIC y la vanguardia de nuestros cineastas ha sido diseñada a partir de las preocupaciones que compartimos sobre el cine cubano la institución y los creadores, incluida la base jurídica que propicie su desarrollo. El punto de vista del debate que hemos defendido ha sido, es y será inequívocamente revolucionario. No puede haber lugar en nuestros foros para los enemigos de la Revolución. Trabajamos, junto a otros organismos e instituciones del Estado, para encontrarle solución a los problemas de la creación audiovisual, desde una perspectiva anticolonial, antiimperialista y socialista.
El pasado sábado 28 de noviembre rechazamos la presencia de varios mercenarios en el Centro Cultural Fresa y Chocolate del ICAIC, donde se realizaba un encuentro de cineastas junto a su institución. Ninguno de los organizadores los había invitado y su sola presencia constituía una provocación y un acto premeditado para utilizar ese tipo de espacio como plataforma de proselitismo y legitimación.
Ante cualquier intento de distorsionar los resultados del trabajo mancomunado entre los cineastas y el ICAIC, nos sentimos en el deber moral de ratificar nuestro compromiso con la Patria, con la cultura cubana y con la Revolución, sin la cual no hubiera sido posible la existencia del propio ICAIC y de una obra educacional y cultural de emancipación, que es orgullo de nuestro pueblo.
Fiel a los principios trazados en Palabras a los intelectuales, el ICAIC rechazará toda provocación, mantendrá la discusión franca, comprometida y responsable con la vanguardia de los creadores y seguirá siendo consecuente con la política cultural de la Revolución.
Presidencia del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
3 de diciembre de 2015
El pasado sábado 28 de noviembre rechazamos la presencia de varios mercenarios en el Centro Cultural Fresa y Chocolate del ICAIC, donde se realizaba un encuentro de cineastas junto a su institución. Ninguno de los organizadores los había invitado y su sola presencia constituía una provocación y un acto premeditado para utilizar ese tipo de espacio como plataforma de proselitismo y legitimación.
Ante cualquier intento de distorsionar los resultados del trabajo mancomunado entre los cineastas y el ICAIC, nos sentimos en el deber moral de ratificar nuestro compromiso con la Patria, con la cultura cubana y con la Revolución, sin la cual no hubiera sido posible la existencia del propio ICAIC y de una obra educacional y cultural de emancipación, que es orgullo de nuestro pueblo.
Fiel a los principios trazados en Palabras a los intelectuales, el ICAIC rechazará toda provocación, mantendrá la discusión franca, comprometida y responsable con la vanguardia de los creadores y seguirá siendo consecuente con la política cultural de la Revolución.
Presidencia del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos
3 de diciembre de 2015
miércoles, 2 de diciembre de 2015
Causa N. 7271/15: Por amor a Palestina
Carlos Aznárez
Así titulábamos en la portada de uno de las últimas ediciones del periódico Resumen Latinoamericano. Sí, por amor a Palestina y a su pueblo abnegado, sufrido, perseguido, pero jamás vencido, es que innumerables voces en el mundo, a lo largo de estas últimas seis décadas, nos hemos alzado solidariamente para defender esa causa. O dispuestos a informar sobre ella, como es nuestro caso, empeñados en tratar de romper la severa censura que dicho tema padece.
Querer a Palestina es desear desde lo más hondo de nuestro corazón, que algún día sus mujeres, sus hombres, sus niños y niñas, los ancianos y ancianas de esa tierra indoblegable puedan vivir en paz. Que quienes habitan ese suelo mancillado por los invasores, pudieran cultivar sus olivos o pescar de sus aguas -hoy bloqueadas por buques de guerra- sin que les cueste la vida o sin que el desprecio de los colonizadores les incendie sus sembradíos. Querer a Palestina es precisamente destacar el ejemplo dado por millones de sus mejores hijos e hijas que han tenido que salir al destierro portando sólo una llave de lo que fueron, hasta 1948, sus viviendas, luego arrasadas por el conquistador. A pesar de ello ningún palestino del “exterior" hablan de venganza, sino que con una melancolía que cala muy adentro de cualquier persona sensible, sólo piensan en el retorno a lo que fuera su tierra de origen. Volver a un sitio distinto al actual, sin checkpoints ni alambres de púas, sin muros que separen a familias enteras, ni tanques, ni bulldozers, ni viviendas demolidas, ni tanta e injusta muerte, ora en Gaza ora en Cisjordania.
