Entre las promesas que realizó el actual presidente Barack Obama cuando se encontraba realizando la campaña electoral estaba la salida de las tropas estadounidenses de Iraq, sin embargo, no hacía referencia alguna a las que se encontraban en Afganistán. Cuando comenzó a citar el otro conflicto armado, no habló de retirar tropas, sino por el contrario, de enviar más tropas.
¿Cuál es la razón de esta política ambivalente por parte de un hombre que dijo era partidario de la paz? Existen varias razones que explican este complejo actuar.
Puede decirse que los “expertos” del Pentágono, apoyados por Robert Gates, el Secretario de Defensa y Ralph Emanuel, el asesor principal de la Casa Blanca, le aseguraron que la situación en Iraq era totalmente controlable con un número menor de efectivos estadounidenses si se incrementaban las tropas iraquíes. Una teoría parecida a la que Estados Unidos llevó a cabo en Viet Nam, donde tampoco dio resultado.
Esto trajo como resultado el reclutamiento y entrenamiento de ciudadanos iraquíes, acompañado posteriormente del traslado a estos del control de distintas zonas, para que fueran ellos los que se encargaran de mantener el orden y reprimir a las fuerzas contrarias a la ocupación.
La idea era que en vez de enviar fuerzas estadounidenses a Iraq, estas fueran a incrementar los efectivos existentes en Afganistán. El cálculo inicial era de unos 19,000 hombres, lo que en cierto sentido se consideraba aceptable para una guerra y país como aquel. La idea principal era asegurar Afganistán, independientemente de lo que sucediera en Iraq. Obama la asimiló y la hizo suya.
El real problema es que nuevamente los “expertos” del Pentágono tuvieron una “ligera” equivocación. No calcularon adecuadamente la determinación de lucha del pueblo afgano, ni tomaron en consideración la experiencia de la derrota soviética cuando invadió dicha nación, de donde estos tuvieron que retirarse, debido a la férrea oposición que encontraron. Tampoco tomaron en consideración la experiencia inglesa, en las primeras décadas del siglo XIX, que tantos hombres costaron a las tropas británicas.
De acuerdo con el General Stanley McChristal, comandante en Afganistán de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN, se requieren como mínimo 400,000 hombres del ejército y la policía afgana para garantizar un grado aceptable de control sobre la situación del país, los cuerpos armados afganos cuentan en estos momentos solamente con 175,000 miembros. El general considera que rápidamente debe haber un incremento de los 62,000 efectivos estadounidenses y los 40,500 de la OTAN existentes en dicha nación, para garantizar un nivel mínimo en la defensa de los intereses y de la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
No se espera que las recientes elecciones, bajo la supervisión de Estados Unidos, puedan aportar el inicio de un clima de paz y tranquilidad en el país, sino todo lo contrario.
¿Cuál es la importancia estratégica de Afganistán para la Seguridad Nacional de Estados Unidos?
Afganistán, como país del Medio Oriente se encuentra situado en una región rica en petróleo y gas natural, aunque no posee grandes yacimientos de estos. Su importancia está en el orden geográfico, pues tiene fronteras con Irán y Turkmenistán que poseen la segunda y tercera mayor reserva de gas natural del mundo.
Turkmenistán es un país del cual se habla poco, un desprendimiento de la antigua Unión Soviética, cuya producción de gas natural solamente puede exportarse por medio de gasoductos que lleven el estratégico y cada vez más importante portador de energía a un puerto con destino a Estados Unidos.
La vía Turkmenistán-Irán no ofrece seguridad a los consorcios estadounidenses. Incluirla en los planes estratégicos sería un error grave.
Se considera mucho más segura la vía Afganistán-Pakistán-India, aunque sea necesario una fuerte presencia militar, que bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, en especial Al-Qaeda, en todo momento se trataría de mostrar como una fuerza internacional bajo la bandera de la OTAN. De ser necesario esta fuerza mantendría la ocupación de Afganistán y estaría dispuesta a la ampliación de sus operaciones hacia Pakistán, con tal de poder defender la “democracia”.
El gas natural de Turkmenistán en estos momentos se exporta hacia Rusia por el único gasoducto existente en el país, sin embargo se planifica un segundo gasoducto con el mismo destino. La República Popular China construye otro hacia el este.
Estados Unidos y sus aliados han iniciado conversaciones para construir otro hacia Afganistán que pasaría por la provincia de Kandahar. El proyecto de este último gasoducto se denomina TAPI, palabra formada por las iníciales de los países involucrados en el mismo, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán y la India. La construcción de este gasoducto debe iniciarse el próximo año.
Como parte de la contraofensiva iraní en relación con este asunto, de vital importancia para la seguridad de la región y donde es primordial mantener la influencia política y económica en otros países, Irán proyecta un gasoducto con destino a Pakistán y la India. Pakistán ya accedió a que este se construyera y solamente falta la aceptación de la India para iniciar los trabajos.
Cuando se habla de geopolítica, no podemos negar que el Medio Oriente es un ejemplo evidente de la misma.
Ahora vemos más claro como las acciones de Obama, tratando de asegurar el control sobre Afganistán, en su carácter de representante de los intereses de los grandes consorcios estadounidenses, no es más que la misma política que desarrolló Bush. No hay cambio.
