miércoles, 3 de julio de 2013

Es hora de gestar una amplia solidaridad con Evo Morales y su pueblo

Carlos Aznárez
El Imperio está más que nervioso con el tema del espía Snowden, seguramente porque éste sabe mucho más de lo que ha trascendido hasta el momento. Es en ese marco, que comete una gigantesca provocación contra el continente latinoamericano y caribeño, representado en este caso en la figura del presidente revolucionario de Bolivia, Evo Morales. Bien ha dicho su vice García Linera, cuando denunció que se trata de un secuestro en toda línea. Esta vez ejecutado por los amanuenses de Washington, Francia, Italia, España, Portugal, quienes obedeciendo las directrices emanadas del Pentágono, no sólo desconocieron la figura presidencial del compañero Evo sino que pusieron en peligro su vida al no permitirle sobrevolar el espacio aéreo de cada uno de sus países.
Grave, muy grave es este hecho, que muestra hasta que punto Estados Unidos está dispuesto para capturar a Snowden (incluso no hay que descartar un atentado mortal) sino que además es una señal mafiosa hacia los países del continente nuestroamericano que ya no están bajo la tutela de Obama y su equipo injerencista. De allí que se hace preciso, y así lo han entendido antes que nadie, los países que conforman el ALBA, convocar de urgencia a la UNASUR, para que actúe de escudo protector al Presidente de Bolivia. En este aspecto, también resulta imprescindible que el resto de países se expidan solidariamente con el pueblo y el gobierno boliviano y repudien esta provocación que hoy han sufrido Evo Morales.
"No nos atemorizan porque no es tiempo de imperios ni de colonias. Es tiempo de pueblos, es tiempo de dignidad", dijo García Linera, marcando claramente que no son épocas de timoratos ni para escapar por la tangente con discursos ambíguos. El Imperio viene con todo, Venezuela está en la mira permanente, Ecuador no se queda atrás (más aún por su valiente actitud frente al caso Assange y ahora el caso Snowden), y con Bolivia quieren cerrar el círculo de agresiones planificadas.
Frente a estas actitudes desestabilizadoras de alto calado, no cabe otra que redoblar la apuesta soberanista y de autodeterminación de los pueblos latinoamericanos, respaldando al Presidente Evo y denunciando una vez más el carácter criminal de la política del imperio occidental (EEUU más la Unión Europea) contra nuestros pueblos.

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