sábado, 4 de septiembre de 2010

Fidel, el síndrome de Miami y la nueva juventud cubana.



Jóvenes universitarios "apáticos" --según las transnacionales de prensa-- escuchan las palabras de Fidel
Enrique Ubieta Gómez
Fotos de Alex Castro e Ismael Francisco
Miami es un espejo. Tóquelo, verá la superficie lisa, y cesará la ilusión de que las cosas allí tienen volumen. Miami es un espejo que refleja el rostro de Cuba. A veces alguien se confunde y dice: “hay dos Cubas”, la de aquí y la de allá. Pero los espejos invierten la imagen. Un viajero despistado escuchará asombrado los anuncios de los astutos vendedores: “la verdadera cerveza de Cuba”, “el verdadero café de Cuba”. Muchos espacios públicos han recibido el nombre de un equivalente en la isla. Las palabras también se transforman: Fidel es Castro, Playa Girón es Bahía de Cochinos, el bloqueo es embargo y el héroe de Girón es el mercenario de Bahía de Cochinos, para el que se ha erigido un pequeño monumento. Hay grupos e individuos contrarrevolucionarios que se autodefinen como revolucionarios. Los cinco presos políticos cubanos –que salvaron vidas de aquí y de allá--, son llamados espías en tono despectivo, y Posada Carriles, autor de atentados a un avión civil (que ocasionó la muerte de todos sus pasajeros civiles) y a hoteles y lugares públicos en la isla, es tratado como héroe. El Che Guevara, que renunció al poder para empezar de cero, para entregar su vida por los demás, allí es llamado asesino y Fulgencio Batista es considerado una figura relevante de la historia, víctima de la propaganda comunista.
Pero sucede como en todo: una cosa es la realidad y otra su reflejo especular. Cuba es Cuba, y Miami, su reverso. Lo curioso es que las grandes corporaciones de prensa no describen lo que sucede en Cuba; miran al espejo, se comportan como un espejo. Ocultan los hechos y reportan los deseos. Se miamizan. Cumplen una función sagrada: construir (y mantener) de manera verosímil un estado de opinión sobre la Revolución cubana que se parezca a Miami. ¿Por qué? Porque Miami es la Disneylandia de la contrarrevolución latinoamericana: hecha para seducir y ocultar, en ella viven los antisandinistas, los antibolivarianos, y todos los capos del Sur que presienten su caída (o cayeron) y quieren reciclarse. El síndrome de Miami en los medios –cerrar los ojos ante la realidad y sustituirla por otra más conveniente--, es devastador: El País y algunos otros medios españoles se parecen más a El Nuevo Herald que a sus similares europeos.
Es natural que si los vencidos habían anunciado que la solución final –la única a la que podían aspirar--, era la muerte natural o violenta de Fidel, lo sucedido en estos últimos cuatro años los mantenga desconcertados: sobrevino “el día después”, con la enfermedad del líder revolucionario, y la Revolución, que es de todos, no se desmoronó; ahora Fidel reaparece, tan vital y lúcido como siempre, y el tsunami de su presencia arrasa con la ciudad de atrezzo. Ayer se produjo un hecho que deshizo en horas muchos años de paciente construcción mediática: las trasnacionales de la comunicación insistían de forma obsesiva en decir que los jóvenes cubanos (que se formaron en tiempos difíciles, sin algunos beneficios y las certezas de otras décadas) no piensan ya en la Revolución y que el vínculo emocional y racional con la dirección histórica de ese proceso se había roto. Inventaron todo tipo de figurines –blogueros, pseudo-rockeros, payasos--, que son exhibidos como “la nueva juventud” de Cuba. Pero ayer Fidel convocó a los jóvenes universitarios cubanos. Luisa, una amiga que es estudiante de la Universidad y dirigente de la Juventud Comunista, me confesó: “sentimos que el reto era gigantesco, porque debíamos convocar en 24 horas a un estudiantado que estaba de vacaciones, y a muchos jóvenes que se encontraban en la playa o en otras provincias, pero fue fantástica la respuesta. Conozco a quienes regresaron de inmediato para no perderse el encuentro”. Acudieron más de diez mil jóvenes. Mi sobrina, que llegó a la escalinata a las cuatro de la madrugada, me contó que cuando Fidel apareció se hizo un emotivo silencio y hubo quien no pudo evitar las lágrimas de alegría.
Un hecho es un hecho, pero un despacho noticioso –que interpreta el hecho y lo reconduce hacia el objetivo sagrado de reforzar la matriz de pensamiento fabricada--, es un despacho noticioso. Javier Otazu trabaja para EFE. No podía permitirse el lujo de contradecir la “verdad” orientada y cocinó un despacho con todos los ingredientes: alguna pizca de verdad, pasajes del discurso, y sentencias contradictorias o abiertamente falsas. Los diferentes medios españoles, al menos RTVE, El País y El Mundo –que representan la “diversidad” de enfoques de una “democracia” de mercado--, no solo fueron repetitivos en el contenido divulgado, sino que lo hicieron con sus mismas palabras, de forma literal, y aunque no he llevado mi búsqueda más allá, estoy seguro de que hallaría algunos párrafos idénticos en los medios de la derecha latinoamericana, dependientes de Miami y de las grandes trasnacionales de medios hispanos. Los jóvenes entrevistados fueron sin embargo categóricos en su apoyo a Fidel y a la Revolución: “‘Nos erizamos y el corazón se nos acelera cuando ves a Fidel cuadrado ante nosotros, y ver cómo nos pudo hablar y todavía sigue luchando... Nosotros siempre lo vamos a ver bien’, proclamó Carlos, de 16 años, que pese a no haber sido convocado por no ser universitario, no quiso perderse la ocasión. ‘Está muy saludable y muy fuerte; creo que hay comandante para rato’, dijo Dunieski, que trabaja en la Universidad de Ciencias Informáticas, y su amiga Yenny abundó: ‘Es lo que necesitamos en estos momentos, esta conversación nos alerta y anima’”.
Pero esas sinceras declaraciones estaban precedidas por el párrafo fabricado que más circularía en los medios de prensa que padecen el síndrome de Miami: “Varios estudiantes dormitaban o conversaban alegremente, más preocupados por el sol que ya a primera hora del día golpeaba sus cabezas, que por la hecatombe nuclear. El tema del discurso no pareció enardecer los ánimos del público joven, que aplaudió discretamente las intervenciones del hombre al que han visto regir sus destinos durante toda su vida, y que les exhortó a ‘batallar en la lucha por la paz’”. A esos medios parece importales más la descalificación del apoyo juvenil a Fidel en Cuba, que el peligro real de una conflagración nuclear. Para que Cuba se autodestruya después de Fidel –como añoran, como incentivan--, tiene que existir una ruptura entre la nueva juventud cubana y la dirección histórica de la Revolución. Este encuentro de ayer disipó algunas dudas: los jóvenes cubanos no han perdido la conexión, también sienten a Fidel como su guía moral, saben que viven momentos históricos. Aunque EFE, El País, El Mundo y RTVE, entre otros medios miamizados, sustituyan la realidad por el deseo.

