Juan Gelman, poeta y periodista argentino, integró durante la dictadura militar de su país (1976 - 1983) las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el movimiento peronista Montoneros, en cuyo nombre denunció internacionalmente sus atrocidades . En aquel contexto de represión fueron secuestrados su hijo Marcelo y su nuera María Claudia García, embarazada a término. Marcelo fue asesinado y fondeado en un tonel en el delta de El Tigre; María Claudia fue trasladada a Montevideo donde dio a luz antes de ser ejecutada y desaparecida.
La foto del poeta Juan Gelman y su nieta Macarena abrazados, emocionados, recorrió el mundo. Acababa de finalizar el acto público en el que el Estado uruguayo reconoció haber violado sus derechos humanos y los de María Claudia García, madre de Macarena y víctima de desaparición forzada, cuyos restos aún no se han recuperado.
CONFIANZAS
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe
LÍMITES
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed,
hasta aquí el agua?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire,
hasta aquí el fuego?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor,
hasta aquí el odio?
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre,
hasta aquí no?
Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas.
Sangran.
COSTUMBRES
no es para quedarnos en casa que hacemos una casa
no es para quedarnos en el amor que amamos
y no morimos para morir
tenemos sed y
paciencias de animal
EL JUEGO EN QUE ANDAMOS
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
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