jueves, 18 de julio de 2013

Para que no sigan saliendo Dayrons

István Ojeda Bello
Blog Cubaizquierda
El culebrón alrededor del vallista corto cubano Dayron Robles sigue dejando el sabor de que alguien no está diciendo las cosas tal y como fueron. Por el momento la sabiduría popular debe estar riéndose en una enorme “¡vieron!, ¡se los dije!” recordando que el año pasado se tildaron de infundadas las dudas que rodearon el inesperado abandono de la carrera final en los Juegos Olímpicos Londres 2012 por el mencionado atleta dizque por dolores en su pierna derecha.
En ese momento la propia Federación de Atletismo salió en defensa de Robles mediante un comunicado asegurando que “la resonancia magnética practicada arrojó ruptura leve (grado 2) de la porción larga del bíceps femoral derecho y distensión en la zona central del recto femoral derecho (grado 1).”[1] Y el asunto pareció terminar ahí.
Empero las dudas sobrevivieron pues no era la primera vez que el mejor corredor de 110 metros con vallas en la historia del atletismo en Cuba mostró una actitud rara en las competencias. Baste apenas recordar el incidente con su colega chino Liu Xiang en la final del mundial Daegu 2011.
Más tarde se anunció que Robles no correría más con el equipo nacional de Cuba y antes se había producido la extraña jubilación de su entrenador Santiago Antúnez justamente cuando se encontraba en el pináculo de su carrera pues la IAF lo había distinguido como uno de los mejores entrenadores de su especialidad a nivel mundial.
El medallista de oro en Beijing 2008 dejó entrever cierto malestar y hasta la posibilidad de abandonar las pistas, parecía, definitivamente. Sin embargo este mismo año Robles anunció en su blog, y la prensa se hizo eco de eso, que correría a título personal en Italia.
Y fue aquí cuando se suscitó la airada reacción de la Federación Cubana de Atletismo (FCA) la cual se manifestó sorprendida por la “rápida” recuperación de las ahora supuestas dolencias del deportista.
Si porque resulta que la propia FCA en la voz de su presidente Alberto Juantorena puso en duda lo que parecían hechos claros. El directivo, también vicepresidente del INDER llegó al punto de cuestionar “la veracidad de las lesiones o molestias planteadas por el corredor en la última etapa de su carrera deportiva bajo la égida de la FCA”.[2]
“Quizás lo más preocupante de este “retorno mediático, más que deportivo, de Dayron Robles” (sus tiempos no pueden ser buenos, dado que apenas ha entrenado solo), es que las causas pueden ser muchas, pero las que tocan a la entidad atlética cubana y al INDER no debieron existir nunca”, dijo Juantorena.
Por su parte Robles respondió mostrándose sorprendido pues según él “pedí mi baja, salí de mi país normal, lo que pasa es que como ellos [el INDER] saben los errores que han cometido, ahora quieren tapar el sol con un dedo y no es así. Los errores que se han ido cometiendo durante años no se van a tapar. Lo demás ahora no me preocupa”.
Las mentiras duelen
¿Cuál es entonces el sentido de emplear tiempo y letras en este caso? Primero no se trata de cualquier persona sino de uno hombre que fue hasta hace poco parte de rostro del deporte cubano ante el mundo y quien se le ve en una franca actitud de enfrentamiento con las instituciones deportivas de su país de origen.
¿Esta Robles resentido y/o descontento con el INDER? La respuesta es obvia. ¿Tiene derecho a irse a vivir a dónde le plaza e incluso competir con los colores de otro país? También.
Pero igual se siente un mal olor a mentira al no decir por lo claro cuáles eran sus intensiones. En este momento su “cadena” de la lesiones suena más a una especie de huelga de brazos caídos que a una dolencia genuina.
¿Cómo queda Dayron Robles ante los miles de aficionados cubanos que le siguieron durante años por su innegable maestría deportiva?.
Cierto, podrán decir que habrá un motivo de regocijo implícito para los cubanos si él eventualmente mantiene con el Club ASG Mónaco o con un país cualquiera los éxitos de cuando llevaba las cuatro letras en su pecho. Pero ya no será igual. Porque, hablando claramente: él no fue honesto con su pueblo.
El Caso Robles se agrega al recurrente tema de la emigración de atletas de primer nivel porque consideran que aquí, no tienen lo que ellos se merecen.Sin embargo la historia del vallista guantanamero también hace notar que cuando el resentimiento domina se comienza un camino sin retorno en el cual la arrogancia va tirando del carro.
¿Qué habría pasado si el INDER le hubiera concedido todo lo que él cree merecer? ¿Habría permanecido en Cuba? Eso ya no lo sabremos nunca. En primer lugar porque al menos públicamente Robles no hizo valer la fuerza moral de ser una figura en Cuba para dar a conocer que estaba siendo víctima de los errores del Ministerio de Deportes cubano.
¿Qué pesó más para este atleta, obtener los beneficios que estimaba merecer o el orgullo de darle gloria a este país y ser recordado como un representante de la nación en el campo de deporte?
Estos hechos probablemente sean la confirmación de que mejorar los ingresos y condiciones de los deportistas del alto rendimiento es una medida necesaria pero, ¡ojo¡ no va a ser la única manera que impedirá que sigan saliendo más Dayrons. Seguirán saliendo si además a los estímulos materiales no se les acompaña del cultivo de es sentimiento que se llama cubanía y eso, creo, no hay dinero que lo compense.

NOTAS
1] Pruebas médicas confirman lesión de Dayron Robles en: www.cubadebate.cu
[2] Expresa Juantorena desacuerdo sobre incursiones internacionales de Robles En:
http://www.cubadebate.cu/noticias/2013/07/14/juantorena-expresa-desacuerdo-sobre-incursiones-internacionales-de-dayron-robles/

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