13 comentarios:

  1. Estamos de acuerdo.
    Lo que hay aquí es "democracia de mercado", tanto en EEUU, como en la UE (que es aunque lo disimulen Comunidad Económica Europea), y la juventud cubana que vive en otra forma de pensar, trabajar, y crear necesita del apoyo mundial de los que piensan como ellos, de todos nosotros, que no queremos esta democracia de especuladores, negociantes y terroristas, como es Miami, UE y Colombia, ejemplos de Dictaduras.
    Gracias por tus comentarios, te seguimos.
    Marina Svetlova y Nestor Guadaño
    Asociación de Amistad Hispano Soviética

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  2. Es curioso, Enrique, pero en Antena 3, cadena televisiva privada española, la noticia fue breve pero no manipuló nada e incluso resultó respetuosa. Sorpresas que a veces da una parte de Falsimedia.

    Me alegro de que el Comandante siga fuerte y lúcido tal como todos/as hemos podido comprobar.

    ¡Salud!

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  3. Interesante artículo. Trataremos de divulgarlo entre personas honestas de aquí y de allá.

    Viva Cuba

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  4. Me encantó la forma en que presentas una realidad miamense, realmente descarna el manejo mediático sucio y mentiroso de esos grandes consorcios periodísticos que debería llamárseles ya de otro modo. Algo así como "empresas del tráfico de conciencia".

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  5. Hola profe, ¡excelente artículo! Y muchas gracias por lo de amiga, un beso,
    Luisa

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  6. es impresionante el abismo entre el Miami percibido o fabricado para percibir desde Cuba y el miami donde uno vive, trabaja y hace su vida.
    oh! dejeme decirle, en Miami Carriles no es un Heroe, debe informarse, o mejor pasar una temporada por aca para hacer analisis mas objetivos
    los cientos de miles de cubanos que vivimos aqui no nacimos en el polo norte, los algunos que hablan de esta ciudad muchas veces ni la han pisado.

