domingo, 6 de mayo de 2012

Jóvenes en Romerías

Enrique Ubieta Gómez
No llevaba mi cámara fotográfica. Las fotos que vi no fueron tomadas, y ahora tengo que reconstruir unas pocas y esenciales imágenes en palabras arduamente elegidas, e insuficientes. Participé en el desfile inaugural de las holguineras Romerías de Mayo. Habían vaciado las escuelas de niños, los habían colocado, con sus uniformes escolares, a lo largo del recorrido. Pero no había nada impostado, ninguna actitud preconcebida. Nadie puede planificar la alegría, el asombro –inocente, pícaro, casi puro, aunque la pureza no exista–, de los niños. Los payasos, los teatreros ambulantes, dialogaban con ellos; ellos protagonizaban el desfile. Cada año, esperan ansiosos ese día. Desfilábamos todos, artistas, intelectuales llegados de todas partes y vecinos. En una esquina un friqui estrafalario –una estrella con la hoz y el martillo tatuada en la nuez, uff, vociferaba: ¡los friquis aquí!, ¡los friquis aquí! Después vino el espectáculo inaugural: la rumba, el rock duro, australiano y argentino, el baile folklórico colombiano, el siberiano, el coro infantil canadiense, las tradiciones de origen haitiano. Y la banda holguinera Sándalo con una canción que llaman “Joven Cuba” –declaración de fe en la continuidad de la juventud revolucionaria–, como Guiteras nombró a su organización, como unos jóvenes matanceros llaman a su blog.
“Soy continuación /
de tu sonrisa de joven valiente.
Soy la Joven Cuba /
aunque en tiempos diferentes… /
¡Seguiremos amando las glorias ya vividas! /
¡Yo resistiré! /
¡Yo no me rendiré!”
Las Romerías expresan nuestra diversidad, y también lo que nos une. Eso fue el recientemente concluido Encuentro Nacional de Blogueros en Revolución, que los muchachos de La Joven Cuba matancera armaron con esfuerzo y pasión. Creo en ellos, en los revolucionarios, que son indefectiblemente jóvenes (los que eligen la publicidad del retorno, son viejos, no importa la edad). Todavía no he dicho lo mío sobre ese evento, lo haré en otro post.

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