Ramiro Zardoya e Ivette Ávila son novios. En la vida y en el arte. No es un chisme hollywoodense, ellos son cubanos simples, y complejos. Como cualquier creador. No se creen "cosas", pero pretenden romper todos los límites, alcanzar todas las estrellas. Eso está bien. Ramiro emprendió la travesía en la La Calle del Medio, y ahí está La Ubre, y toda una genertación de dibujantes que no encontraba espacio y ahora es invitada de las galerías nacionales. Pero Ivette, bracea en el difícil arte de los animados, con el apoyo creativo de Ramiro. Así las cosas, acaban de obtener el premio de Animación de la 12 Muestra Nacional de Jóvenes Realizadores. El crítico de cine Hamlet Fernández escribió:
"Ivette Ávila, que ha tenido una participación sostenida en la Muestra desde su 8va. edición, es hoy una artista virtuosa del stop motion. El alto nivel plástico que posee La madre demuestra la madurez estética y el dominio técnico que ha alcanzado Ivette como animadora. Esta obra es un homenaje a la capacidad ilimitada de sacrificio que poseen las madres. Ese acto de ofrecer su sangre es un símbolo, un gesto que totaliza la esencia antropológica de la maternidad.
Ivette logra una plasticidad visual muy rica en detalles, texturas, colores, volúmenes, y sobre todo una caracterización física de los personajes llena de matices y sutilezas. La marioneta que da vida al personaje de “la madre” posee una carga dramática muy fuerte. Su corporeidad maltrecha es la expresión sensible de las secuelas de una vida ahogada en la miseria: el rostro agrietado, el pelo raído, los senos marchitos y secos, los ojos desorbitados, toda ella es la pura expresión de la angustia y la impotencia. Pero además de la atmósfera dramática y trágica que posee el corto, contenida en la precariedad del hogar y la brillante animación corpórea del personaje, Ivette Ávila no renuncia a la poesía visual, a la magia de los colores y las formas, a las asociaciones visuales, a la potencia semántica de la imaginación que transmuta un signo en otro, una realidad sensible en otra."
La obra ha sido premiada, pero el premio mayor lo otorgará el público. De cualquier manera, felicito a los eternos novios Ivette y Ramiro, entrañables amigos y colaboradores.
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