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  7. Estimado Anónimo: He estado en dos ocasiones en Miami. Fui invitado por Max Lesnik a dar una conferencia. Sé que no todos los cubanos que allí viven sufren de esa mirada especular. Pero esa visión de Miami no se fabrica en Cuba, se fabrica en Miami. Solo hay que leer El Nuevo Herald, o recorrer sus calles. Incluso los ideólogos más jóvenes de la contra lo aceptan. ¿Quiénes homenajearon a Posada Carriles en el Big Five? ¿cómo es que Posada Carriles es recibido en la casa de los Estefan? ¿ha visto el monumento que hay en Miami a los mercenarios de Girón? Sé que muchos cubanos ni tienen tiempo para fijarse en esos "detalles", porque viven literalmente para trabajar, pero esa es una realidad.

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  8. Interesante artículo.Sería algo grande si en Cuba se produce un cambio generacional que preserve los logros y avances de la revolución. Para mi es uno de los procesos mundiales más auténticos o quizá el más auténtico.

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  9. "@UbietaG Las corporaciones de prensa no describen lo que sucede en #Cuba Ocultan los hechos y reportan los deseos. Se miamizan"

    Yo lo que digo es, ¿porque los Cubanos siempre tienen la idea de que le importan al mundo?

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  10. No sé si le importamos al mundo, aunque debiéramos. Creo que a todos, nos deben importar todos. Pero pienso por el contrario que a los grandes capitalistas les importamos poco, y que la algarabía en torno a los "derechos humanos" en Cuba, no responde a sentimientos de simpatía o de supuesta solidaridad: no les importamos y nos quieren engullir de una vez. Lo que sí le importa al imperialismo es la destrución de la Revolución cubana, el ejemplo que emana de ella, la cancelación de cualquier esperanza en la posibilidad de un mundo diferente, alternativo.

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  11. Saludos:

    No creo que haya sido la intención de los cubanos proponernos importarle al mundo,sin embargo, otros nos han hecho el favor de hacernos famosos, conocidos, aunque no siempre con los mejores ejemplos. Pero, sin ánimos de vanidad, si creo que debiéramos importale al mundo. En estos días he escuchado la noticia de que ha descendido "la extrema pobreza" en Améric Latina, según informe de organismos especializados y citan a países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, cuyos proyectos sociales han elevado la calida de vida del pueblo. Y, modestamente, ahí está también la mano de Cuba, con su personal médico, maestros, algo que debieran hacer los más ricos, y no crear guerras,matar, saquear. Por eso tenemos que importarle al mundo, estas son las soluciones que le urgen a la humanidad.

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  12. Parece que Cuba mantiene a su población fuertemente politizada, en el buen sentido, o sea, el del conjunto de todos los ciudadanos que debaten sobre lo que en realidad importa para su "polis".

    En los Estados capitalistas "su" democracia es un simulacro: la población vota cada x años, basada la votación en un programa y unos llamados "líderes".

    Pues bien, el típico lider de los estados capitalistas es visto por la población cada vez más como un simple títere de los poderes de facto, nada democráticos (caso del patético Zapatero en España y, en general, de los socialdemócratas, incluyendo a Obama, fiel sostenedor, con mejores maneras que los Bush o Cheney sin duda, del status oligárquico de Wall Street y el complejo industrial-militar, frente a la "Main street" de la gente), o bien, es directamente un titiritero que ocupa la poltrona para cercar el espacio público con su interés privado, caso llevado hasta la extravagancia por Berlusco en Italia y con populismo desvergonzado por Sarkozy en Francia.

    En cuanto al programa, es mero papel mojado, pues nunca tocará los intereses capitalistas. Y es que la cuestión auténtica sigue siendo que no hay forma de hacer política de veras si no se "toca" al capitalismo. El resto es un teatro y, cada vez más , un pésimo teatro, el de unas democracias formales, es decir, desprovistas de auténtico mordiente político, donde ya solo cabe elegir entre hienas y chacales de la tecnocracia capitalista. Ya saben, la cantinela de los buenos gestores...

    Volviendo a Cuba, espero que sepa mantener esa buena política, incluso aunque no haya, no pueda haber, "comandante para rato"...

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  13. Yo estuve allí en la escalinata. Soy de la UCI, y me hago eco: hay Caballo para rato.

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