Santiago Alba Rico
La Calle del Medio 42
Hace dos meses una televisión italiana entrevistó a Terri de Niccoló, una mujer más o menos bella que había participado, a cambio de dinero, en las famosas fiestas del primer ministro Silvio Berlusconi como aderezo y estímulo sexual para la firma de acuerdos políticos o empresariales. Sus declaraciones, que no hacen ninguna concesión a la corrección política, revelan el horizonte mental de una época, o de una parte de ella, y de una cultura dominante. Terri no pide disculpas, no se justifica; se siente orgullosa de haber sido llamada por el Cavaliere y de haber participado, en la periferia de su aura, de un poder reservado a unos pocos. “Es preferible vivir un día como un león que cien años como corderos”, dice, para resumir a continuación las leyes simples que deben decidir las inevitables jerarquías de este mundo: “si eres una mujer guapa y te quieres vender, debes poder hacerlo; si eres fea y das asco, te debes quedar en casa”. En cuanto a la honestidad de los empresarios que utilizan el sexo para lubricar sus negocios y medrar económicamente, Terri no ve nada reprobable en ello. “Si eres honesto”, dice, “nunca llegarás muy lejos; si quieres aumentar tus beneficios tienes que arriesgar el culo. Es la ley del mercado”. Vale la pena citar por extenso su razonamiento: “Cuanto más alto quieras llegar más cadáveres tendrás que dejar en la cuneta. Y es justo que sea así. La ley es la de los que son leones. Si eres un cordero quédate en casa con unos pocos euros al mes. Si quieres ganar 20.000 euros debes bajar al campo de batalla y vender a tu madre”. Terri arremete a continuación contra las feministas y la izquierda en general, puritanos moralistas que “reprimen” el derecho de las mujeres guapas a venderse como instrumentos sexuales de la alta política del capitalismo.
Terri de Niccoló dice que esta ley “es muy antigua” y se remonta a la “primera república”. Terri no es una mujer culta y no sabe que esta ley es, en realidad, mucho más antigua y que hace 2400 años la exponía en términos muy parecidos Calicles, un aristócrata griego enfurecido con el filósofo Sócrates, quien pretendía defender un concepto universal de justicia. Calicles sostenía con desprecio que el derecho era una tentativa por parte de los “débiles y la multitud” de imponer límites a los poderosos cuando en realidad la única ley fundamentada –y citaba precisamente el ejemplo del león, como la prostituta Terri de Niccoló– era la “ley de la naturaleza”: los fuertes mandan, merecen riqueza y respeto y deciden a discreción la suerte, más o menos severa, de los débiles. “La naturaleza misma”, remata Calicles, “demuestra que es justo que el fuerte tenga más que el débil y el poderoso más que el que no lo es. Y lo demuestra que es así en todas partes, tanto en los animales como en todas las ciudades y razas humanas, el hecho de que de este modo se juzga lo justo: que el fuerte domine al débil y posea más”.
Terri la llama la “ley del mercado” y Calicles la “ley de la naturaleza”. La ley del mercado es, en efecto, la ley de la naturaleza. Y esta ley es precisamente lo contrario de una ley, pues una ley es un “límite” y los leones no aceptan ninguno. A lo largo de la historia ciertas castas, clases o grupos se han rebelado sin cesar contra los límites humanos, apartando de su camino cualquier obstáculo que pudiera frenar su poder e impedirles apropiarse de los cuerpos, las riquezas o el trabajo de los demás. Sin embargo los seres humanos, criaturas siamesas, tienen un pie en el barro, al que están irremediablemente encadenados, pero otro en las estrellas, desde donde pueden contemplar la inhumanidad de su situación y excogitar soluciones colectivas para cambiarla. Contra los inhumanos rebeldes que se rebelan contra los límites en nombre de la naturaleza, imponiendo a su alrededor la miseria y la muerte, millones de hombres vienen rebelándose desde hace siglos para imponer límites a la naturaleza en nombre de la humanidad. Es esa rebelión a favor de los límites la que ha generado todo lo que define la dignidad antropológica de nuestra estancia en el mundo: la belleza, la poesía, la razón, la compasión, el derecho. De Espartaco a la revolución cubana, son “los débiles y la multitud”, sí, los que hacen las verdaderas leyes; son los débiles armados los que han acumulado para todos un impresionante legado histórico de derechos –laborales, culturales y políticos– que los poderosos, mientras no sean definitivamente derrotados, tratarán siempre de violar, rodear o utilizar en su favor. Lo harán mientras puedan; lo harán mientras los dejemos. Entre tanto, recordemos que los Derechos Humanos y el Derecho Internacional, impuestos por los pueblos, aceptados a regañadientes por los poderosos, ni tienen fuerza material para imponerse por sí solos ni están hechos para persuadir a los que los violan; están hechos para que los rebeldes que se rebelan a favor de los límites –la belleza, la justicia, la razón– no olviden nunca por qué están luchando ni de qué lado está el verdadero derecho y la verdadera ley.
No hay ningún orden económico más “natural” que el capitalismo; ninguno más libre de “límites” que el Mercado. Pero la historia de la humanidad, ¿no consiste precisamente en luchar contra la naturaleza? ¿Tendremos que dejar de inventar vacunas porque las enfermedades son naturales? ¿Tendremos que renunciar a volar porque el cuerpo humano está condenado naturalmente a arrastrarse? ¿Tendremos que dejar de inventar caricias porque es más antigua y natural la violación? La medicina, el avión, la escritura, el amor, ¿no son conquistas humanas contra la naturaleza y por eso mismo derechos ya de los que la humanidad debe disfrutar imperativamente?
