domingo, 17 de junio de 2012

Cartas por el Día de los Padres


Querido padre y amigo:
Unas palabras para celebrar la feliz paternidad que nos une. Cómo no recordar el primer día de nuestra recién adquirida condición de padre, aquella sensación en principio algo rara que no tomó casi nada para convertirse en certeza, y que nos hizo dar un salto en nuestro crecimiento como hombres.
Cada uno de nosotros ha tenido que ejercerla en particulares condiciones. Para todos ha sido una escuela llena de satisfacciones, alegrías, ocasionales procupaciones y siempre esa responsabilidad de saber que un pedazo de futuro se moldea en nuestras manos,....hasta que de repente no cabe en el espacio entre sus cuencas, se cuela por entre nuestros dedos y escapa a reclamar el espacio que más allá le corresponde.
Te deseo un feliz día de los padres, lleno de satisfacciones y de orgullo por lo que has hecho con el regalo de serlo, y por lo que seguirás haciendo.
Un abrazo.
René González Sehwerert

Querido René, padre, maestro: 
Hoy me levanté con el deseo de felicitarte a ti, a Tony, mi condiscípulo de la Lenin, a Ramón, y también a Gerardo y a Fernando, que no tienen hijos y son ejemplos, como ustedes, para todos los hijos de la Patria. Sin embargo, al abrir mi correo encontré tu mensaje, dirigido a todos los padres. Lejos de tus hijas, retenido por el odio, te levantas lleno de amor. Es la primera condición del revolucionario, de la que hablaba el Che. Cuando nació mi primogénito, fue tan abrumadora la sensación de plenitud que corrí dos cuadras sin parar. El segundo tardó más de una década en llegar, y he disfrutado con la misma pasión esa rara pertenencia que los hijos nos imponen (uno les pertenece, irrevocablemente). No todo lo he hecho bien, salvo quizás el ejemplo de honestidad y fidelidad en mis creencias, y ese amor de padre que tu conoces, inextinguible. Tuve uno extraordinario, y eso marca. Los agoreros del fin de la historia dicen que los héroes no existen, que nunca existieron. Mirándome mientras escribo en la sala de mi casa está la foto del Che, con esa expresión irónica tan característica. Y la de mi padre, sosegado, tutelar, mi héroe.  En la memoria estás tu, René, y tus cuatro hermanos, tan sencillos todos, tan iguales a cualquiera, y sin embargo, tan excepcionales. Qué privilegio poder conversar con héroes que nos animan, que nos enseñan a pelear, sin teques ni distancias, desde la cárcel injusta. Hace un rato recibí una felicitación de Collera, un hombre sencillo, que nos defendió a todos durante décadas, como ustedes, y en el camino extravió a su familia. No está solo. Los héroes son un poco padres de todos, nuestros padres, aunque sean coetáneos. Felicidades entonces, René. Te esperamos, los esperamos en Cuba. 
Un fuerte abrazo,  
Enrique Ubieta Gómez

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