Precisamente por amor a Palestina y a dedicar gran parte de mi vida como luchador por los derechos humanos y como periodista, es que ahora la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA),que se arroga la representación de la comunidad judía (aunque miles de sus integrantes se hayan desvinculado de la misma), quiere sentarme en el banquillo de los acusados. Sin embargo, estoy convencido que lo que realmente se quiere juzgar no es sólo a mi persona, sino a un comportamiento solidario, pacífico pero firme, de clara raigambre internacionalista, con un pueblo que nos necesita, y que no tiene todos los días y en todas partes tantas voces para defenderlo. Y esto último ocurre, precisamente por la presión que se imprime desde estas instituciones, por la censura y la autocensura que se genera sobre una lucha tan sencilla de entender y tan complicada a la hora de darle soluciones concretas.
A lo largo de cinco décadas como comunicador y militante por la justicia y la libertad para los pueblos, he puesto empeño para que el discurso de los opresores no nos dobleguen, y es en ese mismo sentido que partiendo de la necesidad imperiosa que tiene el pueblo palestino y todas las naciones árabes sojuzgadas de que se escuchen sus exigencias de libertad y justicia, es que he escrito, he hablado y me he pronunciado en todos los medios de comunicación con los que he colaborado, contra las aberrantes violaciones a sus derechos fundamentales. Sé que esto mismo han hecho y seguirán haciendo muchas personas de la colectividad judía, aquí y en el propio Estado de Israel, por no coincidir con el dolor que se causa a un pueblo hermano con el que antes de sobrevenir la catástrofe compartían el sol, el pan y el agua.
Por otro lado, frente a la causa penal que se ha abierto por parte de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) contra mi persona, y por ende contra la plataforma comunicacional que dirijo desde hace más de 22 años, y en la que me han citado para una audiencia indagatoria el próximo 9 de diciembre a las 9,30 hs en la Fiscalía 25, deseo reconocer las numerosas muestras de solidaridad y apoyo que estoy recibiendo por parte de compañeros/as y amigos/as de Argentina y de todo el mundo, que entienden perfectamente que con este juicio se está tratando de “disciplinar" el pensamiento, amordazar la libertad de expresión, de opinión y la privacidad que cualquier periodista debe estar decidido a defender para que no lo sometan. En especial, va un agradecimiento profundo a todos mis colegas de todo el continente que me han hecho llegar su afecto y muestras de repudio contra quienes intentan acallar los comportamientos solidarios. También, vaya un saludo fraterno a los organismos de derechos humanos y gremios de prensa y de otras actividades que se han plantado firmes en defensa de mi posición ante esta política persecutoria.
Por último, reitero la convicción de que frente a estas actitudes de intolerancia y de abierta discriminación contra quienes nos solidarizamos con el pueblo palestino y acompañamos sus ansias de paz con justicia e independencia, es imprescindible reivindicar nuestro derecho a expresarnos y opinar sin mordazas ni miedos. Nos acompañan en esta decisión personas de todo el mundo que se fortalecen en el amor a un pueblo que todos los días da lecciones de dignidad al mundo.
Así titulábamos en la portada de uno de las últimas ediciones del periódico Resumen Latinoamericano. Sí, por amor a Palestina y a su pueblo abnegado, sufrido, perseguido, pero jamás vencido, es que innumerables voces en el mundo, a lo largo de estas últimas seis décadas, nos hemos alzado solidariamente para defender esa causa. O dispuestos a informar sobre ella, como es nuestro caso, empeñados en tratar de romper la severa censura que dicho tema padece.
