jueves, 17 de marzo de 2011

Raíces.

Enrique Ubieta Gómez
Fotos del autor.
Quiero alejarme por un instante de las revelaciones, de la denuncia aportada por los agentes cubanos recién desclasificados sobre la insolente injerencia norteamericana en nuestros asuntos, para referirme al soplo de aire fresco que esos hombres, hasta ahora anónimos, trajeron al barrio. Agobiados a veces por el peso de la cotidianidad, bombardeados incesantemente por la propaganda que intenta fijar en la mente de los cubanos el “ocúpese de usted mismo” del capitalismo, el desmovilizador “ya no quedan héroes”, estos hombres sencillos renuevan el imaginario heroico de la Revolución. El pueblo, indiferente ante el mercadito de falsos héroes que la SINA ha instalado en sus predios –y que descaradamente monitorea, a la luz pública--, identifica de inmediato a los suyos, a sus auténticos representantes.
He compartido con ellos el recibimiento de sus vecinos, la atención de los aparentemente descreídos adolescentes en las escuelas, los abrazos de quienes alguna vez los conocieron. He sentido el profundo orgullo de los padres y de los hijos. Es difícil escapar de la emoción. Sé que mis palabras son insuficientes, que pueden ser contradichas. Por eso me dediqué a fotografiar rostros y gestos.
Son hombres –estoy seguro de que también hay mujeres--, de anchas raíces. Eso hizo el miércoles Frank Carlos Vázquez, el agente Robin –como Robin Hood, me dijo--: recorrer sus raíces, la sabia de su pasado, en su natal Pinar del Río. Regresar a su barrio, a su casa revolucionaria, a sus escuelas –primaria, secundaria, universitaria--, a su mundo de galerista, de creador. Volver a todo aquello que lo nutrió, a lo que defendió. Cantar a coro la Guantanamera allí en el barrio, un poco desafinado, y transformarla de repente en himno de la Revolución. Como si regresara de un largo viaje interior. Pocos entienden que si de cosmovisiones, de formas de vida de trata –y de eso se trata, puesto que hablamos de un enfrentamiento entre los valores del capitalismo y los del socialismo (o del anticapitalismo)--, la guerra suele darse en espacios interiores, que uno es amigo y enemigo a la vez, en ambos casos de sí mismo, y que los límites son imprecisos. Cuando triunfa el decoro en uno de los nuestros, como sucede con Frank Carlos, triunfamos todos, los vecinos, los excompañeros, los coterráneos. Y triunfa la Revolución.

FAMILIARES, Y GENTE DEL PUEBLO:

Reencuentro con sus padres, en la casa natal.
No importa que la foto no sea de calidad: ahí está Frank alzando los brazos de sus padres vencedores.
Los padres, en la ceremonia de entrega del Escudo de la Ciudad.
Con su hijo. Atrás la foto de los 60, en la que el padre (abuelo para el más joven) aparece con Fidel.
Con su hijo, después de recibir el Escudo de la Ciudad de Pinar del Río.
Reencuentro con ex compañeros de la Universidad.
Con los maestros de la que fue su Escuela Primaria.
Profesores de la Escuela de Deportes.


NIÑOS Y JÓVENES:
Niños del vecindario en su casa pinareña, durante el recibimiento del barrio. Atrás también Gladys, la Primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en Pinar.
Estudiantes de la Escuela de Deportes
Futuros instructores de arte
Estudiantes de artes plásticas
Alumna de la Vocacional.
Estos son los estudiantes "desinteresados", que escuchan "por obligación" al agente Robin.
Atentos a las anécdotas del agente.
El humor, la confianza, caracterizaron el diálogo en la Vocacional de Pinar.
Alumnos de la Vocacional Federico Engels, después del intercambio
Compañeros de aula de la sobrina de Frank Carlos (blusa rosada) que pidieron fotografiarse con él.

ENCUENTRO CON INTELECTUALES PINAREÑOS:

Recibiendo un obsequio de un artista plástico.
Libros de la Editorial Cauces
El pintor Ulises Bretaña Hevia se refirió al trabajo que Frank Carlos realizara como galerista, y lo calificó como uno de los de más talento y sensibilidad en el país, y le pidió que volviese a desempeñarse como tal.

3 comentarios:

  1. es fantastico veer como su familia, que solamente, hace algun dias, creeva tenere un mercenario traidor de su mismo sangre, puedan haora estar feliz y contento de tener un hombre que demostra, con tu misma palabra, que cuando triunfa el decoro en uno de los nuestros, como sucede con Frank Carlos, triunfamos todos, los vecinos, los excompañeros, los coterráneos. Y triunfa la Revolución y ademas añadir, todos lo que defendimos la Revolución cubana en cada rincon del mundo... gracias Frank Carlos, para recargar nuestras pilas!!!!

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  2. Cuantos valerosos hombres como Frank Carlos defienden los derechos de la dignidad plena, este es un ejemplo de amor a la patria, de incondicionalidad y de fidelidad a la obra revolucionaria que sigue haciendo historia y bandera para los pueblos de la faz de la tierra, adelante Frank Carlos y todos los que con la modestia más grande del mundo saben imponer el decoro al universo, ha ganado una vez más la invencible Revolución cubana.

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  3. Emocionante, reconfortante, gracias a Frank por su valor en la defensa de la Patria que es también la Revolución y viceversa.

    Gracias Ubieta, por compartir esos momentos.

    abrazo,

    José

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