Los libros llaman, cortejan al visitante, tienden sus trampas al indeciso. Las familias acuden atraídas por las novedades, las propuestas culturales y gastronómicas. Cada quien encuentra lo suyo, y disfruta del paisaje, de la música, de la amistad o del amor. Nada de conciliábulos elitistas. La Feria es una fiesta, cada febrero.
Hola Enrique: antes que nada felicitarte por tu blog, es realmente refrescante y motivante. Nunca escribo comentarios en él ya que creo que están demás. Sin embargo en esta ocasión si lo haré.
ResponderEliminarEs muy gratificante ver esas imágenes del pueblo cubano participando en la feria del libro de la Habana. Se nota que la cultura y la educación son parte del diario vivir de los cubanos, las imagenes lo corroboran. Que importante diferencia hace esta realidad. En mi país, Chile, la feria del libro es un verdadero "festival de vanidades": Primero que nada hay que pagar un alto precio por la entrada para visitar la feria. En segundo lugar no encuentras publicaciones de todos los autores y pensadores mundiales y la feria se reduce principalmente al lanzamiento de las novelas o publicaciones más vendidas, lo que muestra su profundo y solapado sentido mercantilista. He ahí su sentido farandulero que transforma la feria en un centro comercial más. Por ello, la feria es posible gracias al "auspicio" de conocidas marcas que inundan todo el espacio con su porquería de letreros y anuncios.
Con decirte estimado Enrique, que he buscado libros tuyos y no encuentro ninguno, no hay publicaciones tuyas acá. Sé por qué, pero espero algún día tener un libro tuyo en mis manos...
un abrazo desde Chile
Salud y libertad compañero