jueves, 11 de abril de 2013

Jóvenes en las prisiones cubanas: ¿el final o el principio para una vida?

Fotorreportaje: Enrique Ubieta Gómez
Antier, también fuimos al Centro para Jóvenes por Conducta de Guanabacoa, donde reorientan para la vida a sancionados que oscilan entre los 16 y los 27 años de edad. Para los menores de 16 años que han cometido delitos, existen las Escuelas de Formación Integral. Este es un Centro inaugurado por Fidel en el año 2000. Existen tres centros similares en el país, que simbólicamente nacieron con el nuevo siglo. El 100% de los sancionados recibe capacitación técnica y el 80% cursa estudios en algún nivel escolar. Solo un pequeño porciento (el 17%), con el nivel de bachillerato ya vencido, trabaja en oficios como albañilería, técnico electricista, carpintería, plomería. Ellos también participan en los programas Educa a tu hijo, dirigido a fortalecer la relación con sus hijos actuales o futuros, y Acércate más, cuyo sentido es la reinserción de los internos en su comunidad de origen (realizan labores comunitarias y actividades culturales con los vecinos del barrio donde vivían). Los que cometen un delito antes de cumplir los 20 años, si mantienen un buen comportamiento, pueden quedar en libertad condicional al cumplir un tercio del tiempo total de condena. Los que obtienen la libertad condicional son despedidos en un acto solemne y se marchan con una boleta de ubicación laboral. El centro tiene una capacidad máxima de 200 personas, pero en la actualidad solo hay 169 internos. Salen de pase una vez al mes, y reciben a sus familiares cada 15 días. Tienen derecho a utilizar los pabellones conyugales también cada quince días, por doce horas, aunque estas cuentas no siempre coinciden con las visitas formales. Hace solo unos días que Eric y su esposa hicieron uso de ese derecho, ahora ella lo visita como familiar. Eric tiene 25 años, es enfermero, cumple una condena de 12 años. Era jefe de un Almacén de Suministros Médicos y tuvo que asumir la responsabilidad por los faltantes hallados. Se ha capacitado en varios oficios, y se anotó en un listado de aspirantes, para enfrentar en septiembre los exámenes de ingreso a la Universidad. Quiere y puede reencauzar su vida. Pedro Luis, de 26 años, fue condenado por robo con fuerza y falsificación a 14 años. Lo acompaña hoy en la visita su nueva novia, que conoció en uno de los pases a la casa. Ha transitado por el rigor severo, medio y mínimo, en el que se encuentra ahora, en correspondencia con su buena conducta y se ha recalificado en varios oficios. Tiene 10mo grado vencido. Al cumplir la mitad de su condena, podría obtener la libertad condicional. Dice que la cárcel lo ha cambiado.

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