Querer a Palestina es desear desde lo más hondo de nuestro corazón, que algún día sus mujeres, sus hombres, sus niños y niñas, los ancianos y ancianas de esa tierra indoblegable puedan vivir en paz. Que quienes habitan ese suelo mancillado por los invasores, pudieran cultivar sus olivos o pescar de sus aguas -hoy bloqueadas por buques de guerra- sin que les cueste la vida o sin que el desprecio de los colonizadores les incendie sus sembradíos. Querer a Palestina es precisamente destacar el ejemplo dado por millones de sus mejores hijos e hijas que han tenido que salir al destierro portando sólo una llave de lo que fueron, hasta 1948, sus viviendas, luego arrasadas por el conquistador. A pesar de ello ningún palestino del “exterior" hablan de venganza, sino que con una melancolía que cala muy adentro de cualquier persona sensible, sólo piensan en el retorno a lo que fuera su tierra de origen. Volver a un sitio distinto al actual, sin checkpoints ni alambres de púas, sin muros que separen a familias enteras, ni tanques, ni bulldozers, ni viviendas demolidas, ni tanta e injusta muerte, ora en Gaza ora en Cisjordania.
Precisamente por amor a Palestina y a dedicar gran parte de mi vida como luchador por los derechos humanos y como periodista, es que ahora la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA),que se arroga la representación de la comunidad judía (aunque miles de sus integrantes se hayan desvinculado de la misma), quiere sentarme en el banquillo de los acusados. Sin embargo, estoy convencido que lo que realmente se quiere juzgar no es sólo a mi persona, sino a un comportamiento solidario, pacífico pero firme, de clara raigambre internacionalista, con un pueblo que nos necesita, y que no tiene todos los días y en todas partes tantas voces para defenderlo. Y esto último ocurre, precisamente por la presión que se imprime desde estas instituciones, por la censura y la autocensura que se genera sobre una lucha tan sencilla de entender y tan complicada a la hora de darle soluciones concretas.
A lo largo de cinco décadas como comunicador y militante por la justicia y la libertad para los pueblos, he puesto empeño para que el discurso de los opresores no nos dobleguen, y es en ese mismo sentido que partiendo de la necesidad imperiosa que tiene el pueblo palestino y todas las naciones árabes sojuzgadas de que se escuchen sus exigencias de libertad y justicia, es que he escrito, he hablado y me he pronunciado en todos los medios de comunicación con los que he colaborado, contra las aberrantes violaciones a sus derechos fundamentales. Sé que esto mismo han hecho y seguirán haciendo muchas personas de la colectividad judía, aquí y en el propio Estado de Israel, por no coincidir con el dolor que se causa a un pueblo hermano con el que antes de sobrevenir la catástrofe compartían el sol, el pan y el agua.
Por otro lado, frente a la causa penal que se ha abierto por parte de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) contra mi persona, y por ende contra la plataforma comunicacional que dirijo desde hace más de 22 años, y en la que me han citado para una audiencia indagatoria el próximo 9 de diciembre a las 9,30 hs en la Fiscalía 25, deseo reconocer las numerosas muestras de solidaridad y apoyo que estoy recibiendo por parte de compañeros/as y amigos/as de Argentina y de todo el mundo, que entienden perfectamente que con este juicio se está tratando de “disciplinar" el pensamiento, amordazar la libertad de expresión, de opinión y la privacidad que cualquier periodista debe estar decidido a defender para que no lo sometan. En especial, va un agradecimiento profundo a todos mis colegas de todo el continente que me han hecho llegar su afecto y muestras de repudio contra quienes intentan acallar los comportamientos solidarios. También, vaya un saludo fraterno a los organismos de derechos humanos y gremios de prensa y de otras actividades que se han plantado firmes en defensa de mi posición ante esta política persecutoria.
Por último, reitero la convicción de que frente a estas actitudes de intolerancia y de abierta discriminación contra quienes nos solidarizamos con el pueblo palestino y acompañamos sus ansias de paz con justicia e independencia, es imprescindible reivindicar nuestro derecho a expresarnos y opinar sin mordazas ni miedos. Nos acompañan en esta decisión personas de todo el mundo que se fortalecen en el amor a un pueblo que todos los días da lecciones de dignidad al mundo.
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