Arnold August
Hablando de la Corte Suprema, un poco de historia. El 15 de junio del 2009 la Corte Suprema de los Estados Unidos anunció su decisión de rechazar la solicitud de revisión del caso de los Cinco Cubanos. Esta demanda de revisión fue planteada por millones de personas de todas las procedencias alrededor del mundo, un número record de peticiones de “Amigos de la Corte” y miles de personalidades y representantes oficiales de todos los continentes. Muchas de estas solicitudes provenían del propio interior de los Estados Unidos.
Los Estados Unidos se jactan de que su sistema político se basa en la separación de poderes entre el Ejecutivo (Presidente y Vicepresidente), el Poder Legislativo y el Poder Judicial, y de un sistema resultante construido sobre la base de equilibrios y controles (checks and balances). Supuestamente se trata de una forma superior de democracia basada en equilibrios y controles para evitar el abuso de poder por parte de una u otra de las tres ramas que forman el gobierno de los Estados Unidos. En la Constitución de los Estados Unidos, Artículo II, Sección 2, se plantea que el Presidente de los Estados unidos “…tiene el poder de otorgar alivios y perdones….”. Todo indica que el Presidente Obama, lejos de usar estos poderes constitucionales para liberar a los Cinco Cubanos, ha mostrado claro a los jueces de la Corte Suprema que ellos deben decidir contra la revisión.
Este ha sido un caso obviamente político desde el mismo primer día. Esto se revela más claramente por la decisión de la Corte Suprema y el vergonzoso rechazo de los jueces a explicar públicamente al mundo los fundamentos de su decisión. Por supuesto que los jueces no están obligados a hacerlo de acuerdo al sistema legal norteamericano. No obstante, en un caso tal como este, respecto al cual el mundo entero y muchos gobiernos están atentos, era necesaria una explicación pública. Quizás estemos siendo testigos de una de las mayores ironías en la actual escena política internacional. Los Cinco Cubanos están siendo castigados cruelmente y políticamente por sus motivaciones y actividades pacíficas antiterroristas. ¿La razón? Ellos están actuando a nombre de, y apoyando, al gobierno cubano. Una de las principales acusaciones que los Estados Unidos presentan contra Cuba es la falta de democracia, que ella no exhibe, entre otras cosas, un sistema político similar al norteamericano, que incluye equilibrios y controles. El sistema cubano es de hecho un sistema unificado de poder político revolucionario del pueblo, de arriba abajo y de abajo a arriba, incluido el sistema judicial, cada uno con su respectivo campo de competencia. La relación y la interacción de todos los diferentes niveles del sistema estatal cubano entre ellos, incluido el aparato judicial, y de todas estas instituciones con los ciudadanos, es una característica del tipo de democracia cubano. No es necesario entrar a debatir si el sistema cubano es más democrático que el del modelo de los Estados Unidos. No obstante, si uno tiene en cuenta este último episodio de la Corte Suprema de la democracia estadounidense en acción, por un lado, y mi experiencia directa y estudios del sistema político cubano por el otro, Cuba no tiene “lecciones de democracia” que recibir de parte de los Estados Unidos.
El peligroso ejemplo de Cuba
Hace 23 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario