Publicar un mensaje personal es a veces una imperdonable indiscreción. A veces, es imperdonable dejar que el mensaje –cálido, espontáneo, puro si se quiere–, se pierda en el insondable vacío ciberespacial. Tuve mis dudas, cuando llegó a mi computadora, por azar o por destino, este recuento que hace Tin Cremata sobre sus vivencias de la reciente gira que La Colmenita realizara por los Estados Unidos. Comprendí entonces que si llegó a mí, habría llegado a miles de cibernautas, y que las vivencias de este creador inmenso pertenecían a todos los que día a día peléabamos por sostener esta Revolución hecha de sueños y realidades. Este es el creador que admiro. Disfruten el recuento. (E.U.G)
(Mensaje que remitiera el pasado viernes 4 de noviembre Carlos Alberto Cremata, Director de la Colmenita a la compañera Marta Palacios, integrante de la compañía quien brinda sus servicios como colaboradora de Mision Cultura Corazón Adentro en Venezuela)
Carlos Alberto Tin Cremata
Martucha
Te juro que trataré de responderte mañana lo que me pides, pero antes tengo que ponerlos al día... Házle esto extensivo al Yoqui, Dana, Indi, Lida, Chuli, Alejandro, Lily y todos los colmeneros por allá...
De la visita a E.U. les cuento que fue lo más grande que a mi me ha pasado en la vida, y estoy seguro que a La Colmenita también...Visitar Washington y conocer los Memoriales de Lincoln y Washington, el lugar donde Luther King dijo: "I have a dream", los Museos extraordinarios que aparecen en la saga de "Una noche en el Museo" (de Ciencias Naturales y del Aire y del Espacio), la Casa Blanca, el Estado Mayor de la CIA en Virginia, el Pentágono.... en fin, pero sobre todo poder entrar al Capitolio y al Congreso de los E.U., reunirnos dentro con dos congresistas amigas como Bárbara Lee y Laura Richardson, estar casi media hora a dos metros de la Loba Feroz en la sala de Lobby del Congreso y observar su chusmería y forma escandalosa de hablar, y luego ver la mueca en el rostro cuando transformó su cara risueña en otra patética al ver nuestros pullovers de La Colmenita... Actuar con un teatro repleto en la famosa Escuela de Artes "Duke Ellington", en una Escuela de Maryland y en la mismísima American University (donde días antes se había presentado Carlos Varela), y en todas partes haber tenido el éxito más rotundo... Luego ver New York y pasear por Times Square y por Broadway, y pasar en un Ferry frente a la Estatua de la Libertad, y visitar la Grand Central de Trenes, donde se filmó "Madagascar" y el Central Park donde está la única estatua ecuestre (impresionante) de Martí y el Strawberry Fields, donde Yoko hizo el millonario sitio a John, frente al edificio "Dakota" donde lo mataron... y ver el Ground Zero (donde estaban las Gemelas) y actuar en Brooklin, en el Bronx, en Harlem, dos veces en Manhattan, siempre a teatros repletos donde la gente gritaba: "¡Viva Cuba!" y "¡Libertad para los Cinco!", ¡¡¡poner a bailar endemoniadamente a más de 500 funcionarios y personal diplomático en la Sede de las Naciones Unidas!!!, y escuchar a nuestro Embajador Núñez Mosquera decirnos que estaba presente un Senador Estadual –Bill Perkins (enviado indudablemente por Hillary Clinton)–, de quien teníamos confidencias de Bruno, nuestro Canciller, que había tratado de presionar a UNICEF, y que al Senador (que nunca se había manifestado sobre Cuba), en un momento se le salió un lagrimón, y que al final se levantó y antes de retirarse, dijo lo increíble: "Después de haber visto esto, díganme qué puedo hacer por Cuba y por los Cinco"... Eso todavía nadie lo puede creer, que haya dicho eso –ese tipo (y lo que vio fue Cucarachita, ¡aseres!, claro con el video de Danny Glover al final...), y luego ver la 20 votación de la ONU contra el Bloqueo, a unos metros del escaño de Cuba y conversar casi una hora, decenas de anécdotas simpatiquísimas con Bruno, sobre anteriores votaciones, y retratarnos (¡Gracias a Bruno!) en el Podium famoso donde estuvieron Fidel y el Che... y luego reencontrarnos con San Francisco y sus calles empinadas y sus tranvías y su gente buena, y Richmond (la de "Coach Carter" - ¡No se pierdan esa película!!!) y Oakland (ya