Texto y fotos: E. U. G.
Varios integrantes del Comité de Familiares de las Víctimas de la voladura del avión cubano en Barbados acudieron hoy a la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana para hacer entrega de una segunda carta al presidente Obama sobre la impunidad de la que goza en ese país el terrorista Luis Posada Carriles. La primera misiva fue entregada en la misma sede el 5 de octubre pasado, cuando todavía los familiares esperaban que la justicia norteamericana se pronunciase en El Paso, donde se celebraba la vista (para nada vinculada a sus actos de terrorismo internacional, sino a su ilegal entrada a Estados Unidos). Los reclamos de esa primera carta no recibieron respuesta, o quizás podría considerarse que la inusitada absolución de Posada de todos sus cargos en aquel Tribunal, fue la respuesta. Esta segunda carta exige al presidente Obama --quien no está electoralmente comprometido con la mafia de Miami--, a que asuma una de las dos únicas opciones dignas en este caso: o que extradite al criminal confeso y prófugo de la justicia venezolana a Caracas, o que lo encause debidamente por los cargos de terrorismo, para los que ese gobierno tiene de sobra documentos probatorios en su haber. En la SINA la carta fue entregada personalmente a un funcionario estadounidense, responsable de la seguridad interna (según se identificó). Como los familiares ofrecieron después algunas declaraciones en el lugar a la televisión cubana, una funcionaria de prensa salió de su escondite para indagar qué medios efectuaban las preguntas. Más tarde se produjo una conferencia de prensa en el Centro de Prensa Internacional, a la que acudieron numerosos corresponsales extranjeros y cubanos, incluida la CNN. Los familiares leyeron el documento dirigido a Obama y lo distribuyeron. Anunciaron además que iniciarían de inmediato un conjunto de procesos civiles en contra del terrorista. "No habrá ni un minuto de descanso para él", enfatizaron. Una periodista se interesó en saber si Giustino Di Celmo exigiría la intervención de las autoridades italianas, habida cuenta de que una de las víctimas mortales de Posada era un ciudadano de ese país. Los demandantes recordaron que mientras Posada es absuelto, y su impunidad estimula la ejecución de nuevos actos terroristas, cinco cubanos que trabajaban para impedirlos cumplen condenas desproporcionadas e injustas en cárceles estadounidenses.
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