Cómo vivir una aventura campestre sin salir de Berlín. Las falsificaciones del mercado

Enrique Ubieta Gómez
La cultura norteamericana del american way of life ha sido pródiga en falsificaciones. Las Vegas, por ejemplo, con sus falsos Torre Eiffel y Arco de Triunfo, sus castillos "medievales" y sus artificios de luces y colores, es una Disneylandia para adultos. Pero hay falsificaciones más sutiles: conducir a los turistas a los sets previamente internacionalizados en fotos, y hacerles creer que han visitado un país o interactuado con otras culturas, es la más común y practicada. El capitalismo sustituye estrellas por luces de neón, encapsula el olor a hierba, y nos hace creer que somos libres y sabios, mientras nos encierra y desinforma. Y lo peor es, digamos, que pagamos gustosos por el engaño. Ser engañado o dejarse engañar, incluso de forma conciente, es la más cómoda de las aventuras posibles, la menos riesgosa de las rebeldías. Conducir a los "rebeldes", hacer ideología como si se prestara un servicio, cobrar por el engaño, son especialidades del mercado, sediento de dóciles compradores. Aquí van algunas fotos de un hotel berlinés. Incluyo también el texto que las acompaña en Noticias 24 de Caracas, un portal antibolivariano. El título que las acompaña no puede ser más explícito:
UN HOTEL OFRECE CARAVANAS PARA ACAMPAR DENTRO DE SUS HABITACIONES EN BERLÍN
(Caracas, 14 de enero. Noticias24) – Un hotel en Berlín ofrece habitaciones con acogedoras caravanas de madera y accesorios para acampar en su interior. El “Hut Palace” brinda un ambiente de exterior con la comodidad del interior, que permite a sus clientes disfrutar de la sensación de campo y en cualquier temporada del año.
Está ubicado en la estructura de una antigua fabrica de aspiradoras para la limpieza, incorpora cabinas estáticas de madera en lugar de las tradicionales habitaciones de un hotel.
Silke Lorenzen, gerente, aseguró: “Queríamos preservar la integridad del edificio, pero a la misma vez crear un ambiente de comunidad donde las personas, de hecho, puedan conocer a otras, pensamos en un concepto de un cuarto dentro de un cuarto, y decidimos construir pequeñas cabinas de madera en el pasillo”