Roberto Méndez
JIT
Ni 15 000, ni luego 20 000 dólares lograron convencer a Asley González de apartarse del camino a conquistar el oro de los 90 kg en el XXIX Campeonato Mundial de judo finalizado en Río de Janeiro.
«Me mostraron esas cifras en un celular para tratar de que perdiera en la final, pero mi sueño de ser campeón del mundo y mis principios no me hicieron vacilar nunca», expresó a JIT.
«Yo además no podía fallarle a mi entrenador Justo Noda, a mi pueblo y a la Revolución que siempre nos han inculcado el honor y la dignidad ante todo», recalcó sobre un flagelo que lamentablemente aparece cada vez más en el deporte.
Este joven villaclareño de solo 23 años (cumplirá 24 mañana) fue la sensación de nuevo en esa división tras ganar plata en los Juegos Olímpicos de Londres´12, en una carrera incipiente que augura muchas más alegrías.
Compitió por primera vez en un torneo nacional en el 2006 en que obtuvo bronce y debutó internacionalmente en la Copa del Mundo de Birmingham, Gran Bretaña en ese mismo año, y desde entonces se le vieron condiciones.
Tras culminar la lid en el gimnasio Maracanazinho; durante el extenso trayecto entre esa instalación y el hotel Royal Tulip tuvo lugar el intercambio.
¿A qué edad comenzante a practicar?
A los 11 años con el entrenador Pedro Pérez, un gran profesor y amigo, pero antes habíamos comenzado allí mismo en un área de Placetas pero tuvimos que parar por el deterioro de la instalación. Luego se construyó una nueva y se trajeron colchones y de allí a la provincial con un primer año en que no participé en los Juegos Escolares Nacionales.
En los siguientes obtuve dos oros y una plata que me llevaron a la ESPA nacional en el 2005.
¿Cómo has logrado tu progresión?
Primero que todo con sacrificio y esfuerzo diario, siempre atendiendo a las orientaciones de los entrenadores. Mejorando un poco cada día para llegar al oro olímpico.
¿Es difícil acoplarse a un judo internacional cada vez más dinámico y técnico?
A mí me favorece este judo más técnico, incluso con el arbitraje. Yo soy menos de fuerza y por eso me he adaptado más fácil, además frente a los contrarios me gusta atacar para buscar o mantener ventaja, hasta cuando estoy debajo. Por eso no me imponen muchos Shido (penalización) y a mis rivales sí. Lo importante es dominar el combate.
Ahora se te hizo difícil el húngaro Toht.
Sí, estuve a 13 segundos de perder mi sueño. Se me hizo difícil porque no lo conocía, para la próxima debo tener otra estrategia para no dejar que él domine el combate. En el aspecto de los Kumi (agarre al judogui) no podía coger bien, solo me daba chance muy arriba, hasta que logré proyectarlo.
¿Y con el griego Iliadis y el georgiano Liparteliani?
El griego ha sido el mejor por muchos años, incluso me ganó en el World Masters de Tyumen en Rusia en mayo pasado, pero nadie podía impedir la meta que me propuse. Después ya sabía que el oro era mío porque al georgiano le había ganado dos veces, eso motivó la propuesta antideportiva.
Yo no los veo mucho porque no vamos a tantos eventos, así que debemos aprovechar cada oportunidad, como este año cuando derroté a Liparteliani en los Grand Slam de París y Miami.
¿Cuál es tú técnica favorita?
El Uchimata, aunque no la practico en competencias ni entrenando porque me resulta muy difícil, pero me gusta.
¿Qué crees falta para continuar una carrera exitosa?
Mejorar mucho, hacer más técnica por la izquierda, de piernas y mayor trabajo en el Kumi. La adaptación a las nuevas reglas es complicada, a veces uno tiende a agarrar las piernas, algo que ahora está prohibido. Yo por ejemplo en la pelea con el húngaro tuve la intención, aunque retiré rápido la mano y ahí comenzó de nuevo para mí.
Tu división fue atípica esta vez, en un mundial donde pocos favoritos llegaron a los podios.
El deporte ha mejorado la calidad y se invierte mucho dinero. El calendario internacional es muy intenso y muchos jóvenes se están fogueando. Creo que la juventud se impone, fíjate que algunos de los ganadores aquí como el francés Teddy Riner, la colombiana Yuri Alvear y la misma Idalys Ortiz tienen una gran trayectoria, pero todavía rondan mi misma edad. Los otros fueron jóvenes que nunca lo habían hecho y ni eran favoritos.
¿Esta presea tiene muchos agradecimientos?
Siempre las medallas tienen muchas personas detrás. Esta se la dedico especialmente a mi hija Indra, de solo ocho meses, mi esposa Lidiet (antes esgrimista de la preselección nacional) y toda la familia, pero otros me ayudaron a conseguirla como mis compañeros del equipo nacional Yeslandis Echemendía y Osniel Blanco. Uno especial para Justo Noda y los otros técnicos.
Noda te ha destacado por tu dedicación y entrega en los entrenamientos, ¿de quién aprendiste eso?
De mi familia, con quienes vivo en Placetas, mi mamá, abuela y padrastro me han apoyado desde pequeño, en especial mi padrastro Ramón de Armas, una persona que es un ídolo para mí y es uno de los que me ha llevado hasta aquí. Siempre me han inculcado que de la dedicación y entrega parte todo lo propuesto en la vida.
¿Cómo ves tu carrera en el futuro?
Ser cada día mejor y más judoca, pulir cada detalle con vistas a ello. Por mí y por Cuba, que quisiera llegara a ser una gran potencia para lo cual quiero aportar mi granito.
¿En Río de Janeiro podrías realizar otro sueño?
Sí, en los Juegos Olímpicos del 2016 estaré listo para eso.
Otros proyectos personales.
Graduarme de licenciado en Cultura Física, una carrera en la que ya terminé el cuarto año. Dedicar un poco más de tiempo a mi esposa e hija, ellas viven en Santiago de Cuba y nos vemos cada uno o dos meses. Vivir con ellas en mi natal Placetas sería muy bueno.
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