Ángel Guerra Cabrera
La unidad de Nuestra América, propósito de Bolívar y
Martí, ha experimentado significativos avances en la última década. Así lo
testimonia la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe(Celac), ya a
unas horas de su II Cumbre, que tendrá lugar en La Habana del 25 al 29 de
enero. La Celac es la primera organización que reúne a todos los Estados de
América Latina y el Caribe sin la presencia de Estados Unidos, Canadá o Europa,
y ya por eso sólo significa un paso importantísimo hacia una mayor
independencia regional.
La Celac alumbró como proyecto, a escala de todos los
gobiernos de la región, en la I Cumbre de América Latina y el Caribe
sobre Integración y Desarrollo (CALC), celebrada en diciembre de 2008 en Brasil
con la presencia de sus 33 actuales miembros. La II cumbre, efectuada en Playa del Carmen,
México, el 23 de febrero de 2010 a la vez que reunía al Grupo de Río (http://www.ecured.cu/index.php/Grupo_de_R%C3%Ado),
acordó la constitución de la Celac y un cronograma de trabajo que culminó con su
nacimiento en Caracas el en diciembre de 2011.
La capital de Venezuela era el escenario
idóneo para ese acontecimiento pues nadie había hecho tanto –y seguiría
haciendo- como el presidente Hugo Chávez a lo largo de su mandato, por la
unidad y la integración de nuestros pueblos.
Pero las cumbres no bastarían para explicar cómo se llegó
a expresar de forma institucional una pujante conciencia de unidad
latinocaribeña, que recibió un enorme impulso desde fines de la década de los
noventa.
Fue la lucha de los pueblos latino-caribeños contra las
políticas neoliberales la que llevó a Chávez al gobierno y más tarde a Lula,
Kirchner, Evo Morales, Daniel Ortega, Correa y Pepe Mujica. Ello creó una
correlación de fuerzas que hizo posible construir una infraestructura
institucional que sostuviera la unidad y la integración regionales en el marco
de un importante cambio en la balanza internacional impulsado por la emergencia
de los BRICs.
Surgió la Alba integrada por Venezuela y Cuba de la mano
de Chávez y Fidel, a la que se sumarían los nuevos gobiernos antineoliberales
de Bolivia, Nicaragua, Ecuador así como Antigua y Barbuda, Dominica y San
Vicente y las Granadinas, estados insulares del Caribe anglófono. En 2005 se
crea Petrocaribe a instancias de Venezuela, que brinda petróleo en términos
solidarios y salvó de una catástrofe económica a varios países del Caribe que
ya no podían sufragar los altos precios del crudo.
Fruto de esta corriente nace Unasur(2008), integrada por
todos los estados suramericanos, que se ha constituido en un valioso foro de
concertación política y realizado importantes acciones de defensa de la
voluntad popular, como sus resueltas medidas contra los intentos de golpe de
Estado a Evo Morales y Rafael Correa.
La Celac es el escalón más alto de la construcción
unitaria regional al reunir a la totalidad de sus Estados, incluyendo a los
miembros del Caricom, unidos a los iberoamericanos por una historia común de
dominación colonial y neocolonial y por heroicas luchas iniciadas con la
Revolución Haitiana, precursora de la independencia de América Latina(1791-1804). El trayecto hacia su constitución y su
funcionamiento desde la cumbre de Caracas hasta la de Santiago de Chile y la de
La Habana ha evidenciado que gobiernos con ideologías opuestas pueden trabajar
por objetivos consensuados que abonan hacia la cooperación y la independencia
de los estados miembros, así como a su
aporte a la paz mundial.
En particular la presidencia pro témpore cubana es una muestra incontrovertible de ello al
colocar al frente de la organización a un estado de ideología socialista y
marxista al que Estados Unidos bloquea e intenta destruir. Cuba ha trabajado en
estrecha colaboración con Chile y Costa Rica(gobiernos de derecha) y Haití –la
llamada troika ampliada- en la coordinación
de una agenda que ha dado voz propia a la región en los foros internacionales y
la ha acercado a naciones y mecanismos integracionistas de Asia y África con
los que muchos países de América Latina y el Caribe apenas habían tenido
relaciones. El discurso del canciller cubano ante la Asamblea General de la ONU
a nombre de la Celac es también una excelente prueba de lo que afirmo.
Cuba propone a esta cumbre convertir en una región de paz
el territorio de la Celac donde las diferencias se solucionen políticamente y
sin el uso de la fuerza y dar una lucha frontal contra el hambre y la
desigualdad en la zona más desigual del planeta.
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