El orden “natural” del mercado pervierte entre otras cosas el concepto mismo de “derecho” en la medida en que establece como criterio superior, al que estarían subordinados todos los demás, el “derecho de vender y comprar” y, por lo tanto, el de “venderme y comprarte”. Así se explica la naturalidad con que se acepta que el dolor o la ruina de la mayoría sea una fuente de regocijo para otros, como demuestran las recientes declaraciones a la BBC de un broker de la City londinense, Alessio Rastani: “Soy un operador financiero, a mí no me preocupa la crisis. Si veo una oportunidad para ganar dinero, voy a por ella. Nosotros, los brokers, no nos preocupamos de cómo arreglar la economía o de cómo arreglar esta situación. Nuestro trabajo es ganar dinero con esto. Personalmente, he estado soñando con este momento desde hace tres años. Tengo que confesarlo, yo me voy a la cama cada noche soñando con una recesión, soñando con un momento como éste”. ¿Se puede ser más claro? Un poco más y de la manera más disparatada. Hace unos días leía en el diario El Mundo una noticia cuyo titular era el siguiente: “Proponen restaurar en Florida el derecho a lanzar enanos contra una pared”. Y enseguida aclaraba su contenido: “Un congresista estatal quiere recuperar el derecho al lanzamiento de los enanos, como espectáculo y deporte, para combatir el desempleo de la región”. Lo singular y lo terrible es que la propuesta del político estadounidense no reivindicaba sólo el derecho de los empresarios y sus clientes a lanzar enanos contra la pared, con la humillación y lesiones consecuentes, sino sobre todo el derecho de los enanos a ser lanzados, humillados y heridos. ¡El derecho de los enanos a hacerse pedazos en un muro!
Mientras millones de personas luchan desde hace siglos para mantener y profundizar el camino de la humanidad, el mercado capitalista retrocede a sustratos cada vez más naturales, llevando a su expresión más radical la “ley de la naturaleza” defendida por Calicles hace 2400 años: el derecho de los leones a devorar a los corderos y el derecho ahora de los corderos a ser devorados por los leones.
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Calicles es un prototipo de Eupatrida o "noble" "bien nacido" griego o sea mimbro de la Oligarquia de Atenas en´la época clásica, desde el VII sigloa A.J.C., y no un ser real, y así aparece en los Diálogos Socráticos de Platón o Diálogos Platónicos.
ResponderEliminarEsto es porque el "RICO blanco y Salvador" parece no dejar claro en su filosofia explicativa de lo genuino de nuestra "bondad" natural cuando nos fundimos con LA NATURALEZ. origen de todo LO EXCELSO Y BONDADOS!!
Luego esto, al leerlo, ya "uno" y espero que los "OTROS" vemos por dónde van los "tiros-envenenados",:
--"Contra los inhumanos rebeldes que se rebelan contra los límites en nombre de la naturaleza, imponiendo a su alrededor la miseria y la muerte, millones de hombres vienen rebelándose desde hace siglos para imponer límites a la naturaleza en nombre de la humanidad......"---
No sabía que hubieran REBELDES INHUMANOS y que se REBELAN CONTRA LOS LIMITES--¿dónde están esos limites?, ¿quienes lo pueden certificar de forma incontrovertible?, ¿en qué momento histórico?, ¿y en que fase del desarrollo técnico?, ¿cuando se imponen esos limites deseados por la mayoria consciente, con conciencia, cultura, saber y voluntad de "hiperHumanidad"?. etc., etc. ,etc..
Es muy notorio que eso de "imponer "LA MISERIA Y LA MUERTE" no es más que una repetiva vomitiva de LA GUERRA FRÏA contra LA UNIÓN SOVIÉTICA y los planes quinquenales en la Étapa de STALIN, 1928-53, y ya de paso-- y en esto son más consecuentes los reaccionarios liberales y fascistas que los falsos "marxistas", izquierdistas o "comunistas" de diseño y Mass-Medias-- relacionar la política de "DICTADURA DEMOCRÁTICA" revolucionaria de STALIN con LENIN, cosa que es cierto, pero al contrario del sentido que quieren darle, para "manchar" a VLADIMIRO, sino,más serái para LEGITIMAR a JOSIF-KOBA, que, ciertamente, continuo la senda del fundador del ESTADO SIOVIÉTICO.
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A lo que iba, y es que esto deja bien a las claras, el pensamiento intimo ideológico de este "armiño español", por mucho que lo oculte subliminalmente sin atreverse a declararlo. que es su ANTICOMUNISMO,a lo declamado por los voceros de eso llamado "CONGRESO PARA LA LIBERTAD CULTURAL", tapadera-pulpo central de propaganda y dinero de la CIA, junto a numerosas Fundaciones-- La Ford y varias--y revistas "culturales" que han proliferado por doquier.
espero que esta crítica no moleste al titular del BLOG, que considero un MARXISTA y revolucionario Cubano de certeza acreditada!
SALUT!
La verdad GRAMSCIEZ, que yo entiendo todo lo contrario. Alba Rico se refiere a la necesidad de imponer límites a la vocación depredadora del capitalismo, y a su visión "natural" de la vida humana, que se reduce a la ley de la selva. Somos seres naturales, pero la moral que construimos "artificialmente" nos diferencia del resto de las especies y nos hace humanos.
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