¿Cuál es la razón de esta política ambivalente por parte de un hombre que dijo era partidario de la paz? Existen varias razones que explican este complejo actuar.
Puede decirse que los “expertos” del Pentágono, apoyados por Robert Gates, el Secretario de Defensa y Ralph Emanuel, el asesor principal de la Casa Blanca, le aseguraron que la situación en Iraq era totalmente controlable con un número menor de efectivos estadounidenses si se incrementaban las tropas iraquíes. Una teoría parecida a la que Estados Unidos llevó a cabo en Viet Nam, donde tampoco dio resultado.
Esto trajo como resultado el reclutamiento y entrenamiento de ciudadanos iraquíes, acompañado posteriormente del traslado a estos del control de distintas zonas, para que fueran ellos los que se encargaran de mantener el orden y reprimir a las fuerzas contrarias a la ocupación.
La idea era que en vez de enviar fuerzas estadounidenses a Iraq, estas fueran a incrementar los efectivos existentes en Afganistán. El cálculo inicial era de unos 19,000 hombres, lo que en cierto sentido se consideraba aceptable para una guerra y país como aquel. La idea principal era asegurar Afganistán, independientemente de lo que sucediera en Iraq. Obama la asimiló y la hizo suya.
El real problema es que nuevamente los “expertos” del Pentágono tuvieron una “ligera” equivocación. No calcularon adecuadamente la determinación de lucha del pueblo afgano, ni tomaron en consideración la experiencia de la derrota soviética cuando invadió dicha nación, de donde estos tuvieron que retirarse, debido a la férrea oposición que encontraron. Tampoco tomaron en consideración la experiencia inglesa, en las primeras décadas del siglo XIX, que tantos hombres costaron a las tropas británicas.
De acuerdo con el General Stanley McChristal, comandante en Afganistán de las tropas de Estados Unidos y de la OTAN, se requieren como mínimo 400,000 hombres del ejército y la policía afgana para garantizar un grado aceptable de control sobre la situación del país, los cuerpos armados afganos cuentan en estos momentos solamente con 175,000 miembros. El general considera que rápidamente debe haber un incremento de los 62,000 efectivos estadounidenses y los 40,500 de la OTAN existentes en dicha nación, para garantizar un nivel mínimo en la defensa de los intereses y de la Seguridad Nacional de Estados Unidos.
No se espera que las recientes elecciones, bajo la supervisión de Estados Unidos, puedan aportar el inicio de un clima de paz y tranquilidad en el país, sino todo lo contrario.
¿Cuál es la importancia estratégica de Afganistán para la Seguridad Nacional de Estados Unidos?
Afganistán, como país del Medio Oriente se encuentra situado en una región rica en petróleo y gas natural, aunque no posee grandes yacimientos de estos. Su importancia está en el orden geográfico, pues tiene fronteras con Irán y Turkmenistán que poseen la segunda y tercera mayor reserva de gas natural del mundo.
Turkmenistán es un país del cual se habla poco, un desprendimiento de la antigua Unión Soviética, cuya producción de gas natural solamente puede exportarse por medio de gasoductos que lleven el estratégico y cada vez más importante portador de energía a un puerto con destino a Estados Unidos.
La vía Turkmenistán-Irán no ofrece seguridad a los consorcios estadounidenses. Incluirla en los planes estratégicos sería un error grave.
Se considera mucho más segura la vía Afganistán-Pakistán-India, aunque sea necesario una fuerte presencia militar, que bajo el pretexto de la lucha contra el terrorismo, en especial Al-Qaeda, en todo momento se trataría de mostrar como una fuerza internacional bajo la bandera de la OTAN. De ser necesario esta fuerza mantendría la ocupación de Afganistán y estaría dispuesta a la ampliación de sus operaciones hacia Pakistán, con tal de poder defender la “democracia”.
El gas natural de Turkmenistán en estos momentos se exporta hacia Rusia por el único gasoducto existente en el país, sin embargo se planifica un segundo gasoducto con el mismo destino. La República Popular China construye otro hacia el este.
Estados Unidos y sus aliados han iniciado conversaciones para construir otro hacia Afganistán que pasaría por la provincia de Kandahar. El proyecto de este último gasoducto se denomina TAPI, palabra formada por las iníciales de los países involucrados en el mismo, Turkmenistán, Afganistán, Pakistán y la India. La construcción de este gasoducto debe iniciarse el próximo año.
Como parte de la contraofensiva iraní en relación con este asunto, de vital importancia para la seguridad de la región y donde es primordial mantener la influencia política y económica en otros países, Irán proyecta un gasoducto con destino a Pakistán y la India. Pakistán ya accedió a que este se construyera y solamente falta la aceptación de la India para iniciar los trabajos.
Cuando se habla de geopolítica, no podemos negar que el Medio Oriente es un ejemplo evidente de la misma.
Ahora vemos más claro como las acciones de Obama, tratando de asegurar el control sobre Afganistán, en su carácter de representante de los intereses de los grandes consorcios estadounidenses, no es más que la misma política que desarrolló Bush. No hay cambio.
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