estas - con Reconocimientos y Ordenes que nos entregaban de ciudades y Condados) y un teatro lujosísimo muy cerquita de la prisión de Alcatraz y del Golden Gate Bridge... Todo fue de campeonato, y siempre rodeados de gente buenísima, y en una guagua amarilla como en Cuba –donde íbamos cantando la Vieja y la Nueva Trova–, y qué deciros de las conversaciones telefónicas con los Cinco, la risa escandalosa y muy contagiosa de Ramón, la humildad de Fernando, la sensibilidad y educación de Tony, la jodedera de René y sobre todo ¡¡¡Las 8 llamadas de Gerardo!!! (estoy escribiendo un artículo para Granma sobre esas 8 llamadas, que luego les mandaré)... pero bueno, eso no tiene comparación con el último día en Miami, donde los niños estuvieron toda la mañana y gran parte de la tarde con sus familiares (que muchos no los conocían o no los habían visto en mucho) y luego la mejor Sorpresa de toda la Gira, nos fuimos para casa de un amigo en Miami, allí hicimos el círculo de energía en el Jardín, y de pronto mágicamente entró un tipo muy alto al círculo con un pullover de La Colmenita, gritando: "¡Abracadabra!" (¡que parecía que había caído del cielo!) y todo el mundo se quedó en shock, y nadie se movía, y nadie entendía, era como una aparición, como un enviado de los Dioses (a algunos les pareció que cayó de arriba), un héroe de los Comics (Batman, Superman, cualquiera de esos...)
¿Y quién era?... ¡¡¡René!!! René González Schewerert, un gigante de ojos claros, manos inmensas, 55 años y cuerpo atlético, jodedor a más no poder, sencillo, cariñoso hasta la exageración, paternal, ¡¡lindo hermanos, lindo!!! (no encuentro otra definición) y de pronto al ver que nadie se movía, tuve que gritar: "¡Coño, soltemos las emociones, que somos artistas... La Pilita !!!"...y todos los niños pá' arriba de René y a comérselo a besos...Y luego el "Abracadabra" más grande que se pueda hacer en la vida, en la salita de una casa tan humilde que no tenía ni grabadora (tuvimos que ponerle la música casi al oído desde la lap top de Daniel) un "Abracadabra" - solo para exactamente 14 personas (11 amigos de la Solidaridad , y en primera fila: René Glez, Irma Schewerert y Maruchi - la hermana de Tony) y el final con René que no podía aguantar el llanto, y se para, y dice: "¡Quiero decir una cosa...Cuando me apresaron, lo más difícil para mi en esos primeros días fue cuando posteriormente apresaron a Olguita, y luego de escribirnos varias cartas, nos dejaron vernos, ella venía por el pasillo con la ropa naranja de presidiaria, muy sucia y ajada, maltratada...y yo sentí en aquel momento que nunca había tenido tantas ganas de llorar en mi vida, luego en una carta Olguita me dijo lo mismo...y yo al ver que íbamos a romper los dos en llanto, se me ocurrió gritar: "¡Mi Vida, qué lindo te queda el naranja!"... Y los dos reímos aguantando el llanto...Y luego convinimos en que ante el enemigo no se llora nunca, y nos enorgullecíamos de que no les dimos ese gusto a los guardias... Bueno, pues yo he aguantado mucho hasta ahora, y, como es junto a los amigos que realmente debemos llorar, permítanme ahora llorar con ustedes..." Y se me abrazó, queridos, muy fuerte, muy fuerte y aquel hombre gigante e invencible empezó a llorar en mi hombro como un chiquillo... Todo está filmado por Roberto Chile... No puede haber un momento más emocionante para unos aprendices de artistas cubanos... Luego desde las seis de la tarde hasta las dos de la mañana, las conversaciones más increíbles con el Héroe, donde se respondieron since las preguntas más elementales hasta las más indiscretas e inverosímiles...Y así, volvimos a Cuba... La pregunta más recurrente en todos los niños era: "¿Tin, es normal que no me lo crea?"...
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Muy bello este testimonio, muy lindo, emocionante, le toca las fibras a todos los cubanos y entierra las maldades de la Loba y su pandilla, que lección de cubanía y de sensibilidad a la mafia cubano-americana, estos niños son el alma misma de nuestra nación en estos tiempos....y tremenda gallardía en el centro del poder imperial
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